I. INTRODUCCIÓN
En la actualidad, en el mundo han entendido la importancia de seleccionar adecuadamente a las personas para ocupar ciertos trabajos, y esta selección es mucho más cuidadosa cuando se trata de puestos muy importantes donde obviamente los sueldos son muy altos.
Hay empresas especializadas en esta casa de talentos y los buscan en los diferentes sitios de trabajo para proponerles entrevistas en otras empresas que lo requieren, y por supuesto esta selección tiene que ver con las buenas cualidades o el buen desempeño que han tenido en los trabajos anteriores.
Sin embargo la selección más importante es la que hace Dios a los hombres, no precisamente por sus cualidades, por su currículum, por las cosas que hayan hecho sino por otra característica que es mucho más importante que todas estas que en el mundo no es apreciada en lo absoluto.
La elección de Dios es una elección que tiene como punto de partida la confianza que tienen las personas en Dios, en su creador, más específicamente en Jesucristo.
La escritura habla de que muchos son los llamados y pocos los escogidos, mostrando que de los muchos que son llamados estos muchos no cumplen con el requisito de tener una auténtica fe en Jesucristo y por eso no son escogidos.
Pero aquellos que cumplen el requisito de tener una fe suficiente para ser escogidos, de ellos dice la escritura:
Efesios 2.8–9 Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; 9no por obras, para que nadie se gloríe.
De manera completamente gratis, somos salvados gracias a esa fe que depositamos en Jesucristo … Y algo muy importante y por esto lo aclara, es que es un regalo de Dios, no es algo a lo cual Dios esté obligado, sino que es un regalo que él hace, y no tiene nada que ver con el comportamiento o las obras buenas o malas obras que la persona haya hecho.
Eso quiere decir que en términos humanos no hay ningún mérito para ser escogido, pero en términos espirituales si se requiere de la fe para ser escogido y ser salvado, que es el primer beneficio que recibimos cuando somos escogidos por Dios.
Eso quiere decir y es supremamente importante, que la auténtica vida cristiana sólo puede ser vivida colocando nuestra fe en Jesucristo. Las obras buenas o malas, nuestras buenas o malas acciones no solo no son tomadas en cuenta, sino que al momento de nuestra salvación la escritura dice:
2 Corintios 5:17 De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.
Todo lo que hayamos hecho antes de nacer de nuevo, todo aquello que consideramos malo, perverso, casi que diabólico, o todo aquello que lleguamos a considerar como lo más sublime, todo aquello es completamente ignorado, lo cual quiere decir que ni nos da puntos en la vida cristiana ni nos quita, porque lo que realmente ocurre es un nuevo comienzo, pues a través de la fe somos hechos nuevas criaturas.
Sin embargo, y esto también es muy importante, el haber depositado nuestra fe en Jesucristo tampoco tiene ningún mérito… Y la razón de qué esto sea así, es que esa enorme fe nos fue dada por Dios cuando nacimos en la carne, y al no conocer a Dios lo que hicimos fue depositarla en el mundo … Y lo que Dios nos pide es que esa enorme fe la depositemos en Jesucristo reconociéndolo como nuestro Señor y Salvador.
Siendo esto así nadie puede jactarse de haber sido salvado pues la gloria es para Dios, pero tampoco nadie puede decir que no tiene oportunidad de salvarse, porque todos tienen una fe suficiente que pueden depositar en Jesucristo si es que así lo deciden y obtener así su salvación.
Pero más aún, es tan grande la misericordia de Dios, que aunque la escritura dice:
Romanos 3:10–12 Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; 11No hay quien entienda, No hay quien busque a Dios. 12Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno.
Es tanta la maldad del hombre que no es posible que haya en él el deseo de buscar a Dios, y por esta razón Dios trata la vida de los hombres con diferentes circunstancias, para a través de ellas motivarlos a buscarle… Algunos lo hacen, otros endurecen su corazón, pero lo que debe quedar muy claro es que todos tienen muchas oportunidades a lo largo de sus vidas para reconocer a Jesús como su Señor y Salvador y obtener su salvación.
Estas verdades son muy claras cuando revisamos este proceso en la vida de Abraham, que es en realidad el inicio del Nuevo Pacto. Dice así:
Hech 7.2–4 Varones hermanos y padres, oíd: El Dios de la gloria apareció a nuestro padre Abraham, estando en Mesopotamia, antes que morase en Harán, 3y le dijo: Sal de tu tierra y de tu parentela, y ven a la tierra que yo te mostraré.
Según la tradición se cuenta que Abraham que luego fue llamado “el padre de la fe”, el y su padre Tare, en Mesopotamia rendían culto a un dios pagano, pero a pesar de sus creencias paganas la escritura nos cuenta que Dios se le apareció, y le hace un primer llamado a dejar su tierra, dejar su familia, para salir con su esposa, esa no la podía dejar, a un lugar que Dios le iba a mostrar.
Es bueno aclarar porque algo similar sigue sucediendo, que en la época de Abraham las apariciones de Dios no las hacía con todo su esplendor y su grandeza, porque la escritura dice que nadie puede soportar semejante manifestación, y entonces Dios se aparecía con cuerpo humano, acompañado a veces de ángeles también con cuerpos humanos. Por ejemplo más adelante leemos que con Abraham:
Génesis 18.1–2 Después le apareció Jehová en el encinar de Mamre, estando él sentado a la puerta de su tienda en el calor del día. 2Y alzó sus ojos y miró, y he aquí tres varones que estaban junto a él;
En esa ocasión Abraham les prepara a ellos comida y comen con el. Lo que quiero que tengamos en cuenta es que no consta en escritura que se le apareció a Abraham como por ejemplo lo hizo con Moisés, o con el pueblo mostrando su majestad o su gloria, sino que simplemente aparecía como un hombre mortal, pero el mensaje no hay duda que era el mensaje de Dios.
Y quiero insistir en esta verdad, para que entendamos que por medios muy naturales, como por ejemplo a través de otra persona, Dios también cuando estábamos en el mundo, viviendo según los requerimientos del mundo, que aunque no lo parezca es también en realidad un culto idolátrico, en esa condición Dios también nos hizo un llamado…
¿Recuerda usted la primera vez que Dios uso algo o a alguien para llamarlo? ¿Recuerda usted también la persona o las personas que Dios usó para llamarlo?
Esto es muy importante tenerlo claro, para que entendamos la importancia que tiene el que Dios nos use para hacer el llamado a otra persona … Y para que valoremos el llamado y los llamados que Dios nos hace para andar en su voluntad…
Es decir no podemos quedarnos pensando que es necesario que cada vez que Dios quiere que hagamos algo, se nos aparezca de forma milagrosa con rayos y centellas, para asi poder reconocer que es un llamado de Dios.
Pero a pesar de qué el llamado de Dios puede ser hecho de forma muy sencilla, tanto que muchos lo ven como algo sin importancia pues no reconocen que sea Dios hablándoles, la verdad es que este llamado a los hombres es el llamado más importante que pueden recibir a lo largo de toda su vida. En primer lugar porque es:
A. UN LLAMADO HECHO DESDE LA ETERNIDAD.
La escritura lo explica así:
Efesios 1.4–6 según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, 5en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, 6para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado,
Este pasaje dice cosas supremamente importantes. Fuimos escogidos aún antes de existir en la tierra, para que fuéramos santos y sin mancha, es decir excelentes cristianos, la razón de la elección fue su amor y el puro afecto es su voluntad, es decir su deseo genuino de qué fuéramos salvados, para a través de la obra hecha en nosotros manifestar la grandeza de su gracia. También podemos leer que la escritura dice:
Romanos 8.30 Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó.
Esta doctrina de la predestinación a veces puede parecer muy complicada, pero según lo que he estudiado en la escritura, entiendo que todos hemos sido predestinados para salvación, porque la escritura dice que el deseo de Dios es que todos los hombres sean salvos, el problema es que gracias a la libertad que Dios nos ha dado, cuando algunos son llamados rechazan el llamado de Dios una y otra vez a lo largo de su vida, y estos son los que terminan condenándose, no por haber sido predestinados para condenación, sino por rechazar la predestinación de Dios para salvación.
Esta libertad de escoger donde depositamos nuestra fe, porque de eso se trata. Es tan real que Dios no sólo nos da el mensaje para ser salvos, sino que también permite que recibamos el mensaje del mundo con el cual somos engañados para no aceptar la salvación.
Igual pasa con la sana doctrina y las malas doctrinas, pues Dios permite que recibamos ambos mensajes para que nosotros decidamos a quién le vamos a creer.
Y cuando un cristiano que está bien encaminado acepta una mala doctrina, es porque en su corazón no hay un deseo genuino de hacer la voluntad de Dios, sino el deseo de hacer aquello que esa mala doctrina según él le confirma que es lo correcto.
Eso quiere decir que las personas que se salvan, no son solo las que han recibido el mensaje divino de la salvación, sino aquellas que recibiendo ambos mensajes escogieron creer en Jesucristo.
Más aún; después de qué la gente rechace el mensaje de Jesús, Dios hará algo que suena muy duro pero lo hace para confirmar la condenación de aquellos que le rechazaron.
La escritura nos cuenta que vendrá el anticristo, y cuando los cristianos seamos sacados de esta tierra, la gente del mundo que ha rechazado a Jesús, qué ha rechazado la verdad, que ha rechazado el amor de Dios, recibirá el siguiente mensaje:
2 Tesalonicenses 2.10–12 y con todo engaño de iniquidad para los que se pierden, por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos. 11Por esto Dios les envía un poder engañoso, para que crean la mentira,12a fin de que sean condenados todos los que no creyeron a la verdad, sino que se complacieron en la injusticia.
De tal manera que podemos tener la certeza de que todos en el mundo han tenido o tendrán la oportunidad de depositar su fe en Jesucristo y salvarse. Y los que no lo quieran hacer, pues creer es un asunto que tiene que ver con la voluntad, entonces se condenaran. Volviendo al texto anterior:
Romanos 8.30 Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó.
Según lo que estamos viendo cuando somos llamados y respondemos depositando nuestra enorme fe en Jesucristo, entonces él se encarga de hacer la obra completa.
Esta obra comienza con la justificación, es decir el absoluto perdón de todos nuestros pecados de tal manera que quedamos tan justos como lo es Jesucristo delante de Dios, y termina cuando somos presentados para la gloria de Dios.
Otra razón por la cual es de suprema importancia este llamado, es porque es:
B. ES UN LLAMADO PARA FUNCIONAR.
Si la escritura dice que fuimos llamados para ser santos y sin mancha, quiere decir que los que aceptamos el llamado tenemos que vivir para hacer lo que Dios quiere que hagamos. El Señor Jesús lo dijo de la siguiente manera:
Juan 15.16 No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé.
Si el Señor Jesucristo fue quien lo eligió a usted… Cuando usted mira el contexto del pasaje, no hay duda de que el Señor Jesucristo lo eligió para que usted de fruto, y mucho fruto que permanezca….
Es decir; no es como quien escoge un marido y luego dice que escogió mal y por eso su matrimonio no funciona, o como quien escoge una carrera y luego tampoco le funciona porque hizo una mala elección, aquí lo precioso y lo importante es que, si Dios nos eligió para que funcionáramos como cristianos, como Dios jamás se equivoca, entonces no hay ninguna razón válida para no funcionar…
Es decir nosotros no elegimos a Dios y la vida cristiana y de golpe elegimos mal no. Dios eligió a cada uno de nosotros y como Dios no se equivoca todos tenemos gracias a él la capacidad de funcionar como santos y sin mancha como auténticos cristianos.
Es decir; como fuimos elegidos por Dios tenemos que dar fruto. Cuando un llamado cristiano cree que no puede dar fruto porque no tiene las capacidades suficientes, o cuando cree que no puede dar fruto ni siquiera con la ayuda de Dios, este cristiano de forma consciente o inconsciente le está diciendo a Dios que es mentiroso, y que se equivocó al elegirlo.
Y si piensa así, por supuesto que no dará fruto, pero no porque Dios haya hecho una mala elección, sino por su incredulidad en Dios y su llamado, y entonces el resultado final si no cambia de parecer dice el pasaje…
Juan 15:6 El que en mí no permanece, será echado fuera como pámpano, y se secará; y los recogen, y los echan en el fuego, y arden.
Es que será echado fuera para ser quemado… Porque no dar fruto es una severa contradicción, sería como decir que alguien está vivo pero no respira, o está vivo pero no come, o está vivo pero no se mueve… Si hemos nacido de nuevo al haber sido elegidos por Dios, funcionamos o funcionamos, dando diferentes clases de fruto, pero dando fruto. Y si no damos fruto entonces estamos muertos.
II. DIOS TRABAJANDO EN FAVOR DE NOSOTROS
Por supuesto que lo que nos permite dar fruto no son nuestras capacidades, talentos o recursos, sino el trabajo que Dios hace en nosotros, no sólo para motivarnos a aceptar su llamado sino también para dar fruto… E insisto, no tiene que ver con nuestras capacidades como lo podemos ver en la vida de Abraham. Ya vimos que Dios lo llamó cuando estaba en Mesopotamia, y dice la escritura:
Hech 7.4 Entonces salió de la tierra de los caldeos y habitó en Harán; y de allí, muerto su padre, Dios le trasladó a esta tierra, en la cual vosotros habitáis ahora.
Este texto es parte de un resumen hecho por Esteban a los sumos sacerdotes antes de que fuera apedreado por ellos, pero cuando revisamos bien este hecho en la escritura, notamos que aunque el llamado fue hecho a Abraham, y aunque el salió de la tierra de los caldeos hacia Harán, lo que no nos cuenta Esteban es que no salió por su propia iniciativa. La verdad completa es:
Génesis 11.31 Y tomó Taré a Abram su hijo, y a Lot hijo de Harán, hijo de su hijo, y a Sarai su nuera, mujer de Abram su hijo, y salió con ellos de Ur de los caldeos, para ir a la tierra de Canaán; y vinieron hasta Harán, y se quedaron allí.
El llamado fue hecho a Abraham, pero fue su padre quien tomó la decisión de salir con su familia sacandolos de Mesopotamia y llevándolos hasta Harán.
Es decir Dios llamó a Abraham, le puso ciertas condiciones, pero Abraham no le creyó a Dios, más aún, es posible que ni siquiera haya sido consciente del llamado que Dios le hizo. (Pudo haber pensado que quien le hablaba estaba mal de la cabeza.)
Es bueno que nos preguntemos: ¿Cuántas veces tuvo que llamarte Dios, de cuantas maneras insistió?¿A cuantos ha usado o sigue usando y tú todavía lo ignoras?
Y cuando pido que revisemos cuántas veces nos ha llamado Dios, no es sólo respecto de qué debemos estar asistiendo a la iglesia, sino cuántas veces Dios nos ha llamado para que demos fruto, y todavía no sólo no damos fruto, sino a veces hasta mal testimonio, o nos juntamos con creyentes a los cuales no ayudamos a crecer…
Esta misma historia de la sordera de los hombres al llamado de Dios, costa en la escritura respecto del pueblo de Israel, del cual dice así:
Oseas 11.1–4 Cuando Israel era muchacho, yo lo amé, y de Egipto llamé a mi hijo. 2Cuanto más yo los llamaba, tanto más se alejaban de mí; a los baales sacrificaban, y a los ídolos ofrecían sahumerios.3 Yo con todo eso enseñaba a andar al mismo Efraín, tomándole de los brazos; y no conoció que yo le cuidaba. 4Con cuerdas humanas los atraje, con cuerdas de amor; y fui para ellos como los que alzan el yugo de sobre su cerviz, y puse delante de ellos la comida.
Dios no ha dejado de amar al hombre, precisamente por eso concibió un plan de salvación, y Dios sabe que el hombre está tan perdido, que si El no lo busca, el hombre jamás se salvaría.
El problema para los hombres es que por causa de su incredulidad, aunque Dios esté trabajando en la vida de todos para salvarlos, la gran mayoría no cree, y al no lograr entender el amor de Dios lo desprecian… Razón por la cual si no cambian de parecer, se van a condenar.
Sin embargo Dios en su misericordia seguirá insistiendo en llamar a aquellos que quiere salvar… Si volvemos a la vida de Abraham y revisamos su historia, veremos la insistencia de Dios en el llamado.
Ya vimos que Dios usó al padre de Abraham para sacarlo de Mesopotamia y llevarlo hasta Haran, y allí se quedaron el y su padre, hasta que su padre murió.
Génesis 11.32 Y fueron los días de Taré doscientos cinco años; y murió Taré en Harán.
Eso en otras palabras quiere decir que Abraham no dejó su familia. Y si dejó su tierra fue porque su padre se lo llevo, y como el no quería despegarse de su padre, y como su padre no siguió hacia Canaán, Abraham se quedó con el.
Y eso en realidad quiere decir que su padre que en un tiempo fue ayuda para llevar a Abrahán en la dirección en que Dios lo quería, luego se convirtió en estorbo, no porque fuera su propósito sino porque Abraham no quería despegarse de el.
Pero cuando el padre de Abraham muere, ya libre de esa relación, el Señor insiste con el llamado hecho a Abraham.
Génesis 12.1–3 Pero Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré. 2Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. 3Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra.
El “pero” indica que las cosas no estaba siendo bien hechas, sin embargo Dios su misericordia le insiste en que debe dejar su tierra, también su parentela, para ir hacia la tierra que Dios tenía para él, donde le promete que hará del una gran nación, y que además lo bendecirá, y le dará tal protección que los que lo bendigan serán bendecidos y los que lo ataquen serán objeto de la maldición de Dios…
La reunión que se hizo en Bogotá para atacar todos a Israel es en realidad una pelea frontal contra Dios aunque no lo reconozcan… Y por supuesto recibirán la maldición de Dios.
En el caso de Abraham la pregunta es: ¿Qué más podía desear este hombre? O ¿Habrá alguien que le pueda ofrecer más que lo que Dios le estaba ofreciendo?
Tierras, descendencia para ser una gran nación, engrandeser su nombre, ser de bendición para otros, y además de una promesa de protección de bendición o maldición según como lo traten a él.
No sólo son inmejorables los ofrecimientos que Dios le hace, sino qué además le habla de algo todavía más grande que Abraham seguramente no entendió, pues le dijo que; en el serían benditas todas las familias de la tierra.
Dios está diciendo que a través de el, por causa de lo que Dios iba a hacer en él, todas las familias de la tierra tendrán oportunidad para ser salvadas… Pero creo que él no entendió, porque ni siquiera le preocupaba a él su propia salvación, él en lo que estaba pensando era en su tierra y en la descendencia que la habitaría.
Si nosotros nos evaluamos en qué estamos pensando… ¿En nuestras propiedades y en nuestra descendencia que se quedará con ellas? O en dar fruto y fruto que permanezca…
III. ¿OBEDIENCIA A MEDIAS O FE A MEDIAS?
Y después de ese nuevo llamado con más ofrecimientos, la escritura nos cuenta:
Génesis 12.4–5 Y se fue Abram, como Jehová le dijo; y Lot fue con él. Y era Abram de edad de setenta y cinco años cuando salió de Harán.
Aunque dice que Abraham se fue como Dios le dijo, la escritura no registra que Abraham le haya creído a Dios, como más adelante en cierta época de su vida la escritura lo confirma.
Hago esta aclaración porque a veces nos sucede igual, escuchamos lo que Dios dice, hacemos lo que Dios dice, pero no estamos creyendo verdaderamente en la bendición que implica obedecer a Dios. Es decir; obedecemos sin fe, y sin fe es imposible agradar a Dios.
¿Recuerdan la historia del joven rico? Según él, el cumplía todos los mandamientos de Dios, es decir según el, el vivía haciendo la voluntad de Dios… Hasta que el Señor mismo le dice que entregue sus riquezas… Y no fue capaz de obedecer…. A lo que el Señor dijo; cuan difícilmente entrarán al reino de los cielos los que tienen amor por la riquezas.
Entonces la pregunta es: ¿Por qué era tan obediente a lo escrito por Dios en su palabra, pero tan desobediente al encontrarse de frente con Dios? No tiene sentido.
Al pueblo de Israel le pasó lo mismo, se jactaban de la ley, del viejo pacto pero cuando se encontraron con Jesús lo rechazaron.
Y algo similar vemos en Abraham, quien se va como Dios le dijo… ¿Pero si realmente había creído en la bendición de obedecer a Dios, porque se fue con Lot, si la orden era dejar a su familia?
Es decir vemos una obediencia a medias y entonces la pregunta es: ¿Será que la fe también está a medias?
La pregunta que nos podemos hacer es: ¿Cuántos cristianos hay así? Que obedecen algunas cosas de la escritura pero en otras definitivamente no quieren hacer caso.
La verdad es que hay muchos que viven de esta manera, hay muchos cristianos en los cuales su obediencia es selectiva, donde en lugar de haber obediencia a todo lo que Dios ordena, ellos escogen qué cosas obedecer y qué cosas ignorar, pasar por alto y no obedecer.
Este comportamiento de esta clase de cristianos, a los cristianos realmente espirituales les parece absurdo, porque es como sí estuvieran diciendo que en algunas cosas Dios tienes razón y debe ser obedecido, pero en otras Dios está tan equivocado y lo mejor es no obedecer…
Y muchos tienen exactamente el mismo pecado del joven rico que según él está dispuesto a obedecer a Dios pero que no le toquen su dinero…
El problema es que quien piensa así todavía no ha sido capaz de reconocer a Jesús como su Señor, como el Todo Poderoso que tiene toda la autoridad para ordenarle lo que le conviene, es decir su imagen de Dios es mala, pues según el, da órdenes que no convienen… La pregunta es: ¿Si será un hijo de Dios que piensa así de Dios?
Y eso es lo que he ido comprendiendo cada vez con más claridad, en la medida en que he conocido mejor el Nuevo Pacto; que los cristianos somos tremendamente incrédulos, y esa incredulidad nos lleva a ser selectivos, no sólo respecto de que hacer o no hacer, sino respecto de que promesas guardar verdaderamente en nuestro corazón y cuales no.
Y tal vez por eso después de muchísimos años de leer el mismo texto, por fin Dios me hizo caer en cuenta de que está hablando para nosotros los cristianos. Me explico, el texto es:
2 Pedro 3.9 El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.
El contexto del pasaje está hablando de la venida del Señor, de la cual algunos creen que como se ha demorado entonces ya no va a venir, sin embargo el apóstol aclara que Dios está teniendo paciencia para con nosotros, esta palabra “nosotros” escrita por el apóstol obviamente se refiere a nosotros los cristianos, y no precisamente o exclusivamente a los incrédulos como normalmente los cristianos lo interpretamos.
Si tenemos en cuenta esto que dice la escritura y lo relacionamos con la parábola del trigo y la cizaña, donde la enseñanza es que hasta el final de los tiempos habrá una iglesia compuesta de trigo y cizaña, es decir de auténticos cristianos que se salvarán y falsos cristianos que se condenaran, entonces podemos decir que…
Dios está esperando que esos cristianos que no son auténticos y que están metidos dentro de la iglesia, realmente se arrepientan, es decir reconozcan su pecado de incredulidad, y por supuesto tomen la decisión de dejar de creer en ellos y en el mundo, para creer verdaderamente en Jesucristo y obtener así la salvación que les permitirá dejar sus pecados, es decir obedecer a Dios en todo y no de manera selectiva.
Por lo tanto es bueno que nos preguntemos: ¿Soy un auténtico cristiano?
Esta es la pregunta más importante que todo ser humano se puede hacer, pues de esta respuesta depende su vida y su eternidad.
Y si usted tiene certeza de ser un auténtico cristiano, entonces la pregunta es: ¿Realmente está creciendo en fe y está siendo transformado a la velocidad que el Señor desea hacerlo en su vida?
IV. ¿QUÉ ES VERDADERAMENTE LA FE EN DIOS?
La respuesta a ambas preguntas tiene que ver con la fe. Pero aquí hay algo muy importante que debemos aclarar, qué tiene que ver con la definición de la fe.
La escritura nos enseña que hay diferentes clases de fe dependiendo no en si de la fe, sino de en quien está depositada:
Es decir; depende en que deposite usted su fe, esa fe aunque sea la misma recibe un nombre diferente.
Cuando la fe está depositada en Dios para que cumpla nuestros planes y no su voluntad en nosotros, se llama fe muerta. Esta fe muerta puede llegar a producir milagros pero no da salvación ni el fruto que Dios desea.
Cuando la fe está depositada en falsas doctrinas o en el viejo pacto que has sido dejado atrás, se llama fe fingida. Esta fe fingida produce obediencia pero no a la voluntad de Dios, por eso tampoco da salvación.
Cuando la fe está depositada en los hombres de Dios y no en la palabra de Dios, se llama fe débil. Esta es la clase de fe que hace que muchos líderes sean seguidos por las multitudes y luego sean apedreados por ellas.
El problema es que aunque la fe depositada en estos diferentes objetivos produce resultados, de todos modos esa fe aunque nombra a Dios, en realidad esa fe NO está depositada en Dios, por eso quienes esto hacen, no han obtenido salvación y mucho menos han crecido en salvación o fe.
Es por eso que cuando hablamos con ciertos cristianos, al poco tiempo nos damos cuenta de que no son cristianos, porque no tienen fe en Dios, aunque dicen tenerla.
De igual manera cuando hablamos con auténticos cristianos, a veces nos damos cuenta de que su fe está fraccionada o llena de conceptos impuros, razón por la cual son bebés en Cristo por causa de su ignorancia, pues como creer en la verdad del Evangelio o Nuevo pacto que ni siquiera logran entender.
Y es de eso que en ese texto dice Dios, que espera que nos arrepintamos y que comencemos a depositar verdaderamente nuestra fe en Dios.
¿Dónde estás tú? ¿Está tu fe realmente centrada en Jesucristo y sus promesas, o todavía hay mucha parte de tu fe dispersa, pues todavía confías en muchas cosas en que no deberías confiar?
Cuando la fe está dispersa y colocada en diferentes cosas o elementos en que no deberíamos confiar, eso hace que nuestros objetivos también se dispersen y no sean precisamente lo que Dios quiere, afectando por supuesto nuestra obediencia y haciéndola selectiva.
¿Es tu obediencia una obediencia absoluta a los deseos de Dios, porque estás completamente convencido que Dios te ofrece lo mejor de lo mejor… O todavía en tu corazón hay muchas cosas que aunque Dios no las plantea como lo mejor, de todos modos las deseas realizar?
V. PERO DIOS SIGUE TRABAJANDO PARA SALVAR AL HOMBRE
Lo lindo de la elección de Dios y su obra de salvación, es que muestra la inmensa misericordia de Dios aún cuando nuestra fe está fraccionada, y aún cuando nuestra obediencia es a medias, de todos modos Dios insiste en hacer crecer nuestra fe en él.
En el caso de Abraham, aunque obedeció a medias, cuando llego a Canaan la escritura nos cuenta:
Génesis 12.7 Y apareció Jehová a Abram, y le dijo: A tu descendencia daré esta tierra. Y edificó allí un altar a Jehová, quien le había aparecido.
Dios insiste en comunicarle que le dará esa tierra que será para su descendencia. Esto implica que Dios había previsto varias cosas con la vida de Abraham.
– Si Dios le ofrece una tierra para su descendencia es apenas obvio que Dios tendrá que darle la provisión y la protección necesaria a Abraham, para que pueda vivir hasta tener descendencia.
– Y si Abraham creyó en el ofrecimiento de Dios entonces también debería creer que Dios le daría la provisión y la protección necesaria, para quedarse en esta tierra que le había entregado.
Pero a pesar de estas promesas la escritura nos cuenta:
Génesis 12.10 Hubo entonces hambre en la tierra, y descendió Abram a Egipto para morar allá; porque era grande el hambre en la tierra.
Abandono la tierra que Dios le había dado, y no fue a Egipto a comprar comida y volver, sino a vivir allá.
Este abandono representa el abandono que algunos cristianos hacen de su vida cristiana cuando tienen problemas…
¿Y cuando tienen problemas? Pues tienen problemas a veces por sus propias desobediencias ante las cuales Dios por amor busca disciplinados para corregir su forma de vivir.
Por eso es bueno que nos preguntemos: ¿Cuántos de los problemas que tenemos son por causa de nuestra desobediencia Dios? Y ¿cuántos problemas tenemos por hacer la voluntad de Dios?
Son por nuestra desobediencia pues obviamente tenemos que dejar de desobedecer, pero cuando los problemas vienen por nuestra obediencia a dioses porque Dios quiere probar nuestra confianza en el y sus promesas, o por qué quiere probar qué tanto somos capaces de por apegarnos a Dios, y dejar otras cosas que también consideramos importantes… Y al no querer dejarlas experimentamos problemas y sufrimiento.
Algunos en esa situación no vuelven a la iglesia pero dicen que Dios está con ellos, no se alimentan de la palabra de Dios pero dicen estar fortalecidos espiritualmente, y normalmente caen en una serie de desobediencias para tratar de obtener aquello que desean. Por supuesto con el pensamiento de que Dios sabe que somos débiles y el entiende.
Lo otro que es evidente con este abandono de la tierra, es que Abraham no confiaba en la provisión material de Dios, y prefirió ir al mundo a ver cómo la conseguía.
Algunos cristianos todavía no confían en la provisión de Dios y desobedeciendo lo que Dios desea, prefieren echar mano de las malas estrategias del mundo para conseguir su provisión.
El problema cuando uso las malas estrategias del mundo, es que el mundo cada vez pondrá trampas más sutiles para hacerme caer, esto lo vemos en Abrahán quien:
Génesis 12:11–14 Y aconteció que cuando estaba para entrar en Egipto, dijo a Sarai su mujer: He aquí, ahora conozco que eres mujer de hermoso aspecto; 12y cuando te vean los egipcios, dirán: Su mujer es; y me matarán a mí, y a ti te reservarán la vida. 13Ahora, pues, di que eres mi hermana, para que me vaya bien por causa tuya, y viva mi alma por causa de ti.
Y por no creer en la provisión de Dios, ni en su protección, decidió mentir, y por causa de sus mentiras su mujer le fue quitada
Y esto que sigue me parece todavía más difícil para aquel que no confía verdaderamente en Dios, porque después de que su mujer le fue quitada, cosa que a muchos les parecería muy pero muy grave, más aún cuando Dios había prometido descendencia… Abraham ya sea por el miedo a no tener su sustento, o por el amor a las cosas del mundo, comienza a recibir beneficios por causa de su mujer…
Génesis 12.14–16 Y aconteció que cuando entró Abram en Egipto, los egipcios vieron que la mujer era hermosa en gran manera. 15También la vieron los príncipes de Faraón, y la alabaron delante de él; y fue llevada la mujer a casa de Faraón. 16E hizo bien a Abram por causa de ella; y él tuvo ovejas, vacas, asnos, siervos, criadas, asnas y camellos.
Imaginen la situación: Usted viaja a Kuwait, y por causa de sus mentiras un jeque petrolero le quita su esposa y luego le manda un Rolls Royce, unos lingotes de oro, unos criados y unas criadas para que lo entretengan… Usted los recibiría a cambio de su mujer???
¿Qué debió pensar Sara de su marido? ¿O, será que estaba contenta con faraón? Hay muchas preguntas sin responder, pero lo increíble de esta historia es que Dios en su misericordia a pesar de sus pecados los rescató.
¿Qué hubiera pasado si Dios no los rescata? Qué hubiera pasado con la tierra, la descendencia, y sobre todo la bendición a todas las naciones. Pero Dios tomó acción. Nos cuenta la escritura:
Génesis 12.17–20 Mas Jehová hirió a Faraón y a su casa con grandes plagas, por causa de Sarai mujer de Abram. 18Entonces Faraón llamó a Abram, y le dijo: ¿Qué es esto que has hecho conmigo? ¿Por qué no me declaraste que era tu mujer? 19¿Por qué dijiste: Es mi hermana, poniéndome en ocasión de tomarla para mí por mujer? Ahora, pues, he aquí tu mujer; tómala, y vete. 20Entonces Faraón dio orden a su gente acerca de Abram; y le acompañaron, y a su mujer, con todo lo que tenía.
Algunas veces al ver la vida de ciertos cristianos decimos que los cristianos caen para arriba.
Porque hemos visto como caen en pecado, hacen mucho daño, pero luego Dios los rescata los restaura y les da hasta mejor posición…. ¿Por qué?
Porque Dios es un Dios de misericordia, qué se duele en el castigo, pero por su amor insiste en qué cada uno de nosotros vivamos según el llamado que tiene para nosotros.
Ese llamado implica una gran bendición personal, pero también ese llamado, como en el caso de Abraham es para que nosotros seamos de bendición a otras personas.
Alguna vez me llamo un amigo familiar al cual yo te compartí de Jesucristo y me pregunto por mi madre, y me dice:
”Gracias a lo que tu madre ha hecho somos muchísimos los que hemos recibido el beneficio de conocer a Dios”
Y ciertamente cuando vemos a todos los que después de ella fuimos recibiendo al Señor, haciendo una pirámide creo que podemos llegar a miles de personas que han sido salvas porque ella se dejó usar por Dios.
Cuando pienso en mi vida, en mis pecados, y en toda la misericordia que Dios ha tenido al usarme… También junto con mi esposa, creo que podemos hablar de miles de personas que han sido salvas por causa de la misericordia de Dios en nuestras vidas…
Y ese es el fruto que Dios quiere ver en sus hijos, por decir que una persona ha sido transformada de tal manera que tiene el carácter de Jesucristo y que con ese carácter no comparta de su salvador es una severa contradicción.
El siguiente paso en la vida de Abraham tiene que ver con Lot. Dice la escritura:
Génesis 13.1–2 Subió, pues, Abram de Egipto hacia el Neguev, él y su mujer, con todo lo que tenía, y con él Lot. 2Y Abram era riquísimo en ganado, en plata y en oro.
Cayo para arriba…
Génesis 13.5–9 También Lot, que andaba con Abram, tenía ovejas, vacas y tiendas. 6Y la tierra no era suficiente para que habitasen juntos, pues sus posesiones eran muchas, y no podían morar en un mismo lugar. 7Y hubo contienda entre los pastores del ganado de Abram y los pastores del ganado de Lot; y el cananeo y el ferezeo habitaban entonces en la tierra. 8Entonces Abram dijo a Lot: No haya ahora altercado entre nosotros dos, entre mis pastores y los tuyos, porque somos hermanos. 9¿No está toda la tierra delante de ti? Yo te ruego que te apartes de mí. Si fueres a la mano izquierda, yo iré a la derecha; y si tú a la derecha, yo iré a la izquierda.
Dios en su misericordia y su genialidad usa el amor de ambos por las riquezas para separarlos y cumplir así poco a poco, con el propósito para el cual había llamado a Abraham.
También podemos ver que entre más cumplía Abraham con las condiciones de Dios, Dios profundizaba y ampliaba las promesas que le había hecho. Después de dejar a Lot le dice:
Génesis 13.14–16Y Jehová dijo a Abram, después que Lot se apartó de él: Alza ahora tus ojos, y mira desde el lugar donde estás hacia el norte y el sur, y al oriente y al occidente. 15Porque toda la tierra que ves, la daré a ti y a tu descendencia para siempre. 16Y haré tu descendencia como el polvo de la tierra; que si alguno puede contar el polvo de la tierra, también tu descendencia será contada.
Ya Dios está hablando de pueblos incontables salidos de los lomos de Abraham, sin embargo éste es sólo el comienzo de la bendición de Dios para este hombre, aquí al igual que con cada uno de nosotros, Dios le eligió antes de la fundación del mundo para cumplir sus propósitos en él.
La bendición que Abraham estaba pronto a recibir era mucho más grande que la tierra y la descendencia que anhelaba, la gran bendición estaba en la salvación que veremos más adelante….
Recordemos para orar:
Hemos sido escogidos por Dios antes de la fundación del mundo.
Dios ha trabajado desde tiempos antiguos aún sobre nuestros descendientes para trabajar a través de ellos en nuestra vida.
La elección, el llamado de Dios es sólo para bendecirnos y como él fue quien nos escogió podemos tener la certeza de que si le creemos podemos funcionar como el desea.
Esa bendición de Dios es para nosotros y para quienes nos rodean… Porque cuando el Señor nos eligió y nos llamó fue para dar fruto que permanezca.
Para todo esto es necesario que aprendamos a depositar nuestra fe en Dios pero de la manera en que él lo desea.