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VIVE DIOS EN CUYA PRESENCIA ESTOY – PARTE 2

I. INTRODUCCIÓN

Cuando revisamos los tratos de Dios a nuestra vida o a la vida de cualquier hombre, éstos tratos que son una combinación entre lo que nos pide hacer y lo que sucede a nuestro alrededor, podemos ver que el objetivo más importante de ellos es enseñarnos que Dios tiene que estar siempre en el primer lugar, por qué ese es el principal y más importante de todos los mandamientos. Cuando Jesús le preguntaron acerca de esto respondió:

Marcos 12:29–30 Jesús le respondió: El primer mandamiento de todos es: Oye, Israel; el Señor nuestro Dios, el Señor uno es. 30Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento.

Cuándo cumplimos con este mandamiento el resultado en nuestra vida es que lo único que nos importará será hacer la voluntad de Dios. Y eso trae muchísimos beneficios temporales y eternos, y además nos permitirá vivir con un gozo y una paz inquebrantables que sobrepasa todo entendimiento.

Son muchísimos los beneficios de cumplir con esto, y es por eso que los tratos que recibimos de parte de Dios todos apuntan en esa dirección… Para que aprendamos a confiar lo suficiente en El, para que sólo queramos hacer su voluntad.

¿Pero qué pasa si en medio de esos tratos no entendemos o no queremos vivir haciendo la voluntad de Dios? Pues lo que va a ocurrir es que todas esas cosas que Dios organice para enseñarnos la importancia de creerle y hacer su voluntad, se van a volver algo muy complicado en nuestras vidas.

Por qué cuando no confiamos lo suficiente en Dios, cada vez que Dios no haga las cosas como nosotros queremos, entonces estaremos en conflicto con Dios, conflicto que puede ser desde un simple pero destructivo desánimo, siguiendo con las quejas, y llegando hasta la rebeldía más obstinada.

Y podemos complicar más nuestra vida si comenzamos a justificar nuestra mala actitud diciendo cosas como que es lo que queremos es lo más justo, es lo más necesario, es lo que merecemos, por lo tanto si Dios no nos complace entonces está mostrando su desamor por nosotros…  Y diremos otras muchas cosas tontas, pero todo se resume en que queremos que Dios haga lo que nosotros queremos.

Esa mala actitud que a muchos parece muy normal, como ya mencioné es el resultado de no creerle a Dios, de no creer en su amor, no creer en su soberanía, no creer en su justicia. Porque eso es lo que en realidad estamos haciendo cuando insistimos en vivir nuestro plan, que es 1.000 veces inferior al plan que Dios tiene para cada uno de nosotros.

Pero hay algo más, y es que éste mismo deseo de que todo sea como nosotros queremos, es lo que hace que no queramos aceptar las autoridades que Dios ha colocado sobre nosotros, cuándo es éstas no nos complacen. 

Y por eso podemos ver como el pueblo de Israel en el desierto, no queriendo relacionarse más con Dios a través de Moisés, pidió que fuera Dios directamente quién hablara con ellos. … Pero aterrorizados por la presencia de Dios, nuevamente aceptaron recibir la dirección de Dios a través de Moisés.

Es muy importante tener en cuenta que Moisés si estaba comunicando el verdadero mensaje de Dios. Tan cierto es esto, que cuándo sus hermanos pensaron que ellos también podían comunicar el mensaje de Dios, y por eso criticaron a Moisés, Dios los reprendió y les dijo:

Números 12:6–8 Y él les dijo: Oíd ahora mis palabras. Cuando haya entre vosotros profeta de Jehová, le apareceré en visión, en sueños hablaré con él. 7No así a mi siervo Moisés, que es fiel en toda mi casa. 8Cara a cara hablaré con él, y claramente, y no por figuras; y verá la apariencia de Jehová. ¿Por qué, pues, no tuvisteis temor de hablar contra mi siervo Moisés?

El resultado de las críticas fue que María terminó llena de lepra… lo cual hizo que el pueblo reconociera el respaldo de Dios en la vida de Moisés.

Sin embargo pasó el tiempo y cuando Moisés no hizo como el pueblo quería, decidieron construir un becerro de oro para reemplazar con él al Dios verdadero, aunque luego le dieron la gloria al Dios verdadero lo cual era absurdo, pues estaban haciendo algo prohibido por Dios. (Como el ladrón que se echa la bendición antes del atraco)

Pero cómo vimos la semana pasada Aaron se dejó influenciar por ellos y construyó el becerro de oro… y respecto de esto hay una pregunta que nos podemos hacer que muy importante y es: ¿Qué tan grave es dejarse convencer de los hombres para apartarse de Dios? 

Para entender la gravedad de esto veamos lo que Dios hizo a través de Moisés, después de destruir el becerro, molerlo, hacerlo polvo y echarlo al agua para que el pueblo lo bebiera…

Éxodo 32:25–26 Y viendo Moisés que el pueblo estaba desenfrenado, porque Aarón lo había permitido, para vergüenza entre sus enemigos, 26se puso Moisés a la puerta del campamento, y dijo: ¿Quién está por Jehová? Júntese conmigo. Y se juntaron con él todos los hijos de Leví. 

Al hacer el llamado para estar con Dios sólo los hijos de Levy se juntaron, el resto del pueblo no lo hizo. Luego de eso le dijo a los hijos de Levy a los que querían vivir en la presencia de Dios…

Éxodo 32:27-29 Y él les dijo: Así ha dicho Jehová, el Dios de Israel: Poned cada uno su espada sobre su muslo; pasad y volved de puerta a puerta por el campamento, y matad cada uno a su hermano, y a su amigo, y a su pariente. 28Y los hijos de Leví lo hicieron conforme al dicho de Moisés; y cayeron del pueblo en aquel día como tres mil hombres. 29Entonces Moisés dijo: Hoy os habéis consagrado a Jehová, pues cada uno se ha consagrado en su hijo y en su hermano, para que él dé bendición hoy sobre vosotros. 

Cada uno de los que quería estar en la presencia de Dios tuvo que matar a sus hermanos parientes y amigos que no querían estar en la presencia de Dios.

Éste hecho que seguramente nos parece aterrador, salvaje o inhumano, si lo entendemos bien nos va mostrar la suprema importancia de querer estar con Dios… Y para entenderlo debemos preguntarnos quiénes fueron esos 3.000 hombres que murieron.

Pues no fueron los que construyeron del becerro porque entonces Aaron ha debido ser el primero en morir. Los que murieron tampoco fueron todos aquellos que no aceptaron el desafío de vivir en la presencia de Dios.

Los que murieron fueron todos aquellos que conocían a los que si querían vivir en la presencia de Dios, pero que no tomaron la misma decisión. Por ejemplo si de una familia alguien dijo que quería servir a Dios pero el resto de su familia no se dispuso, ese personaje tuvo que matar al resto de su familia que no quería vivir en la presencia de Dios. 

Insisto en que esto suena muy pero muy fuerte porque la gente no entiende la importancia de vivir en la presencia de Dios.

¿Y por qué murieron? Murieron porque aquellos que si querían vivir en la presencia de Dios, debían deshacerse de todos los familiares, los amigos y los conocidos que no querían vivir en la presencia de Dios, para que luego esos conocidos y familiares no los tentaran a no vivir en la presencia de Dios.

El asunto es muy fuerte pero muy simple. Un extraño no me puede convencer de apartarme de Dios pero las personas que amamos, los padres, los hijos, los familiares, los amigos, los compañeros de trabajo… esos si pueden tentarnos a dejar de vivir en la presencia de Dios. Y por eso cuando estos hombres mataron a estos conocidos Moisés dijo que se habían consagrado para que Dios diera bendición sobre sus vidas.

La pregunta para nosotros es: ¿Es tan importante para nosotros vivir haciendo la voluntad de Dios que somos capaces de separarnos de aquellas personas que nos jalan en otra dirección? O ¿Las amistades y los familiares son tan importantes para nosotros que Dios queda en un segundo lugar, o en un tercero, o en el último lugar?

El apóstol Pablo fue muy claro respecto de esto cuando dijo:

Gálatas 1:10 Pues, ¿busco ahora el favor de los hombres, o el de Dios? ¿O trato de agradar a los hombres? Pues si todavía agradara a los hombres, no sería siervo de Cristo.

¿Es tan importante para nosotros recibir el favor de los hombres que somos capaces de alejarnos de Dios por agradarle a ellos?

Volviendo al pueblo de Israel vemos que después de entrar a la tierra prometida Dios colocó un hombre para gobernarlo, un sacerdote. ¿Pero qué hizo el pueblo de Israel con este gobernante escogido por Dios? La escritura nos cuenta:

1 Samuel 8:4 al 5  Entonces todos los ancianos de Israel se juntaron, y vinieron a Ramá para ver a Samuel, 5y le dijeron: He aquí tú has envejecido, y tus hijos no andan en tus caminos; por tanto, constitúyenos ahora un rey que nos juzgue, como tienen todas las naciones.

Según los ancianos de Israel, había razones válidas para destituir al que Dios había colocado, y elegir ellos un rey como tenían todas las naciones, naciones que no conocían a Dios. La verdad es que equivocadamente Samuel se sintió desechado, y digo equivocadamente porque a quien realmente estaban desechando era a Dios. Samuel ora y Dios le responde:

1 Samuel 8:8 Conforme a todas las obras que han hecho desde el día que los saqué de Egipto hasta hoy, dejándome a mí y sirviendo a dioses ajenos, así hacen también contigo.

Notemos que la petición de ellos no era que querían servir a los ídolos… La petición era que querían un gobernante escogido por ellos, como lo tenían todas las naciones. Sin embargo Dios que todo lo sabe, le dice a Samuel que la verdadera razón es que ellos quieren servir a Dioses ajenos. Es decir no quieren vivir en la presencia de Dios.

Así como los hombres esquivan el ser gobernados por la autoridad de Dios, prefiriendo ser gobernados por hombres escogidos por ellos, que tengan las mismas malas inclinaciones que ellos, lo cual les permitirá hacer su voluntad, también los hombres rechazan oír el verdadero evangelio, y por eso buscan quien les predique lo que ellos quieren oír… Todo está enfocado a hacer lo que nosotros queremos ignorando a Dios. Por esta causa las palabras de Pablo a Timoteo fueron:

2 Timoteo 4:2–5 que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina. 3Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, 4y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas. 5Pero tú sé sobrio en todo, soporta las aflicciones, haz obra de evangelista, cumple tu ministerio.

No siendo correcto que el pueblo pida un rey, de todos modos Dios le dice a Samuel que haga como ellos quieren… pero: ¿Por qué Dios hace algo como esto? La respuesta es por la dureza de nuestro corazón, que al no creer en lo que Dios nos dice, Dios nos deja vivir lo que no es correcto para que con el tiempo entendamos a través de los malos resultados que Dios tenía razón.

1 Samuel 8:9  Ahora, pues, oye su voz; mas protesta solemnemente contra ellos, y muéstrales cómo les tratará el rey que reinará sobre ellos. 

Y efectivamente les habló con claridad sobre las consecuencias de que un rey gobernará sobre ellos:

1 Samuel 8:11 al 18  Dijo, pues: Así hará el rey que reinará sobre vosotros: tomará vuestros hijos, y los pondrá en sus carros y en su gente de a caballo, para que corran delante de su carro;… Tomará también a vuestras hijas para que sean perfumadoras, cocineras y amasadoras. …Asimismo tomará lo mejor de vuestras tierras, de vuestras viñas y de vuestros olivares, y los dará a sus siervos. 15Diezmará vuestro grano y vuestras viñas, para dar a sus oficiales y a sus siervos….. Y clamaréis aquel día a causa de vuestro rey que os habréis elegido, mas Jehová no os responderá en aquel día.

No es esa acaso la triste historia de los pueblos sobre la tierra, no están hastiados los pueblos de los gobernantes que tienen. Y habiendo sido advertidos; ¿Servirá clamar por esos gobernantes?

Y si nos preguntamos: ¿Por qué si clamamos a Dios por gobernantes justos estos no llegan? Y la respuesta es porque Dios tiene una solución muchísimo mejor. Y esa solución es andar en la presencia de Dios, porque cuando eso ocurre, cuando Dios ocupa el primer lugar no importa lo que ocurra a nuestro alrededor, todo Dios lo convertirá en bendición para nuestra vida.

Esto también es muy difícil de entender para el que no tiene fe. Y esa fue la razón por la cual Jesús fue rechazado, por decir y hacer un claro énfasis en que el problema del hombre es su pecado, no el pecado del vecino, ni la situación política o social.

Es por eso que los que no le creen a Dios, insisten en que necesitan rodearse de buenas cosas para poder vivir verdaderamente felices. Pero ignoran que el verdadero problema está en su corazón y no en el exterior. Y por eso aún cuando se relacionan con Dios el enfásis en sus oraciones, es que Dios cambie las situaciones en lugar de que Dios cambie sus corazónes para que puedan vivir de manera continua en la presencia de Dios.

La confirmación de esto que estoy diciendo la podemos ver en varios pasajes de la escritura como por ejemplo:

Lucas 20:25  Entonces les dijo: Pues dad a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios. 

Esa fue la respuesta de Jesús ante la pregunta qué le hicieron, acerca de si debían obedecer o no a las autoridades opresoras de ese tiempo, y suena como que Jesús está respaldando ese gobierno abusador. Luego cuando un hombre le clama al Señor porque su hermano no quiere repartir la herencia el Señor le contestó: 

Lucas 12:14  Mas él le dijo: Hombre, ¿quién me ha puesto sobre vosotros como juez o partidor?

Con esta respuesta este hombre debió haber entendido, si es que entendió, que debía buscar para ese problema un juez, pero además que tenía un serio problema de avaricia, que se hizo evidente cuando fue a buscar al Señor Jesús para que le ayudara con el asunto financiero, habiendo cosas tan, pero tan importantes que podía recibir de Dios.

Luego vemos en la escritura que aquellos hombres cristianos que clamaron porque su salario estaba siendo robado por los ricos, y la respuesta que recibieron fue:

Santiago 5:7 al 8  Por tanto, hermanos, tened paciencia hasta la venida del Señor. Mirad cómo el labrador espera el precioso fruto de la tierra, aguardando con paciencia hasta que reciba la lluvia temprana y la tardía. 8Tened también vosotros paciencia, y afirmad vuestros corazones; porque la venida del Señor se acerca. 

La respuesta da a entender que la situación económica no va a mejorar, sin embargo son exhortados a tener paciencia y a afirmar su corazón, que en otras palabras es decidir creer con más fuerza o determinación en las promesas de Dios… Para así poder vivir en la presencia de Dios.

¿Por qué esta clase de respuestas ante lo que parece una necesidad importante? Porque en realidad lo que todo hombre necesita es vivir en la presencia de Dios. Cuando eso sucede todo lo demás se soluciona de acuerdo al plan perfecto de Dios, que trae bendición que permanece para siempre.

Y si alguien se está preguntando que porque la escritura dice que debemos orar por quienes nos gobiernan, es importante que entendamos que el énfasis del pasaje es que Dios quiere que todos conozcan al Señor. Es decir la oración no es para que los hijos del diablo que están en autoridad gobiernen bien sino para que se conviertan al Señor.

Sin embargo cuando vemos el panorama profético, lo que él nos anuncia es que los hombres que no son de Dios serán los que seguirán gobernaran construyendo sus becerros de oro, quitando todo tipo de derechos, explotando, esclavizando y asesinando a los hombres hasta que el anticristo venga y tome el control, y exija la adoración de todos hacia el. Y quien no lo haga no podrá ni comprar ni vender, ni trabajar, ni ir a sitios públicos, porque al no tener la marca de la bestia serán perseguidos y asesinados. 

Satanás quiere ser adorado y usará a los gobernantes del mundo para cumplir su propósito. Y los hombres por no perder su trabajo y su sustento estarán dispuestos a perder su libertad y se doblegarán ante el gobierno… A no ser que vivan en la presencia de Dios.

Sin embargo también es cierto que sobre la tierra existe a través de la iglesia el gobierno espiritual de Dios.  Por esta razón encontramos que la escritura dice: 

Hebreos 13:17 Obedezcan a sus líderes espirituales y hagan lo que ellos dicen. Su tarea es cuidar el alma de ustedes y tienen que rendir cuentas a Dios. Denles motivos para que la hagan con alegría y no con dolor. Esto último ciertamente no los beneficiará a ustedes.

El asunto suena muy sencillo. El pasaje dice que si usted le obedece a su líder espiritual, le va a facilitar la tarea de cuidar su alma, por la cual el tendrá que dar cuentas a Dios… Si usted le respeta y le hace caso, él hará su trabajo con alegría y no con dolor, porque si hace sufrir a su líder espiritual por causa de su necedad y desobediencia, eso a usted no le va a beneficiar.

Resumiendo podemos decir que Dios está gobernando a través de todo tipo de autoridades que él ha delegado, pero de una manera especial para cuidar nuestras almas a Delgado su autoridad en la iglesia, en los pastores, en los líderes espirituales.

Desafortunadamente respecto de estas dos clases de autoridad podemos ver que la percepción de los hombres es similar. La gente cada vez está más convencida que los gobernantes, los políticos están abusando, están robando, se están aprovechando de su posición para quitar la libertad, empobrecer y asesinar al pueblo, mientras ellos se enriquecen quedando prácticamente impunes de todos sus delitos. (Por supuesto no todos los políticos o gobernantes son así… sólo la gran mayoría)

Pero también la gente en general tiene una pésima imagen de los pastores, llegando a pensar que la mayoría de los pastores son mentirosos, ladrones, abusadores, hasta violadores, etc.

Y entonces la pregunta de muchos es: ¿Cómo espera Dios que nosotros le hagamos caso a los pastores siendo lo que son?

Para responder esta pregunta hay varias cosas muy importantes que debemos tener en cuenta. La primera es: ¿Son todos los pastores iguales de malos? Y la respuesta es no. No todos los pastores son malos, así como no todos los feligreses son rebeldes y desagradecidos. Aunque si hay muchos pastores y muchos feligreses muy malos.

Y como esa es la realidad, por supuesto Dios no está esperando que nosotros creamos que todos los pastores o todos los feligreses son unos santos. Por eso Dios en su palabra nos advierte con claridad acerca de los malos pastores. Uno de esos pasajes que corresponde a nuestro tiempo dice:

2 Pedro 2:1  al 3 Pero hubo también falsos profetas entre el pueblo, como habrá entre vosotros falsos maestros, que introducirán encubiertamente herejías destructoras, y aun negarán al Señor que los rescató, atrayendo sobre sí mismos destrucción repentina. 2Y muchos seguirán sus disoluciones, por causa de los cuales el camino de la verdad será blasfemado, 3y por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas. Sobre los tales ya de largo tiempo la condenación no se tarda, y su perdición no se duerme.

Siendo esta una realidad innegable confirmada por la palabra de Dios. La siguiente pregunta es: ¿Es mi pastor, es mi iglesia, una iglesia de Dios dirigida por unos hombres qué hacen y enseñan de manera correcta cuál es la voluntad de Dios?

Esta pregunta es importantísimo resolverla, porque Dios nos ordena salir de aquellas iglesias donde las enseñanzas no son las correctas y la avaricia es el centro del mensaje. Dice así:

1 Timoteo 6:3–5 Si alguno enseña otra cosa, y no se conforma a las sanas palabras de nuestro Señor Jesucristo, y a la doctrina que es conforme a la piedad, 4está envanecido, nada sabe, y delira acerca de cuestiones y contiendas de palabras, de las cuales nacen envidias, pleitos, blasfemias, malas sospechas, 5disputas necias de hombres corruptos de entendimiento y privados de la verdad, que toman la piedad como fuente de ganancia; apártate de los tales.

Por supuesto esto no es muy fácil de discernir para aquel que está comenzando la vida cristiana, pues su falta de conocimiento en la palabra de Dios no le permite juzgar adecuadamente la iglesia en la que está, o los a los pastores que la dirigen…

Yo estuve en cierta organización donde en cierta época comenzaron hacer énfasis en este versículo:

2 Crónicas 20:20  Creed en Jehová vuestro Dios, y estaréis seguros; creed a sus profetas, y seréis prosperados. 

Y por supuesto al leer el pasaje vemos que la obediencia del pueblo al profeta les dio victoria total sobre los enemigos. Y entonces me decían: “Créale a su pastor, la voz de su líder es la voz de Dios, siga sus instrucciones y será bendecido.” 

Y cómo consecuencia de hacer caso a los ungidos, al pasar el tiempo termine vendiendo tíquets para Israel, motivando a la gente a votar por un candidato cristiano que resultó torcido, haciendo desfiles de moda y entrenando las chicas de la iglesia como modelos para ganar gente, vendiendo acciones de una empresa radial, y llevando la gente por montones a encuentros y retiros espirituales porque aunque se hablaba del beneficio espiritual de todas estas cosas, en verdad lo importante para ellos era el dinero que se producía…. Y por eso quien no lograba reunir en su iglesia el dinero que se le pedía, era sacado de Pastor.

Y entonces Dios comenzó a decirme: “No hagas todo lo que te están diciendo, tus pastores también se equivocan”  Y cuando oía la voz de Dios diciéndome eso, yo pensaba que era el diablo y entonces reprendía a Satanás porque estaba metiendo rebeldía en mi corazón… Y así estuve un poco de tiempo hasta que Dios me llevó al siguiente pasaje:

Jeremías 23:16 al 17 Así ha dicho Jehová de los ejércitos: No escuchéis las palabras de los profetas que os profetizan; os alimentan con vanas esperanzas; hablan visión de su propio corazón, no de la boca de Jehová. 17Dicen atrevidamente a los que me irritan: Jehová dijo: Paz tendréis; y a cualquiera que anda tras la obstinación de su corazón, dicen: No vendrá mal sobre vosotros. 

O sea que en ciertas ocasiones Dios decía al pueblo que escuchara a sus profetas, pero había otras ocasiones en que Dios decía que no debían escucharlos.

La razón es que algunos profetas si estaban comunicando el verdadero mensaje de Dios, mientras que había otros profetas que comunicaban lo que los hombres querían oír, asi fuera en contra de lo ordenado por Dios.

Pues resulta que hoy cerca de 2.500 años después la situación sigue siendo la misma, Y por eso antes de obedecer a nuestros pastores debemos asegurarnos que si están comunicando el mensaje de Dios, y no lo que a ellos se les ocurrió, no la visión de su propio corazón, sino la verdadera visión de Dios de lo que es la auténtica vida cristiana.

Este asunto es supremamente delicado. Y creo que desafortunadamente la actitud de muchos creyentes es la de ignorar la suprema importancia de este asunto. En algunos casos porque todavía no han entendido la importancia de vivir haciendo la voluntad de Dios, y en otros porque les han enseñado que si llegan a juzgar a su iglesia o a su pastor les caerá una maldición… 

Sin embargo contrario a lo que muchos creyentes enseñan, la escritura nos ordena que debemos juzgar, pero que debemos hacerlo bien, para la cual son necesarias dos cosas supremamente importantes que son; el conocimiento de la escritura y una buena actitud en el corazón. 

¿Qué significa que debemos juzgar bien? Déjenme darles algunos ejemplos.

Supongamos que el pastor que tu tienes sea de Dios y hable de acuerdo a lo que Dios le ha mandado, pero por tú deseo de seguir con tu idolo en tu pecado, al ser confrontado terminas diciendo que no es un hombre de Dios, que la iglesia tampoco es una iglesia de Dios.

Pero también puede ocurrir que el Pastor hable palabras que no vengan de Dios, y como ellas te motivan a la codicia y al amor al mundo, hallen tal cabida en tu corazón que tú digas que ese si es un hombre de Dios, y que el mensaje que está dando es el mensaje que Dios quiere dar.

La pregunta es: ¿Cómo hacer para no caer en ninguno de estos gravísimos terrores que nos impedirán vivir en la presencia de Dios?

En primer lugar debemos tener en cuenta la promesa dada por Jesús acerca del Espíritu Santo.

Juan 16:13 Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir.

El Espíritu Santo es el único que puede mostrarnos la verdad acerca de la iglesia y de la doctrina que en ella se enseña… Pero también la escritura dice:

Efesios 4:30 Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención.

Eso ocurre cuando el Espíritu Santo nos está guiando a la verdad, y nosotros de manera obstinada no la queremos aceptar. Entonces Dios usa una prédica, luego usa a un hermano en la fe, luego usa hasta a un incrédulo y en nuestra obstinación rechazamos todo tipo de mensaje respecto de esa verdad… El resultado final…

1 Tesalonicenses 5:19 No apaguéis al Espíritu.

Terminamos apagando al Espíritu, qué similar a endurecer nuestro corazón por nuestra falta de disposición a hacer la voluntad de Dios. Por eso es que algunos que llevan tiempo asistiendo a la iglesia, aunque de manera continua escuchan el mensaje que muestra su pecado, de codicia, de falta de perdón, de rebeldía, de falta de misericordia, de falta de amor, etc. Es como si no oyeran nada y además creen que andan super espirituales.

Déjeme insistir que no se trata de inteligencia, tampoco del conocimiento de las escrituras aunque obviamente es necesario conocerlas, se trata de disposición a vivir en la presencia de Dios. Esto es muy claro en el siguiente pasaje de la escritura:

Juan 7:12–14 Y había gran murmullo acerca de él entre la multitud, pues unos decían: Es bueno; pero otros decían: No, sino que engaña al pueblo. 13Pero ninguno hablaba abiertamente de él, por miedo a los judíos. 14Mas a la mitad de la fiesta subió Jesús al templo, y enseñaba. Mas a la mitad de la fiesta subió Jesús al templo, y enseñaba. 15Y se maravillaban los judíos, diciendo: ¿Cómo sabe éste letras, sin haber estudiado? 16Jesús les respondió y dijo: Mi doctrina no es mía, sino de aquel que me envió. 17El que quiera hacer la voluntad de Dios, conocerá si la doctrina es de Dios, o si yo hablo por mi propia cuenta.

Unos decían que engañaba el pueblo, otros decían que estaba diciendo la verdad. Jesús no se puso a discutir con ellos, porque en esos casos no importa cuántos versículos se le pueda mostrar una persona, si una persona no está dispuesta no va a reconocer la verdad aunque esté frente a sus narices.

Y es por eso que Jesús dijo; que el que realmente quiera hacer la voluntad de Dios podrá saber si la iglesia, si la doctrina, si el pastor es un hombre de Dios o si no lo es.

A mí esto me parece espectacular, porque no importan las artimañas o la astucia de alguien que nos quiera engañar, si queremos hacer la voluntad de Dios, el Espíritu Santo nos mostrará el engaño. 

Igualmente aunque alguien no sea muy sabio en explicar cuál es la voluntad de Dios, si estamos dispuestos, el Espíritu Santo nos confirmará lo correcto de su enseñanza.

Esto nos lleva a una verdad supremamente importante y es qué: Quién no vive en la presencia de Dios, es porque no le da la gana, no porque no pueda.

Preguntémonos: ¿Vivimos situaciones complicadas que nunca se arreglan? ¿Vivimos con conflictos que nunca se solucionan? ¿Esperamos cambios a nuestro alrededor y estos nunca suceden? Si eso es lo que está sucediendo en nuestra vida y no logramos tener gozo y paz, es porque no estamos viviendo en la presencia de Dios.

Porque frente a todas estas diferentes situaciones la solución es la misma, vivir en la presencia de Dios.

Pero aunque ya lo mencioné, hay otro asunto que es muy importante que nos quede claro para poder vivir en la presencia de Dios. Y es que debemos discernir correctamente si la autoridad y lo qué nos está enseñando proviene o no proviene de Dios.

Si no discernimos correctamente es porque no tenemos una actitud adecuada, y entonces el resultado es que si tenemos una mala autoridad, vamos a terminar viviendo de acuerdo a las visiones y planes que a esta autoridad se le ocurran, porque ella dira que vienen de parte de Dios. (Muchos han sido obedientes a este tipo de visiones, estrategias o iluminación y no han sacado ningún buen fruto espiritual.)

Pero si rechazamos estas autoridades entonces según la escritura estamos en rebeldía rechazando supuestamente a Dios. Es decir podemos pensar que estamos: “Entre la espada y la pared”

Y ciertamente cuando la gente ve sólo estas dos opciones, termina pensando que para estar bien con Dios tiene que aceptar ese liderazgo abusivo y depredador, porque si no lo hace por su rebeldía quedará expuesto a la maldición de Dios. 

Pero cuando una persona comienza a vivir con este planteamiento en su cabeza, el resultado final será algo completamente opuesto a lo que Dios desea. ¿Por qué? Porque vivir pensando de esta manera va a producir uno de estos dos resultados:

La persona acepta al pie de la letra este liderazgo y con el tiempo termina siendo un peor líder que su predecesor. ¿De dónde saco esta idea? De la escritura:

Mateo 23:15  ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque recorréis mar y tierra para hacer un prosélito, y una vez hecho, le hacéis dos veces más hijo del infierno que vosotros.

Si usted piensa bien lo que dice este pasaje, entenderá él porque de la descomposición tan rápida de la iglesia. Pues lo que allí plantea es que cada generación será el doble de mala, el doble de torcida, el doble de abusadora, el doble de engañadora, etc.

Cuando ya creo que he perdido la capacidad de asombrarme por lo que veo que en algunas iglesias se hace y se enseña, aparecen con algo tan espantoso que nuevamente me asombra la capacidad para torcer las escrituras. Y ojo ellos no se dan cuenta que van camino del infierno, ellos creen que están supremamente bien y que los demás no logran alcanzar la sabiduría obtenida por ellos.

El otro posible resultado de aquel que vive bajo un liderazgo abusivo pensando que Dios le obliga a obedecerlo, es que al final termina pensando mal de Dios. Su íntimo pensamiento será:

¿Cómo se le ocurre a Dios nombrar a semejantes líderes para su iglesia? Y el resultado, sí es una persona sensata es que se alejara de la iglesia, y aun de la escritura, ya que ella ha sido el instrumento para mantenerlo oprimido. (Discípulo asustado de la Biblia)

Creo que no son muchos los que se salvan de una de estas dos malas consecuencias, que tratan de mantener su relación con Dios de acuerdo a su conciencia, hasta que Dios los lleva a una iglesia que verdaderamente está dirigida por Dios.

Pero estos malos resultados de vivir bajo un liderazgo humano no sólo ocurren en la iglesia, en el matrimonio sucede igual. Cuando a una mujer se le enseña que debe obediencia a su marido y éste no es un hombre de Dios que abusa de la autoridad, ella también termina pensando: ¿Cómo se le ocurre a Dios darme un marido tan espantoso para que yo tenga que obedecerle?

¿Qué opción tiene un hombre y una mujer de un matrimonio donde alguno de los dos no vive en la presencia de Dios, razón por la cual el matrimonio se vuelve algo agotador? La escritura dice:

1 Corintios 7:10 al 11 Pero a los que están unidos en matrimonio, mando, no yo, sino el Señor: Que la mujer no se separe del marido; 11y si se separa, quédese sin casar, o reconcíliese con su marido; y que el marido no abandone a su mujer.

Cuando nos encontramos alguna pareja en esta situación, lo primero en lo que insistimos es en que pegados del Señor busquen que su matrimonio funcione. Es decir que vivan en la presencia de Dios pues al hacerle caso su matrimonio funcionara.

Pero cuando alguno de los dos definitivamente no quiere vivir en la presencia de Dios, el matrimonio pueden volverse algo tan agotador, tan desgastante, tan frustrante. Que la recomendación es sepárese. Por supuesto con la limitación de no volverse a casar.

Y es que no vivir en la presencia de Dios embrutece tanto, que hay maridos y hay esposas que no entienden lo endemoniado de su comportamiento, sólo hasta que el cónyuge está haciendo la maleta, y entonces cuando tratan de restaurar su matrimonio, ya la otra persona no quiere y comienza a portarse como el primero se porto.

Este daño producido por ser una autoridad que no vive en la presencia de Dios, o por ser un siervo que no vive en la presencia de Dios, afecta dañando terriblemente todo tipo de relaciones de autoridad. No sólo la iglesia y los matrimonios, también los hijos, el trabajo, y el mundo en general.

¿Cómo se resuelve todo este asunto? Bueno es en lo que estoy insistiendo desde la semana pasada; viviendo en la presencia de Dios.

Pero: ¿Cuál es la definición de vivir en la presencia de Dios? Pues vivir en la presencia de Dios no sólo obedecer lo que la escritura nos manda a obedecer. ¿Por qué? Por qué podemos encontrar mujeres, hijos, siervos o esclavos que obedecen con una mala actitud en su corazón, y también podemos encontrar que hay mujeres e hijos que obedecen a sus autoridades mandatos que van en contra de Dios, justificándose en que la escritura dice que hay que obedecer a la autoridad. Y en ambos casos esto acarreará malas consecuencias…. 

Siendo esto así: ¿Qué es entonces lo que debemos añadir a nuestra obediencia para vivir realmente en la presencia de Dios? El siguiente pasaje nos puede ayudar a entenderlo.

1 Pedro 3:1–4  Asimismo vosotras, mujeres, estad sujetas a vuestros maridos; para que también los que no creen a la palabra, sean ganados sin palabra por la conducta de sus esposas, 2considerando vuestra conducta casta y respetuosa. 3Vuestro atavío no sea el externo de peinados ostentosos, de adornos de oro o de vestidos lujosos, 4sino el interno, el del corazón, en el incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios. 

Por favor nunca olviden que hay una gran diferencia entre sujetarse y obedecer. La sujeción es una actitud del corazón que nunca debe faltar. La obediencia depende de si lo que nuestra autoridad nos está mandando es de acuerdo o no a la voluntad de Dios.

La escritura dice que cuando una mujer se sujeta eso hace que los maridos se conviertan al Señor. No todos, pero obviamente cuando hay sucesión en la mujer, el mensaje de Dios es transmitido con más fuerza por los hechos. Y por eso dice que pueden ser ganados sin tener que hablarles.

Dice también que la verdadera belleza de la mujer no depende de lo de afuera, sino del corazón que debe ser adornado con un espíritu afable y apacible, y que eso a los ojos de Dios es de gran estima.

Ser afable significa agradable, apacible y cordial en el trato… Ser apacible es estar quieto, firme y en paz. Un espíritu apacible es todo lo contrario a una persona ansiosa, angustiada o afanada.

Notemos que Dios pide esta clase de trato aún para los maridos que son incrédulos. Y por lo tanto podemos aplicarlo a las autoridades que no son creyentes. 

¿Cuántas mujeres hermosas hay aquí que tienen esa belleza incorruptible pues su espíritu o actitud con su marido o con sus padres es de suavidad y tranquilidad? (Pero ojo, no sólo cuando están dormidas) Por lo tanto le tratan como enseña la escritura, como si estuvieran relacionándose con el Señor.

O más bien debería preguntar: ¿Cómo obtiene una mujer, y cualquiera que está bajo autoridad, esa belleza incorruptible de un espíritu agradable, apacible, cordial en el trato, firme y en paz…

¿Cómo lograr que esa sea nuestra actitud aún en medio de una relación conflictiva con alguien que es nuestra autoridad pero qué no es creyente, o que es creyente pero que no está haciendo las cosas bien delante de Dios? El pasaje continúa diciendo:

1 Pedro 3:5–7 Porque así también se ataviaban en otro tiempo aquellas santas mujeres que esperaban en Dios, estando sujetas a sus maridos; 6como Sara obedecía a Abraham, llamándole señor; de la cual vosotras habéis venido a ser hijas, si hacéis el bien, sin temer ninguna amenaza. 

La clave está en: Estar sujeta a su marido pero esperando en Dios. Este mismo principio se aplica a toda relación de autoridad. Debemos estar sujetos a las autoridades pero esperando en Dios.

Cuando una mujer está sujeta a su marido, esperando de su marido, se le sale el diablo. Y con esto quiero decir que si su marido es buena gente se aprovechara de él. La escritura describe esta situación así:

Eclesiastés 7:26  Y he hallado más amarga que la muerte a la mujer cuyo corazón es lazos y redes, y sus manos ligaduras. El que agrada a Dios escapará de ella; mas el pecador quedará en ella preso. 

Y si el marido es mala gente, o se convierte en tan mala clase como su marido, o lo abandona por qué no lo soporta. ¿Qué es lo que puede evitar todos estos desenlaces tan destructivos y dolorosos?

Solo aprender a vivir en la presencia de Dios, y para vivir en la presencia de Dios, debemos confiar lo suficiente para poder vivir dependiendo de Dios, esperando de Dios. 

Piénselo por un momento; Cuando usted obedece a las diferentes autoridades que Dios ha colocado sobre su vida… ¿Usted está esperando de Dios o está esperando de la autoridad?

Si usted está esperando de Dios usted está viviendo en la presencia de Dios. Si usted está esperando de su autoridad, se volvió una persona religiosa y ha caído bajo el gobierno de los hombres. El apóstol Pablo hablando de este tema escribió:

Gálatas 1:10  Pues, ¿busco ahora el favor de los hombres, o el de Dios? ¿O trato de agradar a los hombres? Pues si todavía agradara a los hombres, no sería siervo de Cristo.

¿Y qué es lo que debemos esperar de Dios que hará que tengamos una buena actitud?

Pues debemos esperar de Dios lo que Dios ha prometido darnos, eso tiene relación con las promesas del Nuevo Pacto que son espectaculares, estas incluyen un sin número de cosas donde están incluidas la provisión, la protección, fortaleza, dirección, y una maravillosa eternidad. s. Y al no vivir en la presencia de Dios no disfrutan de este cristianismo maravilloso.

 

¿Sabías qué?

La iglesia es una entidad sin ánimo de lucro, por esta razón para funcionar dependemos primeramente de Dios, y de las ofrendas, donaciones o contribuciones que sus miembros, amigos o simpatizantes quieran hacer, lo cual, si Dios lo coloca en tu corazón puedes hacer a través de las siguientes opciones.

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