En un mundo problemático a más no poder aparecen muchos salvadores exponiendo la enfermedad y la cura para este mundo atribulado. Filósofos, psicólogos, psiquiatras, humanistas, y hasta los políticos pretenden dar solución a la problemática del hombre… pero todo todo lo que estos proponen a la final no trae verdaderos buenos resultados… Pues las cosas siguen empeorando cada vez más.
Y lo cierto a este respecto aunque los hombres ni lo entiende ni lo creen, es que todas las soluciones que los hombres pretenden dar, las dan ignorando el verdadero problema, y mientras esto siga sucediendo es imposible que se pueda dar una solución que realmente funcione.
Contrario a todos ellos, el Señor Jesús si describió la problemática del hombre de una forma tan certera y tan sencilla, que los hombres no la quieren aceptar, pues para aceptarla hay que reconocer que el problema está en el corazón, y que es el hombre el que tiene que cambiar.
Esto es muy difícil para los hombres pues están acostumbrados y se sienten muy bien culpando a los demás por las cosas que están mal, aún por las que no logran hacer… No estudie porque no me apoyaron, no me funciona el negocio por qué no me respaldaron, no so soy buen marido porque mi mujer… no soy buena mujer porque mi marido… no soy buen cristiano porque la iglesia… etc.
Por eso cuando Jesús enseñó que el problema no estaba afuera, que no eran los romanos, que no era la situación económica, que no eran las demás personas sino que el problema estaba en el corazón de cada hombre… Y más aún cuando comenzó a respaldar sus palabras con poderosos milagros, la única opción que tuvieron era decir que los milagros los hacía por el poder de Satanás, porque no querían ni quieren aceptar el problema está adentro y no afuera.
Eso es casi como decir que el hombre quiere que los problemas se solucionen sin que el tenga que cambiar, sin cambiar su manera de pensar ni de actuar… es decir el hombre espera que sus problemas se solucione porque todos a su alrededor cambien de tal manera que el pueda vivir bien.
Pero lo que no sabe, es que es aúnque las cosas a su alrededor cambiaran, el problema seguiría porque el problema está en el corazón del hombre. Es por esta razón que la escritura dice:
Proverbios 4.23 Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; Porque de él mana la vida.
La vida de cada hombre depende exclusivamente de lo que hay guardado en su corazón. Por eso podemos decir sin temor a equivocarnos, que después de Dios, lo más importante es nuestro corazón.