¿CÓMO RECIBIR REVELACIÓN? – PARTE 1
¿CUAL ES LA BARRERA?
I. INTRODUCCIÓN
Creo que no hay duda, qué uno de los serios problemas que tenemos en este tiempo es la tremenda dificultad para poder reconocer cuál es la verdad… Respecto de muchas cosas.
De esta epidemia todo el tiempo recibimos mensajes los unos opuestos a los otros, y como sabemos de los diferentes intereses que hay en las personas del mundo, resulta muy difícil saber a quien debemos creerle, porque no tiene nada de raro que cada uno acomode la información para favorecer sus intereses.
Hay unos que están hablando de que esta enfermedad del coronavirus es la la madre de las epidemias y que va a acabar con muchísima gente… Y nos saturan con información para mantenernos asustados y encerrados.
Pero lo raro es que al revisar las estadísticas resulta que la gente todo el tiempo muere por millones, por otras enfermedades, o por hambre. Según los informes en promedio los últimos años mueren 150.000 personas diariamente en todo el mundo, lo cual comparado con el coronavirus que actualmente da un promedio de sólo 2.000 personas diarias . Y digo sólo 2.000 personas diarias porque los muertos por el coronavirus son escasamente del 1,3% de los que mueren diariamente en el mundo. De 100 personas que mueren diariamente sólo una muere de coronavirus… Sin embargo a través de las noticias han logrado imponer un pánico generalizado.
Por esta razón es que otros dicen que es un complot, una completa mentira, que el virus ni siquiera existe, que lo que quieren es acabar con la economía, esclavizar a los pueblos, acabar con los pobres, matar a los viejos, hacerse todavía más millonarios de lo que son, etc, etc.
La verdad es que si hay cosas muy extrañas con la información; con la que se da y con la que no se da.
Recuerdo que alguien decía que la clave para engañar a la gente, es decir una mentira tan grande pero tan grande, que la gente crea que es imposible que se estén inventando semejante cosa tan grave.
Pero esta batalla entre la verdad y la mentira de la que no podemos escapar, y que por supuesto nos afecta, no es algo nuevo. Porque es sólo la consecuencia de la rebelión de Satanás, quien por no tener razones válidas para rebelarse contra Dios, no le ha quedado otra sino mentir, dando una mala imagen de Dios, y de su voluntad, para justificar así su pecado.
Sabemos que esto es muy común. Inclusive hay quienes se adelantan; es decir cuando alguien los descubre en alguna mala cosa, comienzan a hablar mal de esa persona, diciendo que es chismosa, rencillosa, que crea disensión que le tiene bronca…. Para que cuando esa persona cuente la verdad que presenció, no tenga credibilidad.
Algo así como: “Mi vida fulana te vio con otra mujer”… Y él contesta; “Seguro que fue tal persona yo te he dicho que ella me odia, me quiere destruir. Y me lo dijo.”
No hay duda, la mentira es algo muy común en este mundo. Y normalmente es usada para tapar el pecado y justificar la rebeldía.
Es por eso que es normal ver cómo los hijos rebeldes siempre hablan mal de sus padres, como también es normal escuchar a los cristianos hablar mal de sus pastores cuando se cambian de iglesia… Y aunque a veces hay cosas ciertas, lo normal es que mientan, juzguen mal y exageren las cosas.
Igual ocurre en los trabajos. Por supuesto que hay malos patrones, pero cuando los empleados son malos, creo que el 99% de ellos dicen que sus patrones son los malos para así tapar sus errores.
Acaso usted ha oido que alguien díga; me echaron del trabajo porque soy flojo, por no poner cuidado, por ineficaz. No, eso es muy extraño.
Y como ese es el normal comportamiento de todo aquel que se revela… Podemos ver que en cierta ocasión en que el pueblo de Israel volvió a rebelarse contra Dios no haciéndole caso. El Señor les exhorto a través del profeta, diciéndoles:
Jeremías 2.5 Así dijo Jehová: ¿Qué maldad hallaron en mí vuestros padres, que se alejaron de mí, y se fueron tras la vanidad y se hicieron vanos?
Es decir: ¿Dónde está el mal comportamiento de Dios; donde está la justificación para alejarse de el para buscar cosas inútiles? Por supuesto no hay respuesta que justifique no hacer caso a Dios. Y por esto les sigue preguntando:
Jeremías 2.6–7 Y no dijeron: ¿Dónde está Jehová, que nos hizo subir de la tierra de Egipto, que nos condujo por el desierto, por una tierra desierta y despoblada, por tierra seca y de sombra de muerte, por una tierra por la cual no pasó varón, ni allí habitó hombre? 7Y os introduje en tierra de abundancia, para que comieseis su fruto y su bien…
Típico verdad. En los momentos en que nos rebelamos, allí nos olvidamos de absolutamente todo el favor recibido por por Dios o por los hombres. En este caso las cosas que Dios hizo por el pueblo eran milagrosas, desde la salida de Egipto, el trayecto en el desierto, hasta entrar a la tierra prometida.
¿Pero cuál fue la realidad, es decir que es lo que ellos hicieron al llegar a la tierra prometida?
Jeremías 2.7–8 …pero entrasteis y contaminasteis mi tierra, e hicisteis abominable mi heredad. 8Los sacerdotes no dijeron: ¿Dónde está Jehová? y los que tenían la ley no me conocieron; y los pastores se rebelaron contra mí, y los profetas profetizaron en nombre de Baal, y anduvieron tras lo que no aprovecha.
Entraron, contaminaron la tierra, se olvidaron de Dios y su ley, buscaron a Baal… Y no podía ser de otra manera, con el tiempo cosecharon las malas consecuencias. Y en lugar de reconocer su pecado, terminan echándole la culpa a Dios de su desgracia.
Es por esto que todas las razónes que podamos tener para rebelarnos contra Dios y no hacerle caso, no son válidas, son puras mentiras, aunque estemos convencidos que son verdad.
Ahora: Esa rebelión justificada por esa gran cantidad de mentiras ha creado dos bandos, que se caracterizan por dos estilos de vida con objetivos muy diferentes.
El Señor Jesús nos enseña acerca de esos dos bandos, cuando hablando con un grupo de religiosos que no lograban entender, mucho menos creer a sus palabras. Les dijo:
Juan 8.44–45 Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. El ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira. 45Y a mí, porque digo la verdad, no me creéis.
Nos enseña que hay dos clases de paternidad en el mundo. Por un lado están los que son de Dios y en el otro bando los que son del Diablo. (Esto a muchos puede parecer muy radical pero es la absoluta verdad)
Y la influencia de cada paternidad es tán grande, que irónicamente, la religión qué se supone que sirve para que los hombres puedan acercarse a Dios, a terminado siendo la encargada de decir muchas mentiras, qué hacen imposible o dificultan muchísimo que la gente se acerque a Dios. Por eso en otra ocasión les dijo:
Mateo 23.13 Mas ¡ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque cerráis el reino de los cielos delante de los hombres; pues ni entráis vosotros, ni dejáis entrar a los que están entrando.
Este comportamiento según las enseñanzas de Jesús, es solo el resultado de ser hijos del padre de la mentira, el cual los utiliza para mentir acerca de Dios, y los convence de tal manera de la veracidad de sus mentiras, que cuando Dios les habla, ellos no le creen.
La solución a esto esta en el otro bando, en nosotros, los auténticos cristianos. Porque el auténtico cristianismo no es un invento de los hombres para acercarse a Dios, sino la acción de Dios buscando a los hombres para salvarlos… La escritura dice:
Juan 3.16–17 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. 17Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.
Sólo el auténtico cristianismo puede deshacer todas las mentiras que los hombres han dicho acerca de Dios, y allí es como ya dije, entramos nosotros los cristianos, con la responsabilidad de comunicar esta verdad salvadora, este evangelio de las buenas noticias a todos los hombres.
Pero la tarea no es fácil, y se dificulta mucho más porque hemos sido infiltrados… El Señor Jesús nos advirtió acerca de esto, a través de una parábola:
Mateo 13.24–26 Les refirió otra parábola, diciendo: El reino de los cielos es semejante a un hombre que sembró buena semilla en su campo; 25pero mientras dormían los hombres, vino su enemigo y sembró cizaña entre el trigo, y se fue. 26Y cuando salió la hierba y dio fruto, entonces apareció también la cizaña.
Ciertamente la cizaña está entre nosotros, y aunque logren parecer ser muy buenos cristianos, porque eso creen ellos, la verdad es que al ser cizaña, por buenas personas que puedan ser, siguen con la misma mala paternidad que los gobierna, que los lleva a comunicar, al igual que los religiosos en la época de Jesús, muchas mentiras acerca de Dios…
En este último tiempo, personas que he creído que son auténticamente cristianos, me están asombrando al estar haciendo y enseñando cosas completamente equivocadas, de tal manera que creo que nunca fueron trigo, sino sólo cizaña, solo religiosos, sólo tienen fe, pero no han nacido de nuevo.
¿Cómo saber si son o no son? La escritura enseña:
2 Juan 9 Cualquiera que se extravía, y no persevera en la doctrina de Cristo, no tiene a Dios; el que persevera en la doctrina de Cristo, ése sí tiene al Padre y al Hijo.
El tiempo viene a ser el juez de ellos. Tenemos el claro ejemplo de Pedro, quien siendo auténtico creyente se desvió y se puso judaizar como están haciendo ahora muchos, y lo que nos dirá si son o no son auténticos cristianos, será su arrepentimiento y el volver a la sana doctrina.
Pero si insisten en judaizar, en volver a la ley, en celebrar las fiestas judías… Estarán confirmando que nunca fueron trigo, sólo cizaña, sólo religiosos con mucha fe pero no hijos de Dios.
Pero esto no es nuevo, y es por esta razón que cuando comenzó el cristianismo, encontramos al apóstol Pablo advirtiéndoles a sus discípulos, acerca de la importancia de predicar y enseñar una sana doctrina. A Tito le dijo:
Tito 2.1–2 Pero tú habla lo que está de acuerdo con la sana doctrina.
Si se habla de una sana doctrina podría hablarse de una doctrina enferma. Y una doctrina enferma da como resultado un fe enferma, que lleva a los creyentes a un mal comportamiento. Y por esto podemos leer, que Pablo viendo el pésimo comportamiento de algunos cristianos, le escribe a Tito:
Tito 1.13–14 Este testimonio es verdadero; por tanto, repréndelos duramente, para que sean sanos en la fe, 14no atendiendo a fábulas judaicas, ni a mandamientos de hombres que se apartan de la verdad.
Una fe enferma lleva a los hombres a creer en mandamientos de hombres, alejándose de la voluntad de Dios… En este caso nuevamente se estaban dejando judaizar.
Cuando entendemos que la fe en Dios sólo es válida cuando creemos lo que Dios ha dicho, prometido, o mandado. Entonces entendemos la grandísima importancia de predicar solo la verdad. Sin embargo lo he dicho muchas veces, no sólo se trata de decir la verdad, sino también como le dice Pablo a Tito…
Tito 2.2–6 Que los ancianos sean sobrios, serios, prudentes, sanos en la fe, en el amor, en la paciencia. 3Las ancianas asimismo sean reverentes en su porte; no calumniadoras, no esclavas del vino, maestras del bien; 4que enseñen a las mujeres jóvenes a amar a sus maridos y a sus hijos, 5a ser prudentes, castas, cuidadosas de su casa, buenas, sujetas a sus maridos, para que la palabra de Dios no sea blasfemada. 6Exhorta asimismo a los jóvenes a que sean prudentes;
Lo que hablamos tiene que estar precedido de un buen testimonio, o si no, aunque digamos la verdad, si damos mal testimonio, la palabra de Dios será blasfemada.
El mismo encargo le hace a su discípulo Timoteo:
2 Timoteo 4.1–2 Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los muertos en su manifestación y en su reino, 2que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina.
Notemos que el encargo de predicar la palabra no es algo que a Pablo se le ocurrió, sino que dice que es un encargo que tenemos delante de Dios y Jesucristo, mencionando que el va a juzgar a vivos y muertos… Con lo cual debemos entender, que seremos juzgados respecto si hacemos o no lo que debemos con la palabra.
Y además de la responsabilidad que tenemos delante de Dios, le dice que otra de las razones por la cual debemos predicar y enseñar a tiempo y destiempo una sana doctrina, es…
2 Timoteo 4:3 Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, 4y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas.
“Porque vendrá tiempo”… No hay duda que hace rato estamos en ese tiempo, donde: ”No sufrirán la sana doctrina” En otras traducciones dice; “no soportarán la sana enseñanza” y en otra; “no tendrán paciencia para la sólida enseñanza”
Ciertamente encontramos creyentes que no están dispuestos hacer la voluntad de Dios porque les duele; otros que no soportan las enseñanzas correctas y se molestan. Y la gran mayoría no tiene paciencia para una sólida enseñanza, es decir no tienen ni idea porque creen lo que creen… El dicho común es; ” Mi pastor dice” En lugar de decir; “La escritura enseña esto”
Y esta falta de solidez en la escritura permite que sean llevados de todo viento de doctrina pervirtiendo el evangelio.
Eso exactamente dice el pasaje. En otra versión podemos leer:
2 Timoteo 4.3–4 Porque va a llegar el tiempo en que la gente no soportará la sana enseñanza; más bien, según sus propios caprichos, se buscarán un montón de maestros que solo les enseñen lo que ellos quieran oir. 4Darán la espalda a la verdad y harán caso a toda clase de cuentos.
Y en la actualidad, es indudable, cada vez nos llega más información de cómo la doctrina cada vez está más torcida, es decir cada vez está más lejos de la verdad.
Ante esto una pregunta muy importante es: ¿Cómo se tuerce la doctrina cristiana?
Al hacer esta pregunta, alguien podría pensar que cuando hablamos de torcer la doctrina, nos estamos refiriendo a algo que llega bueno y que luego, por alguna razón, el hombre lo pervierte comunicando lo que no es.
Eso fue cierto en el caso de Adán y Eva. Ellos tenían una verdad absoluta que habían recibido de parte de Dios… Y teniendo la verdad, apareció Satanás y los convenció de que eso que Dios les había dicho era mentira.
Al creer ellos en las palabras de Satanás, la verdad de Dios se volvió mentira. Y la mentira de Satanás se volvió verdad… Y de esta manera se corrompió la imagen de Dios y también su mensaje.
Pero eso no es lo que está ocurriendo en la actualidad. Hay una diferencia muy grande y es la siguiente:
Desde un punto de vista objetivo, el mensaje de la escritura, es el claro y contundente mensaje de Dios para el hombre. Allí no hay confusión, en la escritura no hay contradicción, y lo que ella dice es la absoluta verdad necesaria y suficiente, para entender y hacer la perfecta voluntad de Dios.
Siendo esto así, cuando hablamos de pervertir el mensaje en la actualidad, lo que estamos diciendo, no es que el hombre recibe con claridad el mensaje y lo pervierte. No, no es como si Dios dijera que algo es blanco, y el hombre entendiendo que algo es blanco toma la decisión de decir que es negro.
No. La realidad, es que cuando Dios dice que algo es blanco, el hombre entiende que es negro.
Es decir; el hombre ni siquiera logra recibir el mensaje con claridad, y esto que el hombre entiende mal y lo comunica como si fuera una verdad, es lo que hace que el mensaje sea pervertido.
Es algo así como si hubiera un filtro lleno de mugre y cuando el mensaje pasa a través de él sale todo sucio. O como cuando vamos a pintar de blanco con una brocha usada, que no fue adecuadamente lavada, y la vieja pintura se disuelve y cambia completamente el color de la nueva.
Pero: ¿Cuál es ese filtro o esa pintura que produce esa distorsión en la doctrina cristiana? La escritura nos explica:
Efesios 4.17–18 Esto, pues, digo y requiero en el Señor: que ya no andéis como los otros gentiles, que andan en la vanidad de su mente, 18teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón;
Notemos que son una serie de cosas que van encadenadas, pues las unas son consecuencia o dependen de las otras.
Lo primero que menciona el apóstol, es que no debemos vivir dirigidos por una mente vana… En otras traducciones dice: “Con criterios equivocados” o “Estéril manera de pensar” o “Irremediablemente confundidos”
Esto en otras palabras quiere decir, que los grandes objetivos que los hombres tienen como lo máximo en sus vidas, son totalmente inútiles, equivocados, y no darán buenos frutos, porque esos objetivos salieron de una mente que esta irremediablemente confundida, y por eso hacen cosas completamente inútiles y malas, pero convencidos que están haciendo algo de provecho para sus vidas.
El Señor Jesús en una parábola en la que un hombre cree que ha tenido una excelente vida, muestra el resultado final de vivir así, y lo más grave, cuando ya no hay nada que hacer.
Lucas 12.20–21 Pero Dios le dijo: Necio, esta noche vienen a pedirte tu alma; y lo que has provisto, ¿de quién será? 21Así es el que hace para sí tesoro, y no es rico para con Dios.
Pero los hombres con su estéril manera de pensar, no pueden entender su gran error y por eso convencidos de que viven de manera correcta, andan obstinados y esclavizados en lograr sus objetivos.
Luego continúa diciendo el pasaje de Efecios, que tienen el entendimiento entenebrecido. Es decir no es sólo tener unos objetivos totalmente inútiles, a eso se añade algo más grave, y es tener dañada la mente, en el sentido de que no pueden pensar con claridad, con lógica, con sensatez, con sentido común… están embrutecidos. (Es como si estuvieran completamente drogados)
Y este embrutecimiento es el que no les deja entender la verdad, por eso viven convencidos que sus objetivos son una maravilla.
Pero hay más. A estos objetivos inútiles y al embrutecimiento de sus mentes, se le suma la ignorancia tan grande que tienen acerca de Dios… Y la razón de esa ignorancia, no es porque Dios no les haya dado la oportunidad de conocer la verdad, sino porque la dureza de su corazón no les permite recibirla.
Y: ¿Qué es la dureza de corazón? Esta dureza es en realidad una gran terquedad u obstinación enfermiza… Que les lleva a creer, que sólo ellos tienen la verdad. Es como una confianza absoluta en uno mismo.
Y cuando ven que otro tiene una verdad distinta, para no ceder, en su obstinación terminan diciendo qué la verdad que cada uno tiene es igual de valiosa, que por lo tanto respetará esas otras verdades como quiere que se respete la suya. (Eran las palabras de un pastor que predicaba cosas torcidas para defenderse de sus contradictores.)
Así nacen las verdades relativas. Donde la verdad absoluta no importa, sino sólo lo que cada uno crea.
Y esa gran cantidad de verdades de relativas, que en realidad son mentiras, son las que colocan una barrera que les impide conocer a Dios.
Lo tremendo es que a pesar de todo este daño que el hombre asimismo se ha hecho, Dios en su amor ha colocado en el hombre algo así como un mecanismo para que el hombre pueda reconocer la verdad de Dios cuando le es comunicada…
Esto tiene íntima relación con la conciencia, que es esa voz interior que aunque sea de una manera muy precaria, nos dice qué es lo bueno o lo malo. Y que cuando es obedecida permite que el hombre termine conociendo a Dios.
Pero el hombre no haciendo caso su a conciencia, hace lo que le viene en gana, y poco a poco al atropellar su conciencia, esta va perdiendo sensibilidad. Y al perder sensibilidad le queda cada vez más fácil corromperse más, sintiéndose bien. Por eso el pasaje continúa diciendo:
Efesios 4.19 los cuales, después que perdieron toda sensibilidad, se entregaron a la lascivia para cometer con avidez toda clase de impureza.
Cuando un hombre maltrata a su mujer de manera continua, al ir perdiendo sensibilidad cada vez la maltratara peor. Y así ocurre con todos los pecados, entre más los cometamos, mas fácil es cometerlos.
Entre mas tacaño con el tiempo más tacaño será; entre mas mentiroso más mentiroso con el tiempo será; entre mas indolente más indolente con el tiempo será; entre más perezoso con el tiempo más perezoso será; entre mas incrédulo con el tiempo más incrédulo será. Entre más mentiras se diga a si mismo con el tiempo cada vez se dira más mentiras.
Ocurre en los incrédulos, pero también he visto que ocurre en los cristianos, quienes además de su conciencia tienen el Espíritu Santo. Pero al igual que con la conciencia, producto de insistir en sus pecados, primero contristan al Espíritu Santo y luego lo apagan.
De tal manera que pueden llegar a corromperse aún más de lo que eran antes de ser creyentes… Y lo más grave de todo, al igual que los incrédulos, terminan pensando que están haciendo bien. Por eso la advertencia del Señor en su palabra:
Efesios 4.30 Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención.
1 Tesalonicenses 5.19 No apaguéis al Espíritu.
Y cuando se insiste en el pecado…
2 Pedro 2.22 Pero les ha acontecido lo del verdadero proverbio: El perro vuelve a su vómito, y la puerca lavada a revolcarse en el cieno.
Tristemente fallamos en entender lo destructivo que es el pecado. Y por eso, aún siendo creyentes, cuando nos negamos a hacer lo que Dios nos ha dicho con claridad, eso va endureciendo nuestro corazón, eso va apagando al Espíritu Santo, y llegará el momento en que por más que nos prediquen una y otra vez lo que debemos hacer, no oiremos nada.
He visto creyentes, o al menos eso dicen ser, que teniendo esposa se consiguen una amante, primero a escondidas, luego cuando la mujer se entera, no la dejan, ni a la mujer ni a la amante. Luego como si fuera algo bueno obligan a la mujer a que acepte ese triángulo. Y cuando la esposa se aguanta, entonces con el tiempo comienzan a maltratarla llegando a tratarla de zorra o de prostituta, porque a pesar de todo creen que tienen todo el derecho sobre ella… Y luego son capaces de participar en la alabanza de alguna iglesia, y publicando los videos de su “Santidad”, sin darse cuenta que todos a su alrededor si se dan cuenta de su maldad. Y por supuesto el malo no es el, los malos son los que no estamos de acuerdo con el.
Lo mismo a pasado con muchos predicadores, quienes al notar que al predicar la verdad la iglesia no crece como quisieran, o las ofrendas no son tantas como ellos quisieran, entonces comienzan poco a poco a predicar lo que la gente quiere oír, comienzan a llenarlos de falsas esperanzas, y a alimentar su codicia para esta manera recibir ellos lo que desean.
Otros comienzan a predicar maldiciones, a amenazar a los discípulos, a llenarlos de temor si se les ocurre juzgar a sus pastores. Y el resultado final con los unos y con los otros, es que corrompiendo su conciencia o apagando al Espíritu Santo, si es que son cristianos, terminan completamente torcidos.
Alguna vez escuché a un pastor de una iglesia muy pero muy grande, cuyo local es del tamaño de un estadio, qué cuando un periodista le preguntó que porque sus mensajes eran motivacionales pero no hablaban del pecado del hombre.
Este hombre dijo; que los hombres están casados de escuchar malas noticias, y que por eso no era bueno que al llegar a la iglesia también escucharan malas noticias. Por eso el, a decidido no hablar del infierno, no hablar de la condenación eterna, no hablar del pecado para no incomodarlos.
De lo que hay que hablar, dice él, es del amor de Dios y de que tiene un plan maravilloso para sus vidas, donde si ellos confían, entonces van a disfrutar de salud, prosperidad, protección y éxito mucho éxito….
Pero precisamente de este mal comportamiento da testimonio el pastor en aquel audio que les comenté la semana pasada, donde decía que Dios estaba furioso porque los pastores están predicando lo que la gente quiere oir. Y es que ciertamente muchas iglesias se han dedicado a predicar no sólo un evangelio ligero y permisivo, sino un evangelio lleno de codicia y altivez.
Donde poco importa el comportamiento de las personas, pues enseñan que lo importante es que tengan fe para pedir lo que desean. Y si no reciben lo que piden es por su poca fe.
Pero eso se puede arreglar, dicen ellos, dando una ofrenda en dinero costosa, tan costosa que les duela entregarla, para con ese dolor demostrar su fe y su deseo de recibir lo que le están pidiendo a Dios… En algunas iglesias han llegado a colocar tarifas según el milagro que la gente necesite… Sanar de sida cuesta 1 millón, de cáncer 800 o 500…
Y aunque esto nos parezca terrible, malvado, o una manipulación absurda para aprovecharse de la gente. La verdad es que muchísimos, muchísimos lo creen.
Pero: ¿Porque creen semejantes cosas que la Biblia contradice con claridad?
Porque a la dureza de corazón que tienen, se le añade que sus maestros no le aclaran asuntos que son fundamentales, y que hacen la diferencia entre una buena y una mala doctrina. Que es casi igual a decir que hacen diferencia entre el cielo y el infierno.
Por ejemplo: La gente no tiene claridad en la enorme diferencia entre lo que Dios dice que es bueno y lo que ellos creen que es bueno.
Tampoco tienen idea de lo que es la justicia según Dios… Por eso de manera continua no entienden lo que Dios hace.
Al no entender estas cosas, tampoco podrán entender lo que es el verdadero amor de Dios… Y toda esta ignorancia hace que juzguen mal, tanto los mandatos de Dios como las cosas que Dios hace.
Hablando con alguien que perdió un familiar, del cual en la iglesia le habían profetizado la completa restauración. Al al no sanarse, creyendo que Dios le había fallado, no quería ni siquiera hablar con Dios, mucho menos regresar a la iglesia.
Entre las varias cosas que le dije, le hice una pregunta que es fundamental que todo cristiano tenga claro, y que también muchas veces no se enseña con claridad. Le pregunté:
¿Tú quieres servirte de Dios o tú quieres servir a Dios?
Esta pregunta puede sonar muy extraña para muchos, porque cuando la gente tiene problemas y se acerca Dios, no lo hace pensando en: “Voy a servir a Dios” A lo mucho podrán pensar, que cumpliendo una penitencia lograrán conseguir el favor de Dios.
Pero en general todo aquel que tiene problemas y se acerca a Dios, lo hace esperando que Dios haga lo que él cree que necesita.
Pero lo que no entienden, es que los problemas y las necesidades que tienen los hombres, son solo el resultado de no hacer la voluntad de Dios. Eso ya lo vimos. La escritura lo dice de muchas formas, por ejemplo:
Romanos 6.23 Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.
Por eso si alguien quiere que su vida mejore, qué sus problemas sean resueltos, que pueda disfrutar de paz y tranquilidad… La pregunta qué hay que hacerles es: ¿Estás dispuesto a hacer la voluntad de Dios, o quieres insistir en hacer la tuya con ayuda de Dios?
Esto a algunos puede sonar muy duro pero fue lo que Jesús dijo las multitudes que lo seguían, a los simpatizantes, los que apenas están comenzando a ver si creían o no en el…
Lucas 14.33 Así, pues, cualquiera de vosotros que no renuncia a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo.
Ahora: Si un llamado cristiano después de un tiempo insiste en hacer su voluntad, así sea con la ayuda de Dios, o si insiste en hacer su voluntad sin que Dios lo estorbe, porque ese es el caso de otros… ¿Esta persona será realmente cristiana?
Si entendemos que es cristiano aquel que sigue a Cristo, entonces estos que no lo quieren seguir, sino qué Cristo los siga, y no desean hacer la voluntad de Cristo, sino que Cristo sea quien haga lo que ellos desean…¿Si serán auténticos cristianos?
Hago la pregunta, porque el verdadero cristianismo a lo que debe llevarnos es a servir a Dios, y por supuesto a que se haga su voluntad y no la nuestra.
Y si nos preguntamos: ¿Pero porque Dios pide eso? Será: ¿Porque Dios quiere aprovecharse de nosotros, o porque Dios nos necesita? No. Muy lejos de que Dios nos pueda necesitar más bien parecemos una gran molestia.
El quiere que hagamos su voluntad y sólo su voluntad, porque eso es lo que da solución a toda nuestra vida y a nuestra eternidad.
Y esto marca una diferencia muy grande entre los unos y los otros, entre los dos bandos. Una diferencia tan grande que Jesús la expresó de la siguiente manera:
Mateo 8:22 Jesús le dijo: Sígueme; deja que los muertos entierren a sus muertos.
Son las palabras de Jesús a un hombre qué manifestaba querer seguirlo, pero que primero consideraba necesario hacer algo antes de hacerlo. Y por la respuesta de Jesús podemos entender que; una cosa es hacer la voluntad de Dios, y otra muy diferente la voluntad de los muertos.
En este caso en particular, dicen algunos que según la tradición judía la herencia sólo se repartia después de que la persona estaba enterrada, lo cual quiere decir que este hombre primero quería recibir su herencia antes de seguir al Señor.
Eso quiere decir que ir por su herencia en este caso en particular, era igual a hacer la voluntad de los muertos… Pero será por eso, que al joven rico cuando le preguntó que qué era necesario para salvarse, al final Jesus le dijo…
Marcos 10.21–22 Entonces Jesús, mirándole, le amó, y le dijo: Una cosa te falta: anda, vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme, tomando tu cruz.
¿Será que esto nos confirma que buscar tener dinero es malo? Por supuesto que no. Lo que realmente es malo, que es igual a seguir a los muertos, es hacer nuestra voluntad en lugar de hacer lo que Dios nos pide. Esto lo podemos ver también en el siguiente pasaje:
Lucas 9.61–62 Entonces también dijo otro: Te seguiré, Señor; pero déjame que me despida primero de los que están en mi casa. 62Y Jesús le dijo: Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios.
El problema no es buscar dinero, el problema no es despedirse de los de la casa cuando se vaya de misionero, el problema es pensar que nuestros planes, que no podemos realizar porque Dios nos ha mandado a hacer otra cosa, son importantes, razón por lo cual insistiremos en cumplirlos.
Pero esta actitud dijo Jesús, no nos hace aptos para el reino de los cielos.
Y como mencioné que hay una gran ignorancia respecto de lo que realmente es bueno a los ojos de Dios, hay muchos que caen en el gran error, de dejar de hacer la voluntad de Dios por hacer algo que ellos consideran muy bueno, aún a los ojos de Dios… Pero están muy equivocados.
No importa lo bueno que parezca algo, marido, mujer, hijos, negocio, salud, diversión… Si nos estorba para hacer la voluntad de Dios… Estamos siguiendo a los muertos, no al Señor.
Este principio es muy claro en las palabras de Jesús en el sermón del monte cuando dijo:
Mateo 7.22–23 Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? 23Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad.
Por supuesto que todo creyente cree que es bueno profetizar, enseñar o predicar en el nombre de Jesús. Igualmente creen que es muy bueno echar demonios, y como decir que es malo hacer milagros…
¿Pero, porque siendo cosas que los creyentes consideran buenas, el Señor les dice que hicieron maldad, que no son conocidos por el, lo cual significa que van a terminar en el infierno? Muy sencillo, Jesús lo dijo:
Mateo 7.21 No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.
Porque no importa lo bueno de las cosas que estemos haciendo, si por hacerlas no hacemos la voluntad de Dios eso nos descalifica por completo.
Cuantos antes de esta epidemia decidieron no volver a la iglesia, porque podían a través de las redes escuchar el mensaje… ¿Y será que eso es lo que Dios les ordenó, o lo que ellos consideran bueno?
Cuantos el lugar de ser fieles con Dios financieramente, han tomado la decisión de hacer algo según ellos muy bueno, cómo financiar equipos de fútbol, construir hospitales, dar mercados… ¿Y será que eso tan bueno que están haciendo, será que los disculpa de NO hacer la voluntad de Dios? Por supuesto que no.
Otros cuando toman esas decisiones de hacer lo bueno para no hacer la voluntad de Dios, dicen será algo temporal… “Luego vuelvo a la iglesia, luego soy fiel con Dios, luego si voy a hacer lo que Dios quiere”.
Pero lo más seguro es que pasará el tiempo, y como no hacer la voluntad de Dios endurece el corazón y apaga al Espíritu.. El resultado final es que no harán la voluntad de Dios.
Inicialmente pueden responder igual que joven rico…
Marcos 10.22 Pero él, afligido por esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones.
Su aflicción provenía de que quería hacer la voluntad de Dios, pero no fue capaz de pagar el precio, no por lo costoso que fuera, sino por su poca fe…
Pero al pasar el tiempo no sentirán aflicción. Todo lo contrario, serán capaces de ver a los cristianos obedientes como tontos, producto de pervertir en su corazón el Evangelio de Dios.
Otros no le dicen a Dios que no van a hacer su voluntad, dicen que si la van a hacer pero después de hacer lo que ellos quieren. Pero cuando NO comenzamos a obedecer a Dios en el instante en que entendemos su voluntad, terminamos postergándolo para el otro año, para el otro mes, para la próxima semana, o mañana comienzo, o es la última vez, etc… y al final no hacemos nada.
¿Por qué? Porque la escritura dice:
Hebreos 3.7–11 Por lo cual, como dice el Espíritu Santo: Si oyereis hoy su voz,8No endurezcáis vuestros corazones, como en la provocación, en el día de la tentación en el desierto, 9 Donde me tentaron vuestros padres; me probaron, y vieron mis obras cuarenta años. 10A causa de lo cual me disgusté contra esa generación, Y dije: Siempre andan vagando en su corazón, y no han conocido mis caminos. 11Por tanto, juré en mi ira: No entrarán en mi reposo.
De tanto desobedecer… Al final no lograron entrar.
Que difícil es para algunos entender, que cuando Dios dice no, a algo que deseamos, por bueno que sea lo que deseemos, si insistimos en tenerlo, estamos pecando, estamos siguiendo a los muertos.
No porque sea bueno o malo lo que buscamos obtener, sino porque estamos en contra de la voluntad de Dios. Y ese comportamiento es tan grave que el Señor lo describe como seguir a los muertos…
Sin embargo, creo que parte del problema respecto de esto, es que no somos conscientes de la muerte que hay a nuestro alrededor… Y por eso, sin problema, seguimos a los muertos como si fueran vivos.
Alguna vez alguien me llamó, y me dijo que mientras caminaba por el centro le pasó algo muy extraño, porque comenzó a sentir que la gente a su alrededor estaba muerta, o que el muerto era él. Es decir percibía una enorme diferencia entre él y los demás.
Al oírlo recordé ese pasaje de la escritura. Déjeme preguntarles: ¿Cuando ustedes leen que Jesucristo, dice que la gente está muerta, que es lo que en realidad piensan que deben entender?
Piénselo… Sus padres que no son auténticamente cristianos están muertos. Sus amigos que no son auténticamente cristianos están muertos. Sus hijos que no son auténticamente cristianos están muertos. Sus cónyuges que no son auténticamente cristianos están muertos.
Pero: ¿Qué piensa usted de ellos que están muertos? o ¿Cómo se relaciona usted con esos cadáveres? ¿Acaso le producen una grandísima tristeza o al menos una gran repulsión andar con ellos?
Imaginémonos que nos conseguimos unos 20 cadáveres algunos bien frescos, otros putrefactos y malolientes, otros bien secos, y los colocamos aquí intercalados entre estas sillas y hacemos nuestra reunión normal en la iglesia. Y cantamos alabanzas y nos tomamos de las manos… ¿Cómo se sentiría usted en medio de ellos? ¿Realmente los trataría como si fueran personas comunes y corrientes, iguales a usted?
Déjeme decirles algo, ese ejemplo que les estoy dando se queda corto. Un ejemplo más adecuado es tomar una película de esas de los muertos vivientes, donde los cadáveres andan desesperados tratando de comerse a los vivos. Esa imagen nos muestra con mayor claridad lo que en realidad está sucediendo en este momento en la tierra. Esa imagen se acerca mucho más a la profetizada enemistad entre la simiente de Dios y la simiente del diablo.
¿Somos conscientes de lo que significa la muerte espiritual que conlleva a la condenación eterna? O ¿Somos tan inconscientes que aún soñamos con vivir vidas como las que viven los muertos?
Por no ser conscientes de esa realidad, es que aunque entendemos cuál es la voluntad de Dios, la posponemos por estar haciendo lo mismo que los muertos hacen.
Revisemos nuestros sueños a la luz del siguiente pasaje:
Colosenses 3:1 al 2 Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. 2Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra.
¿Qué es lo que estamos buscando? ¿Las cosas de arriba o las de la tierra? Alguna vez a un grupo de creyentes les pedí el favor de que hicieran una lista de las cosas de arriba que están buscando… La mayoría no sabía que escribir.
Pero si se les pide una lista de las cosas que en la tierra quieren conseguir, no alcanza el papel… Y la pregunta súper importante es: ¿Dónde estás tú? Haciendo cosas que consideras muy muy buenas, o la voluntad de Dios?
Queridos hermanos, es prácticamente imposible poder reconocer la verdad en todas las cosas que el mundo dice, por lo mismo sería muy necio creer lo que el mundo dice que necesitamos para una buena vida, para ser felices.
La razón de tanta mentira, es la dureza de corazón que nos lleva a no reconocer que no hemos creído en Dios. Y en lugar de aceptar que hemos desobedecido preferimos mentir, y creer las mentiras del mundo, para justificar nuestro comportamiento o nuestra mala situación.
Abramos los ojos, sólo hay dos caminos. El camino de Dios y el camino de los muertos… El camino de Dios es muy claro, sólo hay que hacer su voluntad. El camino de los muertos según ellos, está lleno de cosas buenas, maravillosas, espectaculares, que impiden que hagamos la voluntad de Dios.
Gracias a Dios por esta pandemia, gracias porque a obligado a revaluar nuestras vidas, nuestros objetivos, nuestras creencias… Que Dios tenga misericordia y nos permita ver la verdad.
Qué reconozcamos en nuestra vida los objetivos inútiles; que reconozcamos nuestra torpeza para razonar con claridad; que reconozcamos la dureza de nuestro corazón que nos lleva a insistir en pecar; que reconozcamos como hemos apagado el Espíritu Santo, de tal manera que ya no escuchamos cuál es la voluntad de Dios…
¿No sé qué tan lejos o tan confundido estés? Pero si hoy comienzas hacer lo que es claro que debes hacer, poco a poco entenderás más y más, cuál es la perfecta voluntad de Dios.
Y por favor, no digas no puedo. Por supuesto en nuestra capacidad no podemos, pero el Espíritu Santo nos ha dado las herramientas y la sabiduría para hacer su voluntad. Así es de que podemos hacer lo correcto si realmente queremos y confiamos en Dios.
Por favor: No hay maldad de Dios. Sólo hay amor, paciencia, misericordia, y por eso en este tiempo de gracia, de manera insistente esta llamando la atención a sus hijos y a los que no lo son, para que todos disfrutemos de su amor.
Leímos que la escritura dice: Si oyeres en su voz, no endurezcáis vuestro corazón. No dejes para mañana, es hoy qué tienes que tomar la decisión de obedecer a Dios… Y a hacerla.
Continuamos la próxima semana…