AUTOR DE ETERNA SALVACIÓN
PARTE 3
I. INTRODUCCIÓN
1 Juan 4.7–9 Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios. 8El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor. 9En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él.
No debe haber la más mínima duda de que Dios es amor, y es tal el amor de Dios por nosotros que envió a su hijo unigénito al mundo para salvarnos para que podamos disfrutar de ese amor. Sin embargo los hombres no creen que Dios sea amor y por esta razón unos se alejan de el y otros se atreven a negar su existencia.
No hay duda que en esta mala forma de ver a Dios satanás tiene muchísimo que ver, pues él precisamente desde el origen del hombre en la tierra se ha encargado de distorsionar y hacer que los hombres vean a Dios cómo malo.
Gracias a Dios, a su misericordia, hace muchos muchos años entendí que la estrategia que usa satanás para hacer ver mal a Dios o hacer ver mal lo que Dios hace, es tomar una verdad salida de la palabra de Dios y combinarla con una mentira, pero con una mentira que el mundo acepta como una verdad absoluta.
Lo otro que ha hecho satanás con mucha astucia, es que ha logrado que los hombres no crean en las verdades más importantes, o que más afectan nuestra buena relación con Dios.
Por ejemplo Dios nunca discute su existencia, pues negar que El exista es de lo más absurdo, sin sentido y que muestra un embrutecimiento muy grande en los hombres, sin embargo Satanás ha logrado que muchos no crean en la existencia de Dios.
Otra de las verdades preciosas que enseña la palabra de Dios es la soberanía de Dios, la cual bien entendida nos permite vivir de una manera maravillosa, por qué no hay nada que produzca tanta paz, como tener la absoluta confianza de que Dios está en el control de todas las cosas.
Sin embargo satanás ha logrado que esta preciosa verdad, los hombres y aún muchos cristianos la ignoren, especialmente cuando quieren hacer las cosas a su manera. Y cuando las cosas no salen como ellos desean, allí si satanás les acuerda de la soberanía de Dios para buscar hacerlo quedar mal.
Es decir; cuando los hombres organizan sus vidas y sus planes no tienen para nada en cuenta a Dios, pero cuando las cosas no salen como desean, allí si reconocen la soberanía de Dios para poder culparlo por lo ocurrido.Como dije al principio la clave está en mezclar una verdad de Dios, como por ejemplo su soberanía, con una mentira que los hombres creen que es verdad.
Una de esas mentiras que satanás y los hombres usan para hacer ver mal a Dios es la muerte. Creo que no es necesario decir mucho a este respecto, porque los hombres consideran que la muerte es de las peores desgracias que pueden ocurrir, especialmente la muerte de los niños o jóvenes Y últimamente están haciendo mucho énfasis en los feminicidios.
La mentira que los hombres aceptan como una verdad absoluta, es que la muerte es algo malo.
Pero contrario a este pensamiento, la muerte a los ojos de Dios es algo normal y necesario, para poder cumplir los buenos propósitos que a planeado para bendecir a los hombres.
SU INICIO…
Cuando el hombre fue creado, la muerte era algo que debía llegar cuando los hombres cumplieron más o menos 1000 años, sin embargo el hombre tenía la oportunidad de comer del árbol de la vida y vivir eternamente. La escritura nos cuenta:
Génesis 2.9 Y Jehová Dios hizo nacer de la tierra todo árbol delicioso a la vista, y bueno para comer; también el árbol de vida en medio del huerto, y el árbol de la ciencia del bien y del mal.
Sin embargo, siendo engañado por satanás quien le dijo que el plan de Dios no era bueno, el hombre decidió desobedecer y tomar del árbol prohibido, y fue tal la corrupción que adquirió producto de su incredulidad en lo que Dios le había dicho, que esta desobediencia y esta maldad adquirida llevo a Dios a tomar la siguiente decisión:
Génesis 3.22, 24 Y dijo Jehová Dios: He aquí el hombre es como uno de nosotros, sabiendo el bien y el mal; ahora, pues, que no alargue su mano, y tome también del árbol de la vida, y coma, y viva para siempre… 24Echó, pues, fuera al hombre, y puso al oriente del huerto de Edén querubines, y una espada encendida que se revolvía por todos lados, para guardar el camino del árbol de la vida.
El hombre totalmente corrompido, viviendo por la eternidad, es decir haciendo daño por la eternidad sería algo muy malo, por lo cual Dios limitó su tiempo de vida con la muerte.
Pero no sólo la muerte limita el tiempo de vida de los hombre sobre la tierra, sino que se ha vuelto necesaria para seleccionar y dar destino final a los hombres, según lo que hayan hecho a lo largo del su vida… Las palabras de Jesús a este respecto fueron:
Juan 5.28–29 No os maravilléis de esto; porque vendrá hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz; 29y los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida; mas los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación.
Seleccionar y dar destino final a los hombres. Por supuesto para seleccionar y dar destino final a los hombres no sólo es necesaria la muerte, también lo es la resurrección, y allí es donde los hombres nuevamente toman una mentira como si fuera una verdad, al negar la realidad de la resurrección.
Cuando no se acepta la realidad de la resurrección la muerte es vista como el horrible final. Pero cuando se acepta la realidad de la resurrección, entonces la muerte es el maravilloso comienzo.
Sin embargo a los ojos de Dios ni la muerte es mala, ni la resurrección es una maravilla.
Eso es lo que precisamente dice Jesús, pues el versículo comienza diciendo: “No os maravilléis de esto” Dando a entender que la resurrección no es nada maravilloso, porque la resurrección como la muerte son algo normal dentro del plan de Dios.
Pero es tal el engaño que hay en el corazón de los hombres, que la resurrección suena como algo fuera de serie, como algo imposible, como algo considerado un extraordinario milagro. De tal manera que los hombres piensan, que aquellos hombres que tienen su esperanza en la resurrección están locos, han sido embrutecidos, les han lavado el cerebro y otras cosas, más pues no es sensato según ellos tener esperanza después de la muerte.
Eso quiere decir que el problema no es la muerte, el verdadero problema es la gran ignorancia de los hombres respecto de la eternidad. Y como no creen en la eternidad pues les es imposible aceptar que la muerte sea la entrada a esa eternidad.
Pero si los hombres aceptaran esta verdad de la resurrección que según Jesús no es ninguna maravilla, entonces los hombres podrían colocar sus ojos en lo que realmente es importante.
¿Y qué es lo realmente importante? Lo realmente importante es decidir si quiero resucitar para vida, o resucitar para condenación.
Porque si los hombres piensan que la muerte es mala, la realidad es que resucitar para condenación es muchísimo, pero muchísimo peor que la muerte.
Para los hombres es prácticamente imposible imaginar lo terrible que es la condenación eterna.
Pero cuando los hombres han decidido resucitar para vida, el momento de la muerte se convierte en una enorme bendición, tanto que Dios dice lo siguiente:
Salmo 116.15 Estimada es a los ojos de Jehová La muerte de sus santos.
A los ojos de Dios la muerte de sus hijos es algo precioso, pues es el momento en que son llevados a su presencia para ser premiados y comenzar a vivir una eternidad maravillosa.
Y si para Dios es precioso ese momento en que uno de sus hijos va a su presencia: ¿Cómo debería serlo para nosotros los que creemos en él y en sus promesas?
¿Nos parece precioso el momento en que un hijo de Dios muere y va a la presencia de su Señor y Salvador?
¿Se alegra usted cuando alguien que usted ama recibe un gran premio? Qué compro casa, que se ganó la lotería, que por fin van a tener un hijo, que van a hacer un largo y maravilloso viaje, que se casó con un hombre o una mujer maravillosa…
Si esas cosas nos alegran: ¿Porque no nos alegra muchísimo más que aquellos que amamos vayan a la presencia de Dios a recibir una recompensa y una herencia de un valor que no logramos imaginar, y que de allí en adelante vivan en la eternidad con Dios teniendo el enorme privilegio y gozo de poder servirle?…
(Testimonio de aquel hombre de Dios que quería que su hijo se salvara… Chepe.)
El meollo del asunto está en: ¿Creemos en la resurrección para vida y en la resurrección para condenación?
Creo que la única razón por la cual no nos alegramos de la muerte de un hermano en la fe, es porque no creemos en lo ofrecido por Dios.
Y como vimos en el estudio anterior, cuando no creemos en Dios es porque hemos decidido seguir creyendo al mundo, lo cual hace que nos aferremos enfermizamente a la vida en la tierra, cuando lo ofrecido en la eternidad es muchísimo mejor.
Y esto es lo que hace que veamos la muerte como algo malo, y cuando alguien muere allí si aceptamos la soberanía de Dios, y lo culpamos por la maldad de haber dejado morir a alguien que amamos.
Por supuesto no siempre es así, a veces los hombres culpamos a Dios porque alguien no muere pronto… (Maduro)
Pero lo cierto es que en la mano de Dios está el momento de la muerte de cada ser humano. Y cuando Dios decide llevarse a alguien, es el mejor momento, además cuando lo hace es porque ya ha tenido todas las oportunidades necesarias para hacer una buena elección…
Pero como vimos también la semana pasada, para poder ver la muerte como algo bueno, no es sólo suficiente tener esta información que escuchamos hoy, porque podemos tener claridad en todo lo escuchado pero no creerlo.
Lo que realmente necesitamos es confiar en esta información. Y cuando confiamos en esto el resultado inevitable es que tomamos la decisión de vivir para Él. Y cuando vivimos para Él entonces vemos la muerte como una bendición. Es por esto que el apóstol Pablo decía:
Filipenses 1.21 Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia.
Quien realmente vive para Cristo ve en la muerte una ganancia. Pero para vivir para Cristo debemos tomar otra decisión de la cual creo que algunos no son muy conscientes, porqué para poder vivir para Cristo es necesario primero morir a hacer nuestra voluntad… El apóstol Pablo escribió:
Gálatas 2.20 Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.
Cuando digo que algunos no son muy conscientes tiene que ver con otro engaño que satanás ha logrado meter aún en las iglesias llamadas cristianas…
El engaño es que así como a convencido a los hombres de que la muerte es mala, también ha convencido los hombres de que negarse a sí mismos, de que renunciar a sus sueños, de que renunciar hacer lo que ellos desean, es malo.
Por esto cuando mucho son confrontados con esta verdad comienzan a discutir y argumentar que lo que ellos desean está bien, por lo tanto Dios no tiene derecho a negarles lo que ellos desean hacer.
Y como los hombres en su engaño aman tanto hacer su propia voluntad, satanás aprovecho esto y logró que en las iglesias de mala doctrina comenzaran a enseñar: “Dios cumplirá tus sueños”.
Hubo un tiempo en que ese era el slogan en los campamentos, en los congresos o campañas, y lo reforzaban tomando versículos fuera de contexto como: “No te dicho que si creyeres veras la gloria de Dios” O ”Y todo lo que pidieres en oración creyendo lo recibiréis” O “Porque nada es imposible para Dios” Y si no funcionaba le añadieron que había que pactar con Dios es decir dar dinero para que Dios cumpliera con tus sueños!
Ahora; imaginen a una persona con unos sueños bien perversos, que le digan que Dios cumplirá su sueños…
Desde esa época de acuerdo a lo que dice la palabra de Dios, comencé a hacer énfasis en que cuando Dios nos creo, también diseñó un plan maravilloso para cada uno de nosotros… Como dice la escritura:
Efesios 2.10 Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.
De tal manera que lejos, pero muy lejos de que Dios cumpla nuestros sueños, lo que debemos hacer es renunciar a nuestros sueños para que Dios cumpla lo que soñó con cada uno de nosotros.
La razón de hacer esto es muy sencilla. ¿Cuales objetivos son mejores, los que tenemos nosotros que ha sido forjados por un mundo lejos de Dios, o los que Dios, El creador del universo, El todo poderoso, que nos ama con amor eterno, tiene para cada uno de nosotros?
La respuesta es obvia, los planes de Dios son tan superiores a los humanos, que por eso la escritura dice:
Romanos 8.19, 21 Porque el anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los hijos de Dios… 21porque también la creación misma será libertada de la esclavitud de corrupción, a la libertad gloriosa de los hijos de Dios.
El plan que Dios tiene para nosotros sus hijos están espectacular, que la creación anhela la manifestación gloriosa de los hijos de Dios.
Eso quiere decir que quien no muere a sus sueños pierde. Y pierde tanto, pero tanto que es imposible imaginarlo.
Algunos entran en conflicto cuando entienden que deben renunciar a su sueños, es decir que deben morir a hacer su voluntad para hacer la voluntad de Dios, Y parte del conflicto es que creen que algunos de sus sueños son iguales a los que Dios tiene para ellos.
Algo así como: ¿Acaso Dios no quiere que yo sea un buen profesional? O ¿Acaso Dios no quiere que yo me case con una buena mujer? O ¿Acaso Dios no quiere que yo sea millonario?
La respuesta a estas preguntas, es que es posible que algunos sueños sean parecidos a los que Dios tiene para usted, como también es posible que otros estén muy pero muy lejos de la voluntad de Dios, por eso para salir de dudas déjenme decirles algo muy práctico que enseña la palabra de Dios.
El Señor Jesús frente a una situación supremamente difícil tuvo un deseo, y por eso…
Mateo 26.39 Yendo un poco adelante, se postró sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú.
Eso es exactamente lo que debemos hacer con aquellos sueños que pensamos que pueden estar dentro de la voluntad de Dios.
Dónde obviamente la parte más importante de la oración es la final, la que dice: “Pero no sea como yo quiero sino como tú”
Porque sólo Dios sabe, cuáles son las verdaderas consecuencias de cumplir nuestros deseos, y como nosotros no podemos tener esa certeza es mejor que descansemos en su voluntad.
Engañado durante muchos años pensé que Dios no había escuchado la oración de Jesús, sin embargo en la escritura Dios con claridad me mostró todo lo contrario, pues en ella podemos leer:
Hebreos 5.7 Y Cristo, en los días de su carne, ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte, fue oído a causa de su temor reverente.
El temor reverente es un respeto muy grande y muy profundo acerca de las decisiones de Dios, porque hay la absoluta certeza de que Dios no sólo es bueno, sino que jamás se equivoca, y por lo tanto ir en su contra resulta en un suicidio no sólo espiritual también puede ser físico.
La oración de Jesús tenía dos partes, como debe tener toda oración en la que no sabemos cuál es la perfecta voluntad de Dios, y la escritura nos dice que con un temor reverente le dijo a su Padre que lo importante es que se hicieran las cosas como Dios quería.
Y ciertamente por la disposición de Jesús se hizo la voluntad del Padre, el Señor Jesús fue a la cruz… Y la escritura nos cuenta:
Hebreos 5.8–10 Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia; 9y habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de eterna salvación para todos los que le obedecen; 10y fue declarado por Dios sumo sacerdote según el orden de Melquisedec.
¡!!La obra de la salvación es la obra más costosa y maravillosa que ha ocurrido en todo el universo!!!
Eso quiere decir que no importa lo que Dios nos niegue, no importa lo que Dios no nos permita hacer, lo que el nos da y lo que nos manda hacer, será muchísimo pero muchísimo mejor que lo que nosotros deseamos.
Por eso frases como la siguiente:
Lucas 14.33 Así, pues, cualquiera de vosotros que no renuncia a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo.
Cuando confiamos en Dios son vistas como algo maravilloso, pero cuando no confiamos en Dios son vistas como la peor desgracia.
El Rey David, en medio de conflictos, amenazas, guerra, pedía al Señor protección, la destrucción de sus enemigos y muchas cosas más, pero al final terminaba diciendo:
Salmo 31.15 En tu mano están mis tiempos; Líbrame de la mano de mis enemigos y de mis perseguidores.
Es decir reconocía que quien decide en qué momento pasa cada cosa es Dios, sus tiempos son perfectos, sus tiempos son los necesarios para hacer crecer nuestra vida espiritual, sus tiempos son perfectos para sanar nuestro corazón, para enriquecernos en sabiduría y muchas otras cosas mas…
Está preciosa verdad es una maravilla para todo aquel que de verdad quiere hacer la voluntad de Dios…
El problema es que no siempre que estamos haciendo la voluntad de Dios de verdad la queremos hacer, es decir a veces hay otras motivaciones equivocadas al hacer la voluntad de Dios, y cuando Dios toma ciertas decisiones que deberían alegrarnos el resultado es que no nos gustan.
Por ejemplo; la escritura nos cuenta la historia de un hombre al cual Dios le anunció que era el momento de partir a su presencia… Qué según lo que hemos visto, era el momento más espectacular de su vida, pues era el momento de recibir el premio. Dice así:
2 Reyes 20:1 En aquellos días Ezequías cayó enfermo de muerte. Y vino a él el profeta Isaías hijo de Amoz, y le dijo: Jehová dice así: Ordena tu casa, porque morirás, y no vivirás.
Pero en lugar de alegrarse de que llego el tiempo de encontrarse con su Señor para ser premiado…
2 Reyes 20:2-3 Entonces él volvió su rostro a la pared, y oró a Jehová y dijo: 3Te ruego, oh Jehová, te ruego que hagas memoria de que he andado delante de ti en verdad y con íntegro corazón, y que he hecho las cosas que te agradan. Y lloró Ezequías con gran lloro.
Si había vivido con integridad y había hecho cosas que agradaban a Dios: ¿Qué podía esperar este hombre de Dios como recompensa? Pues una recompensa maravillosa… ¿Pero porque no quería ir a recibirla?
La escritura nos cuenta de otros hombres que también estaban haciendo la voluntad de Dios, a los cuales Dios, no sólo les dijo que iban a morir, más que eso les ordenó morir:
Números 20:25 al 29 Toma a Aarón y a Eleazar su hijo, y hazlos subir al monte de Hor, 26y desnuda a Aarón de sus vestiduras, y viste con ellas a Eleazar su hijo; porque Aarón será reunido a su pueblo, y allí morirá. 27Y Moisés hizo como Jehová le mandó; y subieron al monte de Hor a la vista de toda la congregación. 28Y Moisés desnudó a Aarón de sus vestiduras, y se las vistió a Eleazar su hijo; y Aarón murió allí en la cumbre del monte, y Moisés y Eleazar descendieron del monte.
Aaron ya había vivido y cumplido con la función que Dios le había delegado… El hecho de quitarle las vestiduras y pasárselas a su hijo, era una muestra clara de que había cumplido su función y que otro debía continuar en lugar de el.
De este hombre no nos cuenta la escritura que tuvieron que subirlo a rastras, o que tuvieron que engañarlo, o que al llegar a la cima no quería entregar la ropa. Porque la verdad es que este hombre que vivía haciendo la voluntad de Dios aceptó la muerte como lo que es, una enorme bendición, y por eso subió al monte, entregó la ropa, y se murió.
Tampoco leemos que Moisés no quería llevar a su hermano al monte, (A veces alguien acepta morirse pero los que no lo aceptan son sus familiares) Y así como como Moisés llevo a Aarón al monte a morir, a él también le llegó la hora. La escritura nos cuenta:
Deuteronomio 32: 48 al 50. Y habló Jehová a Moisés aquel mismo día, diciendo: 49Sube a este monte de Abarim, al monte Nebo, situado en la tierra de Moab que está frente a Jericó, y mira la tierra de Canaán, que yo doy por heredad a los hijos de Israel; 50y muere en el monte al cual subes, y sé unido a tu pueblo, así como murió Aarón tu hermano en el monte Hor, y fue unido a su pueblo;
¿Qué hubiera hecho usted?… ¿Alejarse lo más posible del monte?… Más adelante nos cuenta la escritura:
Deuteronomio 34:5 Y murió allí Moisés siervo de Jehová, en la tierra de Moab, conforme al dicho de Jehová.
Sin embargo leemos del rey Ezequías, que según él había hecho con integridad la voluntad de Dios, pero que ahora le parecía que la voluntad de Dios no era lo mejor, y por eso clamó y lloro para no morir…
2 Reyes 20:4 al 6 Y antes que Isaías saliese hasta la mitad del patio, vino palabra de Jehová a Isaías, diciendo: 5Vuelve, y di a Ezequías, príncipe de mi pueblo: Así dice Jehová, el Dios de David tu padre: Yo he oído tu oración, y he visto tus lágrimas; he aquí que yo te sano; al tercer día subirás a la casa de Jehová. 6Y añadiré a tus días quince años, y te libraré a ti y a esta ciudad de mano del rey de Asiria; y ampararé esta ciudad por amor a mí mismo, y por amor a David mi siervo.
Y además le dio como señal de que iba a ser sano que la sombra del sol se devolviera diez grados.
Sin embargo al paso del tiempo, parece que el rey Ezequías lleno de orgullo comenzó mostrar toda la riqueza que Dios le había dado a los enviados del rey de Babilonia. Todos los tesoros, la plata, el oro, las armas y todo lo que había en su casa y en sus dominios…
Y producto de eso, un tiempo más adelante vinieron los de Babilonia y arrasaron con todo llevándose cautivo al pueblo. El Señor lo salvó del rey de asiria y el invito a los de Babilonia a invadirlo, producto de su pecado
Más aún, cuando Dios le dice a través del profeta lo que va a suceder…
2º Reyes 20.16–19 Entonces Isaías dijo a Ezequías: Oye palabra de Jehová: 17He aquí vienen días en que todo lo que está en tu casa, y todo lo que tus padres han atesorado hasta hoy, será llevado a Babilonia, sin quedar nada, dijo Jehová. 18Y de tus hijos que saldrán de ti, que habrás engendrado, tomarán, y serán eunucos en el palacio del rey de Babilonia. 19Entonces Ezequías dijo a Isaías: La palabra de Jehová que has hablado, es buena. Después dijo: Habrá al menos paz y seguridad en mis días.
El profeta le anuncia que todo será llevado a Babilonia, que el pueblo será cautivo, que sus hijos serán eunucos… Y aunque esto implicaba la muerte de muchos de su pueblo, la cautividad, y aún la esclavitud de sus propios hijos, a él le pareció que era bueno, porque al menos no ocurriría mientras él estuviera vivo.
Lo que no quería que le pasara a el, si le parecía bueno que le pasara a otros. (Extraño personaje)
Ya leímos que el apóstol Pablo hablando de la muerte dice que…
Filipenses 1.21 Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia.
De dónde podemos decir que quien verdaderamente vive para Dios, entonces ve en la muerte, en su muerte un premio.
El asunto es que nosotros podemos asegurar que vivimos para Dios, que cuidamos nuestros hijos no para nosotros sino para Dios, que colaboramos en el ministerio para Dios y no para los hombres, y muchas otras cosas más….
Pero sí le tenemos miedo a la muerte. Entonces no es cierto que estamos viviendo para Dios, y tampoco es cierto que hemos renunciado hacer nuestra voluntad, ni que hemos dejado de amar al mundo.
Hasta podemos decir: Yo sí vivo para Dios lo que pasa es que me falta un poco fe. ¿Será valido decir algo como eso?… No porque la escritura dice que sin fe es imposible agradar a Dios. El que sin fe vive no vive para Dios.
¿Y si no estamos viviendo para Dios entonces para quien estamos viviendo?
Desafortunadamente no queda otra respuesta que decir que estamos viviendo para nosotros mismos, para nuestra carne, por nuestro egoísmo y por nuestra incredulidad.
Seguramente podemos aparentar ser muy buenos delante de los demás, seguramente los demás no tendrán queja de nosotros, y seguramente y hasta los podemos engañar, y hasta regañar, hablando de que conocemos y servimos a Dios.
Pero esa clase de vida en la que no se vive para Dios de una manera genuina y sin fe, no trae ningún fruto para la eternidad.
Y como no se está viviendo para la eternidad… Por supuesto que no se quiere llegar a ella.
Imagínese que a usted le dijeran: Dentro de un año se tiene que ir a vivir a otra casa, pero no puede llevar absolutamente nada de lo que tiene en la casa en que vive ahora. Lo que debe hacer es ahorrar para que cuando llegue a su nueva casa compre todo absolutamente nuevo y lo disfrute.
Y en ese año, en lugar de ahorrar, usted se dedica a comprar una gran cantidad de cosas valiosísimas… ¿Qué pasará cuando llegue el momento de ir a su nueva casa? ¿Qué actitud tendrá usted sabiendo que no se puede llevar nada y que no tiene nada ahorrado para comprar en su nueva casa?
Igual puede suceder cuando vivimos haciendo la voluntad de Dios pero no estamos verdaderamente enfocados en la eternidad… Es más esa vida cristiana que no piensa en la eternidad puede convertirse en humanismo, puede dedicarse hacer muchas obras de caridad, ayudar a los enfermos, pero como a usted no le interesa la eternidad tampoco le interesara la eternidad de ellos…
NO SOLUCIONAR EL ASUNTO DEL MIEDO LA MUERTE PROLONGARA NUESTRA ESCLAVITUD
Recuerdo que alguna vez di un mensaje acerca de la muerte y no falto quien me regañara. (Ya me voy acostumbrando)
Sin embargo es tan importante tenerla en cuenta que la Santa Cena debe se hecha recordando precisamente la muerte.
1 Corintios 11:26 Así, pues, todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que él venga.
¿Por que celebrar con este pensamiento? Hay varias razones, quiero leerles en la escritura algunas de ellas:
Hebreos 2:14 al 15. Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo, 15y librar a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre.
1. Participó de lo mismo que nosotros participamos. (No sólo demuestra que nos entiende también demuestra que sí se puede vivir en santidad)
2. Destruyó por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte. El diablo.
3. Para liberar a los que por el miedo a la muerte estaban esclavos de Satanás.
Quiero insistir en esto: ¿Qué nos hace ser esclavos de Satanás?…. El miedo. El miedo a la muerte.
Hay muchísimos cristianos, que tienen una linda relación con el Señor, y una linda vida cristiana, pero no están preparados para la muerte. Ellos por supuesto se sienten muy satisfechos de su relación y de su vida.
Para ellos el mensaje que yo estoy dando, les parece un poco exagerado, hay que tener fe en Dios pero tener tanta fe como para estar feliz por que uno se va a morir es exagerado.
Es decir, ellos tienen mucha fe en Jesucristo para solucionar los asuntos de esta vida, y les está yendo bien. Sin embargo la escritura dice:
1 Corintios 15:19 Si en esta vida solamente esperamos en Cristo, somos los más dignos de conmiseración de todos los hombres.
¿Qué entienden ustedes?
Enseñamos continuamente que debemos depender del Señor. Sin embargo aquí dice que sí solamente dependemos del Señor somos los más dignos de lástima.
¿Quiere decir que hemos estado mal toda nuestra vida buscando depender de Dios? Vuelvo a leer en otras versiones:
1 Corintios 15:19 Si en esta vida solamente esperamos en Cristo, los más miserables somos de todos los hombres.
1 Corintios 15:19 Si solamente para esta vida esperamos en Cristo, somos los más dignos de lástima de todos los hombres.
1 Corintios 15:19 Si nuestra esperanza en Cristo solamente vale para esta vida, somos los más desdichados de todos.
1 Corintios 15:19- 20 Si nuestra esperanza es que Cristo nos ayude solamente en esta vida, no hay nadie más digno de lástima que nosotros. 20 Sin embargo, ¡Cristo volvió a vivir! Esto nos enseña que también volverán a vivir los que murieron.
Nuestra esperanza en Cristo tiene que estar en la resurrección, si esa no es nuestra esperanza somos los más miserable de todos los hombres….
Pero si nuestra esperanza está en la resurrección, entonces la muerte será momento precioso de recibir el premio.
Como quien dice no sólo debemos definir para quien vivimos, Sino que debemos tener claro que vivimos preparándonos para la eternidad.
Lucas 9:23 al 25. Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame. 24Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, éste la salvará. 25Pues ¿qué aprovecha al hombre, si gana todo el mundo, y se destruye o se pierde a sí mismo?