GUARDADOS POR EL PODER DE DIOS MEDIANTE LA FE – PARTE 1
I. INTRODUCCIÓN
Las cosas más valiosas terminan casi siempre siendo las menos valoradas… y por esta razón son las cosas que menos cuidado colocamos en cultivar o proteger.
El aire… la luz… el agua… solo la verdadera necesidad nos hace valorarlas “a buen hambre no hay pan duro “…
La vida… (Feliz porque le robaron el carro… y lo dejaron vivo)…
Dios y su palabra… (Que bendición cuando la palabra dura se vuelve palabras de vida eterna)… ¿Qué tanto revisan ustedes los temas que semanalmente subimos a la web?
¿Que tanto apreciamos experimentar el fruto del Espíritu?… Porque es una delicia experimentar, como en situaciones complicadas respondemos con un carácter verdaderamente espiritual, llenos de amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fidelidad, etc.
¿Y porque no valoramos esas cosas que son tan importantes? La respuesta básica, es decir la raíz por la cual no apreciamos las cosas verdaderamente valiosas, es porque somos pecadores.
Porque un pecador no es simplemente una persona que hace las cosas mal… un pecador es en realidad un ciego… Un pecador es como un enajenado mental… y lo peor de todo… Creemos que vemos bien y creemos ser muy sabios.
Y si no podemos reconocer ni nuestra ceguera ni nuestra falta de sabiduría, por supuesto tampoco podremos reconocer lo malo que es el pecado, y lo grave de sus consecuencias.
Y creo que esa es una de las razones por las cuales Jesús dijo:
Mateo 7.1–2 No juzguéis, para que no seáis juzgados. 2Porque con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados, y con la medida con que medís, os será medido.
Tener en cuenta que esta advertencia es muy valioso, pues puede ayudarnos a entender lo malo de nuestro proceder, cuando Dios se encargue de que nos hagan lo mismo que nosotros hacemos, para ayudarnos a ser conscientes de nuestros pecados.
Por ejemplo: actuar con justicia puede parecernos poco importante cuando hacemos ciertas cosas, pero como pensamos de diferente cuando los demás son injustos con nosotros.
Igual puede pasarnos con la generosidad… hasta que otros nos traten con tacañería no entenderemos lo horrible de la falta de generosidad… o con la impaciencia… hasta que son impacientes con nosotros. La impuntualidad. La deshonestidad… La infidelidad… Etc.
II. LO MÁS IGNORADO
Sin embargo lo más valioso que existe que nos ha sido dado, pero que hemos ignorado y mal interpretado aún por nosotros los cristianos es… EL AMOR DE DIOS.
¿Por qué ignoramos el amor de Dios? Respuesta es nuevamente la misma; porque somos pecadores, es decir somos muy ciegos y muy ignorantes. Por ejemplo: ¿Qué tanto comprendemos nosotros el significado de haber sido salvados? Pensamos saberlo pero: ¿Realmente somos conscientes de lo que es el infierno? Porque es del infierno de lo que hemos sido salvados.
No es lo mismo que nos hagan un pequeño favor a que nos hagan un favor inmenso… Y haber sido salvados del infierno, de la condenación eterna es algo de un valor tan grande que no podemos cuantificar.
A eso debemos añadirle que el plan de Dios no fue simplemente evitar que vayamos al infierno, sino transformarnos y darnos una posición de privilegio enorme al lado de El.
Pero como no valoramos adecuadamente el haber recibido esta salvación tan grande, pues tampoco valoramos el amor de Dios manifestado en sus tratos para transformar nuestras vidas.
Paralelo a esto, tampoco sabemos el verdadero horror de lo que Jesús sufrió en la Cruz, donde físicamente fue espantoso a más no poder, y a eso hay que añadirle algo de lo cual tampoco tenemos ni idea. La escritura dice:
Mateo 27.46 Cerca de la hora novena, Jesús clamó a gran voz, diciendo: Elí, Elí, ¿lama sabactani? Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?
El castigo recibido no sólo lo soportaba su cuerpo, también en su espíritu sintió la ausencia de Dios, pero cómo no valoramos como debiéramos la presencia de Dios en nuestra vida, pues no entendemos lo espantoso que fue para Jesús pasar por esta situación.
Mateo 27.50 Mas Jesús, habiendo otra vez clamado a gran voz, entregó el espíritu.
Y luego la escritura dice: Romanos 5.8 Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.
Pero si no sabemos el verdadero costo de su sacrificio… ¿Cómo poder medir su amor?
Otra de las cosas que nos impide reconocer su amor, también como consecuencia de ser pecadores, es que llevamos una vida que nos parece normal y además buena, es decir somos esclavos del mundo, somos esclavos del pecado y nos parece que todo está muy bien, tanto que no queremos cambiar nuestra manera de vivir, y nos perdemos el enorme privilegio de disfrutar de una vida vivida en el espíritu con unos privilegios y premios espectaculares.
Es mas esta ignorancia de lo maravillosa que es la vida que Dios tiene para nosotros, nos hace reaccionar de manera equivocada ante los tratos de Dios, qué tienen precisamente como objetivo que aprendamos a disfrutar de lo ofrecido por el, y como consecuencia de su amor.
Prueba de nuestra ignorancia es que aunque digamos que somos personas que nos gusta que nos corrijan, porque decimos entender que es bueno para nosotros, de todos modos cuando somos corregidos nos molestamos… Y una de las razones es: Porque no apreciamos una vida de santidad!
Y cuando Dios a través de las situaciones buscan corregir nuestro mal comportamiento, en lugar de tener buena actitud y disfrutar de la promesa de que todas las cosas ayudan a bien… algunos a veces son capaces de pensar que Dios precisamente porque no los ama, es que los mete en esas situaciones complicadas y dolorosas.
Y como este pensamiento no es algo extraño, sino muy común en muchos hombres por eso la escritura hace la siguiente aclaración:
Hebreos 12.5–6 y habéis ya olvidado la exhortación que como a hijos se os dirige, diciendo: Hijo mío, no menosprecies la disciplina del Señor, Ni desmayes cuando eres reprendido por él; 6 Porque el Señor al que ama, disciplina, Y azota a todo el que recibe por hijo.
Dios en su palabra asegura que recibimos disciplinas precisamente porque Dios nos ama…
Pero como mencioné antes, si nosotros pudiéramos comprender la clase de vida que Dios quiere que vivamos y el premio que vamos a recibir, con toda seguridad anhelaríamos que Dios nos tratará hasta más fuerte, y en esos tratos veríamos el inmenso amor que tiene por nosotros.
Algo así como el agradecimiento de un paciente con el cirujano, que estás tomando su cuerpo destrozado y lo está reconstruyendo hasta dejarlo perfecto y aún mejor de como era antes, donde el dolor que se haya sufrido no importará por causa de los buenos resultados.
Por esto la pregunta que debemos hacernos es: ¿Qué tanto comprendemos y creemos en el amor de Dios?
Ante esta pregunta algunos dicen; ”yo soy el consentido de Dios” Y pueden ser honestos en su respuesta, pero siguiente versículo nos sirve para evaluar de manera real, que tanto confiamos en el amor de Dios. La Escritura dice:
1 Juan 4.18–19 En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor. 19Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero.
Si te crees el consentido de Dios porque comprendes muy bien su amor, pero sientes temores, te estás engañando, porque el temor es señal de no comprender el amor de Dios… Y el temor tiene como origen el afán… Y el afán tiene como origen el apego a cosas sin valor.
Según esto, y creo que no es difícil de entender, que mientras sigamos aferrados a cosas sin valor no vamos a poder experimentar su amor, y al no poder experimentar su amor no podremos amarle, porque nuestro amor hacia el es precisamente el resultado de experimentar su amor. Ojo con esto, no comprender el amor de Dios por estar aferrado a las cosas del mundo, puedes dar como resultado un cristianismo espantoso, torcido, con malas doctrinas, dando como resultado final una motivación completamente equivocada que es la de buscar a Dios por amor a las cosas del mundo.
La escritura nos hace una seria advertencia respecto de esta mala actitud cuando dice:
1 Timoteo 6.5–8 disputas necias de hombres corruptos de entendimiento y privados de la verdad, que toman la piedad como fuente de ganancia; apártate de los tales. 6Pero gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento; 7porque nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar. 8Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto.
¿Es esa nuestra motivación para buscar a Dios, precisamente porque no entendemos su amor? También seguramente podemos responder rápidamente que no.
Pero nuevamente usemos la escritura para evaluar adecuadamente nuestra actitud. Pensemos por un momento en la siguiente oración…
Habacuc 3.17–19 Aunque la higuera no florezca, Ni en las vides haya frutos, Aunque falte el producto del olivo, Y los labrados no den mantenimiento, Y las ovejas sean quitadas de la majada, Y no haya vacas en los corrales; 18 Con todo, yo me alegraré en Jehová, Y me gozaré en el Dios de mi salvación. 19 Jehová el Señor es mi fortaleza, El cual hace mis pies como de ciervas, Y en mis alturas me hace andar.
¿Cuántos de nosotros podemos tener la seguridad de que si eso pasase en nuestra vida, seguiríamos alegres, gozosos, caminando como los ciervos en las alturas más impresionantes con toda seguridad?
A veces de lo que tenemos seguridad es que si eso nos pasara, si perdiéramos absolutamente todo sería una gran crisis para nosotros.
Y eso que a la oración le falta decir que si Dios le quita la familia, los hijos, la esposa, de todos modos va a seguir contento!
¿Y cuál es la razón por la cual podemos reaccionar de muy mala manera?
Y la respuesta es, porque el amor de Dios está a un lado de la balanza y al otro está el amor al mundo. Y no es posible hacer un equilibrio, es decir o Dios está en el fondo y el amor al mundo esta arriba como lo más importante; hola amor al mundo ha desaparecido y Dios está en primer lugar.
Y por no poder amar a Dios y a las riquezas con equilibrio es que la escritura nos advierte:
1 Juan 2:15 No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él.
O lo uno o lo otro. Sin embargo a través de todos los tiempos el hombre a desobedecido Dios en este aspecto creyendo que se puede amar a Dios y al mundo sin problema, de allí salen las doctrinas de la prosperidad material.
Sin embargo no entienden que si la escritura dice que si alguno ama al mundo el amor del Padre no está en el es porque el mundo es completamente anti Dios. Lo dice muy claro la escritura:
1 Juan 5:19 Sabemos que somos de Dios, y el mundo entero está bajo el maligno.
Las cosas pueden parecernos no tan malas… o aún puede parecernos que el mundo tiene cosas buenas… pero en esencia lo que mueve todo el mundo, es la fe en en lo que satanás ha enseñado que es la vida, y como lo ha hecho de forma sutil la gente no es consciente que le está creyendo al diablo, y esta ignorancia produce mucho más daño.
Es decir hay gente que cree en Satanás y lo sabe y trata de usarlo en su beneficio, pero la gran mayoría confía en las respuestas y soluciones que el mundo da para satisfacer el alma del hombre… y así sin darse cuenta en realidad está confiando en Satanás ”
Es por esto que no pueden existir ambos amores a la vez… o todavía amamos al mundo… o… el amor de Dios que ha inundado nuestra vida, nos permite amar a Dios haciéndonos menospreciar las cosas del mundo.
El Señor Jesús lo dijo muy claro:
Mateo 6:24 Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas.
Pero para muchos, precisamente por causa de su gran amor al mundo este mensaje les parece muy fuerte… Algunos creen que este tipo de mensajes no debe darse sino a las personas con mucha madurez espiritual, sin embargo la escritura nos cuenta que Jesús decía a todos:
Marcos 8. 34, 36 Y llamando a la gente y a sus discípulos, les dijo: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame…. 36Porque ¿qué aprovechará al hombre si ganare todo el mundo, y perdiere su alma?
Esto quiere decir que una vida cristiana donde la prioridad son las cosas materiales, aunque el creyente pueda estar convencido de que el asunto va bien… su vida cristiana es un fracaso respecto de lo que debiera ser… Pero, sólo lo va a descubrir cuando llegue la escases y descubra lo inútil de su fe.
Usted se preocupa todavía, todavía se afana, se angustia… déjeme decirle que usted es un amante del mundo. Y si volvemos al texto anterior:
Mateo 6:24 Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas.
Si todavía las cosas materiales son nuestra prioridad, entonces estamos viviendo una vida cristiana aborreciendo a Dios.
A DIOS POR AMOR AL MUNDO
Según esto la contradicción que muchos viven es asombrosa… pues el amor al mundo es el que los motiva a buscar a Dios, esperando recibir las cosas materiales, porque ellas les da posición, poder, honra, bienestar, seguridad, etc.
Estas cosas son muy valiosas en el mundo, también estas cosas son muy valiosos para la cizaña que esta en las iglesias, pero lo triste del asunto es que los cristianos inmaduros todavía valoran las riquezas sin entender que estan menospreciando a Dios.
Recuerdan la historia de Naaman frente al profeta. Toda su riqueza, toda su valentía, toda su importancia, toda su influencia, fue absolutamente inútil frente a un auténtico siervo de Dios. Hasta al rey de Israel lo puso a correr… pero al siervo de Dios, no.
Y por causa de engaño que había en él corazón de Naamán, recibió un trato especial para ayudarle a cambiar sus valores… por eso el profeta ni siquiera salió, le envío un mensajero, y después cuando quiso agradecer el milagro dando sus riquezas, el profeta no le recibió absolutamente nada…. ¿Por qué?
Para que entendiera la gran diferencia entre ser rico para el mundo y ser rico para Dios.
Sin embargo el criado del profeta, que si apreciaba la riqueza y menospreciaba a Dios, fue con mentiras a procurar la recompensa, y el resultado fue que la lepra de Naaman se le pasó a el.
Pero: ¿Qué es lo realmente destructivo de poseer riquezas en el mundo?
Lo destructivo es lo que la persona que posee la riqueza puede pensar y sentir. Es decir el dinero no es malo, la riqueza material no es mala, lo malo es darle un valor a esas cosas que realmente no lo tienen, porque como consecuencia de eso menosprecian a Dios y no lo buscan.
Déjenme preguntarles lo siguiente: ¿Que se ve más atractivo para una joven?… ¿Un chico feo, y mal vestido, a pie… o un chico feo, pero súper bien vestido y en un carro espectacular?
Para un joven… ¿Que se ve más alcanzable?…. ¿Una chica hermosa a pie… o una chica hermosa en una limosina?
Uno escucha que dicen… “Los viejitos con plata son viejitos muy interesantes”… Eso es cierto para muchos, como también lo es para otros, que las viejitas con plata también son muy interesantes… ¿porque?
Los hombres le da a la riqueza un valor que no tiene y por eso, al tenerlas llegan a creerse más que los demás, llega a sentirse más protegidos que los demás, y llegan a soñar que serán más felices que los demás…
Pero de eso que ellos valoran tanto, la escritura dice lo siguiente:
1 Juan 2:16 al 17 Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo.17Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.
Llegará una época en que Dios mostrará al mundo lo inútil de las riquezas, y lo inútil de la vida que estas le permitieron vivir, y será cuando comience el juicio de Dios sobre la tierra en la gran tribulación…
En esa época a causa de lo que vivirán, no sólo comprenderán su ruina tan espantosa pues solo vivieron para agasajar su carne, también comprenderán la ruina que vivirán por la eternidad, por el engaño de haber buscado a lo largo de su vida las cosas que el mundo ofrece, menos preciado a Dios.
¿Pero es este un llamado a vivir en la pobreza? Por supuesto que no, porque la escritura dice:
1º Crónicas 29.12 Las riquezas y la gloria proceden de ti, y tú dominas sobre todo; en tu mano está la fuerza y el poder, y en tu mano el hacer grande y el dar poder a todos.
Si Dios mismo es quien da las riquezas; ¿Cómo puede pensarse que sea pecado tener riquezas? El problema no son las riquezas, el problema es el amor a ellas que nos lleva a menospreciar a Dios.
V. EL DESENFOQUE DEL CREYENTE
Este amor al mundo o como dice “la vana gloria de la vida”… este buscar a través de cosas vanas sentirse más valioso, o más poderoso, para poder disfrutar más, puede llevar a un cristiano que no comprende el amor de Dios, a vivir de la siguiente manera:
Apocalipsis 2:2 a 4. »’Yo conozco tus obras, tu arduo trabajo y tu perseverancia, y que no puedes soportar a los malos, has probado a los que se dicen ser apóstoles y no lo son, y los has hallado mentirosos. 3Has sufrido, has sido perseverante, has trabajado arduamente por amor de mi nombre y no has desmayado. 4Pero tengo contra ti que has dejado tu primer amor
Se habla de obras, trabajo, perseverancia, conocimiento, sufrimiento, más perseverancia, más trabajo y todo esto se hace… dice el Señor, por amor de su nombre.
Sin embargo el Señor reclama… Que aunque ha trabajado por amor a su nombre, ha dejado su primer amor, por lo cual debe arrepentirse antes de que el Señor tome acción sobre ese pecado.
Dejar el primer amor, es consecuencia de no comprender el amor de Dios. Y esto hace que la vida de los cristianos se desenfoque y no sea lo que realmente debe ser. Y como resultado de esa falta de amor comenzamos a vivir como si lo más importante fueran… las normas, los principios, las exigencias, los resultados, la gente, nosotros mismos, cuando lo mas importante debe ser Dios, su amor por nosotros, y como resultado nuestro amor por El.
Cambiar el orden de prioridades puede parece algo insignificante, pero en realidad no lo es. Por ejemplo:
No es lo mismo buscar las cosas espirituales… y que Dios me añada las materiales… a buscar a Dios por las materiales. Esto es tan diferente como el cielo y el infierno.
No es lo mismo diezmar u ofrendar como reconocimiento de que él es el verdadero proveedor, y por amor a la obra de Dios… que hacerlo pensando en recibir. Esto también es tan diferente como el cielo y el infierno.
Igualmente lo de hoy parece muy pequeño pero… No es lo mismo trabajar por amor al nombre de Dios… que trabajar por amor a Dios.
Imaginemos por ejemplo un padre que cumpla con todo lo que se supone son las responsabilidades con su esposa e hijos… pero si al hacer todo eso, no ama a su familia, es decir si no lo hacen por amor. ¿Estará bien eso?
Como se sentiría usted si alguien le da absolutamente todo lo que necesita pero le manifiesta que no lo ama… que lo hace por obligación… porque le tocó… que lo hace por acallar su conciencia… por cumplir ciertas normas y aún… para aparecer como justo y bueno ante los demás, pero que en realidad usted no le interesa!
Espantoso verdad… afortunadamente Dios con nosotros hace todo lo contrario.
Efesios 1:3 Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, 4según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, 5en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, 6para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado…
Nos bendijo en los lugares celestiales… esto es pasado. Nos escogió antes… también es pasado. En amor nos predestinó para ser adoptados hijo suyos porque era su más puro deseo…
Todo esto y mucho más muestra que primero Dios nos amó, con un amor eterno e inmutable… y por eso hace todo lo que hace para que disfrutemos de su bendición.
El amor de Dios es lo que lo llevó en su más puro deseo a amarnos, e igualmente es el amor de Dios el único que puede llevarnos a amar genuinamente a los demás. Por esto la escritura dice:
1 Juan 3:16 En esto hemos conocido el amor, en que él puso su vida por nosotros; también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos.
Esa es la motivación correcta, experimentar el amor de Dios es lo que nos debe llevar a poner nuestra vida para que otros también lo experimenten.
La motivación no es tener discípulos para lucirse, para buscar aceptación, para buscar ser reconocido, o para creerse bueno. La motivación sólo debe ser el amor de Dios que experimentamos y que queremos que otros experimenten.
Alguna vez alguien preguntaba si es obligación que un cristiano tenga discípulos, o si es obligación que un cristiano evangelice… Y hacía la pregunta porque aunque en el evangelio de San Juan dice que los cristianos debemos dar fruto, no dice específicamente discípulos.
El texto que acabamos de leer dice que si usted experimenta el amor de Dios como no va hacer algo por los demás… Es decir si Dios cambia su corazón y usted aprende amar con el amor de Dios, dejaría que la gente se perdiera teniendo oportunidad que compartirles.
La respuesta es que si alguien conoce verdaderamente la amor de Dios no podría quedarse callado!!!
Por eso es bueno que nos preguntaremos otra vez:
¿Te sientes verdaderamente amado por Dios?
Algunos ante esta pregunta comienza a mencionar las cosas que han recibido de Dios que consideran más valiosas, porque esas cosas que han recibido son las que le confirman que Dios los ama.
Uno dirá que ha sido sanado de una enfermedad incurable…. Otro que ha recibido provisión de Dios…. Otro la restauración de su vida familiar… Y en general cada vez que recibimos respuesta y solución a cualquier problema… nos es fácil pensar en su amor y agradecerle.
La pregunta es: ¿puede Dios manifestar su amor al dar ese tipo de cosas? La respuesta es sí. De hecho la escritura dice: ”Con cuerdas humanas te atraje”…
El problema es que si me siento amado cuando Dios me da ese tipo de cosas: ¿Cómo me voy a sentir cuando me las quite?
Algunos sinceramente piensan cuando eso sucede que Dios no los ama. Y eso evidentemente es un menosprecio espantoso a la muerte de Jesús en la cruz
Si se le pregunta a un cristiano que ha entendido mejor el amor de Dios: ¿Por qué crees que Dios te ama? El responderá… Porque de Dios he recibido la salvación y la preciosa oportunidad de ser transformado, para servirle desde ahora y por la eternidad.
La enorme diferencia entre estas personas y sus diferentes respuestas, es que el que ha recibido la salvación y la oportunidad de servir a Dios eso jamás lo perderá pero… Pero el que evalúa el amor de Dios por las cosas materiales que ha recibido, tarde o temprano absolutamente todas las cosas le serán quitadas.
Es que evalúa El amor de Dios por las cosas materiales normalmente no se quiere morir. No quiere ir a disfrutar del cielo, no quiere ir a disfrutar de la presencia majestuosa de Dios, tiene los ojos puestos en la tierra.
Es más a veces pueden pasar años recibiendo bendiciones materiales… y el día que sucede algo que no nos gusta, o que no entendemos, ese día se nos olvida cuánto amor y cuántas demostraciones de amor ha tenido Dios con nosotros.
Igual pasa con las personas, no importa cuántos años fue una buena persona el día que falla lo sacan del llavero… ¿Qué tal que Dios hiciese así con nosotros?
El asunto se complica un mas, cuando Dios comienza a tratar nuestra vida para ayudarnos, y en lugar de comprender lo útil que es que Dios saque el pecado de nuestra vida, nos enfocamos en las cosas que perdemos o que no logramos obtener, y producto de nuestra inmadurez, y de nuestra falta de conocimiento, pensamos que Dios ha actuado mal Y hasta nos resentimos con el… aunque en realidad Dios ha actuado como siempre a la perfección.
¿Qué es lo que Dios quiere arreglar en nuestra vida?
Santiago 1:15 Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte.
La concupiscencia es lo que queda después del pecado… es el amor al pecado… es el vicio del pecado… es un alma deformada que cree que necesita ciertas cosas, y como Dios no se las da entonces las consigue a través de su pecado… es por eso que lo que realmente necesitamos, es que esa concupiscencia sea eliminada.
Eso es tan claro y tan cierto como por ejemplo:
¿Que necesita un drogadicto?… ¿salir de la droga… o… más droga?
¿Y cuando un drogadicto no quiere salir de la droga… con que ojos ve a aquel que se la provee?… ¿y con que ojos a aquel que se la niega?
¿Y quien lo está amando más?… ¿el que le provee o el que se la niega?
¿Sabemos en realidad cuánto amor al mundo hay en nuestros corazones?
¿Y qué es lo mejor que nos puede suceder?… ¿No es acaso aprender a no amar el mundo?
¿Y con que ojos vemos a aquel que nos provee las cosas del mundo?… ¿Y con que ojos vemos a aquel que nos las niega?
Si creemos a Dios, debemos ser conscientes que necesitamos ser tratados para ser sanados.
Pero: ¿Como poder recibir los tratos de Dios de tal manera que siempre sean de bendición para nuestra vida?
CONFIANDO CIEGAMENTE EN EL AMOR DE DIOS.
Aunque no lo he mencionado específicamente, todo este asunto tiene que ver con la fe, sin embargo también me gusta insistir que no es la vida cristiana la única que requiere de la fe, pues la vida de todo ser humano sobre la tierra tiene íntima relación con la fe, sea cristiano o no, sea religioso o no.
También me gusta mencionar y recordar que el ser humano tiene una fe enorme… La cual está usando en una porción muy pequeña para creer en Dios, y una porción inmensamente grande para creer en todas las necedades y justificaciones que los hombres creen.
Es pues la fe, tanto de creyentes como de los llamados incrédulos, el vínculo que les hace vivir como viven… por supuesto la gran diferencia es que el dios de ellos los quiere destruir, y el nuestro nos quiere bendecir.
Hablando de esa bendición dice la escritura:
1 Pedro 1:3 al 5. Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos, 4para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros, 5que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero.
En primer lugar es el mismo Dios quien nos ha hecho renacer para una esperanza viva.
Para una herencia… de riqueza inimaginable… ojo, mucho ojo… reservada en los cielos.
Y más adelante dice… para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero… no ahora.
Ahora tenemos las primicias del Espíritu pero luego será una recompensa espectacular.
Y en medio de este texto que son sólo buenas noticias dice:
1 pedro 1: 5. Que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe
Se requiere fe. Esa fe nos va a guardar. Guardar significa realmente mantenernos haciendo lo que es debido…. Para en el futuro cosechar.
Por esto mismo tenemos que mentalizarnos en no vivir para este tiempo.. . Tenemos que estar pensando en invertir para el tiempo futuro… y no perder tiempo en este tiempo.
Hacer la voluntad de Dios es invertir para el futuro.
Usar los dones espirituales que Dios te ha dado… es invertir para el futuro.
Dedicar tiempo para que otros conozcan de Dios… es invertir para el futuro.
La escritura menciona fe muerta, fe débil, fe falsa, enfermos en la fe… y fe poca.
La verdadera fe es normalmente poca. Este pasaje que habla de la herencia y la salvación continúa diciendo:
1 Pedro 1:6 En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas, 7para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo,
Nuestra fe respecto del amor de Dios debe ser probada!
Como normalmente relacionamos el amor de Dios con la protección, la provisión, y el poder para actuar, nuestra fe debe ser probada en esos aspectos.
Respecto de sustento. (Contentamiento)
Respecto de la protección. (Llegar a no temer a la muerte porque existe la resurrección)
Respecto del poder para actuar. (Hacer siempre la voluntad de Dios confiando en su respaldo)
Cuando esos aspectos son resueltos en nuestro corazón, cada vez hay mayor conocimiento del verdadero amor de Dios por nuestras vidas, y cada vez seremos más efectivos en el reino de los cielos.
Pero la clave, insisto… Siempre debemos confiar ciegamente en el amor de Dios!
Romanos 5.8–11 Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. 9Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira. 10Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida. 11Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en Dios por el Señor nuestro Jesucristo, por quien hemos recibido ahora la reconciliación.