DISCÍPULO O SIMPATIZANTE – PARTE 2

DISCÍPULO O SIMPATIZANTE – PARTE 2

I. INTRODUCCIÓN

El reino animal puede presentarnos imágenes muy tiernas y agradables pero también muy fuertes. Los cachorros de casi cualquier especie son muy enternecedores, pero el lado opuesto es por ejemplo la forma en que unas especies matan, destrozan y se alimentan de otras.

No es nada agradable ver como un grupo de leones despedazan una gacela, o una jirafa. Como tampoco es agradable ver como cuando en la manada el león es destronado, y el nuevo líder asesina los cachorros de todas las hembras… Para que se dispongan a la procreación.

La explicación que nos dan los expertos ante esta “crueldad” es que se trata de selección natural, donde sólo los más fuertes sobreviven para que sean los más fuertes los que se reproduzcan, asegurando así la supervivencia de la especie.

Esta selección en muchas especies comienza al nacer, donde sólo los más fuertes lograr alimentarse mientras que los otros bebés mueren de inanición… (Tara y sus 10 cachorros)

Si los hombres tuviéramos oportunidad seguramente detendríamos muchos de estos eventos usados para seleccionar a los más fuertes… Pero eso, que puede verse muy noble a la final sería un perjuicio para la especie, que podría aún llevarla a la extinción.

Lo que los hombres no entienden es que en la creación de Dios, los hombres también estamos sometidos a un proceso de selección. Pero no me refiero a que los hombres práctica, donde los ricos poderosos y fuertes acaban con los débiles..

No, me refiero a un proceso donde no es la riqueza, ni la fortaleza física, ni la inteligencia, ni la sagacidad lo que determina ser elegido para sobrevivir y reproducirse… Sino la confianza en Dios. La escritura enseña, aun de los que nos hemos acercado a Dios y que estamos contentos con nuestra salvación:

1 Pedro 1.6–8 En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas, 7para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo…

Un claro ejemplo de esto fue la elección de Noé y su familia, donde el porcentaje de los que se salvaron por creerle a Dios fue en porcentaje algo ínfimo.

Igualmente la escritura nos muestra que al final de los tiempos habrá otra selección, donde el mecanismo para escoger a los que deben seguir viviendo, para volver a poblar la tierra es el siguiente:

Apocalipsis 13.16–17 Y hacía que a todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, se les pusiese una marca en la mano derecha, o en la frente; 17y que ninguno pudiese comprar ni vender, sino el que tuviese la marca o el nombre de la bestia, o el número de su nombre.

Estos que se dejen marcar, que lo harán por qué preferiran vivir bien en el mundo que ser perseguidos por seguir a Cristo, son los que no sobrevivirán. La marca les permitirá vivir por mucho unos años mas que no pasara de siete… Y en unas circunstancias tan difíciles y espantosas que los harán conscientes de haber tomado la peor decisión, de haberte dejado engañar por completo al no confiar en Dios.

¿Quién será el gobernante en aquella época de tan gran engaño? La Escritura continúa diciendo:

Apocalipsis 13.18 Aquí hay sabiduría. El que tiene entendimiento, cuente el número de la bestia, pues es número de hombre. Y su número es seiscientos sesenta y seis.

Sobre la marca, el nombre, o el número de su nombre y su significado se han hecho muchas interpretaciones. Las letras en el alfabeto hebreo tienen cada una un valor, y los hombres han tratado de encontrar el nombre del Anti Cristo que creen que debe sumar 666.

Según los estudiosos de esto, hay muchos nombres que han calificado como potenciales anti cristos, desde Hitler hasta los papas, los políticos o gobernantes y algunos millonarios. (Actualmente hay uno que pinta que es uno de los candidatos a presidente de Estados Unidos)

Si tenemos en cuenta que los números en la escritura tienen significado, y tomamos por ejemplo el número uno con el número tres y el número seis. Donde el número uno representa a Dios que es uno y es único; el número 3 representa a Dios en la Trinidad, y el número seis representa al hombre.

Entonces podemos deducir que tres números seis, representan a un hombre haciéndose pasar por Dios. Y esa es la descripción más básica de lo que anticristo hará. La escritura dice:

2 Tesalonicenses 2.4 el cual se opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto; tanto que se sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios.

El 666 representa al hombre alejándose, oponiéndose, peleando contra Dios… Pero inicialmente planteándolo como algo que está bien, como algo bueno, para con el tiempo revelar su verdadera maldad.

Si miramos el Evangelio de San Juan capítulo 6 versículo 66. Notemos que son tres números seis seguidos. Allí podemos ver este mismo patrón de comportamiento. Comenzar bien y terminar mal:

Juan 6.66 Desde entonces muchos de sus discípulos volvieron atrás, y ya no andaban con él.

Estos comenzaron caminando un tiempo con Jesús, pero al recibir una nueva exigencia que tocó algo que ellos no querían cambiar, decidieron no seguir haciendo caso a Dios y volver atrás.

Muchos no pasaron la prueba, pero los que la pasaron y permanecieron se convirtieron en verdaderos discípulos, que como vimos la semana pasada tienen un comportamiento muy diferente al de los simpatizantes.

¿Por qué permanecieron? Por la misma razón que todos los que son seleccionados por Dios. Por su fe. Noé fue escogido por su confianza en Dios, los que no recibiran la marca de la bestia son los que confíaran en Dios, y los discípulos que permanecieron con Jesús son los que creían que jesús era Dios.

Y de igual manera como nos enseña la naturaleza, que los más fuertes son los que deben reproducirse, los verdaderos discípulos hemos recibido la orden de hacerlo.

Mateo 28.18–20 Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. 19Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; 20enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.

La tarea no es fácil. Es mas, es imposible en nuestras fuerzas. Y una de las razones es la oposición de Satanás, que no quiere que hagamos discipulado.

Esta oposición emplea una gran cantidad de estrategias, donde creo yo que una de las más poderosas y engañosas es el mal discipulado. El Señor Jesús hablo de esto cuando dijo:

Mateo 23.15 ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque recorréis mar y tierra para hacer un prosélito, y una vez hecho, le hacéis dos veces más hijo del infierno que vosotros.

Estos a quien Jesús censura fuertemente decían creer en Dios, usaban las escrituras, pero el énfasis de su discípulolado era y actualmente también lo es, que aquellos que buscan y son fieles a Dios serán prosperados en todo. Riquezas, salud, familia, poder, fama, etc.

El discipulado hecho con este tipo de doctrina es muy antiguo, en el libro de Job, considerado uno de los más antiguos de la escritura, podemos ver como Zofar acusa de maldad a Job diciéndole…

Job 11.13–19 Si tú dispusieres tu corazón, Y extendieres a él tus manos; 14 Si alguna iniquidad hubiere en tu mano, y la echares de ti, Y no consintieres que more en tu casa la injusticia, 15 Entonces levantarás tu rostro limpio de mancha, Y serás fuerte, y nada temerás; 16 Y olvidarás tu miseria, O te acordarás de ella como de aguas que pasaron. 17 La vida te será más clara que el mediodía; Aunque oscureciere, será como la mañana. 18 Tendrás confianza, porque hay esperanza; Mirarás alrededor, y dormirás seguro. 19 Te acostarás, y no habrá quien te espante; Y muchos suplicarán tu favor.

Al decir esto Zofár a Job que está en una situación lamentable con una enfermedad espantosa, donde la única compañía es su mujer quien lo insulta, lo que en realidad le está diciendo es que le va mal porque es pecador. Lo confirman las palabras que siguen:

Job 11.20 Pero los ojos de los malos se consumirán, y no tendrán refugio; Y su esperanza será dar su último suspiro.

Palabras que describen la situación de Job. Sin embargo esta doctrina que muchos creen que es buena, es completamente falsa. Se puede ver su engaño cuando tomamos por ejemplo la vida de los discípulos de Jesús, quienes por su confianza en Dios obedecieron al pie de la letra buscando discípulos… Y lejos de hacerse ricos, poderosos o prósperos murieron como mártires.

Cuando la escritura habla de las terribles calamidades que sufrieron estos que confiaron en Jesús, dice de ellos:

Hebreos 11.36–38 Otros experimentaron vituperios y azotes, y a más de esto prisiones y cárceles. 37Fueron apedreados, aserrados, puestos a prueba, muertos a filo de espada; anduvieron de acá para allá cubiertos de pieles de ovejas y de cabras, pobres, angustiados, maltratados; 38de los cuales el mundo no era digno…

Era gente tan preciosa a los ojos de Dios que no eran dignos de caminar por esta tierra…

Noten la enorme diferencia. El mal discipulado con su evangelio corrompido anima a los hombres a vivir felices en la tierra… Mientras que el verdadero discípulolado con el evangelio auténtico anima a los hombres a vivir en el cielo. Por eso viven sin temor a la muerte.

Eso en otras palabras quiere decir, que el daño que produce al enseñarle a la gente a amar y a buscar el mundo, con la ayuda de Dios, es que ignoran algo supremamente importante qué definirá su destino eterno. ¿De qué estoy hablando? De la urgente necesidad de salvación que tienen todos los hombres.

Y cuando los hombres ignoran la importancia de su salvación, eso no sólo hace imposible que puedan entender el verdadero Evangelio, sino también los tratos de Dios para su vida.

Porque la salvación no es sólo ser librados de la condenación eterna… También es como dijo Jesús:

Juan 8.31–32 Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; 32y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.

Ser líbres de la esclavitud del pecado. Y para ser libres de la esclavitud del pecado lo primero que necesitamos es el perdón de Dios.

El evangelio de la prosperidad lo primero que enseña es que hay que buscar a Dios para recibir lo que uno necesita… Obviamente refiriéndose a las cosas de este mundo.

El verdadero evangelio lo primero que enseña es que hay que buscar a Dios para ser perdonado.

Si vemos el primer mensaje que el apóstol Pedro dio al pueblo de Israel, un pueblo con muchas necesidades económicas, que además estaba bajo la opresión de los romanos, su mensaje fue:

Hechos de los Apóstoles 2:38 Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.

Que debían arrepentirse para recibir el perdón. Si miramos el primer mensaje que dio Pedro a los gentiles cuando les presentó a Jesús fue:

Hechos de los Apóstoles 10:43 De éste dan testimonio todos los profetas, que todos los que en él creyeren, recibirán perdón de pecados por su nombre.

Que en el, en Jesús, tenían la oportunidad de recibir perdón por sus pecados. Si miramos el mensaje que daba Juan el Bautista el encargado de preparar el camino del Señor:

Mateo 3.1–3 En aquellos días vino Juan el Bautista predicando en el desierto de Judea, 2y diciendo: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado. 3Pues éste es aquel de quien habló el profeta Isaías, cuando dijo: Voz del que clama en el desierto: Preparad el camino del Señor, Enderezad sus sendas.

Cuando se hace énfasis en la prosperidad los que tienen dinero creen no necesitar de Dios, tampoco los que creen que podrán conseguirlo por sí solos, es decir sin la ayuda de Dios. Pero cuando se habla del arrepentimiento todos estamos incluidos. Juan predicaba supremamente duro acerca de este asunto tanto que podemos leer:

Mateo 3.7–8 Al ver él que muchos de los fariseos y de los saduceos venían a su bautismo, les decía: ¡Generación de víboras! ¿Quién os enseñó a huir de la ira venidera? 8Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento,

No es una ceremonias, ni un bautismo, ni tampoco la asistencia a la iglesia lo que salva a una persona, sino una fe verdadera que los lleve a arrepentirse y cambiar su forma de vivir.

Pero: ¿Habrá alguien que no necesite el perdón de Dios? Aunque pareca increíble si hay algunos que piensan que no necesitan el perdón de Dios. Estos cuando se les pregunta acerca de su salvación dicen; ”Yo no le hago mal a nadie” dando a entender que tienen el cielo asegurado.

Esta forma de pensar se origina en la clasificación del bien y el mal que hacemos los hombres, donde llegamos a pensar que hay hombres malos y hay hombres buenos… Y ciertamente si podemos aceptar que hay hombres malos, muy malos…

Pero ese cuento de que hay gente buena que nunca comete pecado, que nunca miente, que nunca falta a su palabra, que nunca tiene malos pensamientos, y sobre todo que nunca desconfía de Dios, eso no debe creerlo nadie… Contrario a este pensamiento de que hay hombres buenos, la escritura dice:

Romanos 3.9–12 ¿Qué, pues? ¿Somos nosotros mejores que ellos? En ninguna manera; pues ya hemos acusado a judíos y a gentiles, que todos están bajo pecado. 10Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; 11 No hay quien entienda, No hay quien busque a Dios. 12 Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno.

Jesus lo demostró cuando la multitud queriendo apedrear a una adúltera les dijo, que el no tuviera pecado tirara la primera piedra. Y no quedo ni uno solo.

Y además lo dijo con claridad cuando hablando de la oracion dijo:

Mateo 7.9–11 ¿Qué hombre hay de vosotros, que si su hijo le pide pan, le dará una piedra? 10¿O si le pide un pescado, le dará una serpiente? 11Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?

Todos los seres humanos somos malos, y el hecho de que podamos en algunos momentos hacer cosas buenas, no hace que dejemos de ser malos.

Pero cuando el hombre logra convencerse de no ser pecador, qué es igual a decir que no necesita el perdón de Dios, lo que en realidad esta demostrando es que es tan malo, que no es capaz ni siquiera de reconocer su maldad.

Tener ese pensamiento es un estorbo para acercarse a Dios, porque el arrepentimiento es un requisito indispensable para hacerlo. Es más, el discípulado sólo puede comenzar cuando los hombres nos arrepentimos de haber vivido sin la dirección de Dios y aceptamos su perdón.

Porque: ¿Qué interés habrá en conocer la palabra de Dios, cuando una persona no cree necesitarla por estar convencido de estar haciendo las cosas de buena manera?

Pero muy diferente será la actitud, de aquel que se ha arrepentido de no haber buscando la dirección de Dios, razón por la cual tendrá hambre por su palabra para poder vivir haciendo su voluntad.

Los hombres deben arrepentirse de haber vivido sin creer en Dios, y deben creer en Jesucristo para vivir el resto de su vida con su dirección. (Que es igual a decir; permaneciendo en su palabra)

Después de reconocer que somos pecadores, el siguiente paso es aceptar el perdón de Dios. La escritura dice:

Miqueas 7.18-19 ¿Qué Dios como tú, que perdona la maldad, y olvida el pecado del remanente de su heredad? No retuvo para siempre su enojo, porque se deleita en misericordia. 19El volverá a tener misericordia de nosotros; sepultará nuestras iniquidades, y echará en lo profundo del mar todos nuestros pecados.

Dios perdona nuestra maldad… Que es la causante de nuestros pecados. Pero: ¿Qué es en realidad la maldad y cuál es su origen? La escritura enseña:

Hebreos 3.12 Mirad, hermanos, que no haya en ninguno de vosotros corazón malo de incredulidad para apartarse del Dios vivo;

No habiendo en la tierra ningún hombre bueno, es una maldad muy grande alejarse y no creer en el único Dios verdadero, por confiar en los hombres. Todas las maldades se originan en esta maldad, porque todos los pecados son el resultado no confiar en Dios.

Pero Dios perdona nuestra maldad. Además se olvida que todas nuestras malas acciones… Y aun cuando habiendo sido perdonados volvemos a pecar pero volvemos a arrepentirnos, dice que El se deleita en volver a tener misericordia y perdonarnos.

¿Pero cuál es una de las razones por las cuales Dios lo primero que nos ofrece es este perdón absoluto? La escritura enseña:

Romanos 4.15 Pues la ley produce ira; pero donde no hay ley, tampoco hay transgresión.

¿Qué significa esto? ¿A cuantos de ustedes les da piedra cuando estan haciendo algo, con algo valioso y cometen un error y lo dañan? Unio mal los cables y quemo el televisor… Estaba echando reverso y no vio el poste… Estaba preparando la comida y se corto la mano… Muchos ante estos eventos reaccionan con molestia hacia ellos mismos. Hasta se insultan. ”Como soy de burro” O “Tan…”

Cuando la escritura dice que la ley produce ira, es porque cuando uno es conciente de que la ha embarrado y le preguntan o lo confrontan, lo normal es que nos molestamos.

En algunos se les nota porque no lo pueden ocultar. Otros son buenos para disimular… Pero son pocos los que en realidad se alegran cuando le muestran sus errores.

Es una actitud absurda porque deberíamos agradecer que nos ayuden a ver lo que estamos haciendo mal. Pero es muy común. El que ha pecado se molesta con aquellos que le preguntan acerca de su pecado… Y es por eso que muchos aún cristianos cuando les dicen que están pecando, buscan los pecados del que le está acusando para acusarlo también.

Cuando Adán y Eva pecaron, lejos de buscar a Dios para pedir perdón lo que hicieron fue esconderse.

La gente se esconde de Dios porque sabe que es pecadora. Esta es también la misma razón por la cual aquellos que saben que viven en contra de lo que Dios desea, son los que con más ganas y aún con rabia buscan negar a Dios.

Esa conciencia de pecado, ese miedo, esa hipocresía, esa rabia no deja que el hombre se acerque a Dios. Por eso para quitar esta barrera, el primer ofrecimiento que Dios nos hace es el perdón absoluto de todos nuestros pecados… Pasados, presentes y futuros.

Pero no sólo nos perdona, sino como ya mencioné, si volvemos a pecar nos vuelve a perdonar. Y es por eso que también nos pide que nosotros hagamos de la misma manera:

Lucas 17.3–4 Mirad por vosotros mismos. Si tu hermano pecare contra ti, repréndele; y si se arrepintiere, perdónale. 4Y si siete veces al día pecare contra ti, y siete veces al día volviere a ti, diciendo: Me arrepiento; perdónale.

Algunos insisten, no estoy de acuerdo. Que a las personas hay que perdonarlas asi no pidan perdón. Y no estoy de acuerdo en primer lugar, porque no es lo que Dios hace, pues quien no se arrepiente de haber vivido sin la dirección de Dios y no se acerca a Dios será condenado.

En segundo lugar porque Dios no nos está diciendo que perdonemos a aquellos que no se arrepienten, si no a los que se arrepienten.

Y creo que la razón por la cual la persona que ha de ser perdonada debe arrepentirse y pedir perdón, es porque de nada sirve perdonar a una persona que no se a arrepentido, porque eso quiere decir que lo va a seguir haciendo.

Y es por esta razón, que leemos que la escritura dice que Dios perdona a todo aquel que se arrepiente, entendiendo que una persona arrepentida de haber hecho mal, no quiere seguirlo haciendo.

Pero como no cambiamos de la noche a la mañana, es posible que aún teniendo buenas intenciones volvamos a pecar, para lo cual debemos volver a pedir perdón, mas la ayuda de Dios para no caer nuevamente en pecado.

Esto mismo es importantísimo hacerlo en la relaciones personales. Cuando las personas que se portan mal con nosotros o cuando nos portamos mal con otros y no somos capaces de pedir perdón… Tampoco vamos a cambiar.

Y no vamos a cambiar porque estamos desobedeciendo la orden que Dios nos da, de que debemos pedir perdón… por eso es importante que pidamos y nos pidan perdón, pero no por nosotros sino porque el que no pide perdón se estanca.

Con Dios es igual, si no le pedimos perdón nos estancamos. Y no importa cuantas veces caigamos en pecado, siempre que nos arrepintamos recibiremos nuevamente el perdón de Dios para poder acercarnos a él. La Escritura dice:

Hebreos 4.14–16 Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión. 15Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. 16Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.

Eso quiere decir que ese continuo perdón no es una licencia para pecar, sino una invitación a acercarnos a Dios, para alcanzar gracia para el oportuno socorro.

Una aclaración. Cuando algunas veces he enseñado que perdono así no me pidan perdón. A lo que me refiero es que guardo mi corazón, para no sentir nada negativo contra esta persona, así no me haya pedido perdón. Al lograr eso, entonces estoy listo para cuando me pidan perdón si es que lo hacen.

Debe ser claro que no debemos estar resentidos así la persona no nos pida perdon. Eso lo dejamos en el altar de Dios, sabiendo que sus tratos son de bendición para nuestra vida. Pero también debemos saber, que si la persona no ha pedido perdón porque no esta arrepentida… Debemos tener cuidado porque seguramente lo volverá a hacer.

Pero no sólo tienen problemas para acercarse a Dios los que no quieren arrepentirse, o los que niegan sus pecados… También hay otro grupo que aunque reconoce sus pecados, también tiene problemas en acercarse a Dios, porque creen ser capaces de poder pagar por ellos… Y por esta razón no aceptan que el perdón otorgado sea completamente gratis.

Como dice el dicho: “El ladrón juzga por su condición”. Como al hombre le parece difícil perdonar piensa que Dios es igual, y para solucionar esto, el hombre trata de dar un pago por su falta cometida.

No ha notado usted que algunos cuando la embarran llevan un regalo, un ramo de flores, o un adorno para ablandar el corazón del ofendido y obtener el perdón. Contrario a esto la escritura nos aclara:

Efesios 2:8 Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; 9no por obras, para que nadie se gloríe.

Cuando en este pasaje habla de que somos salvos, esa salvación obligatoriamente incluye el perdón de todos nuestros pecados. Pero aclara que fue gracias a que creímos en Jesucristo. Cuando dice que; y esto no de vosotros. Esta mostrando (ya lo estudiamos en otra ocasión) que ni siquiera hay mérito en haber creído en El. Que la salvación es un regalo de Dios que no nos fue dado producto de nuestras buenas obras, por lo cual no hay de que jactarse de ser salvo.

Las penitencias

Sin embargo una de las evidencias de que el hombre no reconoce su maldad, es que cree que puede o que tiene la capacidad de pagar a Dios por su pecado. Esto ha dado origen a las penitencias.

Aunque nos parezca un asunto medieval, todavía hay muchos en la tierra que creen que castigarse a sí mismos por sus pecados es algo que agrada a Dios.

Oímos de los que cada año se crucifican, de los que se flagelan, de los que ayunan con un sentido no bíblico, es decir ayunan para recibir perdón el cual es gratis para los que se arrepienten.

Y si a una persona no le alcanza el tiempo en esta vida para pagar su deuda con Dios, los hombres se han inventado el purgatorio. Que es el lugar donde puede terminar de pagar lo que quedó debiendo para que pueda ir al cielo.

Y para que esto sea más rápido, a los que están en el purgatorio se les puede ayudar pagando para que les hagan misas y reciban indulgencias que acorten sus tiempo en el purgatorio.

Y como se inventaron que las personas que no se bautizaban no pueden entrar al cielo… Tuvieron que inventarse el limbo, porque se oye muy mal que un bebé al qué sus padres no bautizan, de lo cual el no tiene culpa se tenga que condenar.

Contrario a esto la escritura enseña que los niños que no ha tenido la oportunidad de rechazar a Dios, todos van al cielo.

Las buenas obras

Este mismo asunto de que podemos pagar por nuestros pecados, es similar a la creencia de que con buenas obras nos podemos salvar. Y entonces viene el cuento de la balanza donde a un lado están tus buenas obras y al otro las malas. Y hay que poner peso en las buenas para salvarse.

Algo similar enseñan algunos llamados cristianos que dicen que: “Cristo murió por sus pecados pero pórtese bien o se va para el infierno”. Donde la pregunta que surge es: ¿Pagó o no pagó?

Con cualquiera de estas doctrinas lo que básicamente se está haciendo, es negar la validez y efectividad del sacrificio de Cristo en la cruz. Y negar la validez de ese sacrificio es algo inmensamente grave. Dice la escritura:

Hebreos 10:28 El que viola la ley de Moisés, por el testimonio de dos o de tres testigos muere irremisiblemente.

El escritor de la carta está explicando que el que cometía algún pecado capital y era acusado por dos o tres testigos, no tenía escapatoria, esa persona moría. Cuando dice irremisiblemente, quiere decir que nada podía comprar o sustituir al que falló en su castigo. Continúa diciendo:

Hebreos 10:29 ¿Cuánto mayor castigo pensáis que merecerá el que pisoteare al Hijo de Dios, y tuviere por inmunda la sangre del pacto en la cual fue santificado, e hiciere afrenta al Espíritu de gracia?

Enseña que el castigo para el que no aceptan el perdón de Dios conseguido a través de la sangre de Cristo es un castigo que debe ser peor que la muerte.

La práctica del pecado

Ahora: Hay dos formas en que podemos menospreciar su sangre y su perdón.

La primera es tratando de pagar con penitencias, con dinero, con sacrificios o con buenas obras el perdón. La segunda forma de menospreciar la sangre de Cristo es: Pensar que como ya hemos sido perdonados podemos dedicarnos a pecar. Y para ambos continúa diciendo la escritura:

Hebreos 10:30 al 31 Pues conocemos al que dijo: Mía es la venganza, yo daré el pago, dice el Señor. Y otra vez: El Señor juzgará a su pueblo. 31¡Horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo!

No debemos caer en ninguna de estas dos malas actitudes, más bien debemos aceptar que Dios nos ha perdonado total y completamente, de tal manera que tenemos oportunidad para comenzar de nuevo.

Castigos por el pecado pasado

Otra de las evidencias de que el hombre no acepta el perdón absoluto de todos sus pecados, es la mala interpretación que hace de las situaciones.

Por ejemplo: Le comienza a ir mal económicamente, trata de salir adelante, le pide a Dios, sin embargo sigue mal económicamente y comienza a pensar… “Dios me está castigando porque en el pasado despilfarre mucho dinero”.

O le pasa algo a los hijos, o le da alguna enfermedad, o hay a su alrededor gente que le tortura la vida, y en lugar de entender que Dios está tratando sus malas actitudes presentes, lo malinterpreta pensando que Dios le está cobrando su mala vida pasada.

Ese es un error gravísimo, porque es igual a decir que el perdón obtenido por Jesucristo no fue completo, y que la persona tiene que seguir sufriendo para completarlo.

Al pensar de esta manera no sólo estamos menospreciando el perdón ofrecido por Dios, sino que nos llevará a no revisar cuáles son las actitudes presentes que Dios quiere corregir a través de esas situaciones.

Si no las revisamos no la descubrimos, si no las descubrimos no los cambiamos, si no los cambiamos la situación sigue igual, o se vuelve como se dice de las enfermedades un pecado crónico.

Recuerde por favor. Nada de lo que le suceda usted en el presente está castigando ningún pecado del pasado. Todo lo que nos pasa en el presente, tiene que ver con actitudes erróneas presentes que Dios quiere corregir para que tengamos mejor vida.

La pérdida de la salvación

Otra de las formas en que se niega el perdón de Dios, tiene que ver con la enseñanza equivocada de que la salvación se puede perder.

Algunos creen que ciertos pecados producen pérdida de salvación, y que otros no. Y en parte esa mala enseñanza sale de una mala interpretación de algunos pasajes bíblicos por ejemplo:

1 Juan 5:16 al 17 Si alguno viere a su hermano cometer pecado que no sea de muerte, pedirá, y Dios le dará vida; esto es para los que cometen pecado que no sea de muerte. Hay pecado de muerte, por el cual yo no digo que se pida. 17Toda injusticia es pecado; pero hay pecado no de muerte.

Se nos ha enseñado equivocadamente que hay pecados que condenan eternamente mientras que otros pecados no. Cuando la realidad es que la escritura dice:

Santiago 2.10 Porque cualquiera que guardare toda la ley, pero ofendiere en un punto, se hace culpable de todos.

Y eso lo que quiere decir es, que cualquier pecado por pequeño que éste sea, condena eternamente si no se ha recibido el perdón ofrecido por Jesucristo.

¿Cuál es la interpretación real del pasaje que menciona el pecado de muerte? En realidad se refiere a pecados que la gente comete que pueden dañar su entorno, especialmente a la iglesia. Por esta razón para proteger a otros, Dios decide quitar a esta persona de en medio de la iglesia. ¿Cómo? Con la muerte.

Hay varios pasajes bíblicos donde vemos recomendando u orando para que algunos creyentes mueran y vayan a la presencia de Dios.

1 Corintios 5:5 el tal sea entregado a Satanás para destrucción de la carne, a fin de que el espíritu sea salvo en el día del Señor Jesús.

Nótese que dice con claridad “El espíritu sea salvo” Lo cual quiere decir que la salvación una vez obtenida no se puede perder.

Ciertamente hay algunos que creen que son salvos y no lo son. Ese es otro tema. Lo que hoy quiero recalcar que es que quien ha obtenido el perdón de Dios, no lo va perder por ninguna razón.

La gran tribulación

Otra de las formas en que se niega este perdón total y absoluto dado por el Señor a sus hijos, es la creencia de que algunos cristianos se van a quedar en la gran tribulación.

Algunos enseñan que si usted está mal espiritualmente en el momento del rapto se queda.

Sería un estudio largo de hacer, por eso solo quiero precisar qué la gran tribulación, que comprende los siete años, es llamada en la escritura el tiempo de la ira de Dios.

Apocalipsis 6:16 al 17. y decían a los montes y a las peñas: Caed sobre nosotros, y escondednos del rostro de aquel que está sentado sobre el trono, y de la ira del Cordero; 17porque el gran día de su ira ha llegado; ¿y quién podrá sostenerse en pie?

Si la gran tribulación, los siete años son llamados el tiempo de la ira de Dios. Entonces ningún auténtico hijo de Dios que ha sido perdonado gracias al sacrificio de Cristo en la cruz, puede participar de la gran tribulación. Porque no puede derramarse la ira de Dios sobre aquel que ha sido perdonado.

El tiempo de la gran tribulación tiene dos propósitos básicos; el primero es probar al morador de la tierra.

Esta expresión el que mora en la tierra se refiere a aquella persona cuyos valores, objetivos y métodos son netamente mundanos. Dios usara este tiempo para mostrarles lo inútil de su vida al no haber buscado a Dios.

El otro gran propósito de la gran tribulación es probar a un pueblo para recibir a su rey. El pueblo que será probado es el pueblo de Israel, que en la antigüedad desprecio a su rey, al Señor Jesucristo por no venir ofreciendo lo que ellos anhelaban, riqueza y prosperidad.

Los cristianos que hemos sido perdonados no participaremos de la gran tribulación. Los falsos cristianos que practican el pecado si participarán y tendrán su última oportunidad en este tiempo.

Miren por ejemplo, que con claridad el siguiente versículo muestra que seremos salvos de la ira.

Romanos 5:8 al 9 Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. 9Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira.

Contrario a todas estas malas enseñanzas la escritura dice que hemos sido justificados, es decir hechos justos delante de Dios, de forma totalmente gratuita…

Romanos 3:24 siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús, 25a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados,

También la escritura enseña que hemos sido redimidos lo cual implica ser rescatado del poder de Satanás… Además hemos sido regenerados, qué tiene que ver con haber sido hechos nuevas criaturas… Y todo esto es muestra de que hemos sido aceptados por Dios como sus hijos…. hablando de nosotros sus hijos la escritura dice:

Efesios 1:4 al 6 según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, 5en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, 6para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado,

Nuevamente gracias a su amor, al sacrificio de Cristo en la cruz, por gracia y a que hemos creído en El, somos completamente aceptados por El.

Esto que voy a decir no sólo es verdad respecto de la aceptación sino del amor de Dios. Y es que:

No hay absolutamente nada que usted pueda hacer para aumentar el amor y la aceptación que Dios tiene de usted. Como tampoco hay absolutamente nada malo usted logre hacer que disminuya el amor y la aceptación que Dios tiene por usted

Juan 15:9 al 10 Como el Padre me ha amado, así también yo os he amado; permaneced en mi amor. 10Si guardareis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor.

¿Qué quiere decir esto? Que cada vez que no hacemos caso a la voluntad de Dios nos estamos buscando situaciones, tratos y pruebas que no se sienten como el amor de Dios.

Y la cosa se puede complicar más cuando siendo tratados por Dios, en lugar de caminar en la dirección que él quiere llevarnos, seguimos caminando en nuestra propia dirección. Allí sentiremos mucho menos el amor de Dios.

Pero no es que Dios nos haya dejado de amar, no es que no prolongo la misericordia sobre nuestra vida, no es que nos haya dejado de aceptar.

Gracias a su amor demostrado en ir a la cruz hemos recibido perdón absoluto de todos nuestros pecados, este perdón nos ha hecho justos delante de Dios, porque la justicia de Dios ha sido satisfecha (propiciar) esto ha permitido que nos rescate de la potestad de las tinieblas (Redención) junto con esto o ha regenerado nuestra vida y por esa razón somos completamente aceptados por Dios.

¿Y SI DIOS QUE HA HECHO TODAS ESTAS COSAS ES POR NOSOTROS QUIÉN CONTRA NOSOTROS?

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