EL PRECIOSO CRISTIANISMO – PARTE 7 AMANDO A LOS HERMANOS EN CRISTO

EL PRECIOSO CRISTIANISMO
PARTE 7
AMANDO A LOS HERMANOS EN CRISTO

I. INTRODUCCIÓN

Terminamos el mensaje de la semana pasada diciendo, que si sólo tuviéramos un poco más claro la grandeza de Dios, y la infinita pequeñez y maldad del hombre, entonces no tendríamos la más mínima duda en confiar y entregar nuestra vida a Dios.

Al no hacerlo, por insistir en confiar en lo que hombres microscópicos comparados con Dios dicen, estamos mostrando un comportamiento absurdo, y me atrevería a decir suicida, porque nos perderíamos de disfrutar de su amor y su misericordia que le a llevado a rescatarnos.

Esta falta de comprensión de la grandeza de Dios, puedes llevarnos en medio de difíciles situaciones a pensar mal de Dios como le ocurrió a Job, quien terminó convencido de que Dios abusando de su poder, trataba a los hombres de manera no sólo injusta sino también con maldad.

Sin embargo a pesar de lo erróneo de sus pensamientos, no vemos que Dios le explique lo equivocado de sus argumentos o las razones del porque el, Dios, hizo lo que hizo con él, o porque hace lo que hace en el mundo…

Sino que en lugar de explicarle cosas que muchos no entienden por su poca fe, y una escala de valores torcida, para ayudarle, lo que Dios hace es confrontarlo con su grandeza poder y sabiduría, manifestada a través de la creación del universo.

Y cuando a través de una serie de preguntas que Dios le hace, Job entiende un poquito mejor la grandeza del Dios contra el cual está peleando… Entonces entiende su gran error; ocupa su lugar, y la escritura nos cuenta:

Job 42.1–3, 5-6 Entonces Job respondió al Señor: 2 «Sé que tú todo lo puedes, y que nadie puede detenerte. 3 Tú preguntaste: “¿Quién es este que pone en duda mi sabiduría con tanta ignorancia?” Soy yo y hablaba de cosas sobre las que no sabía nada, cosas demasiado maravillosas para mí…

5 Hasta ahora sólo había oído de ti, pero ahora te he visto con mis propios ojos. 6 Me retracto de todo lo que dije, y me siento en polvo y ceniza en señal de arrepentimiento».

Más aún; cuando logra ver la grandeza de Dios y ser consciente de que su vida esta en las manos de Dios, hasta la afición desaparece de su vida. Y luego de estar tranquilo, Dios le restituyo y prospero mucho mas que antes.

Al ver esto tenemos que reconocer que cuándo nos afanamos, cuando nos molestamos, cuando estamos en desacuerdo con el trato que Dios nos está dando, aún cuando pensamos que Dios es ajeno a todo lo que está sucediendo en este tiempo en Colombia, no hay duda, y aunque no lo reconozcamos, estamos ignorando la grandeza de Dios.

Y también por causa de esta ignorancia, es que entregar nuestra vida a Dios nos parece un suicidio. Es como si pensáramos que al renunciar a nuestra voluntad, estuviéramos entregando algo precioso… Sin entender qué vamos a recibir algo muchísimo mejor de lo que estámos entregando. Hablando de esto el Señor Jesús dijo:

Juan 12.24–26 De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto. 25El que ama su vida, la perderá; y el que aborrece su vida en este mundo, para vida eterna la guardará. 26Si alguno me sirve, sígame; y donde yo estuviere, allí también estará mi servidor. Si alguno me sirviere, mi Padre le honrará.

Recuerdo una reunión en un teatro, desafiado al público a entregar su vida a Dios para a servir como misioneros… De cerca de 1.000 personas pasamos como 15. Y después de que oraron por nosotros al volver a mi asiento me sentía bueno, casi que orgulloso por haber decidido entregar mi vida a Dios.

Pero al volver a mi asiento, él Espíritu Santo al ver mi mala actitud, me dijo que me quedara con mi vida… Y mi respuesta fue que no. Que yo no quería quedarme con mi vida, era desastrosa.

Tristemente ignoramos por completo que en el reino de Dios, es dando cómo se recibe… Somos capaces de entenderlo cuando se trata de negocios, de invertir dinero o tiempo para sacar provecho. Pero cuando se trata del Reino de Dios pareciera que pensáramos que Dios nos va a estafar, y por eso no queremos invertir en el. Sin embargo la escritura dice:

Romanos 8:31 al 32 ¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? 32El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?

No hay duda que entregar nuestra vida a Dios es el mejor negocio que podemos hacer. Después de hacerlo lo que el apóstol en el pasaje que estamos estudiando nos pide hacer es:

2 Pedro 1:6 al 7 Además, deben ser pacientes, entregar su vida a Dios, 7 estimar a sus hermanos en Cristo y sobre todo, amar a todos por igual.

En otras versiones estimar a los hermanos en Cristo, se traduce como; “afecto fraternal” Y amar a todos por igual, se traduce por amor.

Por supuesto que hay una diferencia entre estos dos conceptos. El afecto fraternal se refiere a la relación de estima o aprecio con los hermanos de la familia en la carne. Pero en este pasaje esta pidiendo que tengamos ese afecto fraternal con la familia en Cristo, con los hermanos en la fe. Y a ese trato fraternal con los hermanos en la fe, y con todos los demás, hay que añadirle amor.

Repito: El amor es para con todos, pero el afecto fraternal para los hermanos en la fe.

Pero para poder obedecer lo mandado tenemos que hacer dos cambios importantes en nuestra manera de pensar, y tienen que ver por un lado, con lo que los hombres creemos que es el amor. Y por otro, con la importancia que tienen los hermanos en Cristo.

Desde hace mucho tiempo se acostumbra en muchas iglesias a usar el término “Hermano” igual que el término “Pastor”. Pero desafortunadamente el comportamiento de algunos hermanos y algunos pastores deja mucho que desear, y por esta razón estos títulos ha perdido mucho de su valor aun frente a los incrédulos.

Es decir; decir que somos cristianos que antes era una garantía para otras personas, ya no lo es, porque los malos testimonios de muchos creyentes hacen que nos vean a todos como poca cosa.

Este mal no es sólo de esta época, en la época de Jesús ocurría de manera similar, y por eso el Señor Jesús hablando no del pueblo en general, sino de los escribas y los fariseos, enseñó:

Mateo 23.4–7 Porque atan cargas pesadas y difíciles de llevar, y las ponen sobre los hombros de los hombres; pero ellos ni con un dedo quieren moverlas. 5Antes, hacen todas sus obras para ser vistos por los hombres. Pues ensanchan sus filacterias, y extienden los flecos de sus mantos; 6y aman los primeros asientos en las cenas, y las primeras sillas en las sinagogas, 7y las salutaciones en las plazas, y que los hombres los llamen: Rabí, Rabí.

Está hablando de que estos líderes religiosos abusaban de la gente, y al mismo tiempo estaban buscando ser tratados con toda honra y preferencia, como si su comportamiento lo mereciera.

En nuestro tiempo hay personajes similares, que se hacen llamar super apóstoles o profetas, quienes no contentos con lo estipulado por el Señor, por ejemplo, con el diezmo y la ofrenda. Se inventaron los pactos y las donaciones argumentando que si usted da todo para la obra de Dios, está haciendo un buen negocio.

De esta manera engañan a la gente para que dé más de lo que Dios desea, si tener en cuenta las necesidades que pueda tener la familia de quiene se están aprovechando.

Es obvio que con este comportamiento, están ignorando por completo el trato fraternal que deben tener con los hermanos en la fe. Y por esta razón el Señor Jesús continuó diciendo:

Mateo 23:8 al 11 Pero vosotros no queráis que os llamen Rabí; porque uno es vuestro Maestro, el Cristo, y todos vosotros sois hermanos. 9Y no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra; porque uno es vuestro Padre, el que está en los cielos. 10Ni seáis llamados maestros; porque uno es vuestro Maestro, el Cristo. 11El que es el mayor de vosotros, sea vuestro siervo.

Dice algo que parece contradictorio pero no lo es, porque lo importante no es el título de maestro o padre en la fe, sino que lo importante es el comportamiento que nosotros tengamos frente a estas responsabilidades como creyentes.

Además cuando realmente hacemos la voluntad de Dios, es cuando dejamos que Cristo por fe viva en nosotros, de tal manera, que si cumplimos correctamente nuestra función de maestro, pastor o padre en la fe, no podemos en ningún momento buscar honra o gloria por habernos dejado usar. En otras palabras dar o buscar reconocimiento por lo que hacemos es robarle la gloria Dios y eso también está muy mal.

Por esto mismo para bajar los humos de estos personajes, y ayudar a la gente a librarse de la esclavitud a manos de ellos, es que el Señor dice que todos somos hermanos.

Y añade, para mostrar la importancia del buen comportamiento por encima del título, que: “El que es el mayor de vosotros sea vuestro siervo.”

Lo cual quiere decir que el que se cree más importante que todos, es el que debe servir a todos, porque la verdadera autoridad no viene por un título, sino con el servicio hecho conforme a la voluntad de Dios.

Pero ojo no está mal que alguno quiera ser pastor, o maestro, o profeta… Porque la escritura dice que es un privilegio servir a Dios, y que nosotros debemos anhelar ese tipo de ministerios. Por ejemplo:

1 Timoteo 3.1–2 Palabra fiel: Si alguno anhela obispado, buena obra desea. 2Pero es necesario que el obispo sea irreprensible, marido de una sola mujer, sobrio, prudente, decoroso, hospedador, apto para enseñar…

Es un problema serio y que trae mucho daño es cuando alguien anhela una posición de autoridad, pero no está dispuesto a cumplir con las responsabilidades y los requisitos que está exige. Esto ocurre mucho en el mundo pero también en la iglesia de Dios.

Ahora, si miramos el énfasis, Jesús dice que no busquemos que nos llamen pastor o maestro, pero no dice lo mismo respecto de llamarse hermano. Y la razón de hacerlo es porque es muy importante que entendamos que ser hermanos en Cristo implica un enorme privilegio y una gran responsabilidad, que debemos tener presente en todo momento.

No se a cuantos de ustedes en medio de ciertas circunstancias se le ha olvidado que su hermano en la carne es su hermano. Esto a veces puede ocurrir. Pero es mucho más común que los cristianos nos olvidemos que somos hermanos en la fe, y terminemos tratándolos cómo tratamos a todo el mundo.

Sin embargo hay pasajes en la escritura que nos muestran que debemos ser conscientes en todo momento de esta hermandad. Por ejemplo, cuando Jesús habló de la oración enseñó lo siguiente:

Mateo 6:9 Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre.

Dice que debemos orar diciendo: “Padre nuestro”. No padre mío. Donde es obvio que al orar quiere que seamos conscientes que aunque nuestra relación con Dios es personal, no debemos olvidar que tenemos hermanos en la fe, qué tienen que estar incluidos en nuestras oraciones.

Y si recordamos que la oración es algo que debemos hacer en todo momento, pues la escritura dice; ”orad sin cesar” Entonces quiere decir que también en todo momento debemos ser conscientes de nuestra hermandad en Cristo.

Pero además de ser conscientes en todo momento, lo otro que debemos entender, es que está hermandad termina siendo más importante que la hermandad en la carne.

Esto que acabo de decir puede sonar duro, incomprensible e injusto para algunos, pero eso es lo que la escritura enseña. Miremos por ejemplo el siguiente pasaje:

Mateo 12:46 al 50 Mientras él aún hablaba a la gente, he aquí su madre y sus hermanos estaban afuera, y le querían hablar. 47Y le dijo uno: He aquí tu madre y tus hermanos están afuera, y te quieren hablar. 48Respondiendo él al que le decía esto, dijo: ¿Quién es mi madre, y quiénes son mis hermanos? 49Y extendiendo su mano hacia sus discípulos, dijo: He aquí mi madre y mis hermanos. 50Porque todo aquel que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos, ése es mi hermano, y hermana, y madre.

No tenemos todo el contexto de lo que estaba sucediendo, pero parece que su madre María y los hermanos de Jesús llegaron y pidieron hablar con Jesús. Pero cuando le fue dada la razón a Jesús lo que el dio a entender, es que todo el que haga la voluntad de Dios es su hermano, su hermana y su madre… En otras palabras no está dando preferencia a sus hermanos en la carne, sino que nos está colocando a todos los hermanos en la fe al mismo nivel de sus hermanos en la carne.

Y si la intención de María y los hermanos de Jesús era que dejara de hacer lo que estaba haciendo y los atendiera a ellos, pues vemos que no fue lo que sucedió.

Sin embargo creo, que si la familia en la carne también se convierte en la familia en la fe; pienso que es posible que está doble hermandad, de cierta ventaja sobre aquellos con los que solamente somos hermanos en la fe.

Pero también creo que el Señor está enseñando, que la familia en la fe es más importante que la familia en la carne, si ésta no se ha convertido al Señor.

En otra ocasión Jesús dijo algo similar:

Lucas 11:27 al 28 Mientras él decía estas cosas, una mujer de entre la multitud levantó la voz y le dijo: Bienaventurado el vientre que te trajo, y los senos que mamaste. 28Y él dijo: Antes bienaventurados los que oyen la palabra de Dios, y la guardan.

No hay duda que la virgen María fue una mujer bienaventurada por haber sido escogida para ser la madre del Señor Jesús. Pero cuando alguien quiso hacer énfasis en este privilegio y bendición, Jesús dijo que eran más bienaventurados aquellos que le hacían caso, es decir los hermanos en la fe.

Las razones son varias. Por ejemplo; sabemos que los auténticos cristianos después de esta vida nos reuniremos todos nosotros con Jesús por toda una eternidad.

Pero: ¿Qué pasará con nuestros familiares, qué pasará con nuestros padres o nuestros hijos que no son auténticamente cristianos al momento de su muerte? Pues que jamás los volveremos a ver. Y creo que aún, no estoy seguro, pero lo mejor sería que ni siquiera nos acordemos de ellos porque van a estar en el infierno.

Nosotros enseñamos que en una familia lo más importante son el esposo y la esposa, porque los hijos se casan se va, y dependiendo de la relación que hayan construido los esposos, pues sus vidas podrán ser muy buenas o muy desagradables cuando estén solos.

De igual manera pero mucho más importante: ¿Quiénes son más importantes, aquellos que jamás volveremos a ver o aquellos con quienes viviremos por la eternidad? Y la respuesta lógica es que son más importantes aquellos con los cuales viviremos por toda la eternidad.

También podemos ver este mismo énfasis cuando Jesús habló de las recompensas, pues dijo:

Marcos 9:41 Y cualquiera que os diere un vaso de agua en mi nombre, porque sois de Cristo, de cierto os digo que no perderá su recompensa.

Notemos que dice; ”cualquiera” lo cual quiere decir que aun sí un incrédulo nos ayuda, no perderá la recompensa por habernos ayudado, pero porque somos sus hijos y por lo tanto hermanos.

El apóstol Pablo también da esta importancia a la familia de la fe cuando dice:

Gálatas 6:10 Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia de la fe.

Si tenemos oportunidad hay que ayudar a todos; buenos y malos, porque así hace el Señor. Y porque así dijo el Señor:

Lucas 6.30–31 A cualquiera que te pida, dale; y al que tome lo que es tuyo, no pidas que te lo devuelva. 31Y como queréis que hagan los hombres con vosotros, así también haced vosotros con ellos.

A cualquiera… Pero como nuestros recursos y nuestro tiempo son limitados, es decir cómo no podemos ayudar a todos, debemos seleccionar a quien y tener claro que hay prioridad en ayudar a los hermanos en la fe.

Por otro lado, preguntémonos: ¿Qué haríamos como padres al ver que algunos de nuestros hijos no se tratan de buena manera? Por supuesto que nos dolería. Y trataríamos de arreglar esa situación. Peor aún si tratan mal a sus hermanos pero con los extraños se la llevan bien.

Recordemos que la escritura nos enseña que no debemos unirnos en yugo, ni tener compañerismo, ni concordia, ni comunión con los incrédulos. Y es por esta razón que algunos cristianos que tienen amigos del mundo, con los cuales se relacionan muchísimo mejor que con los hermanos en la fe, no progresan en su vida cristiana como debieran.

Y si nos ponemos en el lugar de Dios. ¿Cómo creemos que Dios ve que algunos de sus hijos menosprecian a sus hermanos en la fe, y tienen mejor relación con los incrédulos? ¿Es decir como pensar que la gente del mundo es más importante que la familia de Dios, que los conciudadanos de los santos? Porque la escritura dice que eso somos todos nosotros los hijos de Dios:

Efesios 2:19 Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios…

En serio… ¿Cómo podemos pensar que la familia la carne es más importante que la familia de Dios?

Entender esta verdad no debe llevarnos a menospreciar a nuestra familia en la carne para dedicarnos con exclusividad a la familia de la fe. No. Entender esta verdad nos enseña que debemos insistir como dice la escritura, a tiempo y a destiempo, para que nuestra familia en la carne se convierta también en familia en la fe.

Además buscar que ellos se conviertan, ese es el verdadero amor que Dios dice que debemos dar a todos.

Pero para hacerlo debemos revisar y seguramente hacer algunos cambios en nuestra manera de pensar, porque la idea que el mundo tiene acerca del amor es completamente equivocada. Y lo más seguro es que la idea que nosotros tenemos sobre el amor, es muy diferente de lo que enseña la escritura que es el amor. En la escritura podemos leer:

1 Juan 4:7 al 8 Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios. 8El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor.

Comienza diciendo que debemos amarnos… Porque el amor viene de Dios, (dice en otras traducciones). Y como el amor viene de Dios, todo aquel es nacido de Dios y conoce a Dios puede y debe amar… Pero también advierte que el que no ama, es porque no es un hijo de Dios.

O sea que no hay duda que está enseñando que solamente aquel que ha nacido de Dios puede amar con el amor de Dios… Y se sobre entiende, que todos aquellos que no son hijos de Dios jamás han podido amar con el amor de Dios.

Eso puede parecernos equivocado, pero es importante que entendamos que una cosa es el amor de Dios, y otra muy diferente lo que el mundo llama amor. Y no hay duda que lo que Dios nos pide, es que amemos con el amor de Dios, no con el amor del mundo. Es decir quien ama con el amor del mundo, no está cumpliendo con el mandato de amar.

Pregunto: ¿Es igual de bueno el concepto de bien y del mal que tienen los hombres al concepto del bien y el mal que tiene Dios? No. ¿Es igual de bueno el concepto de justicia que tienen los hombres al concepto de justicia que tiene Dios? No. Lo mismo pasa con el concepto que los hombres tenemos del amor, no es igual al amor de Dios.

El concepto del bien y el mal que tienen los hombres es dañino, el concepto de justicia de los hombres es dañino, y el concepto de amor que tienen los hombres también es dañino.

Pero esto es lo que el mundo y muchos cristianos no tienen claro, y este engaño hace que nosotros llamemos amor, a algo que en realidad no es amor, porque insisto; si el amor es de Dios y no tenemos a Dios no hay la posibilidad de que realmente podamos amar.

Es como si dijéramos que Dios es el dueño de todo el oro que existe, y que nadie puede tener oro si Dios mismo no se lo da. Sin embargo hay un grupo de personas a las que Dios no les ha dado oro, pero ellos dicen que tienen oro. La pregunta es: ¿Qué es lo que ellos tienen, porque oro no es?

Pasa exactamente lo mismo con el amor. El amor es de Dios. Sólo quien tiene a Dios puede amar. Entonces la pregunta es, eso que los hombres llamamos amor… ¿Que es en realidad?

En la escritura se usan tres palabras para hablar del amor, una se refiere a los deseos sexuales, otra al amor filial que es el amor entre hermanos, padres, hijos, y familiares. Y la otra al amor de Dios. Esas palabras son: Eros, fileo y ágape.

Si se hubieran seguido las instrucciones dadas por Dios en el paraíso, es decir si el hombre no hubiese desconfiado de Dios y no hubiese pecado, estos tres elementos que forman parte del amor al ser aplicados de manera correcta, en la proporción correcta y en el tiempo correcto, le hubieran permitido al hombre crecer, multiplicarse, y llenar la tierra multiplicando de una forma prodigiosa el amor de Dios, y ciertamente todas las cosas serían completamente diferentes. La vida en la tierra sería buena en gran manera.

Contrario a eso leemos en la escritura:

Génesis 6:5 Y vio el Señor que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal.

Y ya sabemos la decisión que Dios tomó al respecto. El diluvio. Pasa el tiempo y vemos la misma situación en la torre de Babel… Y más adelante vemos lo mismo en Sodoma y Gomorra. Y también sabemos la decisión que Dios tomó al respecto.

Pero: ¿Qué es lo que causó que el hombre creado para recibir y transmitir el amor de Dios, se haya vuelto una máquina de hacer maldad, y que de todos modos se atreva a hablar del amor?

El apóstol Pablo en su carta a los romanos nos explica qué es lo que han ocasionado semejante distorsión del amor. Y dice:

Romanos 1.28 Como no quisieron reconocer a Dios, él los ha abandonado a sus perversos pensamientos, para que hagan lo que no deben.

La gente del mundo no puede entender, y muchos cristianos parece que tampoco, que negar a Dios es un acto de maldad, corrupción y perversión de las más grandes proporciones… Tan grande que los que mueran haciéndolo serán condenados eternamente.

No acostumbro a decir nada, pero cuando alguien me dice; fulano es muy inteligente pero no cree en Dios… Lo primero que pienso es: ¿Como puede ser inteligente una persona que niega la existencia del Dios todopoderoso?

Y lo mismo pienso de aquella persona qué me dicen que es muy buena, pero que niega a Dios: ¿Como puede ser buena una persona que niega la existencia del Dios todopoderoso?

Es imposible que una persona que tenga una actitud de maldad y perversión tan grande que le lleva a negar a Dios sea buena!!!

Eso es tan absurdo como que alguien nos dijera, qué hay una persona que es muy buena aunque le gusta violar y asesinar niños, porque cree que es lo correcto, y que si le dan oportunidad lo seguirá haciendo. ¿Creeríamos que alguien que tenga esa actitud es una buena persona?

Pues negar a Dios es el pecado más grande y espantoso que alguien puede cometer, por lo tanto es imposible que alguien que lo haga, sea una buena persona, y menos aún que tenga la capacidad para amar.

Es por esto que cuando los hombres negaron a Dios, que como he dicho es un acto de maldad y perversión muy muy grande, lo que Dios hizo fue dejar que vivieran como ellos habían decidido…

Y por eso la lista de las cosas que el hombre comenzó a practicar, todas ellas van completamente en contra de lo que es el amor… Y todas ellas igualmente son practicadas para buscar satisfacción personal, para alimentar el egoísmo, el orgullo, la vanidad, y además fomentar o ayudar a que los hombres se condenen… Dice así:

Romanos 1:29 al 32 Son gente injusta, malvada y codiciosa. Son envidiosos, asesinos, peleoneros, tramposos y chismosos. 30 Hablan mal de los demás, odian a Dios, son insolentes y orgullosos, y se creen muy importantes. Siempre están inventando nuevas maneras de hacer el mal, y no obedecen a sus padres. 31 No quieren entender la verdad, ni se puede confiar en ellos. No aman a nadie ni se compadecen de nadie. 32 Saben que Dios ha dicho que quienes hacen esto merecen la muerte, pero no solo siguen haciéndolo sino que felicitan a quienes también lo hacen.

Quiero que noten que el pasaje dice que no aman a nadie. Pero: ¿Por qué? Y la respuesta no es porque no quieren. La respuesta es no pueden, así quisieran, no pueden amar absolutamente a nadie, ni siquiera a sí mismos.

Esto nos cuesta mucho trabajo creerlo, porque por un lado cuando leemos esa enorme lista de pecados, pensamos que nosotros cometimos uno que otro pecado pero no todos. Y por otro lado pensamos que nosotros sí nos hemos enamorado más de una vez, al igual que muchos se han enamorado y por eso en el mundo se habla mucho del amor.

Pero si Dios en su palabra dice que los hombres sin Cristo no pueden amar, tenemos que creerlo porque es verdad. Y si no creemos que esto sea verdad, entonces estamos negando lo que dice la palabra de Dios… Y si somos capaces de negar la palabra de Dios por no ceder a nuestra forma de pensar, entonces en realidad estamos haciendo lo mismo que hicieron Adan y Eva.

¿Esta incapacidad de amar es para todos los hombres? o ¿Solo para los pecadores? Seguramente diremos que es para los pecadores, el problema es: ¿Y cuantos no son pecadores?… Pues cuando algunos cristianos comenzaron a creerse que no había sido tan malos como los demás, que por eso ahora eran cristianos, el apóstol Pablo escribió:

Romanos 3.9–12 ¿Qué, pues? ¿Somos nosotros mejores que ellos? En ninguna manera; pues ya hemos acusado a judíos y a gentiles, que todos están bajo pecado. 10Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; 11 No hay quien entienda, No hay quien busque a Dios. 12Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno.

No hay duda que con urgencia debemos renovar en nuestra mente y entender y creer que: Una persona que no conoce a Dios, no puede amar absolutamente a nadie. Insisto: No puede así quiera.

Les dije que hay tres palabras que en la escritura se usan para hablar del amor. . Eros, fileo y ágape

Cuando el hombre desconfío de Dios, como Dios es amor lo que en realidad hizo fue rechazar por completo el amor de Dios. Sin embargo permaneció la pasión o el amor eros, y la fraternidad o sea el amor filial.

El problema es que cuando falta el amor ágape, el amor de Dios, estas otras dos clases de amor se distorsionan y pervierten de tal manera, que se convierten en instrumentos para la maldad y el pecado. Y él pecado, no hay duda, en definitiva es cien por ciento opuesto al amor de Dios.

Dicho de otra manera, la desconfianza del hombre hacia Dios, hizo que el amor desapareciera de la faz de la tierra, y fuera reemplazado por algo que el hombre llama amor pero que definitivamente no lo es.

Mi percepción personal del amor de los hombres es que es un egoísmo recalcitrante y enfermizo que solo da algo cuando recibe algo. Y creo que por eso Jesús dijo:

Lucas 6.32–34 Porque si amáis a los que os aman, ¿qué mérito tenéis? Porque también los pecadores aman a los que los aman. 33Y si hacéis bien a los que os hacen bien, ¿qué mérito tenéis? Porque también los pecadores hacen lo mismo. 34Y si prestáis a aquellos de quienes esperáis recibir, ¿qué mérito tenéis? Porque también los pecadores prestan a los pecadores, para recibir otro tanto.

Pero aquí Jesús no está hablando del amor según Dios, sino de aquello que los hombres llaman amor, y por eso dice que cuando se ama de esa manera a los que también nos aman de la misma manera, no hay ningún mérito.

Y como venía diciendo, entonces tenemos un amor eros que tiene que ver con los deseos sexuales, completamente corrompido y usado en realidad para el mal.

Y entonces podemos preguntarnos: ¿Será amor que por causa de una fuerte excitación sexual se lleguen a tener relaciones sexuales fuera de tiempo, de edad y de lugar, conociendo aun las consecuencias negativas que esto puede traer, embarazos, abortos, enfermedades que llegan a ser mortales, y que al pasar el tiempo habiéndose ya satisfecho sexualmente, la relación termine sin ningún tipo de responsabilidad? ¿Será eso amor?

¿Será amor que por causa de esos deseos se pervierta el uso natural y terminen buscando relaciones homosexuales, lesbianas, orgias, cambio de parejas y todo lo demás que se han inventado, llegando a la violacion aun de los niños?

Cuatro policías han sido acusados de violar a una niña de 16 años que cogieron por estar en una manifestación, la niña ni siquiera corrió, pero después de contar a su familia la niña se suicidó… La policía dice que todo es falso, es decir que ella mintió y que luego se suicidó para dar fuerza a su mentira… ¿Usted a quien le creería?

¿De verdad la gente cree que actuar como animales respecto del aspecto sexual es una manifestación del amor?

Algo similar pasa con el amor filial, que se refiere al cariño, a los buenos deseos, a la fidelidad y el respaldo que debe haber entre las personas de una familia.

Este amor filial también se ha pervertido, y también igual que el anterior está siendo usando para satisfacerse en lugar de para satisfacer. Y entonces pregunto: ¿Será amor ese apego emocional que no da nada pero le exige todo?

¿Será amor la actitud de aquel hombre que exige todo de su mujer para complacerse asimismo sin preocuparse del bienestar emocional o espiritual de su esposa?

¿Será amor que cuando está enferma la llevé al médico para que rápido se aliente y pueda seguir trabajando en la casa?

¿Será amor ese apego emocional de las madres sobre los hijos que aun teniendo edad para casarse jamás hay candidato que cumpla las expectativas?

¿Será amor eso que lleva a una madre a enfermarse para través de ello mantener a los hijos viviendo con ella hasta el final de sus días?

¿Será amor eso que lleva a los padres a mal criar a los hijos para que al crecer sean unos pobres egoístas que no son felices ni hacen feliz a nadie?

¿Será amor la respuesta de abandono de los hijos hacía sus padres cuando han crecido producto de cómo fueron levantados?

Usted podría pensar: No todas las personas del mundo usan el sexo o el amor filial de esa manera.

Es decir usted podría pensar que la gente sin Dios algunos de ellos si aman, que usted mismo antes de conocer a Dios usted logro amar genuinamente a ciertas personas. Sin embargo esa manera de pensar niega la palabra de Dios, porque ya vimos que sólo quien conoce a Dios puede amar.

Y no es el único pasaje, el siguiente da la misma enseñanza. Veamos:

1 Corintios 13:1 Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe.

Está diciendo que una persona puede conocer todos los idiomas, y que además puede entender el lenguaje de los ángeles, los seres celestiales… Y que entendiendo todo esto si lo comunica pero no tiene amor… Y se refiere al amor de Dios. Entonces sólo esta haciendo mucho ruido. Es decir no está haciendo nada que tenga valor a los ojos de Dios, aunque el mundo pueda aclamarlo.

1 Corintios 13:2 Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy.

Si esto lo trasladamos a una familia, donde un padre le profetiza a sus hijos, les enseña todos los misterios, les enseñan a aplicar la fe para que alcancen los más grandes triunfos… Pero no tiene y no comunica el amor de Dios, entonces esta persona no es nadie a los ojos de Dios, aunque el mundo lo aclame por buen padre y por sus conocimientos y sabiduría.

1 Corintios 13:3 Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve.

Esto es lo que llamamos un filántropo o humanista, que puede llegara al extremo de dar todo lo que tiene para ayudar a los demás, aun su vida… Pero sino conoce a Dios, de nada le sirve todo lo que pueda hacer.

Pero: ¿Por qué la falta del amor de Dios descalifica todo lo que los hombres puedan hacer?

Pensemos en lo siguiente: ¿Qué pasaría si una persona que no conoce de Cristo y que se porta de la manera más excelente y amorosa según el mundo, y luego se muere sin conocer de Cristo? ¿Adónde iría a pasar su eternidad?

Imagínese que esa persona tuvo diez hijos, a los cuales amó con un profundo amor, pero a ninguno le enseño acerca de Dios, y se mueren todos y todos se van para el infierno por toda la eternidad.

Quien diga que traer hijos al mundo para mandarlos al infierno eso es una manifestación del amor… No hay duda que es una persona con una mente embrutecida, corrompida y desalmada al máximo nivel…. Claro por causa de su incredulidad, pero eso no lo disculpa.

Creo que estamos de acuerdo en que si unos padres quieren tener unas hijas bien hermosas para que apenas crezcan, venderlas como esclavas sexuales para ser abusadas, drogadas, vejadas, hasta que mueran producto de maltrato… Creo que todos estaríamos de acuerdo que son unos padres de una una corrupción y una maldad muy grande.

Pues déjeme decirles que algo más grave que esto, es traer hijos al mundo para mandarlos al infierno.

Y entonces algunos podrán decir: Esta persona no enseño a sus hijos acerca de Dios, porque esta persona no conocía Dios. Lo cual es absolutamente cierto.

¿Pero porque esta persona no conocía de Dios? Y la respuesta es; que esta persona no conoció de Dios, no porque no tuviera la oportunidad, sino porque la rechazó. Pues la escritura dice:

Juan 3:19 Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas.

Una persona en realidad no se condena por no conocer de Dios, porque los bebés, los niños pequeños al momento de morir, aunque no conozcan a Dios irán a la presencia de Dios.

Una persona se condena cuando le llega la luz de Dios, y esta persona prefiere las tinieblas y por eso rechaza a Jesús.

Y cuando una persona rechaza a Jesús, está rechazando la oportunidad de amarse asi misma: Y ¿Si una persona no es capaz de armarse ni siquiera a sí misma, podrá amar a otro? Por supuesto que no.

Según esto tenemos que reconocer, que antes de ser hijos de Dios, aunque nuestra intención haya sido la de amar a nuestros hijos, a nuestro esposo o esposa o a nuestros padres, no los pudimos amar verdaderamente porque nos faltaba el amor de Dios.

Peor aún: ¿Cuántas cosas les enseñamos a nuestros hijos que ahora son un estorbo para que ellos conozcan de Dios?

Estuve atendiendo por un tiempo a una niña, y el gran estorbo que tenía eran las enseñanzas de su padre ateo… Que por supuesto decía que la amaba, pero la estaba preparando para ir al infierno.

¿Cuántos malos ejemplos les dimos a nuestros hijos que ahora son un estorbo para que conozcan de Dios?

¿Cuántos malos sueños sembramos en nuestros hijos, razón por la que ahora no les interesa saber de Dios?

¿Y todas esas cosas que hicimos que los alejan de Dios, podemos llamarlas amor?

Por supuesto no estoy hablando de la intención, pues en nuestro engaño podríamos estar convencidos de estar haciendo lo mejor… Pero nuestra incapacidad para amar termina haciendo muchísimo daño, y un daño que trae consecuencias eternas pavorosas.

¿Dónde comienza el amor? El apóstol Pablo escribió:

Romanos 5:8 al 10 Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. 9Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira. 10Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida.

La manifestación más grande del amor de Dios está en la entrega de su hijo Jesús para salvarnos de la condenación eterna. Luego el apóstol Juan dice lo mismo:

1 Juan 4:9-11 En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él. 10En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados. 11Amados, si Dios nos ha amado así, debemos también nosotros amarnos unos a otros.

Y luego el apóstol Pedro, también hablando de lo mismo dice:

2 Pedro 3:9 El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.

Cristo murió por nosotros para rescatarnos del pecado y poder experimentar su amor. Sólo quien conoce a Dios, puede amar, y quien ha aprendido a amar, buscara a otros para que también sean rescatados y puedan recibir el amor de Dios.

Si no tenemos como nuestro principal objetivo en nuestra vida que la gente que está a nuestro alrededor conozca del Señor, entonces no los estamos amando.

Después de salvarnos, lo que sigue para seguirlos amando es enseñarles a guardar los mandamientos de Dios. Porque el amor de Dios tiene íntima relación con la obediencia a Dios. Dice la escritura:

1 Juan 5:2 al 3 En esto conocemos que amamos a los hijos de Dios, cuando amamos a Dios, y guardamos sus mandamientos. 3Pues este es el amor a Dios, que guardemos sus mandamientos; y sus mandamientos no son gravosos.

¿Según esto que es amar a una persona verdaderamente? Es hacer todo lo que esté a nuestro alcance, para que esta persona conociendo cada vez más de Dios, guarde cada vez más sus mandamientos.

¿Es ése el amor que tenemos por nuestra esposa, por nuestros hijos, por nuestros familiares, por nuestros amigos? Si no es ese nuestro objetivo entonces no los amamos aunque digamos que si.

Comienza con nosotros… Sin embargo debemos comenzar un poquito más atrás: ¿A qué me refiero? A que cuando los cristianos no tenemos como nuestro principal objetivo que nuestros hijos y nuestros familiares conozcan de Dios, es porque nosotros mismos estamos desenfocados, respecto de lo que es la vida cristiana, y no hemos entendido el enorme privilegio de conocer el amor de Dios.

Por eso si queremos amar a los demás, lo primero que tenemos que hacer es amarnos a nosotros mismos, y eso implica que en nuestra relación con Dios, debemos ser íntegros viviendo para hacer la voluntad de Dios en todo momento.

Si no tenemos esta actitud de amor para con nosotros mismos, según la escritura estamos descalificados para enseñar a otros a amar. La escritura dice:

1 Timoteo 3:4-5 que gobierne bien su casa, que tenga a sus hijos en sujeción con toda honestidad 5(pues el que no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo cuidará de la iglesia de Dios?);

El que no sabe gobernar su vida no podrá gobernar su casa, el que no gobierna su casa no podrá cuidar a los hermanos en la fe.

Esa en la razón por la cual muchos que insisten en gobernar su casa, no les funciona adecuadamente. Es también la razón por la cual se originan malos ministerios, malas iglesias, malas familias, que dicen ser cristianas.

Por lo tanto si nuestra familia no funciona bien, lo primero que debemos revisar es nuestra vida. Pero cuando revises si tu familia funciona bien, la primera pregunta y la más importante de todas es: ¿Todos en su familia buscan hacer la voluntad de Dios?

No quiere decir esto que nunca cometan ningún pecado, o que hay que ser sin pecado para poder edificar nuestra familia, porque si esa fuera la condición entonces nadie lo podría hacer.

Pero sí quiere decir, que debemos tener como primer objetivo en nuestra vida, hacer la voluntad de Dios en todas nuestras áreas.

Si usted hacemos todo lo que esté a nuestro alcance, que según lo que hemos visto es; afirmar nuestra fe, hacer todas las cosas para Dios de la mejor manera, tener mayor conocimiento de Dios y sus principios, dominar los malos deseos, colocar paciencia en medio de los tratos, y entregar nuestra vida a Dios…

Entonces también podemos amar a nuestros hermanos en la fe, comenzando por supuesto con los de nuestra casa que ya son cristianos, y teniendo como principal objetivo que los que no lo son se conviertan. La escritura también dice:

Romanos 13:8 al 10 No debáis a nadie nada, sino el amaros unos a otros; porque el que ama al prójimo, ha cumplido la ley. 9Porque: No adulterarás, no matarás, no hurtarás, no dirás falso testimonio, no codiciarás, y cualquier otro mandamiento, en esta sentencia se resume: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. 10El amor no hace mal al prójimo; así que el cumplimiento de la ley es el amor.

En el ejercicio del amor, del verdadero amor tenemos que hacer a un lado los sentimientos, y con esto me refiero a que los sentimientos son una bendición de Dios, pero no nos fueron dados para que ellos dirijan nuestra vida.

Nuestra vida debe ser dirigida por los principios de la palabra de Dios. Nuestra vida debe ser dirigida por Dios.

Eso quiere decir que a veces tendremos que actuar en contra de nuestros sentimientos, pero haciendo lo correcto. También quiere decir que muchas veces aquellos a quienes amamos, no entenderán que los estamos armando verdaderamente. Y seguramente ellos dirán, que otros que no los aman si los aman.

La experiencia del apóstol Pablo que puede repetirse en nosotros fue:

2 Corintios 12:14 al 15 pues no deben atesorar los hijos para los padres, sino los padres para los hijos. 15Y yo con el mayor placer gastaré lo mío, y aun yo mismo me gastaré del todo por amor de vuestras almas, aunque amándoos más, sea amado menos.

Seguramente ocurrirá, que amando a otros con el amor de Dios ellos no lo entiendan, así como muchas veces Dios a través de diferentes situaciones está manifestando su amor y no lo entendemos.

Es por esto que es muy importante cambiar por completo el concepto que tenemos del amor, para poder entender y aun agradecer el inmenso amor que Dios tiene por cada uno de nosotros.

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