LA IMPORTANCIA DE LA AUTORIDAD – PARTE 4

LA IMPORTANCIA DE LA AUTORIDAD  4

 

I.  INTRODUCCIÓN

1º Reyes 14.10–12 por tanto, he aquí que yo traigo mal sobre la casa de Jeroboam, y destruiré de Jeroboam todo varón, así el siervo como el libre en Israel; y barreré la posteridad de la casa de Jeroboam como se barre el estiércol, hasta que sea acabada. 11El que muera de los de Jeroboam en la ciudad, lo comerán los perros, y el que muera en el campo, lo comerán las aves del cielo; porque Jehová lo ha dicho. 12Y tú levántate y vete a tu casa; y al poner tu pie en la ciudad, morirá el niño.

1º Reyes 14.17  Entonces la mujer de Jeroboam se levantó y se marchó, y vino a Tirsa; y entrando ella por el umbral de la casa, el niño murió.

 

Al recibir esa tremenda profecía de muerte de toda la decendencia, y donde los cadaveres serian comidos por los perros o los gallinazos, y al ver que la primera parte, que tiene que ver con la muerte del niño se cumplió al pie de la letra: ¿Tú qué harías en el lugar de ese hombre y su familia?

Sin embargo ellos menospreciaron las palabras del profeta de Dios, y siguieron viviendo igual… y nos cuenta la escritura que luego al morir Jeroboam, reinó su hijo Nadad…

1º Reyes 15.25–26  Nadab hijo de Jeroboam comenzó a reinar sobre Israel en el segundo año de Asa rey de Judá; y reinó sobre Israel dos años. 26E hizo lo malo ante los ojos de Jehová, andando en el camino de su padre, y en los pecados con que hizo pecar a Israel.

 

Siguio igual de pecador que su padre llevando al pueblo a pecar junto con el. ¿Y porque reinó solo dos años? Porque Baasa conspiró contra el…

1º Reyes 15.28–30  Lo mató, pues, Baasa en el tercer año de Asa rey de Judá, y reinó en lugar suyo. 29Y cuando él vino al reino, mató a toda la casa de Jeroboam, sin dejar alma viviente de los de Jeroboam, hasta raerla, conforme a la palabra que Jehová habló por su siervo Ahías silonita; 30por los pecados que Jeroboam había cometido, y con los cuales hizo pecar a Israel; y por su provocación con que provocó a enojo a Jehová Dios de Israel.

 

Como puede ser posible que los hombres siendo advertidos por los profetas de Dios, sean tan necios como para provocar el enojo de Dios…

¿Por qué los hombres actúan de esa manera tan absurda? La respuesta es: La incredulidad. El hombre no quiere creer las palabras de Dios, el hombre no quiere cambiar su camino, y como las palabra de Dios vienen a través de sus siervos, por supuesto los menosprecian al menospreciar sus palabras.

 

Luego bajo el Nuevo Pacto vemos que Dios cambia radicalmente la forma de actuar respecto de sus siervos encargados de comunicar su palabra, es decir; ya no vemos ese respaldo poderoso y milagroso de Dios protegiendo la vida de sus siervos,  pero eso no quiere decir que la autoridad de sus siervos, o que la voluntad de Dios expresada a través de sus siervos no sea importante, pues es tan importantes que la escritura dice:

Romanos 13.1–2  Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas. 2De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación para sí mismos.

 

La orden es para absolutamente todos, no hay excepciones… En segundo lugar esa sujeción no es a algunas autoridades sino a absolutamente todas, ya que todas por Dios han sido establecidas.

Y ojo, no hace ningún tipo de aclaración respecto de si la autoridad cumple o no con las cualidades de una buena autoridad, para que haya razón de estar sujetos a ellas, por lo tanto debemos entender que debemos sujeción a todas las autoridades, tanto a las que ejercen bien su responsabilidad como a las que lo hacen de mala manera.

 

Este principio parece absurdo pues pensamos que no debe haber sujeción a una mala autoridad, pero cuando entendemos la diferencia entre sujeción y obediencia el asunto es muy claro.

 

Siendo claro que debemos sujecion a toda autoridad, ojalá sea también muy claro que quien no se sujeta, quien se opone a la autoridad, en realidad está peleando contra Dios. En otras versiones dice:

 

Así que quien se opone a la autoridad, va en contra de lo que Dios ha ordenado.

Por lo tanto, cualquiera que se resista a las autoridades está resistiendo a lo que Dios ha instituido

Por lo tanto, cualquiera que se rebele contra la autoridad se rebela contra lo que Dios ha instituido,

De manera que el que resiste a la autoridad, resiste al decreto de Dios,

Asi que, el que se opone a la potestad, a la ordenación de Dios resiste:

 

Y el resultado de ir contra la autoridad será: acarrear condenación para sí mismos; ellos mismos ganan condenación para si; quien se oponga será castigado; los que resistan acarrean juicio para sí mismos; harán que juicio caiga sobre ellos.

No hay duda, no hay escapatoria; todo aquel que no se sujete a las autoridades está contra lo que Dios ha ordenado, a instituido, ha decretado y por lo tanto el juicio, el castigo y la condenación caerá sobre su propia vida.

Pensemos en lo siguiente: normalmente cuando una persona va contra la autoridad, la intención que él tiene al hacerlo es protegerse, es ganar algo, es no perder… Pero dice Dios que el resultado será todo lo contrario, que irremediablemente perderá atrayendo condenación, juicio, castigo, etc.

 

Tan importante es tener en cuenta este asunto para no ir en contra de Dios, que la escritura de manera particular dice a todos los cristianos:

Tito 3.1 Recuérdales que se sujeten a los gobernantes y autoridades, que obedezcan, que estén dispuestos a toda buena obra.

 

Está hablando de todo tipo de autoridad, no sólo de autoridades espirituales.

Tito 2.9–10  Exhorta a los siervos a que se sujeten a sus amos, que agraden en todo, que no sean respondones; 10no defraudando, sino mostrándose fieles en todo,

 

Agradando, no respondones, no robando, siendo fieles… Insisto no se refiere a los buenos amos porque también dice:

1 Pedro 2.18  Criados, estad sujetos con todo respeto a vuestros amos; no solamente a los buenos y afables, sino también a los difíciles de soportar.

 

La sujeción es una responsabilidad a cualquier edad por eso también dice:

1 Pedro 5.5 Igualmente, jóvenes, estad sujetos a los ancianos; y todos, sumisos unos a otros, revestíos de humildad; porque: Dios resiste a los soberbios, Y da gracia a los humildes.

 

Debe haber sujeción, humildad, sumisión y nada de soberbia, orgullo o altivez…

Y por supuesto en la relación básica de la humanidad y la sociedad, el matrimonio, allí también debe haber sujeción:

1 Pedro 3.1–3  Asimismo vosotras, mujeres, estad sujetas a vuestros maridos; para que también los que no creen a la palabra, sean ganados sin palabra por la conducta de sus esposas, 2considerando vuestra conducta casta y respetuosa.

 

Notemos que está sujeción que trae bendiciones a nuestras vidas, también hace que la palabra de Dios sea más efectiva como testimonio a los incrédulos. Y vuelve y dice:

Tito 2.5  a ser prudentes, castas, cuidadosas de su casa, buenas, sujetas a sus maridos, para que la palabra de Dios no sea blasfemada.

 

No ser sujeto a la autoridad de Dios hace que la palabra de Dios sea blasfemada…

Efesios 5.22–24 Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor; 23porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador. 24Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo.

 

La sujeción a las autoridades debe ser como la sujeción al Señor. Eso quiere decir que la actitud de sujecion que tendríamos si estuviéramos parados frente al Señor, debe ser la misma actitud de sujecion que tengamos frente a sus autoridades… Frente a su padre, a su madre, frente a su esposo, frente a los profesores o los gobernamtes, etc.

¿Es así la sujecion que tenemos a nuestras autoridades, como la tendríamos si estuvieramos frente al Dios todopoderoso?

Revisando el viejo pacto preguntábamos: ¿Si usted fuera la esposa de Elías, lo trataría como trata usted a su marido?…

Y si bajo el Nuevo Pacto Dios pide que nuestra sujeción a las autoridades sea igual a nuestra sujeción a él, al Señor…  ¿Se imagina cuánto respaldo hay de Dios en esas autoridades?  ¿Y entendiendo ese respaldo se imagina lo grave que es ir contra esas autoridades?

 

Y entonces la pregunta es: ¿Queremos vivir de acuerdo al propósito de Dios para nuestras vidas? ¿Queremos ser salvos y además trasformados para alcanzar la estatura del Señor Jesucristo? O ¿Queremos vivir en condenación atrayendo juicio contra nosotros y perjudicando la obra de Dios en nuestra vida?

Ahora sí nos preguntamos:  ¿Que es la condenación?

 

Creo que la definición más importante de condenación es; la ausencia de Dios. La escritura dice:

2 Tesalonicenses 1.8–9 para dar retribución a los que no conocieron a Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo; 9los cuales sufrirán pena de eterna perdición, excluidos de la presencia del Señor y de la gloria de su poder

 

Ese es el destino final de los condenados, pero antes de que sean condenados, esta condenación que es la ausencia de Dios produce en los hombres el siguiente daño:

Romanos 1.28–31  Y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen; 29estando atestados de toda injusticia, fornicación, perversidad, avaricia, maldad; llenos de envidia, homicidios, contiendas, engaños y malignidades; 30murmuradores, detractores, aborrecedores de Dios, injuriosos, soberbios, altivos, inventores de males, desobedientes a los padres, 31necios, desleales, sin afecto natural, implacables, sin misericordia…

 

Vivir en condenación produce en el hombre la corrupción de su alma, todos los pecados habidos y por haber y aún como dice el pasaje los inventores de males, todos son producidos por la ausencia de Dios..

O sea que la condenación por un lado es ser excluido de la presencia de Dios, eternamente para aquellos que mueren en condenación, y por otro lado una corrupción que trae un muy poquito grado de placer, para luego experimentar un sufrimiento indescriptible.

 

Es por eso que la escritura dice de Moisés:

Hebreos 11.25–26 escogiendo antes ser maltratado con el pueblo de Dios, que gozar de los deleites temporales del pecado, 26teniendo por mayores riquezas el vituperio de Cristo que los tesoros de los egipcios; porque tenía puesta la mirada en el galardón.

 

Ese sufrimiento producido por haber gozado de los deleites del pecado, lo podemos comenzar experimental mientras estamos en la tierra; Cuantas veces los hombres se arrepienten de las malas decisiones, y lo hacen cuando están experimentando las consecuencias de esas malas decisiones.

Pero lo que los hombres experimenten de dolor en la tierra será poca cosa comparado con el sufrimiento que experimentarán si mueren en condenación, pues terminarán en el infierno.

 

Pero: ¿Que es el infierno? La descripción que la escritura nos hace el infierno es:

Marcos 9.43–44 Si tu mano te fuere ocasión de caer, córtala; mejor te es entrar en la vida manco, que teniendo dos manos ir al infierno, al fuego que no puede ser apagado, 44donde el gusano de ellos no muere, y el fuego nunca se apaga.  

 

Apocalipsis 14.9–11 Si alguno adora a la bestia y a su imagen, y recibe la marca en su frente o en su mano, 10él también beberá del vino de la ira de Dios, que ha sido vaciado puro en el cáliz de su ira; y será atormentado con fuego y azufre delante de los santos ángeles y del Cordero; 11y el humo de su tormento sube por los siglos de los siglos. Y no tienen reposo de día ni de noche los que adoran a la bestia y a su imagen, ni nadie que reciba la marca de su nombre.

 

2 Pedro 2.17  Estos son fuentes sin agua, y nubes empujadas por la tormenta; para los cuales la más densa oscuridad está reservada para siempre.

 

Lucas 16.28–29  porque tengo cinco hermanos, para que les testifique, a fin de que no vengan ellos también a este lugar de tormento.

 

O sea que el infierno es un lugar de tormentos, donde los condenados estarán expuestos a un fuego que no puede ser apagado, a un gusano que no mueren, y serán atormentados eternamente con fuego y azufre, sin reposo, ni de día ni de noche, en la más densa oscuridad…

Pero esa es la parte podríamos decir de castigo físico en el infierno, porque además de eso hay otro tipo de sufrimiento que es todavía más espantoso.

Ya vimos que vivir en condenación nos lleva a cometer toda una serie de pecados que nos dan un deleite temporal, pero luego nos hacen sufrir…

 

La escritura describe proféticamente el sufrimiento de Satanás de la siguiente manera:

Ezequiel 28.18 Con la multitud de tus maldades y con la iniquidad de tus contrataciones profanaste tu santuario; yo, pues, saqué fuego de en medio de ti, el cual te consumió

 

Según esta descripción, creo no equivocarme al decir que así como el castigo de Satanás fue infringido con el fuego que estaba adentro de el,  de la misma manera los hombres en el infierno sufrirán producto de los pecados que hay en su corazón, es decir su propia maldad será lo que los hará sufrir.

La envidia, la codicia, la ambición, la rabia, la tristeza, la amargura, el rencor, el odio, las quejas, la  venganza…  No hay maldad en Dios, por lo tanto el dejará que la maldad de los hombres sea lo que los consuma eternamente sin reposo y sin ningún tipo de esperanza.

Notemos que mientras estamos en la tierra sucede la misma manera, lo único que nos hace sufrir a los hombres es nuestro propio pecado, nuestra condenación…

Y la única forma de salir de allí es convertirse en un verdadero hijo de Dios, y vivir la vida cristiana sujetos al Señor, y quien se sujeta al Señor, por supuesto que estará sujeto a sus autoridades.

 

Si volvemos a leer:

Romanos 13.1–2  Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas. 2De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación para sí mismos.

 

La pregunta es: ¿Quieres que Dios trasforme tu vida sacando tus pecados para que puedas vivir feliz en la tierra e inmensamente feliz por toda la eternidad… O quieres seguir viviendo en condenación y atrayendo cada vez más condenación?

¿De que dependerá? Solo de si vives la vida cristiana en sujeción o en rebeldía.

 

 

EL PROBLEMA ES EL PECADO

Este mismo texto nos permite entender algo que hemos estado enseñando durante muchos años, pero que parece que es algo muy difícil de creer.

Según este texto y otros muchos de la escritura, la verdad respecto del sufrimiento, es que sufrimos solamente por causa de nuestros pecados.

Si no nos sujetamos a Dios, lo cual evidentemente es pecado, atraeremos condenación que significa sufrimiento.

Sin embargo el gran engaño es pensar que sufrimos por los pecados de los demás o por causa de las circunstancias difíciles que están a nuestro alrededor, y eso no es cierto. La pura verdad es que sólo sufrimos por nuestros pecados, por nuestra forma equivocada de reaccionar ante las cosas que suceden a nuestro alrededor.

 

Cuando el cristiano logra salir de este terrible engaño y entiende que no sufre por lo que le sucede, sino por su forma equivocada de reaccionar, es decir por su pecado… entonces para no sufrir más se hace el propósito de obedecer a Dios.

 

Eso está muy bien, el problema es que, al igual que ocurre con la obediencia en el mundo, lo que a los hombres les importa es que les obedezcan… Sin poner mucha atención a la actitud.

Pregunto: ¿Cuántas veces obedecimos de mala gana a nuestros Padres? Y aunque algunos pocos se ocupan de la actitud de sus hijos, la mayoría después de un tiempo de lucha se cansan, y terminan pensando que para evitar tanto conflicto, lo importante es que al menos haga caso.

 

Esto por supuesto es mucho más común en el trabajo, donde al empleado le importa un pepino la actitud de su jefe, regañón, gruñón, esclavista, pero el empleado se lo aguanta porque él lo que quiere es que le cumplan con su sueldo, y donde al jefe tampoco le importa lo que está pensando su empleado, con tal que trabaje y no le ponga muchos problemas.

Por eso es que la gente trabaja al ojo en la mayoría de las empresas, cometiendo el pecado de ver sólo lo que está adelanto de sus ojos e ignorando por completo al invisible.

Pero esa forma de hacer las cosas impregna toda nuestra vida, y termina aplicándose también al matrimonio, donde el hombre o la mujer ya desilusionados del comportamiento de su cónyuge, pues simplemente siguen allí, pero no con esa pasión, esa entrega, amor y cariño que debería haber en el hogar. (Que sí había al comienzo de su relación)

 

Y entonces se dedican a cumplir, el provee, ella administra, se turnan para cuidar los hijos, sexualmente sólo cumplen si les da la gana, y cuando son cristianos y entienden que no puede negarse, llegan a cumplir porque toca, pero no con la actitud correcta.

Todo este engaño es el que hace que muchos cuando comienzan a obedecer a Dios, lo hagan también con mala actitud, como si lo único importante fuera hacer o dejar de hacer.

En el mundo cuando se obedece con mala actitud, aunque las cosas parecieran estar bien en el fondo sabe uno qué hay resentimientos, amarguras, críticas, el menosprecio y muchas cosas más que no ayudan a que vivamos mejor.

 

El problema es que con Dios cuando le obedecemos con mala actitud, el resultado es que no somos liberados de nuestros pecados.

Y obedecer con mala actitud a Dios, no es otra cosa que obedecer sin sujeción.

 

 

¿LA NECESIDAD DE LA SUJECIÓN?

Es importante entender que cuando se trata de sujetarse y obedecer a Dios y a las autoridades, la escritura usa precisamente esas dos palabras diciendo:

Hebreos 13:17  Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos; porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta; para que lo hagan con alegría, y no quejándose, porque esto no os es provechoso.

 

La palabra obediencia y la palabra “sujeción” tienen en nuestra relación con las diferentes autoridades íntima relación, pero su significado es completamente diferente.

La palabra obedecer denota una acción de acuerdo a la instrucción que ha sido dada. Muévase, no se mueva, hable, no hable, camine, no camine, etc.

Mientras que la palabra sujeción está hablando de una actitud que los cristianos en primer lugar debemos tener para con Dios.

La obediencia es una acción, la sujeción es una actitud, y las actitudes están íntimamente relacionadas con la manera de pensar.

Eso quiere decir; que la sujeción que es una actitud que a Dios agrada, es el resultado de poder ver y entender la verdad que Dios ha comunicado, mientras que la rebeldía es el resultado de creer en las mentiras que satanás ha enseñado al mundo.

Esto es igual a decir que la sujecion es el resultado de poder entender y creer en el Evangelio mientras que la rebeldía es el resultado de no entender el Evangelio, de no entender el plan de salvación para nosotros.

Ya lo he dicho varias veces: Cuando no hay sujeción no hay bendición, aunque haya obediencia si no hay sujeción no habrá bendición.

Esta es la razón por la cual muchas mujeres han obedecido durante muchos años a sus maridos pero no han sido bendecidas por Dios, porque no están obedeciendo sujetas a Dios.

Ahora; es mucho más fácil la obediencia que la sujeción, porque usted puede obedecer lo que se le está ordenando con la peor de las actitudes, con la rebeldía más tenaz, hasta con odio usted puede obedecer.

 

Pero para sujetarse a Dios y como consecuencia a las autoridades dentro de las cuales está a su marido, usted necesita conocer a Dios, confiar en su amor, su sabiduría, su poder, su conocimiento, etc.

¿Quiere decir esto que para sujetarse a Dios y como consecuencia al marido debe pasar mucho tiempo de conocimiento y tratos de Dios?

 

No. Aunque el conocimiento y los tratos de Dios nos hacen cada vez más fácil sujetarnos a Dios, la sujeción a Dios es prácticamente un asunto de fe en la grandeza y las buenas intenciones de Dios para con nosotros. Dice la escritura:

1 Pedro 3: 5.  Pues así también se ataviaban en otro tiempo aquellas santas mujeres que esperaban en Dios estando sujetas a sus maridos, como Sara obedecía a Abraham, llamándolo señor. De ella habéis venido vosotras a ser hijas, si hacéis el bien sin temer ninguna amenaza.

 

La clave cuando se está obedeciendo, y esta obediencia está acompañada de sujeción, es que al obedecer sujetos estemos esperando en Dios, y solo en Dios.

Siempre que una esposa obedezca a su marido, con una actitud de sujeción porque espera la bendición de Dios, ciertamente esa esposa será bendecida por Dios.

Siendo esto así: ¿Qué pasa cuando una mujer le hace caso a su marido y esperando que su marido cambie? ¿Qué pasa cuando un empleado le hace caso a su jefe esperando que su jefe cambie? ¿Qué pasa con tu marido le hace caso a Dios, y trata a su mujer como Dios  le dice esperando que su mujer cambie?

Cuando eso hacemos, cuando obedecemos lo que Dios ha ordenado pero no esperando de Dios, sino esperando de los hombres, nos vamos a perder la recompensa.

 

Y ojo es posible que su marido cambie pero igual usted se perderá la recompensa, o es posible que su jefe cambie pero usted se perderá la recompensa, y su mujer también puede cambiar pero usted se perderá la recompensa.

Usted puede pensar; pero si mi marido cambió!! OK tu marido cambió pero tu corazón no. Y aunque su marido haya cambiado al pasar el tiempo, usted no estará satisfecha con el, y querrá más y más y más, porque la carne nunca se sacia y entonces nunca será verdaderamente feliz.

 

Esto que estoy diciendo lo dijo Jesús así:

Mateo 6.1–2 Guardaos de hacer vuestra justicia delante de los hombres, para ser vistos de ellos; de otra manera no tendréis recompensa de vuestro Padre que está en los cielos.2Cuando, pues, des limosna, no hagas tocar trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser alabados por los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa.

 

No tener recompensa significa que no hizo nada que traiga bendición a su vida. Y cuando dice que ya tiene su recompensa quiere decir que lo único que recibieron provino de los hombres.

Pasaré continua diciendo:

Mateo 6.3–4 Mas cuando tú des limosna, no sepa tu izquierda lo que hace tu derecha, 4para que sea tu limosna en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.

 

Eso quiere decir que si usted le hace caso a su marido, pero en lo secreto está esperando que Dios cambie su corazón, que Dios saque los pecados que hay en su corazón que no le permiten ser una buena esposa, entonces Dios que ve lo secreto trasformará tu corazón… Y así tu marido no cambie tú podrás vivir verdaderamente feliz y además creciendo de gloria en gloria.

Ya he dicho que la sujeción es una actitud que viene como resultado de entender y creer el evangelio, la sujeción es el resultado de pensar como Dios piensa, la sujeción tiene que ver con entender lo que Dios quiera  hacer en nuestra vida, lo cual nos lleva a obedecer esperando que suceda eso que Dios quiere hacer.

Piénselo bien; si usted viene a la iglesia con mala actitud, lo cual quiere decir no considerando estas reuniones como algo muy importante para su vida, no apreciando verdaderamente la palabra de Dios, no queriendo renovar su mente, no repasando luego las enseñanzas, no obedeciéndolas, es decir olvidándose de lo que recibió, sí es que recibió algo….  ¿Esa asistencia a la iglesia le traerá bendición?

No. Hay personas que llevan años en la iglesia y hasta empeoran. ¿Por qué, porque la iglesia no sirve? Bueno ciertamente hay iglesias que no sirven, pero si asistimos a la iglesia con mala actitud por buena que la  iglesia sea, no progresaremos, y peor aún el corazón se pondrá cada vez más duro.

 

Hay muchas cosas que los cristianos están haciendo, que entienden que Dios les pide hacer, pero lo hacen con mala actitud, es decir no pensando de ello lo mismo que Dios piensa, y esto no traerá buenos resultados, por eso la escritura también dice:

Gálatas 3:21  ¿Luego la ley es contraria a las promesas de Dios? En ninguna manera; porque si la ley dada pudiera vivificar, la justicia fuera verdaderamente por la ley.

 

Sí cumplir los mandamientos pudiera dar vida virtual, si guardar los mandamientos pudiera cambiar el corazón de los hombres, entonces no haría falta Jesucristo ni el Nuevo Pacto.

¿Pero quiere decir esto entonces que la obediencia no sirve o que los mandamientos que Dios dio no sirven para nada?

Para responder hay que aclarar: la obediencia con mala actitud no sirve, mientras que, la obediencia con buena actitud, trasforma nuestro corazón.

Y eso lo que quiere decir es, que si vamos a obedecer hagámoslo bien, no sea que pasando el tiempo después de tanta obediencia, al no ver resultados se endurezca nuestro corazón y entonces comenzaremos a desobedecer, a asistir menos a la iglesia, a leer menos las escrituras, a orar menos, y luego las cosas irán empeorando.

 

 

¿QUÉ ES LA SUJECIÓN?

Ya he mencionado que la sujeción es una actitud, y que está actitud es del resultado de pensar como Dios piensa.  Cuando pienso en la palabra sujeción pienso en estar sujeto a algo, y ese algo por supuesto tiene que ser Dios. Del señor Jesucristo dice la palabra:

Hebreos 1.3 el cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder,

 

Dice que es el resplandor de la gloria de Dios, la imagen de la sustancia de Dios y quien sustenta o sujeta toda las cosas… Y por lo tanto podemos decir que no hay absolutamente nadie que pueda salirse, evadir o librarse del poder de Dios que lo sujeta, que hace funcionar cada órgano de su cuerpo que le permite tener vida…

Es decir no es posible para el hombre deshacerse o separarse del poder de Dios que lo sujeta físicamente.

Pero el hombre, cuando en el paraíso no le creyó a Dios, dejó de estar sujeto a él espiritualmente, para sujetarse espiritualmente a Satanás.

Cuando no hay sujeción a Dios entonces hay sujeción a Satanás y esa es otra de las razones por las cuales sin sujeción a Dios no puede haber bendición.

El diablo a través del engaño y la mentira a llevarlo al hombre a pensar de una manera equivocada que lo lleva a no estar sujeto a Dios.

Cuando nosotros nacemos espiritualmente volvemos a estar unidos espiritualmente con Dios, el problema es que falta renovar nuestra manera de pensar para poder obedecerle con verdadera sujeción y recibir así su bendición.

Ahora hay tres cosas básicas que satanás ha corrompido en la mente de los hombres para que éstos no estén sujetos a Dios.

 

En primer lugar ha llevado a los hombres a pensar que Dios no existe…  Y en los que no ha logrado llevarlos hasta ese nivel, al menos ha logrado que ellos tengan una mala imagen de Dios.

Por supuesto para lograr esto ha tenido que corromper una cantidad de verdades de Dios como por ejemplo su soberanía, su santidad, su amor y muchas cosas más, mientras que también ha convencido a los hombres de otra cantidad de mentiras como por ejemplo que no son pecadores, y que ellos pueden por sí solos con la vida, que no habrá un juicio, ni infierno… etc.

Para lograr esto otra de las grandes proezas de satanás ha sido corromper la interpretación de la escritura, de tal manera que los hombres teniendo la verdad a su alcance ya no tienen ni idea de cuál es la verdad.

Y entonces unos dicen que se debe hacer tal cosa y otros que todo lo contrario y el hombre está perdido porque dijo que satanás corrompiera la forma de interpretar la escritura.

Y lo tercero que ha hecho satanás es corromper a las autoridades de tal manera que los hombres cada vez tengan una actitud más rebelde hacia las autoridades.

Malos padres, a las madres, malos jefes, malos gobernantes, malos jueces, etc. Y el pensamiento natural de los hombres es como voy a estar obedeciendo a esta parranda de ladrones y gente que se aprovecha de la posición que tiene..

Pero esas son precisamente tres cosas básicas que tenemos que cambiar en nuestra manera de pensar para poder estar sujetos a Dios.

 

Necesitamos cambiar nuestra imagen de Dios. La escritura dice:

Hebreos 11.6 Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.

 

Necesitamos a través de la escritura poder entender cuál es verdaderamente su voluntad.

Mateo 7.21 No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos

 

Y necesitamos reconocerá toda autoridad como de parte de Dios para vivir en sujeción a ellas:

Romanos 13.1–2  Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas. 2De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación para sí mismos.

 

 

 

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