AUTOR DE ETERNA SALVACIÓN
PARTE 2
I. INTRODUCCIÓN
En el estudio anterior hablamos acerca de la importancia de hacer buenos planes, porque esos buenos planes son los que nos llevarán a tomar las decisiones correctas. El Señor en su palabra nos dice:
Efesios 5.15–17 Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, 16aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos. 17Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor.
Sí nos preguntamos: ¿Cuál es la voluntad de Dios para cada uno de nosotros? La respuestas pueden ser variadas pero lo que es seguro, es que no es posible tener buenos planes, no a los ojos de Dios, si ignoramos la importancia de la salvación.
Entendiendo como la salvación no sólo el hecho de haber sido perdonados y aceptados en Cristo Jesús, sino el claro propósito de limpiar nuestra vida de pecado para poder servirle mejor.
Esta salvación (Justificación y santificación) no es una opción para el creyente, es la realidad que tiene que aprender a aceptar y a vivir. Pues la escritura dice de todos los auténticos hijos de Dios:
1 Pedro 2.9 Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable…
Y cuando digo que no hay opción es; o porque somos eso que Dios dice por haber nacido de nuevo, y nuestro propósito es, anunciar a nuestro salvador para que el mundo le conozca, o somos hijos del diablo y vamos rumbo al infierno por no haber aceptado a Jesús como nuestro Señor y nuestro Salvador…
Y en ese caso entonces no importara lo buenos que parezcan nuestros planes y todas nuestras decisiones por correctas que parezcan, si vamos a terminar condenados.
Pero si no somos hijos del diablo entonces al ser salvos somos linaje escogido. Este linaje se refiere a una descendencia que nace por la fe, es decir no se refiere a los descendientes de Abraham sino a aquellos que por la fe han aceptado a Jesucristo y han nacido de nuevo. Recordemos que no toda Fe produce el nacimiento espiritual.
Y como debemos entender y aceptar lo que somos, podemos comenzar preguntando:
¿Cuándo nos relacionamos con la gente del mundo somos conscientes que somos hijos de Dios y los demás son gente que necesitan ser salvados de la condenación eterna? O cuando nos relacionamos con los demás…¿Los vemos como iguales a nosotros menos preciado lo que realmente somos?
Porque la escritura también dice que somos real sacerdocio. Y esto quiere decir que fuimos hechos por Dios mediadores entre él y los hombres. En primer lugar para acercarlos a Cristo para que sean salvos, y en segundo lugar para ayúdalos a crecer en salvación.
Si somos conscientes de lo que somos, entonces otra pregunta que nos debemos hacer es:
¿Cuál es la imagen que como cristianos dimos a lo largo de este año? Si le preguntáramos a nuestros familiares, a los amigos, o empleados, estamos seguros que ellos responderán que en nosotros vieron la imagen de Jesús?…
… Porque fuimos a lo largo de este año personas de palabra, que cumplimos al pie de la letra nuestros compromisos, nuestras promesas, que además fuimos justos, que no nos aprovechamos de nadie, generosos, misericordiosos, pacientes… ¿Estamos seguros que eso es lo que ellos responderán?
Esta pregunta es supremamente importante porque hay “cristianos” de los cuales, no sólo en la iglesia sino aún la gente del mundo tiene pésima imagen, por incumplidos, mentirosos, arrogantes, sinvergüenzas, perezosos y cosas por el estilo.
Es decir no se están portando como lo que deberían, como Nación Santa. O porque son muy necios tercos y arrogantes y eso bloquea su fe, o porque no son hijos de Dios y van de para atrás y no para adelante. (Ojo con el examen, si no hay cambios significativos favorables lo más seguro no somos auténticos hijos de Dios)
Porque el auténtico hijo de Dios como nos enseña la escritura, toma buenas decisiones, y además se sostiene en ellas.
Es por esto que cuando Dios a través de su palabra nos dice que debemos, como el labrador esperar con paciencia el momento de recoger el fruto, después de darnos ejemplos de personas que sufrieron por la fe esperando los buenos resultados ofrecidos por Dios, dice algo supremamente importante para que eso, el recoger fruto sea una realidad. Y eso es:
Santiago 5.12 Pero sobre todo, hermanos míos, no juréis, ni por el cielo, ni por la tierra, ni por ningún otro juramento; sino que vuestro sí sea sí, y vuestro no sea no, para que no caigáis en condenación.
Y cuando dice; ”pero sobre todo” para que; ”no caigas en condenación” es como si dijera que no importa la enorme fe que puedan tener, no importa que tanto crean que Dios les habla, no importa todo su conocimiento de la escritura, no importa si ya hemos esperado un tiempo, si no nos sostenemos, si no somos personas de palabra, si no cumplimos nuestros compromisos, si no somos vistos por los demás como personas íntegras… entonces no estamos en nada.
Por eso es muy importante la respuesta a esta pregunta: ¿Así nos conocen? Cuando damos nuestra palabra, cuando decimos que vamos a pagar algo, cuando decimos que vamos a cierto sitio, cuando decimos que vamos hacer algo, la gente que nos conoce tiene la certeza de que vamos a cumplir, porque ese es el testimonio que hemos dado a lo largo de este año.
O: ¿Será que cuando nos comprometemos a algo, la gente que nos escucha comienza a orar para que Dios haga el milagro y cumplamos?
Que triste que de un cristiano la gente diga que es mentiroso, incumplido, perezoso, ventajoso, que cada vez que las circunstancias cambian, el cambia su palabra para buscar su beneficio… Y si eso dicen de un llamado cristiano entonces: ¿Será un verdadero hijo de Dios?
En el salmo 15, hablando de aquellos que habitarán en el tabernáculo de Dios, en su monte Santo, el requisito que nos da, es andar en integridad, haciendo justicia y hablando verdad… pero un poco más adelante dice:
Salmo 15.4 El que aun jurando en daño suyo, no por eso cambia…
Esto es bajo el viejo pacto, donde era permitido jurar, pero aclara que aquel que se comprometía con algo a través del juramento, así ese compromiso le hiciera perder dinero, perder amistades, perder lo que fuera, de todos modos la persona qué se sostenía cumpliendo su palabra, era la digna de habitar en el templo de Dios.
Bajo el Nuevo Pacto leímos que no se puede jurar, y que el juramento debe ser reemplazado por un simple sí, o un no, pero nuestra palabra tiene que tener te la misma importancia de un juramento, y por lo tanto un auténtico hijo de Dios siempre debe cumplir con su palabra.
La pregunta podría ser: ¿Por qué esto tan sencillo, que no parece importante, más aún cuando en el mundo es normal que la gran mayoría no cumpla con su palabra… Porque tiene tanta importancia para la vida cristiana?
Pues para entenderlo podemos comenzar preguntándonos lo siguiente… ¿Qué cree usted que piensa aquella persona que usted invita a la iglesia, pero ella ve en usted una persona incumplida, que es igual a decir mentirosa, falta de integridad, injusta, amante del mundo?… ¿Qué pensará ella de su cristianismo, que pensara de la iglesia a la cual usted asiste, que pensará de su pastor?
Pero cuando es lo contrario, cuando se da buen testimonio, ocurre que sin invitarlos a la iglesia al ver su testimonio la gente le pregunta que es lo que usted come, a donde va, qué es lo que piensa, y cuando se enteran que es cristiano quieren ir a su iglesia.
Así que una forma de evaluar nuestro cristianismo también es: ¿Cuántas personas están en la iglesia producto de nuestro buen testimonio? Como también: ¿Cuántas personas han sido heridas por nuestro mal testimonio, o mal comportamiento que es lo mismo, y han salido de la iglesia?
Pero ser incumplidos o no ser de palabra, no sólo afecta nuestro testimonio, también nuestra vida espiritual.
Porque si nos preguntamos: ¿De qué sirve pensar en la salvación al hacer planes, y de qué sirve tomar las decisiones correctas, si no nos sostenemos en ellas? La escritura responde y dice:
Santiago 1.6–8 Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra. 7No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor. 8El hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos.
Si revisamos de atrás hacia delante vemos que dice que las personas que no son de palabra…
Santiago 1.8 El hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos.
Ese mismo mal afectará a toda su vida. ¡Por lo tanto es un grandísimo engaño pensar que se es un buen cristiano, si no se es una persona de palabra! Ojo, si no somos personas de palabras somos pésimos cristianos, si es que lo somos.
El engaño de muchos está en pensar que son buenos cristianos, pero sólo les falta ser de palabra… pero la realidad es que si le falta ser de palabra, le falta casi todo!
Lo siguiente que dice este texto, es que quien se porta esta manera, quien su comportamiento depende de las circunstancias… Porque la gente que incumple su palabra normalmente lo hacen porque las circunstancias cambian. Y el resultado de esto será:
Santiago 1.7 No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor.
No recibirá nada del Señor. Por supuesto no se refiere a todas aquellas cosas que los incrédulos reciben, porque Dios hace llover sobre justos e injustos. Un creyente aunque no sea de palabra, puede recibir dinero, salud, honra y muchas cosas más… Pero no recibirá nada bueno espiritualmente.
Y si no recibe nada bueno espiritualmente de la pregunta es: ¿Habrá recibido la salvación? O ¿Podrá obtener crecimiento espiritual cuando eso es algo que sólo Dios puede dar, y que estamos leyendo que no lo da a los que no son constantes, lo cual quiere decir que no son personas de palabra?
Piensen en algo tan sencillo como esto. Dios coloca un pastor y unas ovejas en una iglesia, pero qué pasaría si en esa iglesia el Pastor fuera tan inconstante como los son algunas ovejas…
Es decir que usted viniera un día a la reunión y el pastor no no aparezca a dar el mensaje, porque estaba lloviendo, o el tráfico estaba pesado, o le dio pereza, o lo invitaron a una fiesta… Si el pastor fuera así de inconstante: ¿Cuánto tiempo cree usted que sobreviviría la iglesia si el pastor se comportará de esa manera?
¿O es que acaso el pastor debe ser de palabra, cumplido, diligente pero las ovejas pueden hacer lo que quieran y está bien? Por supuesto que no.
Por supuesto que no hay duda que la inconstancia deteriora y destruye la vida cristiana. Y no sólo la vida cristiana también, otras muchas cosas de la vida de las personas también se destruye por la falta de constancia, por la falta de ser cumplidos con los compromisos, por no ser personas de palabra.
Pero si vamos más atrás en el texto, descubrimos que todo el problema está en que no hay fe.
Santiago 1.6 Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra.
No hay duda que cuando el hombre hace planes sin tener en cuenta a Dios es, porque no confía en Dios. O que cuando haciendo buenos planes no toma buenas decisiones, también es porque no confía en Dios. O que cuando toma buenas decisiones no se sostiene en ellas, porque no confía en Dios.
Y: ¿Por qué no tenemos suficiente confianza en Dios para sostenernos en esas buenas decisiones?
La respuesta no es que no tenemos fe, porque Dios nos ha dado una capacidad enorme de poder confiar, el problema es que teniendo una enorme fe, la hemos depositado en el lugar equivocado.
Porque la verdad es que cuando una persona no confía en Dios es porque confía en el mundo, un mundo forjado al antojo de Satanás. Y cuando esto ocurre en un llamado cristiano, es porque no ha cumplido el requisito que mencioné, que Jesús daba las multitudes si querían acercar a El. El decía, y sigue vigente:
Lucas 14.33 Así, pues, cualquiera de vosotros que no renuncia a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo.
Muchos entendiendo mal este texto, creen que la clave es tener pocas cosas, o peor aún que deben deshacerse de las que tienen. Pero una persona puede deshacerse de todo y en su corazón seguir codiciando el mundo entero, de tal manera que tampoco cumple el requisito necesario para seguir a Jesús.
La verdadera renuncia tiene que ver con lo siguiente, que también dijo el Señor Jesús:
Lucas 9.23 Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame.
La verdadera renuncia está en no hacer lo que yo quiero, si no en cada día tomar la decisión y por supuesto sostenerse en hacer la voluntad de Dios.
No es renunciar deshacerse de todas las cosas, para de manera obstinada seguir haciendo lo que nosotros queremos. El pasaje continúa diciendo:
Lucas 9.24 Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, éste la salvará.
Y debe entenderse, que tratar de salvar nuestra vida es buscar hacer lo que nosotros queremos, mientras que perder la vida por causa de Jesús, es disponernos a hacer con ella sólo lo que Dios desee que hagamos.
En otro pasaje la escritura insiste:
Mateo 10.38–39 y el que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí. 39El que halla su vida, la perderá; y el que pierde su vida por causa de mí, la hallará.
Es que no está dispuesto a obedecer no es digno del Señor, por qué no nos disponemos por falta de fe, Y porque sin fe es imposible agradar a Dios.
Y vuelve dice que el que halla su vida, refiriéndose a aquel que cree que ya encontró que es lo mejor para su vida, ese en realidad está perdiendo su vida, pero el que se olvida de sus planes para hacer la voluntad de Dios es el que haya la verdadera vida.
Por eso es que la verdadera renuncia de todo lo que poseemos está en renunciar a dirigir nuestra vida, para hacer sólo lo que Dios nos diga que debemos hacer.
LA MUERTE
Este mismo principio, que es supremamente importante es enseñado en la escritura de muchísimas formas. Una de ellas tiene íntima relación con la muerte. El apóstol Pablo comprendiendo este asunto escribió:
Filipenses 1.21 Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia.
Está manifestando que la verdadera vida es hacer la voluntad de Dios, y qué es tan valioso hacer la voluntad de Dios que si llega a morir, esa muerte se convierte en ganancia.
Sin embargo es necesario entender que cuando la escritura habla de la muerte, según el contexto puede referirse a tres clases de muerte.
Por ejemplo; el Señor Jesús hablando de la muerte enseño lo siguiente:
Juan 5:25, 28 al 29 De cierto, de cierto os digo: Viene la hora, y ahora es, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios; y los que la oyeren vivirán… 28 No os maravilléis de esto; porque vendrá hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz; 29y los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida; mas los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación.
En este pasaje que siempre me ha parecido muy hermoso, está hablando de que los muertos al oír la voz del hijo de Dios, de Jesús, vivirán.
La primera parte habla de la muerte espiritual y de la vida que recibirán aquellos que acepten a Jesús como su Señor y Salvador.
En la segunda parte está hablando de los que han muerto físicamente, que al oír la voz del hijo de Dios resucitarán, unos para salvación y otros para condenación, dependiendo si en su vida escucharon o no, la voz que les dio vida espiritual.
Y si estando muertos espiritualmente no escucharon la voz que les podría dar vida, entonces al morir físicamente obtendrán la muerte eterna o condenación eterna.
Ahora cuando el Señor enseño:
Juan 12.24 De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto.
En primer lugar se estaba refiriendo a su propia muerte, donde el resultado seria la salvación, la iglesia el cuerpo de Cristo, es decir donde el fruto somos nosotros.
Pero llegar a su muerte física, solo fue el resultado de morir a su voluntad para hacer la voluntad de Dios. Y por eso continúa diciendo para nosotros:
Juan 12.25 El que ama su vida, la perderá; y el que aborrece su vida en este mundo, para vida eterna la guardará.
Donde no hay duda que la enseñanza es que debemos morir a nosotros, morir a este mundo para no perder nuestra vida, si no para vivirla en la eternidad.
Eso quiere decir que quien no se desprende de las cosas de este mundo, tampoco verá la muerte como ganancia, porque el miedo a desprenderse de las cosas de este mundo, el miedo a no controlar nuestra vida, el miedo de hacer la voluntad de Dios, es el mismo miedo a la muerte.
Insisto: Quien todavía le tiene miedo a la muerte, es porque no ha podido renunciar a lo que posee. Y ese miedo a la muerte es el que le hace ser inconstante en sus decisiones de seguir al Señor.
Es tan grave este miedo a la muerte que la escritura dice:
Hebreos 2.15 y librar a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre.
El pasaje está hablando de como el temor a la muerte, hace a las personas esclavas de satanás, y esa es la razón por la cual algunos aunque digan no tenerle miedo a la muerte, se contradicen por completo pues permanecen aferrados a las cosas del mundo, tan aferrados que no hacen la voluntad de Dios.
La pregunta es: ¿Si no temen morir que es la pérdida de todo lo que poseen, porque a lo largo de su vida no son capaces de hacer la voluntad de Dios así pierdan muchas cosas?
Dicho de otra forma: Morir al mundo es no amar al mundo. Y quien no renuncia al mundo, según escritura es una evidencia de que no ha obtenido la salvación… pues dice:
1 Juan 2.15 No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él.
El amor del padre lo recibimos cuando recibimos sus Santos Espíritu, si alguien no tiene el amor del Padre es porque no ha sido salvo… Y como quien ama el mundo no tiene el amor del Padre entonces quien ama al mundo no es salvo.
LA IMPORTANCIA DE LA MUERTE
Una vez mi madre buscando compartir de Cristo le preguntó a una campesina: ¿Si usted se muere para dónde se va? Cuando los cristianos hacemos esa pregunta a los demás, esperamos que ellos nos definan si creen que se va a salvar o no, y por qué?
Muchos contestan: no se, otros nos dicen: en esas estamos. Dando a entender que están tratando de portarse bien para no ser condenados. Otros le dicen a uno: Al cielo porque yo soy una persona que no le hago mal a nadie. Sin embargo esa campesina le contestó: para ningún lado, porque estando ahí enterrada y muerta cómo me voy ir.
¿Qué es la muerte para los hombres?
En primer lugar: la muerte es algo en que normalmente los seres humanos, especialmente en el occidente se resisten a pensar. Pues en la práctica para muchos de ellos es el fin de todo. Y cuando digo en la práctica, me refiero a que a pesar de tener religiones que hablan de un más allá, esta información generalmente no es creída en el occidente, ni siquiera por muchos cristianos.
El pensamiento acerca de la muerte en la práctica para muchos aún cristianos es como lo describe:
Eclesiastés 9:4 al 6. Aún hay esperanza para todo aquel que está entre los vivos; porque mejor es perro vivo que león muerto. 5Porque los que viven saben que han de morir; pero los muertos nada saben, ni tienen más paga; porque su memoria es puesta en olvido. 6También su amor y su odio y su envidia fenecieron ya; y nunca más tendrán parte en todo lo que se hace debajo del sol.
La muerte es la salida de este mundo, y después de eso nada. Es por eso que en nuestro medio dicen que es mejor decir: Aquí corrió un cobarde. Qué decir: Aquí murió un valiente.
Los orientales parecen ser un tris más aterrizados a este respecto, por decirlo de alguna manera, pues ven la muerte como un ingrediente necesario en su escala evolutiva. (La mayoría creen en la reencarnación) Para ellos es algo más natural que en el occidente.
DOS POSICIONES BÁSICAS
Resumiendo esto: Cuando los hombres piensan en la muerte creo que hay dos pensamientos básicos: Los que creen que la muerte es el fin de todo. Y los que creen que la muerte es la puerta de entrada al más allá, a otra vida, donde según lo que hayan hecho, recibirán ya sea un premio o un castigo.
¿Dónde estamos como cristianos respecto de este asunto de la muerte?
Algunos inmediatamente contestan: Es el momento de mi encuentro con el Señor, el momento de recibir el premio. Y ciertamente el apóstol Pablo al respecto escribió:
Filipenses 1:21, 23 al 24 Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia… 23Porque de ambas cosas estoy puesto en estrecho, teniendo deseo de partir y estar con Cristo, lo cual es muchísimo mejor; 24pero quedar en la carne es más necesario por causa de vosotros.
Para él, que vivía para Cristo, morir era una ganancia. Sin embargo manifiesta una dualidad: Muero y voy a la presencia de Dios, o sigo viviendo para servir a Dios en su obra.
¿Pero cuántos de nosotros podemos hablar con la misma convicción acerca de este asunto?
Es decir: ¿Cuántos estamos seguros que nos vamos a encontrar con el Señor? ¿Cuántos de ustedes por esta razón ven la muerte como un premio? ¿Cuántos de ustedes se alegrarían de saber que se van a morir muy pronto? La escritura dice:
Isaías 57:1 al 2. Perece el justo, y no hay quien piense en ello; y los piadosos mueren, y no hay quien entienda que de delante de la aflicción es quitado el justo. 2Entrará en la paz; descansarán en sus lechos todos los que andan delante de Dios.
Sin embargo la gente dice: Tan joven que se murió, tan bueno que era, en cambio los malos en lugar de morirse se salvan de unas…
Esto no es absoluto, es decir hay justos que viven muchos años y malos que mueren pronto, pero: ¿Y cuando los malos no se mueren?
El testimonio de la que llegó a la iglesia clamando por la muerte de su Padre, absolutamente convencida que eso era lo necesario para proveer un cambio de vida para su familia… (Al final descubrió que ella era la que debía morir a su voluntad)
Además de esto, ojo con esto que el Señor Dice:
Ezequiel 33:11 Diles: Vivo yo, dice Jehová el Señor, que no quiero la muerte del impío, sino que se vuelva el impío de su camino, y que viva. Volveos, volveos de vuestros malos caminos; ¿por qué moriréis, oh casa de Israel?
Para nosotros, sobre todo cuando hemos sido afectados por la maldad del malo, nos es fácil desear la muerte argumentando que tanto mal debe ser detenido. Pero para Dios, que por supuesto tiene una visión completa de la realidad, el asunto es diferente.
Dios no creo a nadie para ser condenado. En varias partes de la escritura el manifiesta que su deseo no es la condenación para el impío. Sino la salvación.
Si para el Señor un día es como mil años, como no va a dar oportunidad al impío, esperando según el tiempo del Señor unos minutos, (una hora son 41 años y medio, un minuto son 8 meses y medio, un segundo son 4 días y 5 horas) si el Señor espera media hora (20 años) para que el impío le conozca y pueda vivir toda una eternidad con el. No resulta costoso.
VOLVIENDO AL ASUNTO:
Imagínese que usted acaba de salir de donde el médico, y éste le ha dicho que le queda un mes de vida. ¿Cómo se sentiría? ¿Qué pensaría hacer? ¿Cuántos reconocen que les falta fe?
Algunos dicen: no, no es falta de fe, el problema no es morirse, sino dejar a los seres queridos que tanto me necesitan. Sin embargo: eso también es falta de fe. Ellos los que se quedan tienen al mismo Señor que nos ha cuidado a nosotros, y que cuidara de ellos.
La Señora con temor a la muerte que salió feliz de saber que Dios cuidaría de sus hijos…
Además: Dios nunca se equivoca. Y eso por duro que nos parezca quiere decir: Que la muerte de un ser querido siempre debe traer bendición para los que le conocieron.
Es más, algunos vivirían mucho más tranquilos si algunos murieran. (Hay padres y hay hijos tan espantosos que si el Señor se los lleva traería descanso) El problema es que los hombres por no andar sintonizados con el Señor, por no haber decidido morir a sus deseos para hacer la voluntad de Dios, no aprovechan la bendición que viene con la muerte.
Otros no quieren morir sin ver los nietos… El problema es que luego también quieren ver a los bisnietos, y porque no, a los tataranietos, etc.
Otros, especialmente algunos padres por sus grandes temores, les gustaría aun morirse todos juntos… Porque no quieren hacer sufrir con su muerte a nadie, ni sufrir con la muerte de nadie. Si nos morimos todos juntos el asunto se soluciona.
Pero lo cierto, es que el temor de la muerte es una clara evidencia de no estar viviendo para el Señor.
Lo cual quiere decir que mientras tengamos miedo a la muerte, por un lado será un freno para hacer la voluntad de Dios, pero al mismo tiempo la voluntad de Dios, el vivir haciéndola es lo que quitará el miedo a la muerte, y nos permitirá ser personas constantes de palabra en nuestro camino con Dios.
Otras razones por las cuales vemos la muerte de mala manera.
POR NO PENSAR EN ELLA
¿Cuántos de ustedes piensan de manera regular en la muerte como un evento para el cual hay que prepararse?
El síndrome del avestruz hace que cuando la cosa está muy complicada entierre la cabeza, y ella cree que el asunto está solucionado.
¿Como puede tener alguien un buen entendimiento de lo que es la muerte si nunca piensa en ella?
Negarnos a pensar en la muerte no soluciona nada. Igual nos vamos a morir. Igual la gente que está a nuestro alrededor se va a morir.
En nuestras vidas hay muchas cosas que no se solucionan por que nos negamos a pensar en ellas.
Resentimientos, amarguras, rencores, traumas, etc. Que afectan grandemente nuestro comportamiento como cristianos, no son solucionados porque hemos aplicado la fórmula de olvido pero no perdono. De… Sólo me da rabia cuando me acuerdo, sólo me cae mal cuando lo veo, cuando no lo veo no tengo problemas con el, etc.
Pero pensar en la muerte es tan importante que en el libro de Eclesiastés escrito por un incrédulo inteligente dice lo siguiente:
Eclesiastés 7:1 al 2 Mejor es la buena fama que el buen ungüento; y mejor el día de la muerte que el día del nacimiento. 2Mejor es ir a la casa del luto que a la casa del banquete; porque aquello es el fin de todos los hombres, y el que vive lo pondrá en su corazón.
El que vive lo pondrá en su corazón… Es decir: Lo va a tener en cuenta mientras vive.
No pensar en la muerte, es tan necio como pensar que nunca seré juzgado Dios. Y quien piensa que no será juzgado por Dios, quien no piensa en la muerte normalmente tiene un pésimo comportamiento. Dice la escritura:
2 Pedro 3:3 al 4. Sabiendo primero esto, que en los postreros días vendrán burladores, andando según sus propias concupiscencias, 4y diciendo: ¿Dónde está la promesa de su advenimiento? Porque desde el día en que los padres durmieron, todas las cosas permanecen así como desde el principio de la creación.
Otra de las razones por las cuales vemos en la muerte de mala manera es:
POR NO PENSAR EN ELLA CON SABIDURÍA
Normalmente cuando pensamos en la muerte pensamos en varias cosas:
El como
¿Cómo quiere morir usted?… De un infarto, estando completamente el dormido de tal manera que no sienta nada… Pareciera que cualquier otro tipo de muerte fuera espantosa.
El testimonio de la que murió lentamente en armero mientras su familia se convertía.
Ése puede parecer bastante dramático, pero cuantas veces producto de una larga enfermedad… Los familiares del enfermo terminan clamando a Dios para que se los lleve.
Mientras que sí la muerte es repentina les parece terrible que Dios no haya hecho algo asi. Pero sí es de larga y dolorosa convalecencia, de esa manera hasta el enfermo se quiere morir.
Los que quedan.
Lo otro que pensamos normalmente de la muerte es lo triste que quedan los familiares cuando alguien muere, y en este pensamiento hay dos cosas que las cuales nos podemos equivocar grandemente.
En primer lugar, cuando alguien se alegra de la muerte de un familiar normalmente lo oculta. Luego con el tiempo es que le van diciendo a uno… El tipo era una caspa… Si quiera se murió. Que descanso.
Pero nadie se atreve a hacer esos comentarios en voz alta… Le tienen tanto respeto a la muerte y como ninguno está exento de pecado por eso prefieren callar.
El dicho popular dice: Que no hay muerto malo. Aún las Madres de los criminales dicen que su hijo era bueno.
El que se va.
En segundo lugar no pensamos en el muerto. No pensamos lo que la escritura dice del justo cuando muere.
Entrará en la paz; descansarán en sus lechos todos los que andan delante de Dios.
Recuerdo el testimonio de la Señora que venía aquí y que su hijo de 20 años murió atropellado en la autopista Cali Palmira. La Madre le llevaba dos días sin parar de llorar, y eso que era cristiana, y eso que estaba rodeada de cristianos. Cuando llegué me manifestaron que estaban desesperados y molestos con la señora que no dejaba de llorar.
Cuando llegue al velorio, comencé a hablarle al oído, y no volvió a llorar más. (La gente quedó como asombrada) ¿Qué le dije? Comencé a decirle: imagínese en este momento donde esta su hijo y que estaba haciendo… (Le hable del cielo como me lo imagino.)
En lo necesario.
En tercer lugar no pensamos que es absolutamente necesario. Dice la escritura:
1 Corintios 15:53 al 55. Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad. 54Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria. 55¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria?
La muerte es necesaria para vestirse de inmortalidad. Es como decir que usted tiene una ropa inmunda, maloliente, asquerosa, y le ofrecen un traje completamente nuevo, precioso, para que disfrute de un banquete espectacular… pero usted no se quiere quitar sus harapos. ¿Qué pensaría usted de alguien que se portara así?
O tiene un auto viejo que ya ni camina y le ofrecen un último modelo pero no se quiere cambiar.
Cuando alguien hace eso, está alargando su sufrimiento y retardando el momento del verdadero deleite.
Todo tiene su tiempo.
La escritura dice:
Eclesiastés 3:1 Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora. 2Tiempo de nacer, y tiempo de morir;
Pero retardar el momento de recibir el premio no sería el único mal, pues no aceptar morirse cuando Dios quiera, empeorará las cosas.
Eso lo veremos la próxima semana, por ahora decidamos, por nuestra confianza en Dios ser personas de palabra, de tal manera que a esos buenos planes, le añadamos buenas decisiones, Y nos sostengamos en ellas para recibir la bendición que Dios tiene para nosotros.
Mi deseo para ustedes que es el mismo que tengo para mi vida es: Que nuestro buen Dios nos permita asimilar todas las bendiciones que quiere darnos a través de la circunstancias por las cuales nos hará pasar en este año, y que en cada una de ellas confiemos plenamente en su amor, para que él cumpla su buen propósito en nosotros haciendo de nosotros mejores siervos.
e pierde a sí mismo?