EL NUEVO PACTO – 2 PARTE – INTRODUCCION

NUEVO PACTO

Parte 2

I. INTRODUCCIÓN

En la primera parte de nuestro estudio acerca del Nuevo Pacto, hemos visto como este Nuevo Pacto aunque así lo pareciera por ciertos pasajes, (Romanos 11.17) en realidad no es un remiendo a algo que ha fallado,(como el pueblo judío fallo entonces los gentiles fuimos involucrados) tampoco es un remiendo al viejo pacto, ya que este fue reemplazado por el Nuevo Pacto.
Una de las razones por las cuales el viejo pacto fue reemplazado, fue por su ineficacia para salvar a los creyentes, y por supuesto fue reemplazado por un pacto que no sólo si los puede salvar, sino que además nos da mejores promesas. La escritura dice así:

Hebreos 7.19 Pues la ley nunca perfeccionó nada, pero ahora confiamos en una mejor esperanza por la cual nos acercamos a Dios.
Hebreos 7.22 Por tanto, Jesús es hecho fiador de un mejor pacto.
Hebreos 7.25 por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos.

El defecto del viejo pacto, además de tener promesas inferiores como para un pueblo en tinieblas, no estaba en las condiciones del pacto ni en las bendiciones que recibirían si obedecía, el defecto o lo que no permitía que funcionará, era la incapacidad del hombre para cumplirlo. Es decir; este pacto tenía promesas que podían ser alcanzadas a plenitud si el hombre cumplía con su parte del pacto, pero ese precisamente era el problema, que el hombre no podía cumplir con su parte del pacto por su debilidad. El apóstol Pablo lo dice así:

Romanos 8.3–5 Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne; 4para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.

Aunque la ley daba la oportunidad de una vida extraordinaria para el hombre si cumplía la ley, esa misma ley al no cumplirla condenaba al hombre, y como es evidente que el hombre no la cumplía, podemos decir que estaba irremediablemente condenado. Pero Dios en su amor para salvarnos entrega a su hijo el cual viene como hombre, a cumplir la ley, pero a morir como pecador, para que su muerte nos justifique y de esa manera poder salvarnos.  Bajo el viejo pacto por causa del pecado y la debilidad del hombre el ministerio de los sacerdotes requería que ofrecieran continuamente sacrificios para cubrir el pecado. (Algo temporal) Sin embargo de Jesús dijo Juan el Bautista;

Juan 1.29 El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.

Y por eso dice en la carta a los hebreos:

Hebreos 8:6 al 7 Pero ahora tanto mejor ministerio es el suyo, cuanto es mediador de un mejor pacto, establecido sobre mejores promesas. 7Porque si aquel primero hubiera sido sin defecto, ciertamente no se hubiera procurado lugar para el segundo.

El ministerio de Jesús es superior porque puede quitar el pecado del hombre, lo hace gracias al Nuevo Pacto que tiene mejores promesas, que permiten que los creyentes si puedan cumplir con las exigencias de este Nuevo Pacto. Y por eso:

Hebreos 8:13 Al decir: Nuevo pacto, ha dado por viejo al primero; y lo que se da por viejo y se envejece, está próximo a desaparecer.

Recordemos que una de las razones por las cuales Dios le dio al pueblo el viejo pacto, era para que el hombre pudiera reconocer esa debilidad (o naturaleza pecaminosa) que le impedía cumplir con la exigencia de Dios, este incumplimiento debería llevar al hombre a reconocer que estaba completamente condenado, y en esta posición el hombre debería apreciar el ofrecimiento de la salvación a través de su salvador el Señor Jesucristo.  Dos errores cometen algunos creyentes en este tiempo; el primero de ellos es insistir en que el viejo pacto todavía está vigente tanto en sus promesas como en sus exigencias, aunque la verdad son más insistentes en exigir el cumplimiento de las promesas por parte de Dios, pero sin cumplir con las condiciones que estas promesas requieren. (Es igual a creer la palabra de Dios por partes, como si Dios en ciertas partes dijera la verdad y en otras mintiera.)   Sin embargo el apóstol Pablo es muy claro al decir que tomar este camino es en realidad rechazar a Jesucristo. Lo dice así:

Gálatas 5:4 al 6 De Cristo os desligasteis, los que por la ley os justificáis; de la gracia habéis caído. 5Pues nosotros por el Espíritu aguardamos por fe la esperanza de la justicia; 6porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale algo, ni la incircuncisión, sino la fe que obra por el amor.

Creer que la salvación depende del cumplimiento de la ley, o que la bendición que Dios depende de la obediencia a la ley, o que siendo salvos hay la obligación de cumplir la ley para mantener la salvación, es un rechazo a la gracia de Dios qué es lo único que puede salvarnos.  Por eso aclara; qué para los que están involucrados en el Nuevo Pacto, la clave no está en la circuncisión que representa el cumplimiento de la ley, ni en la incircuncisión que representa la desobediencia a la ley, si no en la fe, que nos lleva a cumplir el Nuevo Pacto por amor al Señor.  Además si alguien piensa que lo correcto es cumplir con la ley, la escritura le dice lo siguiente:

Gálatas 5.2–3 He aquí, yo Pablo os digo que si os circuncidáis, de nada os aprovechará Cristo. 3Y otra vez testifico a todo hombre que se circuncida, que está obligado a guardar toda la ley.

La circuncisión es considerado uno de los rituales para pertenecer al pueblo judío, por lo tanto lo que el apóstol en primer lugar está diciendo, es que; si algún llamado cristiano pretende volverse judío de nada le aprovechará Cristo.  Esto es igual a decir que si algún llamado cristiano adopta los rituales o la cultura judía está menospreciando a Jesucristo. (Aunque quienes lo hacen creen equivocadamente todo lo contrario)
Y además de esto testifica, que quien se circuncida en obediencia al mandato de la ley, tiene la obligación de guardar absolutamente toda la ley. Eso implica que debe guardar mandamientos como el siguiente:

Levítico 24.16 Y el que blasfemare el nombre de Jehová, ha de ser muerto; toda la congregación lo apedreará; así el extranjero como el natural, si blasfemare el Nombre, que muera.

Sino estoy mal hay cerca de 22 pecados capitales en la escritura, es decir pecados que debían ser castigados con la muerte, y debía hacerse de la siguiente manera:

Deuteronomio 17.6–7 Por dicho de dos o de tres testigos morirá el que hubiere de morir; no morirá por el dicho de un solo testigo. 7La mano de los testigos caerá primero sobre él para matarlo, y después la mano de todo el pueblo; así quitarás el mal de en medio de ti.

También en la ley de Moisés se daba permiso a los sacerdotes que comprar esclavos:

Levítico 22.11 Mas cuando el sacerdote comprare algún esclavo por dinero, éste podrá comer de ella, así como también el nacido en su casa podrá comer de su alimento.

O de tener varias mujeres, y a un de poder siendo cansado violar a una mujer virgen y hacerla su esposa.  Al ver esto es muy claro que quienes pretenden cumplir la ley de Moisés, ignoran que la ley fue dada para un pueblo en tinieblas, razón por la cual en la ley hay mandamientos con una exigencia muy inferior a la exigencia del Nuevo Pacto, pues el propósito era detener en parte la tremenda maldad de los hombres.
Esa es otra parte del engaño de los que creen que cumplir la ley los hace mejores, cuando en realidad no sólo no podrán cumplirla, sino que pretenden cumplir mandamientos que vistos bajo la luz del nuevo pacto resultan contradictorios.(Tener esclavos, varias esposas, etc.    El otro error es pensar que porque tengo a Cristo entonces debo devolverme al cumplimiento del viejo pacto, no como un método para salvarnos sino como una guía para nuestra vida, pero falla en reconocer no sólo que sus mandatos son inferiores a los del nuevo pacto, sino en que ese viejo pacto ha sido eliminado y reemplazado por el nuevo pacto. Y más grave aún, ya leímos, que quien pretende cumplir la ley de nada le aprovechara Cristo
El viejo pacto, que en cierto modo representa la vida en el esfuerzo de la carne, en cierto modo está vigente (Está próximo a desaparecer) para aquellos que no creen que son pecadores, y al no creer que necesitan un salvador por supuesto no lo aceptaran.  Para los judíos en la actualidad, el intento de cumplir la ley del viejo pacto debe llevarlos a reconocer la necesidad del Salvador.  Para los gentiles, vivir por el esfuerzo personal debe llevarlos a fracasar y a reconocer que necesitan un salvador.  Por eso contrario a pretender obtener la justificación por medio del cumplimiento de la ley, tenemos la oportunidad de recibir la justificación gracias a la fe, es por esto, que lo que vale no es cumplir la ley o no cumplirla, sido la verdadera fe en el amor de Dios por nosotros, pues esa fe es la que nos involucra a través del Nuevo Nacimiento en El Nuevo Pacto, y nos capacita par ser obedientes a la voluntad de Dios.
Es muy importante entender que aunque en el Nuevo Pacto la obediencia no puede faltar, la bendición de disfrutar de la gracia de Dios no viene por medio de la obediencia, sino por medio de la fe. Pero tampoco podemos olvidar que la falta de obediencia revela nuestra incredulidad, y esa incredulidad nos impide disfrutar de la bendición que ya hemos recibido. De esta manera, por la fe, lo que era imposible para la ley; ”bendecirnos” ahora sí es posible bajo el Nuevo Pacto, pero solo por medio de la fe en Jesucristo.

Hebreos 9:15 Así que, por eso es mediador de un nuevo pacto, para que interviniendo muerte para la remisión de las transgresiones que había bajo el primer pacto, los llamados reciban la promesa de la herencia eterna.

La herencia eterna, una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, las naciones y los confines de la tierra, y la oportunidad de tener las coronas que nos dan la autoridad para gobernar con Cristo, todo es posible bajo el Nuevo Pacto, gracias al nuevo nacimiento y a nuestra fe en el Señor Jesucristo.

II. ¿CUANDO COMENZÓ EL NUEVO PACTO?
Sin embargo y eso es lo que quiero resaltar, el Nuevo Pacto en realidad comenzó a ser anunciado inmediatamente después del pecado, cuando el Señor en su misericordia y por pura gracia hizo la siguiente aseveración a Satanás:

Génesis 3:15 Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.

Esta aseveración aparece mucho antes de la ley, y aún antes de Abrahán, y allí lo que en realidad se que está anunciando es la estrategia del Nuevo Pacto, donde el asunto no tiene que ver con nuestra capacidad sino con quienes somos realmente. El apóstol Pablo lo dice de la siguiente manera:

Gálatas 6.15 Porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale nada, ni la incircuncisión, sino una nueva creación.

Y esa nueva creación (El nuevo nacimiento) sólo es posible obtenerla a través de depositar la fe en el Señor Jesucristo como Señor y Salvador, el cual a través del nuevo nacimiento nos otorga esa simiente, (que es Cristo en nosotros la esperanza de gloria) que es capaz de vencer la simiente de satanás que esta en el mundo, y hacer posible la salvación de nuestra alma. (Una cosa es la justificación recibida y otra cosa es la salvación del alma)   La escritura lo dice así:

1 Pedro 1.22–23 Habiendo purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad, mediante el Espíritu, para el amor fraternal no fingido, amaos unos a otros entrañablemente, de corazón puro; 23siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre.

O sea que el anuncio del Nuevo Pacto es hecho inmediatamente después del pecado, mucho antes de Abraham y también mucho antes de la ley de Moisés, pero es a Abraham el primero con quien Dios hace este Nuevo Pacto, pues la escritura dice:

Gálatas 3:16 Ahora bien, a Abraham fueron hechas las promesas, y a su simiente. No dice: Y a las simientes, como si hablase de muchos, sino como de uno: Y a tu simiente, la cual es Cristo.

Ya hemos visto que hay promesas hechas Abraham, a la descendencia de Abraham en la carne, el pueblo judío, y a la simiente de Abrahán espiritual, que es en realidad Cristo y su simiente. (La Iglesia, su cuerpo, su pueblo, nación santa, la esposa del Cordero.)  El pasaje está diciendo que las promesas fueron hechas a Abraham y a Jesucristo y su descendencia, y aclara que no fuero hechas a la descendencia de Abraham en la carne, el pueblo de israel.   Al mirar el contexto de ese pasaje notamos que está hablando de las dos promesas más importantes que hombre alguno pueda recibir, que son; la justificación por fe y la promesa del Espíritu.   Un poco más atrás en esta carta el apóstol lo explica de la siguiente manera:

Gálatas 3.6–9 Así Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia. 7Sabed, por tanto, que los que son de fe, éstos son hijos de Abraham. 8Y la Escritura, previendo que Dios había de justificar por la fe a los gentiles, dio de antemano la buena nueva a Abraham, diciendo: En ti serán benditas todas las naciones. 9De modo que los de la fe son bendecidos con el creyente Abraham.

Abraham cree a Dios y es tenido por justo, al igual que todos los que creen en Jesucristo como su Señor y Salvador, y recibiendo el nacimiento espiritual son involucrados en el Nuevo Pacto.
Pero también dice que esto fue previsto desde el tiempo del pacto con Abraham, de tal manera que Dios le anunció que en el serían benditas todas las naciones. Esto quiere decir que el Nuevo Pacto fue planeado por Dios desde el inicio, lo cual lo hace el pacto más importante de todos.

III. ENTRE DIOS Y CRISTO
Es tan importante este pacto que en realidad, aunque parezca extraño, la escritura habla de este pacto como si Dios no hubiese hecho el pacto con Abraham, sino con Jesucristo. Dice así:

Gálatas 3:17 Esto, pues, digo: El pacto previamente ratificado por Dios para con Cristo, la ley que vino cuatrocientos treinta años después, no lo abroga, para invalidar la promesa.

El apóstol interpreta que el pacto hecho con Abraham y su simiente, es en realidad un pacto hecho por Dios con Cristo. Es decir Dios Padre eso un pacto con Jesucristo, a través del cual nosotros seríamos bendecidos, y podemos tener la certeza de esa bendición (el Nuevo Pacto) porque también podemos tener la absoluta certeza que Dios y Jesucristo cumplirán con lo pactado.

IV. PARA LA ETERNIDAD
También es muy importante tener claro respecto de este pacto, que es un pacto espiritual donde el verdadero objetivo es la eternidad, cómo podemos ver que también ocurrió con Abraham.

Hebreos 11:9 al 10 Por la fe habitó como extranjero en la tierra prometida como en tierra ajena, morando en tiendas con Isaac y Jacob, coherederos de la misma promesa; 10porque esperaba la ciudad que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es Dios.

No sabemos como, pues en la escritura sólo aparece lo que Dios considero necesario para nosotros, pero Abraham recibiendo la promesa de una tierra, vivió sobre esta tierra podíamos decir sin echar raíces (como extranjero o peregrino) porque tenía esperanzas de ir a vivir la eternidad en la Jerusalén celestial.  Abraham clamó por un hijo para una tierra que Dios le había dado como heredad, pero con el hijo vino la justificación que no esperaba recibir, y con la tierra, la promesa de vivir en la Jerusalén celestial.   Es por eso que al revisar las promesas del nuevo pacto, vemos que todas ellas en realidad tienen el propósito de prepararnos para la eternidad. Por supuesto esa misma preparación es la que nos permite vivir en este tiempo con la paz, el gozo y el poder que Dios da, pero el verdadero objetivo es la eternidad.
Y ese es el mismo objetivo que nos muestra escritura en aquellos que mucho antes de la ley le creyeron a Dios. Dice así:

Hebreos 11:13 al 16 Conforme a la fe murieron todos éstos sin haber recibido lo prometido, sino mirándolo de lejos, y creyéndolo, y saludándolo, y confesando que eran extranjeros y peregrinos sobre la tierra. 14Porque los que esto dicen, claramente dan a entender que buscan una patria; 15pues si hubiesen estado pensando en aquella de donde salieron, ciertamente tenían tiempo de volver. 16Pero anhelaban una mejor, esto es, celestial; por lo cual Dios no se avergüenza de llamarse Dios de ellos; porque les ha preparado una ciudad.

Cuando el texto menciona que conforme a la fe murieron todos estos, se refiere a los que viene mencionando que fueron: Abel, Enoc, Noé, Abraham, Isaac, Jacob, Sara, y dice que todos ellos confesaron que eran extranjeros y peregrinos y que todos ellos esperaban vivir en la Jerusalén celestial.  Cuando vemos todo esto, entendemos que el nuevo pacto en realidad es prácticamente el primer pacto pero mejorado. Mientras que el pacto de la ley fue un intermedio entre este primer pacto y el nuevo pacto, que fue dada al pueblo para que reconociera su pecado y pudiera acercarse a Jesucristo.

Romanos 3.20 ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él; porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado.
Gálatas 3.24–25 De manera que la ley ha sido nuestro ayo, para llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe. 25Pero venida la fe, ya no estamos bajo ayo,

Cuando se revela el nuevo pacto Y hemos creído en el ya no estamos bajo la ley!

V. REPASO
Ya hemos estudiado algunas promesas que Dios nos ha dado para cumplir ese objetivo en nosotros, estas promesas las hemos dividido en:

A. PROMESAS INCONDICIONALES YA CUMPLIDAS EN LOS HIJOS DE DIOS
Estas promesas se cumplieron al momento del Nacimiento Espiritual cuando fuimos involucrados en el Nuevo Pacto. Estas promesas determinan lo que ahora somos en Cristo, y nos habilitan para comenzar a vivir la vida cristiana.
1. La promesa del Espíritu

2. Nuevo nacimiento

3. Hijos de Dios

4. Perdón

5. Justificación

6. Redención

7. Cambio de reino

8. Reconciliación

9. Aceptación total

10. Corazón nuevo

11. Vida eterna

12. Comunión

13. Conocimiento de Dios

14. Ministros competentes del Nuevo Pacto

15. Linaje escogido

16. Real sacerdocio

17. Nación Santa

18. Pueblo de Dios

19. La iglesia

20. Su cuerpo

B. PROMESAS INCONDICIONALES QUE COMIENZAN A FUNCIONAR DESDE EL MOMENTO DE SER INVOLUCRADOS EN EL NUEVO PACTO
Las siguientes promesas nos proveen todo lo necesario para vivir bajo el Nuevo Pacto, pues son promesas que muestran lo que Dios hará de manera continua en nuestro favor, para que podamos vivir de manera victoriosa haciendo su voluntad en este tiempo.
1. Seguridad de salvación

2. Seguridad de que Dios no nos dejara practicar el pecado

3. Seguridad de que toda situación será para bendición del plan de Dios con nosotros

4. Seguridad de que Dios contestara nuestras oraciones que sean de acuerdo a su voluntad

5. Seguridad de que nada ni nadie nos podrá separar del amor de Dios

6. Seguridad de llenar nuestras necesidades espirituales

7. Seguridad de que siempre podemos salir victoriosos de la tentación

8. Seguridad de que la influencia de Satanás no nos podrá obligar a pecar

9. Seguridad de recibir la dirección de Dios para hacer su voluntad

Nos falta estudiar:
10. Seguridad de recibir disciplina de parte de Dios si es necesario

11. Seguridad de que nuestra fe será probada

12. Seguridad de recibir la provisión material que nos aproveche

13. Seguridad de que Dios trabajará hasta el final en la obra a realizar en nosotros

14. Seguridad de conocer las cosas que habrán de venir

C. PROMESAS CONDICIONALES DEL NUEVO PACTO.
Seremos tratados como tratamos a otros respecto de:
1. El juzgar

2. La generosidad

3. La honra a los padres

Seremos premiados con coronas y galardones dependiendo de:
1. El dominio del viejo hombre

2. La tentación soportada

3. El sufrimiento soportado por la obra

4. Almas ganadas para el Señor

5. Almas cuidadas

6. El anhelo de su venida

D. PROMESAS FUTURAS

1. Su regreso

2. Reinar con El

3. Una morada

4. Nunca más lloraremos

5. El castigo de los malos

6. Seremos honrados por Dios

7. La Esposa del Cordero

En la medida en que avanzamos en el estudio de las promesas que Dios ha hecho para que podamos funcionar de manera victoriosa en nuestro cristianismo, se vuelve algo complicado estudiar cada promesa de manera independiente, porque en realidad todas estas promesas funcionan como un todo, pues todas se complementan entre sí para darnos siempre lo que necesitamos para poder vivir de acuerdo a la voluntad de Dios.

Eso quiere decir que lo que hace efectiva una promesa es que hay otras promesas que al cumplirse se respaldan entre sí. Que es igual a decir que si alguna de las promesas faltara esto traeria vacíos que impedirían que también otras promesas se cumplan.

Después de este repaso respecto del Nuevo pacto, vamos a continuar estudiando las promesas que nos falta, de las cuales la siguiente es:

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