DAME HIJO MIO TU CORAZÓN – PARTE 5

DAME HIJO MIO TU CORAZÓN – PARTE 5

En el estudio anterior, estuvimos hablando por un lado de la necesidad de entregarle nuestro corazón a Dios, porque de eso depende el proceso de salvación y como consecuencia nuestra vida en la tierra. Pero también estuvimos mencionando la dificultad de hacerlo de una manera genuina, es decir aunque parezca redundante; de la dificultad de entregar el corazón de todo corazón.

Esta expresión, ”De todo corazón” La usa el Señor cuando enseña algo supremamente importante a acerca del perdón, y lo hace a través de una parábola donde cuenta como un hombre al que le había sido perdonada una gran deuda, no fue capaz de perdonar a alguien que le debía muy poco, razón por la cual el señor enojado mando que le entregaran a los verdugos hasta qué pagara todo lo que debía…

Y luego de mostrar las malas consecuencias de no perdonar, el Señor Jesús dice:

Mateo 18.35 Así también mi Padre celestial hará con vosotros si no perdonáis de todo corazón cada uno a su hermano sus ofensas.

Según esto, no podemos pensar que estamos haciendo la voluntad de Dios, cuando perdonamos sólo de labios para afuera, ni tampoco podemos pensar que estamos haciendo la voluntad de Dios cuando perdonamos porque toca, ni siquiera cuando decimos que perdonamos por obediencia al Señor, porque la palabra de Dios es muy clara y exige que sea de todo corazón.

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