APRECIANDO LA SALVACION 2
I. INTRODUCCION
En el estudio anterior estuvimos viendo cómo es de importante entender que debemos aceptar a Jesucristo como nuestro Señor y nuestro Salvador, aclarando que si no lo vemos como nuestro salvador, entonces nuestra relación con Dios puede desviarse de tal manera que nunca seamos salvados, lo cual dicho de manera suave, significa ser excluidos de vivir en la presencia de Dios por la eternidad…
El pasaje que vamos a ver me parece un pasaje muy interesante, porque nos muestra que la forma en que Dios evalúa la vida de los hombres, es muy diferente a como los hombres con su moral o con sus religiones lo hacen.
Y ojo con esto porque no hay duda que es muy importante que aprendamos a juzgar tal cual como Dios lo hace, porque si no aprendemos entonces tendremos serios problemas para entender cuál es realmente la voluntad de Dios, y esto por supuesto traerá muchos problemas en nuestra relación con Dios.
El contexto del pasaje tiene que ver con la venida del reino; pero sabemos por las escrituras que este reino en su parte espiritual ya está entre nosotros desde el momento en que Jesús llegó, y que en su parte física no vendrá sin que haya sucedido el juicio sobre la humanidad.
El pasaje habla de la condición y comportamiento de los hombres en el momento en que el hijo del hombre se manifieste, y dice::
Lucas 17.26–30 Como fue en los días de Noé, así también será en los días del Hijo del Hombre. 27Comían, bebían, se casaban y se daban en casamiento, hasta el día en que entró Noé en el arca, y vino el diluvio y los destruyó a todos. 28Asimismo como sucedió en los días de Lot; comían, bebían, compraban, vendían, plantaban, edificaban; 29mas el día en que Lot salió de Sodoma, llovió del cielo fuego y azufre, y los destruyó a todos. 30Así será el día en que el Hijo del Hombre se manifieste.
Notemos en primer lugar que el comportamiento en los tiempos de Noe y en los tiempos de Lot era similar, cuando el juicio de destrucción total vino sobre ellos.
Sin embargo sabemos por las escrituras que en ambos casos antes de venir el juicio y la destrucción, los que habían confiado verdaderamente en Dios fueron salvados del castigo.
Y si las palabras de Jesús dicen que el final de los tiempos será similar a estas dos ocasiones anteriores, es apenas sensato creer que Dios también salvará a sus hijos antes que llegue este juicio de destrucción total.
Y efectivamente hay un pasaje profético que habla de este evento en el cual somos salvados que dice:
Isaías 26.20–21 Anda, pueblo mío, entra en tus aposentos, cierra tras ti tus puertas; escóndete un poquito, por un momento, en tanto que pasa la indignación. 21Porque he aquí que Jehová sale de su lugar para castigar al morador de la tierra por su maldad contra él; y la tierra descubrirá la sangre derramada sobre ella, y no encubrirá ya más a sus muertos.
Este pasaje también concuerda con las palabras de Jesús cuando dijo que iba a preparar lugar para nosotros…
Juan 14.2–4 voy, pues, a preparar lugar para vosotros. 3Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis. 4Y sabéis a dónde voy, y sabéis el camino.
Pero también enseña la escritura que al final de este juicio que durará siete años, regresaremos a gobernar con el.
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