¿CÓMO RECIBIR REVELACIÓN? – PARTE 4

¿CÓMO RECIBIR REVELACIÓN? – PARTE 4

LA ACTITUD NECESARIA PARA OBTENERLA

I. INTRODUCCIÓN

No hay duda como vimos ampliamente la semana pasada, que no hay nada que haga tanto daño al hombre que no creerle a Dios. Por lo tanto tampoco debe haber duda, qué la incredulidad de una gran mayoría de personas es el peor pecado. Y esto es tan cierto, que aún muchos creyentes al escuchar esto, de todos modos no tomaran la determinación de hacer caso a Dios en lo que saben que están desobedeciendo… Demostrando de esa manera su incredulidad.

Cuando se usa la palabra incredulidad la gente por lo general entiende qué se está refiriendo a alguien que no tiene fe. Sin embargo eso no es cierto. Porque cuando en el cristianismo se menciona que una persona es una incrédula, lo que en realidad se está diciendo, es que esta persona tiene una enorme fe en el mundo y lo que el mundo enseña, y es esa precisamente la razón por la cual no creen en Dios.

Por ejemplo; para mí el gran problema de esta pandemia, es en realidad el miedo que siente la gente producto de no conocer y no confiar en Dios. Porque si la gente creyera en Dios y fueran auténticos hijos de Dios, al creer en las promesas de Dios, si fuera la voluntad de Dios que alguno de sus hijos muriera en este tiempo… Ese encuentro con Dios sería lo más maravilloso para este hijo de Dios.

Pero como en lugar de confiar en Dios hay una enorme fe en las organizaciones del mundo que están manejando esta pandemia, y como la clave está en el miedo que infundan, pues la gente está sufriendo por causa de ese miedo y de las consecuencias de tratar de evitar la enfermedad.

Y entonces están convencidos de lo bueno de las instrucciones que nos dan, como el: Aislamiento, tapabocas, vacunas. lo último que leí que me parece terriblemente espantoso es, abortos en masa y esterilización de las mujeres.

Y para hacer más efectivo su control, una completa desacreditación de métodos de curación efectivos para imponer métodos que llevan a la muerte, falsificación de certificados de defunción… Y muchas cosas más…

¿Y por qué tienen tanto éxito? Por la gran fe que los hombres tienen en los hombres. Por esto muchos sigen sus instrucciones al pie de la letra. Unos porque creen en las buenas intenciones de estas organizaciones, otros porque están ganando muchísimo dinero, y otros por miedo a los castigos.

Y no hay duda que habrá muchos que no digan lo que realidad piensan por miedo al rechazo. Y todo esto a la final termina colocándonos bajo su control siendo víctimas de sus planes.

Cuando pienso en todo esto que está sucediendo, no puedo dejar de pensar que la escritura es muy clara cuando enseña, que el miedo es la estrategia que Satanás usa para destruir a los hombres. Y por eso, para impedir que el miedo destruya a los hombres, es que la escritura nos cuenta acerca de la obra de Jesús:

Hebreos 2.14–15 Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo, 15y librar a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre.

El temor a la muerte encierra todos los miedos del hombre, y eso fue lo que Jesús vino a destruir a través de la muerte en la cruz y su resurrección.

Ustedes pueden creer que estoy creyendo en tontas teorías de conspiración, pero aunque eso fuera verdad, aunque el engañado fuera yo; de todos modos no podemos negar que al ver la pobreza, la angustia y el sufrimiento de los hombres, lo que estamos viendo es el cumplimiento al pie de la letra de las palabras de Jesús… Cuando dijo:

Juan 16.33 Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.

El Señor Jesús aseguró que quien viviera confiando en el mundo, haciendo caso al mundo, viviendo para los objetivos que el mundo enseña, eso traería sufrimiento… Mientras que quien confiara en el, tendría la paz de Dios en su vida.

Esta incredulidad como vimos en el estudio anterior tiene como origen la soberbia… Sin embargo estas malas actitudes como la altivez, el orgullo, la prepotencia no son la única razón por la cual los hombres no le creen a Dios.

También ayuda a esta incredulidad la ignorancia, la simpleza, la necedad, la idolatría, el ejemplo, es decir los malos ejemplos o testimonios, y como ya mencioné, sobre todo el miedo. Y todas estas malas actitudes promueven la incredulidad, colocando una barrera muy fuerte, que se opone contra el conocimiento de Dios que es lo único que puede salvar a los hombres.

Por ejemplo. La simpleza es evidente cuando uno escucha a ciertos cristianos decir, qué hay que hacer caso a todo lo que la autoridad nos está diciendo que debemos hacer… Porque dicen ellos, que como cristianos no podemos ser rebeldes.

Y ciertamente los cristianos no debemos ser rebeldes. Pero decir por eso tenemos que hacer caso a todo lo que la autoridad nos ordene, es una verdad a medias, que puede traer graves consecuencias lo cual incluye llevarnos a pecar contra Dios.

Por eso digo que es un pensamiento de una mente simple, que no está teniendo en cuenta de manera sabia TODA la escritura, en la cual dice creer. Y: ¿Porque digo esto? Porque también la escritura nos enseña cuando debemos desobedecer a las autoridades, aunque éstas hayan sido establecidas por Dios.

Y lo podemos entender con mucha claridad, al recordar una historia que creo que todos conocemos, donde el rey de Egipto ordenó asesinar a todos los niños recién nacidos varones del pueblo de Israel. ¿Pero qué sucedió con su orden? La escritura nos cuenta:

Éxodo 1.17 Pero las parteras temieron a Dios, y no hicieron como les mandó el rey de Egipto, sino que preservaron la vida a los niños.

La autoridad dio una orden, pero estas mujeres entendieron con claridad que ante una orden de la autoridad, lo primero que hay que hacer es revisar si Dios está de acuerdo o no con esa orden.

Y por esta razón, entendiendo que era muchísimo más importante obedecer a Dios que a las autoridades que estaban ordenando algo en contra de la voluntad de Dios, estas mujeres no obedecieron.

Por supuesto que fueron tomadas como rebeldes a los ojos de los hombres, y llevadas frente al faraón para responder… Pero la opinión de los hombres poco importa, cuando se está obteniendo el favor de Dios. Por eso podemos leer más adelante:

Éxodo 1.20–21 Y Dios hizo bien a las parteras; y el pueblo se multiplicó y se fortaleció en gran manera. 21Y por haber las parteras temido a Dios, él prosperó sus familias.

Dios bendijo la desobediencia de estas mujeres a la autoridad, porque la autoridad no sólo estaba equivocada, sino que tenía en mente el control de la natalidad a través del asesinato, y ellas con su desobediencia se opusieron a este plan satánico, porque confiaban y tenían temor de Dios.

Lo mismo tenemos que hacer nosotros en todo tiempo para no ser simples. Debemos ser sabios y no estar creyendo en toda la información que provenga del mundo, como si la gente del mundo fuera buena o fueran infalibles. Peor aún cuando al hacerlo la vida de los seres que amamos está en riesgo…

A si es de que por favor hermanos, no seamos simples, no dejemos que el miedo nos lleve actuar sin pensar, como borregos al matadero, porque vamos a terminar desobedeciendo a Dios, y peor aún, engañados pensando que una obediencia ciega a la autoridad es la voluntad de Dios.

Y así como la simpleza puede llevarnos a desobedecer a Dios, también puede pasar lo mismo con la necedad o con la idolatría, que son actitudes pecaminosas que indudablemente nos estorban en nuestra obediencia. Vuelvo y leo las palabras de Jesús:

Juan 16.33 Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.

¿Qué necesitamos para obtener esa paz que sólo Dios puede dar, con todo lo bueno que viene como consecuencia?

No hay duda: Necesitamos saber cuáles son las cosas que Dios nos ha hablado, qué es igual a decir que necesitamos conocer la verdad, para poder creer en ella.

Porque tampoco hay duda, que la falta de conocimiento de Dios, por cualquiera que sea la razón, traerá gran pérdida a nuestra existencia.

En la escritura podemos ver esta verdad, al leer que bajo el viejo pacto Dios le dijo al pueblo:

Oseas 4.6 Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento. Por cuanto desechaste el conocimiento, yo te echaré del sacerdocio; y porque olvidaste la ley de tu Dios, también yo me olvidaré de tus hijos.

Todo auténtico creyente en realidad es un sacerdote. Y la función del sacerdote es hacer de intermediario entre los hombres pecadores, y Dios que quiere perdonarlos y bendecirlos.

A propósito de eso, en esta época tenemos que aprender a ser muy efectivos comunicando el mensaje a través de las redes, haciendo grupos para ver los videos y las transmisiones cada vez que comiencen las reuniones, porque si las cosas siguen así la iglesia tendrá que volverse virtual… Y es un pecado que no cumplamos con la función de sacerdotes.

Además no es raro que el mundo qué está en manos del maligno a las primeras que quiera perjudicar sea a las iglesias cristianas, así es, de que por favor sean buenos sacerdotes compartiendo el mensaje, buscando que el mayor número de personas nos pueden escuchar. (Sé que por causa de esta situación hay personas nuevas escuchandonos, eso nos alegra y les damos la bienvenida.)

Para cumplir con esta función de sacerdotes, por supuesto nosotros mismos debemos tener una buena relación con Dios, pero esta será imposible si como leímos, nos falta conocimiento, porque entonces no sabremos ni entenderemos lo que Dios quiere de nosotros.

Y en ese tiempo en el pueblo de Israel, por falta de conocimiento Dios los desecho como esos intermediarios que podrían ayudar a los hombres a acercarse a Dios. Porque si ellos mismos no estaban en buena relación con Dios por su ignorancia, entonces tambien por su ignorancia no podían ayudar a los demás, y además es obvio, que sus hijos también recibirían las malas consecuencias de su ignorancia. (También Yo me olvidaré tus hijos…)

Tristemente algunos no entendiendo esto, han colocado la fe por encima del conocimiento, pero como digo, no están entendiendo que no es posible tener fe en Dios cuando ignoramos quien es Dios, o cuando ignoramos su palabra, y por esto es que la escritura dice:

Romanos 10.17 Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.

Al decir que la fe se obtiene cuando oimos la palabra de Dios, está confirmando que es imposible tener confianza en Dios si no obtengo primero el conocimiento de la verdad.

Ya hablé de este asunto en otro mensaje hace poco, y explicaba que la fe que los hombres tienen en su ignorancia, es decir en lo que creen que es verdad pero no es cierto, esa fe es enemiga de la auténtica fe, pues al confiar en cosas que no son ciertas, eso les impide confiar en la verdad de Dios.

Por eso solo cuando obtenemos el conocimiento de lo que Dios dice, podemos decidir si confiamos o no en ese conocimiento.

Y esa es precisamente mi función como pastor y sacerdote; el estar insistiendo sobre cosas que ya han sido enseñadas, porque algunos todavía no han decidido confiar. Y además de eso debo estar enseñando cosas nuevas o con más profundidad para ayudarlos a llegar a la madurez.

Y frente a todo ese conocimiento que debe ir aumentando, siempre tendremos qué decidir si seguimos confiando en Dios, o dejamos de hacerlo. ¿Porque dejar de hacerlo? Porque a veces podemos recibir enseñanzas que atentan contra nuestros ídolos o nuestros pecados, y allí entramos en crisis… Y allí es cuando debemos nuevamente decidir confiar en Dios, y hacerle caso.

Por supuesto debemos primero asegurarnos que estamos recibiendo la verdad. (A veces escucho a algunos cristianos que dicen que están obedeciendo cosas que me parecen absurdas… Y entiendo que han sido engañados. Otras veces me asombro al hablar con algunos cristianos al descubrir que no saben nada… )

Y por esto el apóstol Pedro denunciando a aquellos que malinterpretan la escritura para su propia perdición, de la que no son conscientes. Nos advierte que nos cuidemos de ellos, diciéndonos también que debemos aumentar nuestro conocimiento. Dice así:

2 Pedro 3.17–18 Así que vosotros, oh amados, sabiéndolo de antemano, guardaos, no sea que arrastrados por el error de los inicuos, caigáis de vuestra firmeza. 18Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A él sea gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén.

La pregunta es: Siendo una orden de Dios que debemos crecer en el conocimiento de El… ¿Habrá disculpas para no obtener el conocimiento que necesitamos de Dios?

Hago la pregunta porque a veces escucho a ciertos creyentes, que manifiestan su continua ignorancia acerca de las cosas de Dios, haciendo de esta ignorancia una disculpa para no hacer lo que deben. Y más grave aún, pasan años y no aumentan su conocimiento de Dios.

Y la respuesta es; que sólo hay disculpa para la ignorancia cuando se es un bebé. Y no me refiero a un niño en Cristo, sino a un bebé físicamente.

Y es por esta razón, porque los niños están disculpados de su ignorancia, que cuando ellos mueren van directo a presencia de Dios. Porque si no son culpables de no tener el conocimiento de Dios, mucho menos serán culpables de no confiar en él.

Pero a los que ya tienen como decimos uso de razón, y no han comenzado a obtener el conocimiento de Dios, ellos sí son culpables de su ignorancia. ¿Por qué? Porque la escritura no sólo nos ordena conocer a Dios, sino que además da promesas muy claras para que todo aquel que quiera obedecer pueda conocerlo.

Por ejemplo; al pueblo de Israel, que por su ignorancia de Dios fue disciplinado esparciéndolo por todas las naciones, el Señor les hizo la siguiente promesa:

Deuteronomio 4.29 Mas si desde allí buscares a Jehová tu Dios, lo hallarás, si lo buscares de todo tu corazón y de toda tu alma.

Como quien dice; no importa donde estés, o como estés. Si buscas de todo corazón a Dios: Dios asegura que quien lo haga lo encontrará.

A veces sufrimos porque ciertas personas que amamos, que dicen querer conocer a Dios, no vemos en ellas crecimiento espiritual o evidencia de ser realmente cristianos… E insistimos de muchas maneras invitándolos, compartiéndoles, tratando de convencerlos y… Vemos que no funciona.

Aún a veces podemos dudar de nuestra falta de sabiduría para comunicar el mensaje de Dios. Sin embargo, la verdad es que cuando las personas no logran conocer a Dios, aunque digan que quieren conocerlo, es porque en realidad no desean conocerlo.

Y digo esto con toda seguridad, porque si la persona de verdad quiere conocer a Dios y no logra hacerlo, entonces Dios estaría mintiendo al no cumplir sus promesas. Y se que Dios no miente.

¿Qué pasa entonces con aquellos que dicen o parecen querer conocer a Dios, y no lo logran?

Recuerdo una chica en Ibague que venía a la iglesia con un grupo de amigas, y un día me dijo que ya entendía porque todas sus amigas habían conseguido un buen trabajo con contrato indefinido, mientras que ella sólo lograba conseguir trabajos muy cortos… Y cuando le pregunté ¿Por qué? Me dijo; porque si yo consigo un trabajo con un contrato indefinido, con toda seguridad no vuelvo a la iglesia. Pero como los contratos son a término corto, me toca estar aquí para cuando termine el contrato, pedir a Dios por el siguiente… Para ella era claro que era mucho más importante su trabajo que Dios. Y además era sincera.

Hay muchas personas que se acercan a las iglesias, que se acercan a los cristianos, que manifiestan querer conocer a Dios, pero su verdadero interés no es ni conocerle ni obedecerle, sino obtener las cosas que tanto anhelan, que a lo mejor no han conseguido por otros medios y piensan que Dios se las pueda dar.

Cuántas personas habrá así en las iglesias, que no dejan de asistir porque están temerosos de perder o de no obtener las cosas necesarias para vivir, y no han entendido que su verdadera necesidad es espiritual. Y por estar pensando de esa manera no logran o se demoran muchísimo en conocer a Dios.

Piensen por un momento… ¿Cuál es la verdadera motivación al estar conectados escuchando este mensaje? Que es similar a preguntar: ¿De verdad quieres conocer de Dios cada vez más, para hacer cada vez más obediente a él… Sin importar las consecuencias?

Cuando digo sin importar las consecuencias me refiero a: ¿Estás dispuesto a dejar lo que Dios te diga que debes dejar… O a comenzar a hacer lo que Dios te pida hacer?

Esto puede parecer terrible a algunos pero sólo por su falta de fe, porque la realidad es que la obediencia a Dios es lo que hará que nuestra vida sea mejor.

Como tengo claridad y confianza en que esto es así, por un lado me doy la pela en el sentido en que no importa lo que quiera, si no es lo que Dios desea me abstengo…

Pero también por esta razón cuando una persona cae en desgracia y llega a la iglesia a pedir ayuda, acostumbro aclararles que Dios que es poderoso puede arreglar todos sus problemas.

Pero también es posible que Dios decida no hacerlo, para beneficiarnos aunque a veces no lo entendamos… Y por esto le digo a estas personas, que lo más importante es que ella entienda que esos problemas tienen como objetivo motivarla a conocer a Dios, que es en realidad lo que necesita para vivir una vida abundante y maravillosa. Y más importante aún, para estar con Dios en la eternidad.

¿Por qué les digo eso? Porque es obvio y ya lo he explicado muy claro, que el peor pecado y lo que en realidad nos hace sufrir, es no creerle a Dios.

Es más, he visto que a muchos Dios les soluciona las cosas como ellos desean… Y entonces no vuelven a la iglesia. Y también he visto a otros que permaneciendo en la iglesia, Dios no soluciona como ellos desean… Y después de un tiempo tampoco vuelven.

¿De que entonces se pierden? El rey David decía:

Salmo 139.6 Tal conocimiento es demasiado maravilloso para mí; Alto es, no lo puedo comprender.

Si pierden de algo maravilloso, porque una cosa es asistir a la iglesia para conocer a Dios, y otra muy diferente para ver qué puedo sacarle a Dios.

Por eso muchos aún en las iglesias no conocen a Dios. El apóstol Pablo dijo los Corintios:

1 Corintios 15.34 Velad debidamente, y no pequéis; porque algunos no conocen a Dios; para vergüenza vuestra lo digo.

Sin embargo la promesa que Dios nos ha dado no deja de cumplirse. Es más, estoy absolutamente convencido que quien más desea que conozcamos a Dios, es Dios mismo.

Y por la certeza que tengo en el cumplimiento de las promesas de Dios, por eso es que no tengo duda, que la única razón por la cual un hombre no conoce a Dios, aunque asista con juicio a una iglesia, es porque en realidad no quiere conocerlo. Si volvemos a leer:

Oseas 4.6 Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento. Por cuanto desechaste el conocimiento, yo te echaré del sacerdocio; y porque olvidaste la ley de tu Dios, también yo me olvidaré de tus hijos.

Podemos ver que no fue que no tuvieran oportunidad de conocer a Dios, sino que desecharon el conocimiento, desecharon la oportunidad de conocerlo… Y además se olvidaron de la ley de Dios que al ser obedecida permite conocer a Dios. Lo cual confirma que cuando un hombre o un pueblo no conoce a Dios, es porque no quiere conocerlo.

Hay preguntas que la gente hace porque quiere conocer de Dios, pero hay preguntas que la gente hace porque quiere encontrar una razón para justificar no hacerle caso.

A estos últimos normalmente los confrontó preguntándoles: ¿Cuál es el pecado que estás cometiendo y que quieres seguir cometiendo, por lo cual no quieres acercarte a Dios? Y algunos siendo sinceros lo han confesado… Su amor al dinero, su amor a una vida deshonesta, perniciosa, un deseo de venganza, etc.

O sea que podemos concluir que para conocer a Dios, el primer requisito indispensable es un deseo genuino de querer conocerlo.

El siguiente dilema al que se enfrenta una persona que realmente quiere conocer a Dios, es el de saber si la información que están recibiendo, viene o no viene de parte de Dios.

Los simples que mencioné al comienzo, serán aquellos que crean todo lo que les digan, porque ellos creen todo lo que diga un sacerdote, o un pastor, o un apóstol, o quien sea. Y por eso encontramos aún en las iglesias llamadas cristianas, mucha gente cree muchas cosas que son completamente falsas.

Sin embargo cuando el apóstol Pablo advierte acerca de las malas enseñanzas, dice:

Gálatas 1.8–9 Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema. 9Como antes hemos dicho, también ahora lo repito: Si alguno os predica diferente evangelio del que habéis recibido, sea anatema.

No era la primera vez que lo decía, estaba repitiendo; que no importa quien, no importa si es el mismo o un ángel del cielo, si viene a decir algo diferente de lo ya enseñado, obviamente por Jesús… Que esa persona sea maldita por Dios.

El apóstol Pedro enseña que nosotros estamos dados para bendecir y no maldecir, también nos habla de que el Angel que vino por el cuerpo de Moises, no se atrevió a maldecir a Satanás… Pero cuando se trata de enseñar en nombre de Dios cosas que no son de Dios, el apóstol Pablo pide la maldición de Dios para estas personas.

¿Por qué? Porque esa mala información creída por los hombres los llevara al infierno, y no hay duda que quien esté llevando personas al infierno, merece la maldición de Dios.

Por eso mismo, por la importancia de enseñar la verdad la escritura nos advierte…

Santiago 3.1–2 Hermanos míos, no os hagáis maestros muchos de vosotros, sabiendo que recibiremos mayor condenación. 2Porque todos ofendemos muchas veces. Si alguno no ofende en palabra, éste es varón perfecto, capaz también de refrenar todo el cuerpo.

Pero esta advertencia no puede entenderse como que Dios no quiere que comuniquemos el evangelio, porque es una orden que nos ha sido dada a todos los creyentes.

Mirando otras versiones lo que podemos entender, es que no todos en la iglesia son maestros, también hay profetas, los que hacen milagros, los que reparten con liberalidad, los que administran, los que tienen misericordia… Y el problema está cuando algunos que no han sido designados por Dios como maestros, sin tener el don comienzan a enseñar, y lo hacen mal.

Pero bien, ellos por supuesto darán cuenta a Dios. Sin embargo el pecado de ellos dará como resultado que se enseñan muchas cosas que no son de Dios, mezcladas con las que sí son correctas, lo cual es muy peligroso, especialmente para los nuevos creyentes que no logran diferenciar las una de las otras.

Frente a este peligro hay dos herramientas básicas… La primera es la infalible palabra de Dios escrita. La Biblia.

Sé que hay iglesias y predicadores donde el tiempo del sermón dura 20 a 25 minutos como máximo, y donde mencionan uno o dos versículos en todo el mensaje… Y el resto del tiempo de la reunión de la iglesia son anuncios, motivaciones, desafíos a dar dinero, y alabanzas. Mientras que hay iglesias donde el sermón dura una hora o más, y mientras este se da se respalda con muchísimos versículos…

¿Por qué lo hacemos de esta manera? Porque todo cristiano debe concientizarse de que todo lo que se le enseña, tiene que estar respaldado con la escritura.

Y por eso algunos acostumbramos en cada enseñanza a colocar versículos que la respalden, así los hayamos dado muchas veces, así ya los conozcan los creyentes… Para que quede bien claro que cualquier cosa que esté en contra de lo enseñado por la escritura, no puede ser de Dios. No importa quien lo diga!

No hay duda, la primera herramienta para recibir revelación de Dios es su palabra escrita.

Sin embargo aquí es donde, la segunda herramienta es más importante aun que la primera… porque: ¿Qué pasa cuando alguien usando mal la escritura da enseñanzas que no son de Dios?

Es decir, a lo que me refiero es: ¿Cómo hace una persona que está apenas conociendo, para saber si lo que le están enseñando con esos textos de la escritura, es realmente lo que Dios tiene para él en este tiempo?

Porque para alguien que ya conoce la escritura y está acostumbrado a interpretarla correctamente, le es fácil descubrir una mala enseñanza. Pero para el que comienza, es prácticamente imposible pues no conoce la escritura.

Esto que acabo de decir lo dice la escritura de la siguiente manera. Hablando del crecimiento espiritual dice:

Efesios 4.13–14 hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo; 14para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error,

Solo la madurez cristiana, que incluye un amplio conocimiento de la escritura va a evitar que seamos arrastrados por esos vientos de doctrina o malas enseñanzas, que salen de malinterpretar la escritura.

Pero si sólo la madurez evitará caer en el error: ¿Entonces como hace aquel que está comenzando, que llega una iglesia sin tener ni idea de la escritura, y que tampoco sabe si llegó a una iglesia de buena o mala doctrina?

Porque déjeme decirle que si preguntamos… Nadie dice que está en una iglesia de mala doctrina, todos a los que se les pregunta dicen, que su iglesia es de sana doctrina.

Y como hay tantas malas iglesia la pregunta es: ¿Será que el nuevo creyente si llega a una mala iglesia terminara el infierno?

Porque así como en el mundo dicen que la plata trae plata, lo cual es cierto. De igual manera entre más grande sea una iglesia más rápido crece, porque aunque sean pocos los cristianos que inviten, al ser grande la iglesia serán muchos los invitados… Es decir; hay más probabilidad de que una persona sea invitada y llegue a una mala iglesia que a una buena iglesia. (Más aún cuando hay muchos en buenas iglesias que están dormidos y no invitan ni comparten…)

Ahora; yo entiendo qué es más agradable invitar a alguien a la iglesia para que Dios lo haga millonario que invitarlo para que Dios lo haga Santo. Pero no por eso debemos dejar de compartir.

Y entonces la pregunta es: ¿Cómo soluciona Dios este asunto, como hace Dios para cumplir su promesa con quien genuinamente lo quiere conocer?

Pues esto que parece imposible o muy difícil que resolver, Dios lo ha solucionado de una manera muy, pero muy sencilla. Si volvemos a leer la promesa, está dice:

Deuteronomio 4.29 Mas si desde allí buscares a Jehová tu Dios, lo hallarás, si lo buscares de todo tu corazón y de toda tu alma.

Lo prometido es que quien lo busque de todo corazón lo va a encontrar. Y para que eso se cumpla es necesario que la persona que busca a Dios, tenga la capacidad o la guía necesaria, para reconocer o discernir, si lo que se le está enseñando es o no es de Dios.

Porque si no tiene esta capacidad o no recibe la guía necesaria, entonces le será imposible relacionarse con Dios adecuadamente, y la promesa no se cumplirá.

Sin embargo la solución que Dios ha dado a todo esto, como ya mencioné es muy muy sencilla. Es más tiene íntima relación con el primer requisito necesario para conocer a Dios. La Escritura nos enseña:

Juan 7.12–13 Y había gran murmullo acerca de él entre la multitud, pues unos decían: Es bueno; pero otros decían: No, sino que engaña al pueblo. 13Pero ninguno hablaba abiertamente de él, por miedo a los judíos.

Esa es exactamente la misma situación de hoy. Jesús está comunicando el mensaje que recibió de su Padre, y como tantas veces, con tantas mentiras han sido engañados los hombres. Pues lo inteligente es que la primera pregunta que se haga, quien escucha un mensaje qué le dicen que proviene de Dios, es: ¿Será verdad o será mentira lo que me están comunicando?

Las opiniones del pueblo estaban divididas, unos pensaban que era bueno lo que estaba enseñando, mientras que otros creían que con sus palabras lo que quería era engañar y sacar beneficio del pueblo…. Y como siempre ocurre, ninguno decía las cosas de frente, y así es que comienzan los chismes.

Y eso exactamente es lo mismo que está pasando actualmente con las iglesias llamadas cristianas, y aún con los cristianos cuando comparten sus enseñanzas… Y como tantas veces los hombres hemos sido engañados, y como se han visto tantos hombres religiosos haciendo barbaridades, es normal que nos preguntemos: ¿Será verdad o será mentira lo que esta iglesia o lo que estos cristianos están diciendo?

En el caso de Jesús, parece que la mayoría estaba de acuerdo con sus palabras, y hago esta deducción porque dice que tenían temor de hablar abiertamente por miedo a los judíos. Que obviamente eran los más molestos cuando Jesús decía que era Dios, porque además estaba denunciando el abuso y las malas prácticas de los religiosos de la época. La escritura continua diciendo:

Juan 7.15–16 Y se maravillaban los judíos, diciendo: ¿Cómo sabe éste letras, sin haber estudiado? 16Jesús les respondió y dijo: Mi doctrina no es mía, sino de aquel que me envió.

Ante la pregunta de ellos, el afirma que está hablando en nombre de Dios… Y por supuesto esa era la gran interrogación de quienes lo escuchaban.

En la humanidad muchos dicen creer en Dios. Y es verdad que creen en la existencia de un Dios, pero en lo que no creen, es en que haya una forma clara y segura de comunicarse con él.

Y está duda se aumenta cuando ven que en nombre de Dios ciertos grupos religiosos, asesinan, roban, violan, exterminan, y mienten para tapar todos sus crímenes.

Y entonces…¿Cómo podían reconocer si las palabras de Jesús eran las mismas del padre? La respuesta que el Señor Jesús da es:

Juan 7.17 El que quiera hacer la voluntad de Dios, conocerá si la doctrina es de Dios, o si yo hablo por mi propia cuenta.

A mí esto me parece espectacular. Porque está solucionando este dilema de una manera supremamente fácil, y además personal. Pues la clave para reconocer si es Dios quien nos esta hablando, no importa cual sea el método que utilice, la clave para reconocer que el mensaje es de Dios, está en un deseo genuino de querer hacer su voluntad.

Ósea que la respuesta a esta importantísima pregunta, porque no hay duda que no hay nada más importante que reconocer si es Dios quien me hablando. Si es él quien me está mandando a hacer algo o me está prohibiendo algo… La respuesta a esta pregunta esta adentro. En nuestro corazón. En el corazón de cada persona que genuinamente quiere hacer la voluntad de Dios.

Hace muchos años hacía hasta lo imposible para tratar de convencer a otros de que yo les estaba comunicando la verdad… Y cuando me salían con esas respuestas de cajón, que muchos en el mundo dan producto de la ignorancia, de no conocer la escritura, ni la historia, o de creer tonterías…

Para tratar de convencerlos llegaba al extremo de demostrarles que eran unos tontos… Y eran tan contundentes los argumentos que no podían defenderse… Sin embargo, el resultado no era que creyeran en Jesús, sino que terminaran ofendidos y hasta furiosos conmigo.

Al hacer eso: ¿Qué estaba ignorando yo? Que no hay poder humano, ni siquiera divino, que pueda convencer a una persona de creer en Jesús, si esta persona no desea hacer la voluntad de Dios.

Y cuando digo que no hay poder ni siquiera divino, no es porque Dios no tenga poder para hacerlo, sino porque el mismo Dios se ha limitado, al darle al hombre la libertad de escoger creer o no creer, servirle o no servirle.

Lo opuesto a esto es que cuando una persona quiere realmente hacer la voluntad de Dios, al oír el mensaje de Dios lo reconocerá como mensaje de Dios, así el mensaje no sea comunicado con mucha sabiduría o elocuencia, de todos modos lo creerá. Porque será Dios mismo confirmando en el corazón del que quiere hacer su voluntad, que esa es la absoluta verdad.

Es por eso que vemos a algunos cristianos que son super obedientes en ciertos aspectos de su vida, porque han entendido que es Dios quien desea que ellos hagan eso. Mientras que hay otros que han recibido el mismo mensaje cientos de veces… Y o no entienden nada, o piensan que es mentira que Dios desea eso, y la razón de dudar del mensaje de esta manera, es porque no quieren hacer la voluntad de Dios. Al menos no en esa área de su vida.

Esa es en realidad la única razón por la cual la gente no recibe el mensaje de Dios, porque las promesas que Dios ha dado son suficientes, para que aquel que desea conocerlo, lo conozca. Por ejemplo:

Santiago 1.5 Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada.

Eso quiere decir que si un nuevo creyente o un viejo creyente no entiende algo, lo que tiene que hacer es pedirle a Dios que le dé sabiduría, y Dios que siempre cumple sus promesas le hara entender.

Además de esta hay otra promesa que dice:

1 Juan 5.14–15 Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye. 15Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho.

Donde asegura que si pedimos algo que sea la voluntad de Dios, y no hay duda que es la voluntad de Dios que le conozcamos, por lo tanto si alguien pide conocerlo con un genuino deseo de conocerlo, no hay duda que Dios hará todo lo necesario para que le conozca.

Lo opuesto a esto es, que quien no quiere hacer la voluntad de Dios, no importa que usted le lea en la escritura por ejemplo; no mentir. Esa persona no creerá que eso sea un mandato de Dios, pensará que la mentira es aceptable a veces, es decir; encontrara justificaciones para ver la mentira como algo bueno, y seguirán mintiendo… ¿Porque? Porque no escucha la voz de Dios en su interior que le confirma que esa es la verdad… Y la única razón por la que no la escucha, es porque no quiere hacer la voluntad de Dios.

Es también por eso, que aunque debemos compartir el evangelio, a la final cada hombre es responsable de su salvación o su condenación, sin importar donde haya nacido, que cultura lo haya rodeado, qué religión le hayan enseñado… Porque a todo aquel que quiera de corazón hacer la voluntad de Dios. Dios le hablara.

La Escritura dice;

Juan 10.24–30 Y le rodearon los judíos y le dijeron: ¿Hasta cuándo nos turbarás el alma? Si tú eres el Cristo, dínoslo abiertamente. 25Jesús les respondió: Os lo he dicho, y no creéis; las obras que yo hago en nombre de mi Padre, ellas dan testimonio de mí; 26pero vosotros no creéis, porque no sois de mis ovejas, como os he dicho. 27Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, 28y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. 29Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre. 30Yo y el Padre uno somos.

Es tambien por esta razón, porque todo depende si hay o no el deseo de hacer la voluntad de Dios, que cuando a las personas les llega el verdadero mensaje del Evangelio, van a haber dos clases de reacciones básicas: Algunos dirán. “Esto es lo que estaba buscando”… Y aún: “Cuando llegue a esta iglesia sentí que era el sitio donde debía estar” Mientras que otros verán detestable el mensaje del evangelio, y aún habrá quienes ni siquiera sean capaces de soportar toda la reunión y se iran.

Con todo este respaldo bíblico podemos decir: Que todo el que de corazón quiera conocer a Dios lo conocerá, y todo aquel que quiera conocer cuál es la voluntad de Dios porque desea hacerla, la entendera.

A. REVELACIÓN PROGRESIVA

Pero también es importante que tengamos en cuenta, que al comenzar es difícil comprender el Evangelio con claridad, por causa de la mucha ignorancia y en especial del concepto tan equivocado que los hombres tienen respecto del bien y del mal.

Este concepto equivocado de bien y el mal también hace que la escala de valores de los hombres sea completamente equivocada… Y esta forma tan errónea de pensar es la que hace que mal interpretemos el mensaje de Dios, aún cuando estamos dispuestos a hacer su voluntad. Por eso es necesario como dice en la carta a los romanos:

Romanos 12.2 No vivan ya según los criterios del tiempo presente; al contrario, cambien su manera de pensar para que así cambie su manera de vivir y lleguen a conocer la voluntad de Dios, es decir, lo que es bueno, lo que le es grato, lo que es perfecto.

Necesitamos cambiar esa manera de pensar para poder entender la buena voluntad de Dios. Y como esta renovación de la manera de pensar no es instantánea, va a ocurrir que al comenzar nuestra vida cristiana, es muy posible que al recibir el mensaje de Dios lo vayamos a mal interpretar. Por ejemplo:

Cuando Jesús habló con la mujer samaritana y le ofreció el agua de vida eterna, ella no entendió realmente a qué se refería, por lo cual dijo:

Juan 4:15 La mujer le dijo: Señor, dame esa agua, para que no tenga yo sed, ni venga aquí a sacarla.

Jesús estaba hablando del agua de vida eterna, y ella estaba pensando que hablaba del agua común y corriente que tenía que ir a sacar al pozo…. Por eso pensó, qué con el ofrecimiento de Jesús no tendría que volver allí a sacarla.

Al revisar el pasaje, no se ve que en ese momento el Señor le aclarara la gran diferencia entre las dos clases de agua.

Ahora; esta distorsión del mensaje es muy común, como he dicho, por causa esa manera equivocada de pensar que tienen los hombres, y que es la que conforma los argumentos y las fortalezas que se resisten al conocimiento de Dios.

Por ejemplo; cuando usted le dice a alguien que Dios le ama. Esta persona al oírlo puede pensar en que Dios tiene un amor por él, como el que él tiene por sí mismo.

Y si usted le aclara que Dios lo ama mucho más de lo que cualquier hombre le pueda amar, él podrá seguir pensando en la misma clase de amor que él se tiene asimismo, o en la clase de amor que él quiere recibir. Y eso no es precisamente lo que Dios quiere decir.

Porque lo que él hombre esperara por causa de su ignorancia, es que gracias al amor de Dios, Dios mejore muchos de los aspectos materiales que en su vida le hacen sufrir, o que Dios le ayude a alcanzar muchas de las metas que no han logrado alcanzar, y muchas cosas más.

Sin embargo aunque Dios pueda cumplir con los deseos que el hombre tiene, uno de los objetivos de Dios, qué es indispensable para que los hombres podamos entender y experimentar el amor de Dios, es que Dios nos muestre que somos unos pecadores. Pecadores que por supuesto hemos sido perdonados por su gracia, pero pecadores.

Ser pecador significa que uno tiene malos sentimientos, que tiene malos objetivos y que ha tomado malas decisiones…. Como todo el mundo.

Para poder experimentar el amor de Dios necesitamos reconocer que somos pecadores y cambiar así nuestra forma de pensar y vivir… Pero no haremos eso si primero no entendemos que somos pecadores.

Déjenme preguntarles: ¿Cuántas personas conoce usted que cuando se le dice que están equivocadas lo reciben de muy buena manera, agradecen y cambian?

Bueno creo que me salte una pregunta y es: ¿Usted recibe de buena manera cuando le dicen que es pecador? Por qué… Aún entre cristianos de muchos años cuando alguien les dice que están pecando, comienzan a buscar los pecados del que le está diciendo la verdad, para acusarlo de pecado y así evadir la acusación.

Pero no sólo es necesario que Dios nos diga que somos pecadores, sino que cuando insistimos en nuestros pecados se hace necesario que nos discipline… Tal como dice la escritura:

Hebreos 12.6 Porque el Señor al que ama, disciplina, y azota a todo el que recibe por hijo.

Pero qué ocurre cuando una persona que no ha renovado su mente de manera adecuada, es disciplinada por el Señor para buscar su bendición… Pues que comenzará a pensar que Dios no lo ama y aún buscará escapar del trato de Dios.

Y así ocurre con muchos mensajes que recibimos de parte Dios, que los mal interpretamos y por eso es necesaria estar renovación de nuestra manera de pensar.

A este problema de la mala interpretación que el hombre hace del mensaje de Dios, hay que añadirle que muchos que no han entendido el mensaje de Dios tienen posiciones de liderazgo, y están enseñando un mensaje incompleto, lo cual hace que no sólo los nuevos no entiendan que es la auténtica vida cristiana, sino que aun los que llevan mucho tiempo tampoco lo entiendan.

Por ejemplo; es muy común escuchar sermones donde se hace un enorme énfasis en que van a recibir la bendición de Dios sí creen, pero en ningún momento se les aclara cuál es la verdadera bendición de Dios, y el hombre se va pensando en la bendición de Dios a su estilo…

¿Qué piensan?… Que se van a ganar la lotería; que por fin se va poder casar con la persona que aman; que por fin va a cambiar a un trabajo mejor, etc. Y por estar pensando que esa es la bendición del cristianismo, se pierden de la verdadera bendición de Dios.

Aclaro que; por supuesto que es una bendición que Dios me de comer, que cuide mi salud y que haga muchas cosas como estas que hace, pero esa clase de bendición la reciben todos en el planeta hasta los que van a ir para el infierno… Mientras que la bendición del cristianismo es algo completamente diferente y de muchísimo, muchísimo más valor.

B. LA REVELACIÓN DE LOS HECHOS

Esta distorsión no sólo puede ocurrir con el mensaje que se recibe de Dios, sino aún con las cosas que Dios hace por el hombre, por ejemplo:

Juan 6:26 Respondió Jesús y les dijo: De cierto, de cierto os digo que me buscáis, no porque habéis visto las señales, sino porque comisteis el pan y os saciasteis.

Lo que estamos viendo aquí en algunos de la multitud, es el resultado de un milagro a través del cual Dios les dio provisión.

El objetivo del milagro hecho por Dios, es que al ver la señal reconocieran a Jesucristo como su Señor y Salvador. Pero el resultado al menos en estos que se acercaron a Jesús, es que habiendo recibido el pan simplemente vinieron porque querían más pan.

En la actualidad Dios puede sanar a una persona de una enfermedad mortal, y esta persona no entender la grandeza de Dios que lo debe llevar a rendirse completamente a él, si no solo pensar en qué es tan importante estar sano, que por eso Dios lo sano.

Lo cual hará que viva dándole gloria Dios por su salud, y siga buscándolo de manera urgente, sólo cada vez que esté enfermo porque en lugar de entender que el milagro muestra la grandeza de Dios, solamente se queda pensando en lo importante que es la salud para el.

A otros Dios puede darles solución a su situación económica, y sin embargo no entender la grandeza de Dios, lo cual los llevará a vivir agradecidos por la provisión económica, y buscando a Dios sólo cuando tengan crisis económicas, porque seguirán pensando que no hay nada tan importante como el dinero.

Y si en algún momento Dios decide quitar la salud o el dinero… Estos creyentes entraran en una crisis horrible, porque aún pueden llegar a pensar que Dios dejo de amarlos, o que Dios perdió su poder, o que ellos están cometiendo un pecado por el cual Dios los está castigando… etc.

Ellos recibieron pan, no entendieron el propósito del milagro, y cuando tuvieron hambre volvieron por más pan. ¿Qué hizo Jesús? No les dio más pan, a cambio les dio gallina, pues les dijo:

Juan 6:27 Trabajad, no por la comida que perece, sino por la comida que a vida eterna permanece, la cual el Hijo del Hombre os dará; porque a éste señaló Dios el Padre.

Este trabajar se refiere a que la razón por la cual ellos deben vivir, no es por las cosas de este mundo, sino por las cosas que van a permanecer hasta la eternidad, las cuales el Señor Jesús les dará.

Pero cuando él les regaño, y les dijo lo que en realidad deberían estar buscando. Ellos comenzaron a cuestionarlo.

Juan 6.28 Entonces le dijeron: ¿Qué debemos hacer para poner en práctica las obras de Dios?

Eso debemos entenderlo como: ¿Si estamos mal en estar buscando a Dios sólo por obtener pan entonces qué es lo que tenemos que hacer para obtener esa comida que ha vida eterna permanece?

Y al ver eso uno diría: Aleluya, entendieron. Que bueno que están haciendo la pregunta correcta!

Es como alguien que sólo está buscando dinero a través de su relación con Dios, y en un momento cuando entiende que le dicen que está pecando, entonces pregunta: ¿Entonces qué debo hacer para buscar la bendición espiritual?
Juan 6.29 Respondió Jesús y les dijo: Esta es la obra de Dios, que creáis en el que él ha enviado.

Esta respuesta siempre me ha parecido maravillosa. Porque a veces uno cree que lo que Dios quiere es que uno haga muchas cosas para el. Y lo que él responde es: Que la obra de Dios es sólo el resultado de una cosa… Que le creamos a El.

Es decir: lo único que importa es que le creamos. Porque cuando le creemos hacemos su voluntad… Y la escritura dice…

1 Juan 2.17 Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.

Pero por supuesto como hemos visto para creer en El, primero debo desear de corazón conocele y junto a esto debo tener un deseo genuino de hacer su voluntad, porque sólo así podré escuchar su voz, entender cuál es su voluntad, creerle y hacerle caso.

Pero…¿Qué pasó con estos hombres cuando escucharon con claridad qué es lo que tenían que hacer?

Juan 6.30 Le dijeron entonces: ¿Qué señal, pues, haces tú, para que veamos, y te creamos? ¿Qué obra haces?

Hay están pintados los hombres con su maldad y su incredulidad. Cuando tuvieron claro lo que tenían que hacer, entonces aunque antes lo buscaron por el pan, ahora necesitaban pruebas de que él era Dios o si no, no le harían caso… Y por esto le pidieron que hiciera algún milagro.

Pero: ¿Por qué era que lo habían vuelto a buscar para pedir más pan? Porque con sólo cinco panes y dos pececillos dio de comer o una multitud como de 20.000 personas, sobrando además 12 cestas llenas. Y quedaron tan emocionados que cuenta la escritura:

Juan 6.14–15 Aquellos hombres entonces, viendo la señal que Jesús había hecho, dijeron: Este verdaderamente es el profeta que había de venir al mundo.15Pero entendiendo Jesús que iban a venir para apoderarse de él y hacerle rey, volvió a retirarse al monte él solo.

Pero al siguiente día, al entender que debían creer en él para hacer la obra de Dios… Producto de esa conversación muchos de sus discípulos volvieron atrás.

A veces somos tan necios que si Dios nos ofrece lo que deseamos entonces le creemos, pero si Dios nos dice algo que no queremos allí aflora toda nuestra incredulidad…

Recordando lo que hemos visto hoy, en primer lugar no seamos simples no podemos tomar solo un pasaje de la escritura y decir que esa es la voluntad de Dios ignorando el resto de la escritura.

El Segundo lugar; no olvidemos que en el mundo siempre tendremos aflicción… Pero Jesús ha vencido al mundo.

Por lo tanto lo más sabio que podemos hacer es buscar conocer a Dios.

Y por eso la siguiente pregunta muy importante es: ¿Realmente queremos conocer a Dios o solo estamos detrás de las cosas del mundo que el nos pueda dar?

Y si de verdad queremos conocer a Dios debemos entender que es indispensable tener un deseo genuino de hacer su voluntad, porque es el requisito necesario para poder identificar, cuando lo que nos están diciendo proviene de Dios o es invento de los hombres.

Recuerde; que si usted no sabe cuál es la voluntad de Dios, lo más seguro es que en realidad no quiere hacerla, por eso es que no sabes cuál es.

Es más, muchos que han escuchado cual es la voluntad de Dios para su vida… Siguen diciendo que no saben cuál es engañándose a sí mismos… Y peor aún, para justificar su desobediencia comienzan a dudar del amor y el poder de Dios.

Por esto es que el siguiente asunto que vamos a revisar, que puede confirmar que somos sus hijos y que deseamos conocer a Dios y hacer su voluntad…. Es la prueba de la permanencia… Que veremos la próxima semana si Dios lo permite…

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