INTRODUCCIÓN A LOS DONES ESPIRITUALES

LA PROTECCIÓN QUE RECIBIMOS DE DIOS – PARTE 2

I. INTRODUCCIÓN

En el sermón o en el estudio de la semana pasada, digo estudio porque estos sermones parecen cursos bíblicos por la cantidad de información y de textos bíblicos que revisamos… Vimos el enorme beneficio que ha recibido la humanidad con la muerte y resurrección de Jesucristo, pero que desafortunadamente para muchos, sólo los auténticos cristianos los podemos disfrutar.

No hay duda que prácticamente todo el mundo conoce la historia de Jesucristo, el problema es que lo que la mayoría conoce es una historia distorsionada que tiene muy poco de ver con la realidad, y es por esta razón que no están disfrutando el regalo de la salvación.

Y contrario a esto lo que han hecho usando el nombre de Jesús, y la mala interpretación de las escrituras es crear una serie de religiones en las cuáles están enseñando a hacer cosas opuestas al deseo de Dios, cuyo resultado es que impiden que los hombres obtengan y disfruten de la salvación.

Para muchos puede sonar extraño que las religiones estén siendo usadas para condenar a los hombres, cuando se supone que es todo lo contrario, sin embargo esto no es nuevo. En su época el señor Jesús exhortó a los religiosos de su época diciéndoles:

Mateo 23:13 Mas ¡ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque cerráis el reino de los cielos delante de los hombres; pues ni entráis vosotros, ni dejáis entrar a los que están entrando.

Si los escribas que eran los encargados de mantener la pureza de las escrituras, de estudiarlas y enseñarlas, y los fariseos que eran tenidos como el grupo religioso o secta más estricta estaban impidiendo con sus vidas y sus enseñanzas que la gente obtuviera la salvación… Qué podemos esperar de otras religiones que ni siquiera tienen las escrituras como base de sus creencias.

En la actualidad el problema persiste, se dice que los masones son los encargados de crear religiones, con las cuales mantienen entretenidos a los hombres, engañándolos y haciéndoles creer que tienen una correcta relación con Dios.

Y si a eso le añadimos la absurda creencia de que lo importante es la fe en la fe, el asunto se complica todavía más porque por más fe que tengan los hombres en estas religiones, al no estar confiando en la verdad, Jesucristo es la verdad, al momento de su muerte física comenzarán a experimentar la condenación, para lo cual ya no habrá remedio.

Por esta razón, por lo importante y definitivo que recibir la verdad que proviene de Dios, para evitar la condenación eterna es que el Señor Jesus nos advierte acerca de estos falsos profetas diciendo lo siguiente:

Mateo 7:15 Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces.16Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos? 17Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos. 18No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos. 19Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego. 20Así que, por sus frutos los conoceréis.

Aunque el contexto en el cual Jesús hablaba es el pueblo de Israel, pueblo que a través de los siglos estuvo recibiendo el mensaje De Dios a través de los profetas, debemos aplicar esto a cualquier tipo de profeta o personaje que enseñe cualquier tipo de religión, que en en lugar de acercarnos a Dios nos aleje de él… De esta clase de personajes debemos cuidarnos.

Para hacerlo dice el pasaje, que lo primero es no dejarnos engañar por la apariencia, por qué la realidad es que son lobos vestidos de ovejas. En segundo lugar debemos estar pendientes de los frutos de estos “mensajeros de Dios” pues a través de los malos frutos que den podemos corroborar que no están en la verdad.

No son pocas las historias de creyentes que con toda disposición han ayudado a ciertos mensajeros de Dios, y con el tiempo descubren que sólo son tramposos, mentirosos, estafadores, que se quieren aprovechar de los demás. Y no ocurre sólo con pastores o líderes cristianos, también hay feligreses que se meten a las iglesias diciendo que son cristianos, y contando historias dramáticas para aprovecharse de los demás.

Pero hay algo más que es muy pero muy importante, que nos enseña este pasaje usando el ejemplo de la clase de árbol… Pues dice que dependiendo de como sea el árbol así van a ser los frutos, y que no es posible que un mal árbol de buen fruto, ni que un buen árbol de malos frutos.

Mostrando a través de este ejemplo que los frutos, es decir el comportamiento, las acciones, las cosas que se hagan son el resultado de la naturaleza del árbol, y por lo tanto de eso es que debemos estar pendientes.

De tal manera que podemos decir que si la naturaleza del profeta no es la correcta, debemos cuidarnos de sus palabras, por que su mala naturaleza sin duda alguna hará que su mensaje también sea malo, aunque esté disfrazado de piedad.

Esto es algo que a veces pasamos por alto. Simplemente escuchamos el mensaje y lo evaluamos, pero ignoramos la naturaleza del personaje que lo está transmitiendo… Y según lo que estamos leyendo es un error hacer esto.

Hasta en la política nos pasa esto, pues escuchamos de ciertos personajes las propuestas más maravillosas y esos personajes han sido acusados de múltiples crímenes, de corrupción, hasta de asesinato… Y sin embargo muchos les creen.

Ahora, cuando el Señor habla de la naturaleza del árbol qué es la que condicionan nuestro comportamiento, en realidad se está refiriendo a dos clases de naturaleza que podemos encontrar entre los hombres, pero no se refiere a una naturaleza natural ya que todos somos criaturas de Dios, sino a una naturaleza espiritual. La escritura dice así:

1 Juan 3:10 En esto se manifiestan los hijos de Dios, y los hijos del diablo: todo aquel que no hace justicia, y que no ama a su hermano, no es de Dios.

La creencia general es que todos son hijos de Dios pero no es cierto. Cómo mencioné, todos son criaturas de Dios, creados y sostenidos por Dios, pero solamente son hijos de Dios los que el Padre ha engendrado espiritualmente. (Los que nacen de nuevo)

Esta paternidad es algo que se obtiene por medio de la fe… Hay quienes confían en el diablo aunque no sean conscientes de esa terrible realidad… Y hay quienes hemos aprendido a confiar en Dios.

Y lo que puede pasar es que un hijo del diablo puede dar un mensaje que parezca correcto, puede decir algunas verdades, pero su naturaleza caída le llevará a colocar una gota de veneno en sus argumentos, y por esta razón muchos son engañados pensando que les están comunicando la verdad sin ser cierto. Por esto hay un dicho que dice: Satanás te ofrece un mar de dulzura con tal de meterte una gota de veneno mortal.

Por esto las advertencias respecto de esto abundan en la escritura, precisamente por la importancia qué tiene el poder recibir la verdad de Dios… El Señor Jesús dijo que esa verdad nos haria libres.

Mientras que la mentira, se nos advierte que entre más pase el tiempo abundará muchísimo más trayendo más maldad y corrupción, aunque quienes la promuevan tengan apariencia de piedad.

Veía la noticia de que la portavoz del gobierno de Biden se puso a llorar, por las leyes de Florida y Texas que impiden el adoctrinamiento homosexual por parte de Disney. Y en su discurso decía que pobrecitos esos niños que quieren cambiar de sexo y estas leyes injustas y llenas de odio están impidiendo que sean ayudados a hacerlo… Es decir para ella es un crimen que no puedan enseñarle a los pequeñitos que pueden cambiar de sexo cuando quieran.

Y esta noticia no es grave comparada con otras muchísimo peores, sin embargo no debe extrañarnos que esto esté ocurriendo, pues el Señor en su palabra nos advirtió acerca de esto, y por eso podemos leer:

2 Timoteo 3:1–5 También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. 2Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, 3sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, 4traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios, 5que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a éstos evita.

Notemos que aunque la descripción que se hace de ellos es de mucha maldad en todos los sentidos, de todos modos dice que tendrán apariencia de piedad, aparentan ser buenas personas, aparentarán querer buenas cosas para los demás, y por esto los incautos pueden ser arrastrados a su manera de pensar

En la carta del apóstol Santiago también podemos encontrar otra advertencia acerca de estos falsos profetas, que no sólo se disfrazan de piedad sino que a veces llegan hablando con una gran sabiduría con la cual convencen a los demás, y por esto el apóstol aclara o da ciertas características para reconocer al que es verdaderamente sabio. Dice así:

Santiago 3:13–1. ¿Quién es sabio y entendido entre vosotros? Muestre por la buena conducta sus obras en sabia mansedumbre. 14Pero si tenéis celos amargos y contención en vuestro corazón, no os jactéis, ni mintáis contra la verdad; 15porque esta sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino terrenal, animal, diabólica. 16Porque donde hay celos y contención, allí hay perturbación y toda obra perversa.

Los celos amargos, y la contención que es un término bíblico que describe a una persona que sigue sus sentimientos por encima de la palabra de Dios, son señales de que esta persona no posee la sabiduría de Dios, y no es tan sencillo como que es ignorante, por qué la verdad es que esta sabiduría es terrenal, animal y diabólica… Es decir de acuerdo a su naturaleza, pero disfrazada de todo lo contrario, para poder engañar a los incautos. Luego sigue diciendo:

Santiago 3:17–18. Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía. 18Y el fruto de justicia se siembra en paz para aquellos que hacen la paz.

Pero no sólo la escritura nos advierte acerca de estos personajes, sino que nos explica la razón por la cual entre más pasa el tiempo, al acercarse el final de los tiempos el asunto será peor. Y la razón de que esto suceda es que los hombres no quieren oír la verdad y entre más pasa el tiempo menos quieren oír la verdad. Y por eso la petición y la advertencia del apóstol a su discípulo Timoteo fue la siguiente:

2 Timoteo 4:1–4 Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los muertos en su manifestación y en su reino, 2que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina. 3Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, 4y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas.

Creo que lo primero que debemos revisar en nuestra vida, es nuestra disposición a escuchar la verdad. ¿Realmente agradecemos cuando nos dicen la verdad, aunque esa verdad muestre nuestro pecado, nuestra idolatría o nuestra incredulidad?

Debemos revisar porque no estamos exentos de cometer ese pecado que la mayoría de la humanidad comete… Es posible que en ciertas áreas de nuestra vida seamos muy receptivos, pero hay otras en las cuales bloqueamos el mensaje de Dios, porque no queremos cambiar. Ojo con esto.

La verdad es que entendiendo la importancia de un mensaje fiel, es decir tal como Dios lo ha comunicado, hubo un tiempo en mi vida en que no perdía oportunidad de confrontar a estos falsos profetas, a estos pastores y creyentes con sus enseñanzas absurdas, de tal manera que recibí el apodo de el contradictor, y por esta razón, por insistir en lo que es correcto he sido echado de varias organizaciones, no por mis pecados, es decir no es que no tenga pecados, sino por no acomodarme a sus enseñanzas.

Pero como leímos en la escritura, para que estas falsas doctrinas se propaguen además de los falsos profetas, también se necesita de un público dispuesto a aceptarlas. Y ese público siempre ha existido. La escritura nos cuenta eso en las palabras de Esteban cuando estaba reprendiendo a los sacerdotes de la época se Jesus:

Hechos de los Apóstoles 7:51–54 ¡Duros de cerviz, e incircuncisos de corazón y de oídos! Vosotros resistís siempre al Espíritu Santo; como vuestros padres, así también vosotros. 52¿A cuál de los profetas no persiguieron vuestros padres? Y mataron a los que anunciaron de antemano la venida del Justo, de quien vosotros ahora habéis sido entregadores y matadores; 53vosotros que recibisteis la ley por disposición de ángeles, y no la guardasteis. 54Oyendo estas cosas, se enfurecían en sus corazones, y crujían los dientes contra él….

Los profetas que les comunicaban la verdad de Dios eran perseguidos y asesinados, mientras que los profetas que les decía mentiras eran tratados con privilegios… Y eso que era el pueblo escogido por Dios para recibir la ley y guardarla.

Cómo les decía estuve en un tiempo en mi vida dedicado a confrontar estos falsos profetas hasta que entendí que no sólo la gran mayoría no quiere saber la verdad, sino que cuando hay está mala actitud de no querer recibir la verdad, no importan las palabras ni la sabiduría con la cual expongamos el mensaje de Dios, la gente no lo va a recibir… Prueba de esto es lo que acabamos de leer, Esteban fue apedreado por decir la verdad ya que no pudieron resistir su sabiduría.

Por esto al pasar el tiempo en lugar de dedicarme a confrontar y a mostrar el error y los horrores que algunos se enseñan, entendí que lo que debo hacer es predicar la verdad.

Y parte de lo que me llevó a tomar esa decisión es que entendí que esos falsos profetas también han sido enviados por Dios… Y aunque esto puede parecernos muy extraño, porque cómo es posible que Dios queriendo que los hombres conozcan la verdad, cómo es posible que no haga algo para detener estos hombres y sus mentiras… Peor aún que los envíe. Pero eso es lo que dice la escritura:

2 Tesalonicenses 2:9–10 inicuo cuyo advenimiento es por obra de Satanás, con gran poder y señales y prodigios mentirosos, 10y con todo engaño de iniquidad para los que se pierden, por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos.

En el verso siete de este pasaje dice que ya está en acción el misterio de la iniquidad… (Eso fue dicho hace casi 2.000 años, imaginemos cuánto ha avanzado) Y lo que acabamos de leer dice que el anticristo vendrá por obra de Satanás con poder, señales y prodigios que serán usados para engañar a los que se pierden…

Pero ojo; porque dice que estos que serán engañados son los que no quisieron recibir el mensaje de amor y verdad para ser salvos… Lo cual quiere decir que su mala disposición para recibir la verdad, preparó su corazón para aceptar la mentira como si fuera la verdad.

Es como cuando a uno le cae mal cierta persona… Y teniendo eso en nuestro corazón alguien viene y nos habla una cantidad de barbaridades que la persona hizo… Lo más seguro es que lo vamos a creer, gracias a la mala actitud que tenemos contra ella… Y aún si esa persona nos dice o nos asegura que no es cierto lo que están diciendo de ella… Si mantenemos la mala actitud no le vamos a creer…. Pero si tenemos una buena actitud con esta persona cuando nos hablen de su maldad, nos vamos a resistir a creer lo que nos dicen.

Una mala disposición hacia Dios y hacia su mensaje de salvación, hace que cuando nos sea comunicada la mentira la aceptemos como si fuera la verdad.

Más aún cuando la mala disposición hacia Dios es bien fuerte, eso permite que las personas sean poseídas por diferentes clases demonios, lo cual las hace aferrarse todavía más a las mentiras y la maldad que estas producen.

Resumiendo esto podemos decir que aunque Dios desea que escuchemos su verdad, de todos modos nos ha dado la libertad de escoger a quien creer, y por eso manda a sus hijos, a nosotros, a predicar la verdad, pero también permite que los malos mensajes sean comunicados para que los hombres, de acuerdo a lo que hay en su corazón puedan escoger. Y por eso el pasaje continúa diciendo:

2 Tesalonicenses 2:11–12 Por esto Dios les envía un poder engañoso, para que crean la mentira, 12a fin de que sean condenados todos los que no creyeron a la verdad, sino que se complacieron en la injusticia.

Leímos en el texto anterior que el inicuo viene por obra de Satanás… Sin embargo como Dios es soberano el pasaje que acabamos de leer dice que es Dios enviando un poder engañoso. Y repite que lo hace para que se condenen los que no quisieron recibir la verdad, porque se complacen al vivir de manera injusta.

Dios que jamás ha perdido el control, en su enorme sabiduría está usando a los mensajeros de Satanás con sus mensajes completamente anti Dios aunque disfrazado de piedad para confirmar sin ninguna duda la condenación de aquellos que no quieren escuchar su mensaje…

Creo que voy a decir puede sonar muy duro pero la realidad es que todo aquel que no sea un auténtico hijo de Dios, tiene una naturaleza perversa y por eso es que entre nuestros familiares, entre las personas que queremos, aun entre los grandes amigos, podemos encontrar personas que pretendiendo ayudarnos nos darán mensajes para alejarnos de Dios… Si tenemos mala actitud escucharemos y creeremos sus mensajes, pero si nuestra actitud es correcta podremos discernir la maldad de sus mensajes y rechazarlos.

Es mas; respecto de esto hay una promesa muy hermosa dada por Jesús que dice:

Juan 7:17 El que quiera hacer la voluntad de Dios, conocerá si la doctrina es de Dios, o si yo hablo por mi propia cuenta.

Esto confirma lo que he venido diciendo, y es que cuando uno desea realmente hacer la voluntad de Dios, Dios se encargará de qué uno pueda discernir cuando un mensaje es correcto… Pero si en algún área de nuestra vida no queremos hacer la voluntad de Dios, entonces rechazaremos el mensaje verdadero y aceptaremos el mensaje que el diablo nos da, para justificar nuestra desobediencia.

Si volvemos al primer pasaje que leímos en advierte de los falsos profetas, Jesús continúa diciendo:

Mateo 7:21–23 No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. 22Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? 23Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad.

Esta advertencia me parece aterradora… Pues está mencionando a personas que creen ser cristianas, y que han creído estar haciendo la voluntad de Dios, y tal vez aún pensando que la estában haciendo mejor que los demás… Hasta que al momento de su muerte al encontrarse con Dios les es anunciado que su destino es la condenación eterna.

Pero ellos qué además serán muchos según lo que dice el Señor, estarán tan convencidos de haber hecho lo correcto que aún frente a Dios, lo cual me parece increíble, manifiestan su desacuerdo mencionando las buenas obras que hicieron: Predicaron, echaron demonios e hicieron milagros, y todo esto según ellos en el nombre de Jesús.

A muchos puede parecerles complicado entender que personas que predicaron de Jesús, echaron demonios e hicieron milagros pueden estar equivocados, pues la creencia de la mayoría es que si está nombrando a Jesús, y además si se están haciendo milagros, pues no hay duda que allí está la presencia de Dios.

Sin embargo el Señor Jesús da dos razones muy claras por las cuales esta clase de gente se va a condenar. La primera que menciona es que no hicieron la voluntad de Dios, y la segunda que nunca conocieron ni fueron conocidos por Dios.

Ahora: Si no hicieron la voluntad de Dios quiere decir que el mensaje que esta gente recibió y que seguramente compartió, era un mensaje completamente equivocado que no les permitió vivir haciendo la voluntad de Dios.

A la pregunta: ¿Cuál es la voluntad de Dios? La respuesta es que la voluntad de Dios puede implicar que hagamos muchas cosas a lo largo de nuestra vida, pero esas cosas que debemos hacer nos deben llevar a un mismo objetivo que es mencionado en el siguiente texto:

1 Pedro 1:13–16 Por tanto, ceñid los lomos de vuestro entendimiento, sed sobrios, y esperad por completo en la gracia que se os traerá cuando Jesucristo sea manifestado; 14como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia; 15sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; 16porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo.

Ceñir los lomos del entendimiento es igual a decir que no pensemos un montón de tonterías… Debemos ser sobrios y no como borrachos que no saben para dónde van, y debemos vivir esperando la gracia, el premio, la recompensa que recibiremos cuando Jesucristo regrese.

Es súper importante que entendamos que nos estamos preparando para el futuro, para después de nuestra muerte. Si no entendemos eso o si no lo creemos, no habrá motivación para buscar la santidad.

Y para lograr esto dice el pasaje que debemos cambiar el objetivo que teníamos antes de conocer a Dios, un objetivo enseñado por el mundo, porque habiendo sido apartados para Dios debemos aprender a vivir en santidad. Esta santidad es tan importante que la escritura dice:

Hebreos 12:14 Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor.

Al ver estos objetivos la pregunta que muchos se hacen es: ¿Si es posible vivir en santidad? Y la verdad es que la respuesta es; que por nuestros propios medios no lo podemos lograr.

Algunos que quieren ser buenos cristianos no lo han entendido, y por esto por más que se esfuerzan no logran vivir de acuerdo a los deseos de Dios, hasta que llega el momento en que desisten, es decir fracasan y se retiran por no entender que la clave está en la naturaleza.

Si recordamos el primer pasaje que leímos en el Jesús que habla, de qué la clave o la raíz que determina nuestro comportamiento es la clase del árbol que somos. Podemos ver que el apóstol Pablo habla de esto mismo pero con otras palabras. Y dice:

Romanos 8:5 Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu.

Describe dos clases de personas. Unos, los que son de la carne que piensan que esas cosas y los otros los que son del Espíritu que piensan en las cosas del Espíritu.

Los primeros, los que son de la carne son aquellos que viven en el mundo pensando en todas las cosas que el mundo les ofrece, buscando satisfacer su vida, la de su familia y la de los seres queridos con todas estas cosas… sin importarle si está creyendo, confiando o haciendo caso a Dios.

Los que son del Espíritu también viven en el mundo, también tienen necesidades, también buscan llenar las necesidades de su vida y de los seres queridos, pero todo lo que hacen lo relacionan con Dios, con los principios espirituales, buscando cada vez confiar más en Dios, y cada vez ser más obedientes, para que a través del tiempo lleguen a ser cada vez más santos. El pasaje continúa diciendo:

Romanos 8:6 Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz.

Aunque ambas formas de vivir pueden parecer normales los ojos de los espectadores… Los que viven según la carne están muertos y van camino a la muerte, mientras que los que viven según el Espíritu tienen vida y paz. ¿Y por qué los que viven según la carne están muertos y ván camino a la muerte eterna? El pasaje nos contesta:

Romanos 8:7-8 Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden; 8y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios.

No pueden agradar a Dios, por más de que se esfuercen no pueden vivir haciendo la voluntad de Dios, es imposible, a lo mucho podrán a remedar a los creyentes haciendo las mismas cosas, pero la motivación que hay en su corazón los descalificará delante de Dios.

¿Qué necesitan los que son de la carne para pasar a ser de los que son del Espíritu?

Necesitan depositar una fe genuina en Jesucristo, necesitan creer que el es el Señor y el Salvador y al creer esto de corazón, estarán dispuestos a hacer la voluntad de Dios, y entonces Dios producirá en ellos el nacimiento espiritual, que cambiará su naturaleza de un mal árbol a un buen árbol, que dará buenos frutos.

Las palabras de Jesús a Nicodemo, un hombre religioso, muy buena persona, pero que no se había salvado, es decir que todavía no era un buen árbol fueron las siguientes:

Juan 3:3 Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios.

Este hombre parece que pensó que se trataba de reencarnación o algo por el estilo y por eso preguntó:

Juan 3:4 Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer?

Juan 3:5-7 Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.6Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. 7No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo.

Este nacimiento espiritual transforma la naturaleza del hombre, lo convierte en un buen árbol que comenzará buenos frutos… Y como Jesús dijo que el buen árbol no puede dar mal fruto, esto quiere decir que al haber nacido espiritualmente, el Espíritu Santo produce el deseo, y da el poder para vivir en santidad.

Y es por esto el apóstol al escribirle a los creyentes, les dice que el que no está viviendo de esta manera… Es porque no tiene el Espíritu de Dios, que es igual a decir que no ha nacido de nuevo. Dice así:

Romanos 8:9 Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él.

Esto quiere decir que cuando una persona dice ser creyente pero vive haciendo la voluntad de su carne y no la voluntad de Dios, lo más seguro es que no es un auténtico creyente, y aunque haga milagros, predique, o aún eche demonios… Si sigue viviendo de acuerdo a su carne se perderá eternamente.

Y eso es exactamente lo que Dios no quiere, esa fue la razón para mandar a su hijo a morir en la cruz y a resucitar por nosotros, para que pudiéramos obtener la vida eterna,.

Y no hay duda que no hay absolutamente nada más valioso para el hombre que la vida eterna, y por eso cuando pensamos en la protección que recibimos de Dios, tampoco hay duda que lo que Dios más protege en cada uno de nosotros es nuestra vida espiritual, nuestra relación con él. La promesa que le dimos la semana pasada respecto de esto dice:

Juan 10:27 al 29 Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, 28y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. 29Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre.

Si hemos recibido vida eterna, si tenemos al Espíritu de Dios morando en nosotros, entonces jamás vamos a perecer, porque contamos con la protección del Padre, del Todopoderoso…

Sin embargo aunque parezca contradictorio, esta verdad maravillosa de qué si somos hijos de Dios jamás vamos a perecer, lo cual asegurará nuestra entrada a la eternidad en la presencia de Dios, gracias a la protección de Dios, es una verdad que puede ser también muy peligrosa.

El peligro al que me refiero es el mismo que ya he mencionado, y es el de creer que somos auténticos creyentes nacidos de nuevo cuando no es cierto.

Éste es el peligro que Jesús menciona cuando dice que muchos que le dicen Señor, Señor se van a condenar… Y es el mismo que menciona el apóstol Pablo cuando dice que el que viven según la carne también se va a perder.

Y muchos pueden caer en esta situación, porque durante años se ha enseñado que si una persona hace una oración invitando a Jesús a que entre en su vida, el Señor Jesús va entrar, y entonces la persona será salva…

Y entonces resulta que muchos han orado, pero su vida no ha cambiado. Y no ha cambiado aún a pesar de asistir a una iglesia cristiana, es decir todavía viven haciendo su voluntad y tratando de usar a Dios para hacer su voluntad y no la de Dios…

Sin embargo andan convencidos de que son auténticos creyentes. Por qué oran, porque leen las escrituras, porque asisten a la iglesia, o aún porque son fieles en sus diezmos… Pero a pesar de todo esto siguen viviendo según la carne y no tienen como objetivo la santidad, y la razón de qué esto sea así es que aunque han orado a Jesús pidiendo su presencia, su confianza en Dios no es suficiente para dejar de amar al mundo.

Y según la escritura el amor al mundo también es una señal de no ser un auténtico hijo de Dios. Dice así:

1 Juan 2:15–17 No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. 16Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. 17Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.

El mundo está diseñado para atraer cautivar y esclavizar a la carne, y sólo aquel que es un auténtico hijo de Dios que ha nacido de nuevo, tiene el poder para librarse de esta esclavitud.

Por supuesto este estorbo no es de unos pocos, aún a veces en las iglesias el mundo se mete en ellas y casi que las gobierna, y precisamente de allí nacen estas doctrinas en las cuales se enseña que Dios protege todo ese mundo que nosotros amamos.

Y cuando digo que el mundo se ha metido en las iglesias, no es sólo porque enseñan esa doctrina de la prosperidad integral, también es una enseñanza del mundo esas doctrinas que les llevan a abstenerse de las cosas que el mundo ofrece, y al hacerlo se vanaglorian pensando que son más santos que los demás… Y esa vanagloria es una característica de la gente del mundo. El apóstol escribió respecto de esto:

Colosenses 2:18–19 Nadie os prive de vuestro premio, afectando humildad y culto a los ángeles, entremetiéndose en lo que no ha visto, vanamente hinchado por su propia mente carnal, 19y no asiéndose de la Cabeza, en virtud de quien todo el cuerpo, nutriéndose y uniéndose por las coyunturas y ligamentos, crece con el crecimiento que da Dios.

Está hablando de que ciertos creyentes dándosela de humildes se están privando de hacer una serie de cosas, pero el apóstol dice que la motivación sale de su mente carnal, y no de una verdadera obediencia a Jesucristo. Luego continúa diciendo:

Colosenses 2:20-22. Pues si habéis muerto con Cristo en cuanto a los rudimentos del mundo, ¿por qué, como si vivieseis en el mundo, os sometéis a preceptos 21tales como: No manejes, ni gustes, ni aun toques 22(en conformidad a mandamientos y doctrinas de hombres), cosas que todas se destruyen con el uso?

Que la mujer no se puede arreglar de manera normal, que no se puede cortar el cabello, que no puede usar pantalones, que es pecado ver televisión, que es pecado tomar vino, o bailar, y quién sabe qué cosas más que dejan de hacer creyéndose santos, ignorando o pasando por alto que son sólo mandamientos de hombres, que por supuesto tratan de reforzar malinterpretando las escrituras.

Por supuesto no podemos ignorar que todos venimos del mundo y por supuesto desarrollamos cierto amor por las cosas del mundo, pero en la medida que cultivamos nuestra vida espiritual nos vamos desprendiendo de aquellas cosas.

Respecto de esto es muy importante que tengamos claro que una cosa es disfrutar de las cosas del mundo de acuerdo a lo que Dios nos permita hacerlo, y otra muy diferente que es pecado, es amar las cosas del mundo, pues ese amor dice la escritura que es una evidencia de qué el amor del Padre no está en nosotros, y no hay duda que eso si es muy grave.

Pero para no caer en el pecado de la abstención por la abstención, debemos tener claro que una cosa es disfrutar de las cosas del mundo y otra muy diferente es amarlas. Juan el Bautista fue criticado por no disfrutar de las cosas del mundo, mientras que el Señor Jesús fue criticado por disfrutar de ellas…

Mateo 11:18–19 Porque vino Juan, que ni comía ni bebía, y dicen: Demonio tiene. 19Vino el Hijo del Hombre, que come y bebe, y dicen: He aquí un hombre comilón, y bebedor de vino, amigo de publicanos y de pecadores.

Si una persona como hizo Juan no quiere disfrutar de las cosas del mundo, por supuesto que puede hacerlo. Si prefiere dormir en una cama dura que en una cama blanda está muy bien, si quiere comer maluco pudiendo comer bien es su problema. Lo importante es que cuando haga estas cosas no diga que Dios lo mandó a hacerlas, ni se crea más santo que los demás, porque si eso hace estará mostrando que su carne lo controla.

Ahora: ¿Cómo saber si sólo estoy disfrutando del mundo o si lo estoy amando? Sencillo… Cuando un cristiano disfruta de las cosas del mundo tanto como Dios se lo permite, ese cristiano no deja de hacer la voluntad de Dios por disfrutar de eso.

Pero cuando por disfrutar de las cosas del mundo caemos en pecado, ese pecado que cometemos para disfrutar de estas cosas muestra que estamos amando al mundo.

Para concluir por hoy podemos decir que el mundo de manera desesperada está predicando el mensaje de que debemos disfrutar del mundo por encima de cualquier cosa aún por encima de Dios.

No hay duda que este es un mensaje Satánico. De hecho cuando Satanás fue a tentar a Jesús le ofreció todos los reinos del mundo si postrado le adoraba…

Y por esta causa podemos oír cosas terriblemente espantosas… En ciertos lugares se ha aprobado que si un niño nace se le puede dejar morir sin ningún problema.

En ciertas escuelas se está enseñando a las niñas que pueden convertirse en hombres… Escuchaba la noticia de una madre que al negarse a este adoctrinamiento fue demandada por el colegio, el gobierno le quitó la hija, comenzaron el tratamiento con hormonas para volverla un hombre, y al poco tiempo la niña se suicidó.

Además los profesores de estos colegios están inventando técnicas o métodos para poder adoctrinar a los niños sin que los padres se den cuenta.

En Florida el gobernador se opuso a este adoctrinamiento y sacó una ley y entonces Disney está en contra de esto y están abogando por una ley que le quite a los padres el derecho de educar a sus hijos…

Y si esto están haciendo con los niños, se imagina cuál será el futuro de estas personas a las cuales se les está enseñando que pueden hacer cualquier cosa que se les ocurra, sin tener en cuenta a Dios.

Pero como ya comenté, por horrible y espantoso que sea el mensaje del mundo no sólo debemos predicar la verdad, sino tener la seguridad de que Dios hará todo lo necesario para proteger nuestra vida espiritual, porque de ella depende la salvación de nuestra alma y por supuesto nuestra eternidad en la presencia de Dios.

Y para hacerlo nos ha dado una serie de promesas que son espectaculares.

Estas promesas las podemos dividir en tres grupos.

Primer grupo corresponde a todas las cosas que Dios hace en nuestra vida en el momento en que nacemos de nuevo por haber depositado una fe genuina.

Promesas ya cumplidas en todo aquel que ha nacido de nuevo son las que nos dan la capacidad de vivir haciendo la voluntad de Dios. Éstas son:

La promesa del Espíritu
Nuevo nacimiento
Hijos De Dios
Perdón
Justificación
Redención
Reconciliación
Aceptación total
Corazón nuevo
Cambio de reino
Vida eterna
Comunión
Conocimiento de Dios
Ministros competentes del Nuevo Pacto
Linaje escogido, real sacerdocio, nación Santa, pueblo de Dios
La esposa del cordero, su cuerpo, la iglesia

Éstas promesas que he leído son las que determinan lo que somos en Cristo y como ya mencioné nos capacitan para vivir en la voluntad de Dios.

El siguiente grupo de promesas que voy a leer son las que protegen nuestra vida espiritual de tal manera que nada ni nadie pueda detener nuestro crecimiento espiritual y nada ni nadie puede impedir que hagamos la voluntad de Dios. Éstas promesas son:

Seguridad de salvación
Seguridad de que toda situación será para bendición
Seguridad de que nada ni nadie nos podrá separar del amor de Dios
Seguridad respecto de nuestras necesidades espirituales
Seguridad de que Dios no nos dejara practicar el pecado
Seguridad de que siempre podemos salir victoriosos de la tentación
Seguridad de que la influencia de Satanás no nos afectará
Seguridad de que Dios contestara nuestras oraciones
Seguridad respecto de la dirección de Dios a nuestra vida
Seguridad de que recibiremos la disciplina de Dios si es necesario
Seguridad de que nuestra fe será probada
Seguridad de que recibiremos la provisión material que nos aproveche
Seguridad de la culminación de la obra a realizar en nosotros
Seguridad respecto de conocer las cosas que habrán de venir

Estos dos grupos de promesas tienen las siguientes características

Se reciben por gracia totalmente gratis como añadidura a la salvación recibida.
Son verdad en todo hijo de Dios desde el momento de su nacimiento espiritual.
Son verdad en todo hijo de Dios aunque no las conozca o no crea en ellas.
Sólo pueden disfrutarse por fe.

Eso quiere decir que esas promesas son ciertas en cada hijo de Dios desde el momento de su Nacimiento Espiritual, aunque no las conozca y aunque conociéndolas no crea en ellas. Es decir no hay que hacer nada para obtener estas promesas o para que se cumplan en nuestra vida, pues esas promesas ya son nuestras, ni siquiera hay que orar por ellas y no hay nada que podamos hacer que haga que estas promesas no se cumplan.

Y por último tenemos una serie de promesas que son condicionales, es decir que depende lo que nosotros hagamos eso recibiremos.

Seremos tratados como tratamos a otros respecto de:

• El juzgar
• La generosidad
• La honra a los padres

Seremos premiados con coronas y galardones dependiendo de:

• El dominio del viejo hombre
• La tentación soportada
• Almas ganadas para el Señor
• Almas cuidadas
• El anhelo de su venida
• El sufrimiento por la obra

Y por supuesto la pregunta es: ¿Qué tanto conocemos y creemos en todas estas promesas que es igual a decir que tanto estamos disfrutando del regalo de la salvación?

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