EL NUEVO PACTO – SEGURIDAD DE QUE TODA SITUACIÓN SERÁ PARA BENDICIÓN – PARTE 9

Gracias a la justificación por fe y a la promesa del Espíritu hemos obtenido la salvación, y esa salvación asegura Dios, jamás la vamos a perder. Y una de las muchas razones que nos aseguran esto, es la promesa de que Dios no nos dejara practicar el pecado...

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EL NUEVO PACTO

 

C. SEGURIDAD DE QUE TODA SITUACIÓN SERÁ PARA BENDICIÓN 

Gracias a la justificación por fe y a la promesa del Espíritu hemos obtenido la salvación, y esa salvación asegura Dios, jamás la vamos a perder. Y una de las muchas razones que nos aseguran esto, es la promesa de que Dios no nos dejara practicar el pecado.  La promesa de que no nos dejara practicar el pecado, como ya hemos visto nos asegura que podemos vivir haciendo la voluntad de Dios que es uno de los elementos necesarios para que el propósito de Dios de formar a su hijo en cada uno de nosotros se cumpla.  Pero hay otro ingrediente necesario para que el propósito de Dios pueda cumplirse en nosotros, y este elemento es, la soberania de Dios, a través de la cual controla absolutamente todo lo que sucede a nuestro alrededor.  Es decir por un lado está la responsabilidad moral del hombre de hacer la voluntad de Dios, (el mal llamado libre albedrío) responsabilidad que podemos cumplir gracias a las promesas del nuevo pacto, pero el otro elemento necesario para que Dios cumpla su obra en nosotros tiene que ver con el tratamiento que nosotros necesitamos para que Dios cambie nuestras creencias, nuestro corazón, y ese tratamiento nos es dado a través de las cosas que suceden a nuestro alrededor.  Cuando vimos la seguridad de salvación aclaramos, que esa seguridad no aplica a las cosas materiales, ni a los familiares, ni a nuestra salud o a nuestra vida, porque contrario a estar exentos de cualquier calamidad, vimos que a quien camina en la voluntad de Dios pueden venirle todas estas cosas, pero en lo que respecta a nuestra vida espiritual que afecta el alma, la protección es absoluta, razón por la cual el Señor Jesús dijo:

Mateo   10:27   al   28     Lo   que   os   digo   en   tinieblas,   decidlo   en   la   luz;   y   lo   que   oís   al   oído,   proclamadlo   desde   las   azoteas.   28Y    no   temáis   a   los   que   matan   el   cuerpo,   mas   el   alma   no   pueden   matar;   temed   más   bien   a   aquel   que   puede   destruir   el    alma   y   el   cuerpo   en   el   infierno.  

La gente del mundo debería tener temor pues en su incredulidad practican métodos no aprobados por Dios para cambiar el exterior y lograr así sus metas, pero esa vida de incredulidad, si no cambian, ciertamente los llevará en cuerpo y alma al infierno.   Pero para nosotros los que hemos sido salvados la advertencia es; comuniquemos el mensaje de Dios a toda criatura sin temer a las consecuencias, porque aún si la muerte fuera el resultado de hacer la voluntad de Dios, tenemos la certeza de ir a vivir la eternidad en su presencia.  Sin embargo el pasaje no dice que estamos expuestos a lo que cualquiera pueda hacer con nosotros, es decir no es que Dios no nos esté protegiendo y entonces los hombres podrán hacer lo que quieran con nosotros, no, pues continúa diciendo:

Mateo   10:29   al   31   ¿No   se   venden   dos   pajarillos   por   un   cuarto?   Con   todo,   ni   uno   de   ellos   cae   a   tierra   sin   vuestro   Padre.    30Pues   aun   vuestros   cabellos   están   todos   contados.   31Así   que,   no   temáis;   más   valéis   vosotros   que   muchos   pajarillos.    Que absolutamente todas las cosas que suceden a nuestro alrededor, y aun lo que sucede en nuestro cuerpo, está bajo la soberanía de Dios, queriendo decir que no sucederá absolutamente nada sí Dios no decide que sea de esa manera. Esto lo confirma a otro pasaje que dice:  Lamentaciones   3:37     al   39     ¿Quién   será   aquel   que   diga   que   sucedió   algo   que   el   Señor   no   mandó?   38   ¿De   la   boca   del    Altísimo   no   sale   lo   malo   y   lo   bueno?   39¿Por   qué   se   lamenta   el   hombre   viviente?   Laméntese   el   hombre   en   su   pecado. 

Bajo el viejo pacto, teniendo un precario conocimiento de Dios y de su plan para nosotros, el hombre se atrevía a pensar que le estaban sucediendo cosas malas, (como sí Dios fuera injusto o no tuviera el control de lo que sucede) pero Dios sin dar explicaciones que seguramente el hombre no podía entender, dice que los hombres que están vivos, refiriéndose a aquellos que le conocen, que no tienen ninguna razón para quejarse de lo que Dios está haciendo a su alrededor, mientras que, los que no conocen a Dios se lamentarán por lo sucedido.  Si Dios está trabajando alrededor de nosotros para cumplir sus propósitos con nosotros, y nosotros no tenemos los mismos objetivos que Dios tiene para nosotros, al evaluar lo que nos sucede concluiremos que nos están sucediendo algunas cosas buenas que ayudan a nuestros planes pero otras no.  Si nos enfocamos de manera correcta en los planes que Dios tiene para nosotros, veremos que todas las cosas que nos suceden, que el mundo clasifica como malas o buenas de todos modos ayudan a cumplir el propósito que Dios tiene en nosotros de formar a su hijo Jesús.  Como la gente del mundo no tiene el mismo objetivo que Dios tiene para ellos, al evaluar lo que le sucede también algunas cosas les pareceran unas buenas y otras malas respecto del propósito que ellos tienen en su vida.   Lo sensato es que ellos traten de evitar o cambiar aquellas cosas que no convienen a sus planes, Y al no conocer a Dios por supuesto que tratarán de hacerlo con los recursos que el mundo le da, sin embargo la experiencia de la mayoría los lleva a reconocer que a veces es prácticamente imposible luchar contra las circunstancias. lo cual lo lleva a fracasar.  Y aún en los que logran tener éxito, nuevamente la incapacidad de controlar toda las circunstancias con facilidad los pueden llevar al fracaso.  Siendo esto así es fácil entender que uno de los grandes objetivos de los hombres, es poder controlar las cosas que suceden a su alrededor, especialmente aquellas que frustran sus propósitos.

1. Incapacidad total para protegerse 

Pero a pesar de los muchos cambios que el hombre ha hecho a su entorno, no solo afectando la naturaleza con todo tipo de construcciones, sino inventado una serie de aparatos que le facilitan la vida, de todos modos el hombre sigue siendo completamente incompetente ante ciertas fuerzas. Terremotos, tsunamis, incendios, etc. (un terremoto cuanto afecta la vida de los hombres)  En el campo de la biología o la medicina también se ha progresado muchísimo y ya no pasa como en la antigüedad donde una gripa o una peste mataban miles de personas, o donde numerosos ejércitos fueron diezmados por causa de la sífilis o de alguna enfermedad de transmisión sexual, porque no había una manera efectiva de combatir estas enfermedades.  Pero al igual que en el caso anterior, a pesar de todos los adelantos en el campo de la medicina, la biología y todas estas ciencias, todavía el hombre es totalmente impotente con respecto a ciertas enfermedades y quien sabe que más le pueda sobrevenir en el futuro. (Ya los antibióticos no están funcionando de tanto usarlos)  Más aun la escritura dice:

Eclesiastés   1:18:   Porque   en   la   mucha   sabiduría   hay   mucha   molestia;   y   quien   añade   conocimiento,   añade   dolor.

Antes se morían por causa de tres enfermedades ahora de 3.000 y le avisan cuanto tiempo le queda de vida. (Algunos no van al médico para que no le cuenten sus males.)  Estos elementos que controlamos de manera muy precaria afectan la seguridad y por lo tanto la vida y planes de las personas, y eso que todavía no he mencionado los que más nos afectan que son los animales y los hombres:   ¿Cuanto afecta nuestra vida las decisiones y las acciones que los hombres toman? Las decisiones de un presidente, o de un ministro de defensa, o de economía. Los robos que hacen los políticos, la impunidad, la cultura que trae el narcotráfico, la guerrilla; sin lugar a dudas las decisiones de estos hombres afectan nuestras vidas.  Hay personas a las que la decisión de un solo hombre o mujer ha cambiado su vida para mal y sin remedio.  Y la pregunta es: ¿Qué tanto podemos controlar lo que los hombres hacen? O ¿Cómo poder defendernos de lo que los hombres nos puedan hacer?  Como respuesta a estos problemas, se han inventado leyes con el propósito de controlar a los hombres, y como los hombres no las cumplen se han creado ejércitos y todo tipo de organizaciones para obligar a los hombres a cumplir las leyes, pero como los integrantes de las organizaciones se corrompen, ha sido necesario otras organizaciones para controlar a las organizaciones que controlan a las organizaciones, que deben controlarnos para cumplir las leyes…  Y la conclusión es que a pesar de todo lo que el hombre logre hacer, de todos modos el hombre tiene que reconocer que no tiene control de lo que le pueda pasar;  por eso el escritor del libro de Eclesiastés escribió:

Eclesiastés   8:6   al   8   Porque   para   todo   lo   que   quisieres   hay   tiempo   y   juicio;   mas   el   trabajo   del   hombre   es   grande   sobre   él;   7      Porque   no   sabe   lo   que   ha   de   ser;   y   el   cuándo   haya   de   ser,   ¿quién   se   lo   enseñará?   8     No   hay   hombre   que   tenga   potestad    sobre   el   espíritu   para   retener   el   espíritu,   ni   potestad   sobre   el   día   de   la   muerte;   y   no   valen   armas   en   tal   guerra;   ni   la    impiedad   librará   al   que   la   posee.  

Entendiendo estas limitaciones de los hombres, el escritor dice que para todo proyecto hay un tiempo, y que para que esos proyectos se cumplan hay que trabajar mucho, porque el hombre no tiene conocimiento de lo que va a suceder, ni el poder para detenerlo.   Y para que no haya discusión acerca de la incapacidad del hombre para detener lo que sucede a su alrededor, nombra algo que derrota a los hombres por completo, la muerte, diciendo que no hay absolutamente nadie que tenga potestad respecto cuánto tiempo ha de vivir, ni del momento de morir.

2. ¿Y si me porto bien?  Algunos para tratar de controlar lo que no pueden controlar han creído que existe una clase de justicia o equilibrio espiritual o cósmico, y por eso piensan que; si se portan bien lograran evitar que les sucedan a ellos esas cosas negativas que afectan y destruyen la vida de otros.  Ese pensamiento de la gente del mundo tiene relación con el viejo pacto que ya ha sido abolido, donde las promesas de Dios para aquellos que le obedecían eran de protección y prosperidad material, sin embargo, ya hemos visto que no había absolutamente nadie que pudiera cumplir a cabalidad, de tal manera que pudiera reclamar esa protección y prosperidad.  Y aunque esté portarse bien a veces puede traer beneficios, no es suficiente para controlar lo que nos pueda suceder y por esta razón, a pesar de su buen comportamiento hay familias que experimentan tragedias, lo cual nuevamente nos lleva a reconocer que en realidad, no hay como protegerse de manera efectiva, y eso es lo que manifiesta el sabio que escribe el libro de Eclesiastés pues dice:

Eclesiastés   9:2   al   3   Todo   acontece   de   la   misma   manera   a   todos;   un   mismo   suceso   acontece   al   justo   y   al   impío;   al   bueno,    al   limpio   y   al   no   limpio;   al   que   sacrifica,   y   al   que   no   sacrifica;   como   el   bueno,   así   el   que   peca;   el   que   jura,   como   el   que    teme   el   juramento.    3 Este   mal   hay   entre   todo   lo   que   se   hace   debajo   del   sol,   que   todos   tengan   un   mismo   suceso…    

La realidad es que así como hay buenos que pueden vivir una buena y larga vida, también hay malos que logran obtener las mismas cosas, pero también hay buenos que viven unas vidas miserables a al igual que muchos malos. Y como esta realidad no parece ser justa, pues lo que uno esperaría es que a los malos siempre les vaya mal y a los buenos siempre le vaya bien, y no sucede de esa manera, el escritor menciona este hecho como algo malo que sucede en la tierra.

3. ¿Y si me vuelvo poderoso?  Y entonces otros piensan que la solución a este asunto no portarse bien o mal, sino volverse una persona poderosa, para usar ese poder defendiéndose o evitando las circunstancias que no benefician su vida.   Es decir el objetivo es ser el más fuerte, el más valiente, el más sabio, el más rico, para también poderse defender de otros fuertes, valientes, sabios o ricos…  Pero ante este pensamiento nuevamente la realidad es:

Eclesiastés   9:11     Me   volví,   y   vi   debajo   del   sol,   que   ni   es   de   los   ligeros   la   carrera,   ni   la   guerra   de   los   fuertes,   ni   aun   de   los    sabios   el   pan,   ni   de   los   prudentes   las   riquezas,   ni   de   los   elocuentes   el   favor;   sino   que   tiempo   y   ocasión   acontece   a   todos.  

Y nuevamente confirma que no hay absolutamente nada que el hombre pueda hacer para tener absoluto control de las cosas que le rodean, por lo tanto siempre estará expuesto a situaciones que destruyan sus planes y su vida, por eso continúa diciendo:

Eclesiastés   9: 12     Porque   el   hombre   tampoco   conoce   su   tiempo;   como   los   peces   que   son   presos   en   la   mala   red,   y   como   las    aves   que   se   prenden   en   lazo,   así   son   enlazados   los   hijos   de   los   hombres   en   el   tiempo   malo,   cuando   éste   cae   de   repente    sobre   ellos.  

Y entonces a un presidente le da un cáncer, y a otro lo pica un zancudo y la enfermedad lo mata, y otro se resbala y queda invalido, a otro le llega la pobreza, a otro el pueblo se le subleva y lo mata, o lo invade una nación extranjera, o le cae un rayo, o lo manda matar la esposa o los hijos, etc.  Lo único que el hombre puede hacer ante esta realidad, es, pensar que a él no le va a pasar nada malo, lo cual lo puede mantener tranquilo, hasta que le pase.

4. Y sí busco la ayuda de Dios                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                Por supuesto hay quienes cuando comprenden la total incapacidad que tienen para controlar las cosas a su alrededor, echan mano de Dios y le piden que sea Dios controlando las situaciones de tal manera que ellos sean protegidos y prosperados.   Pero ya veremos en la siguiente promesa, la de la oración; que como no sabemos pedir como conviene nos es dada otra promesa que dice:

Romanos   8:27     Mas   el   que   escudriña   los   corazones   sabe   cuál   es   la   intención   del   Espíritu,   porque   conforme   a   la   voluntad    de   Dios   intercede   por   los   santos.  

Esto nos aclara que la oración no es una herramienta para pedirle a Dios lo que nosotros deseamos cuando esos deseos no son conforme a la voluntad de Dios.   Muchos ignoran este requisito de orar conforme a la voluntad de Dios, y piden lo que ellos desean, razón por la cual Dios, que verdaderamente los conoce y sabe lo que necesitan, revisa esas oraciones, e intercede haciendo las peticiones correctas de tal manera que los hombres reciban lo que realmente necesitan.  Este comportamiento de parte de Dios es lo que da origen a la maravillosa promesa, de que todas las cosas que sucedan a nuestro alrededor serán para bendición, pero solo para el plan que Dios tiene para nuestra vida. La escritura lo dice así:

Romanos   8:28   al   29     Y   sabemos   que   todas   las   cosas   ayudan   a   bien,   a   los   que   aman   a   Dios,   a   los   que   conforme   a   su    propósito   son   llamados.   29Porque   a   los   que   antes   conoció,   también   los   predestinó   para   que   fuesen   hechos   conformes   a   la    imagen   de   su   Hijo,   para   que   él   sea   el   primogénito   entre   muchos   hermanos.  

Podemos tener la certeza de que aunque no tenemos ni el conocimiento, ni el poder suficiente para protegernos, Dios sí tiene absoluto control de todo lo que sucede a nuestro alrededor, y ha determinado que siempre las cosas que él ordene que sucedan a nuestro alrededor, serán sólo con el propósito de bendecir nuestra vida.  Todo esto quiere decir; que por un lado tenemos el poder y la dirección necesaria para vivir haciendo la voluntad de Dios, pero por otro tenemos la absoluta certeza de que todo lo que suceda a nuestro alrededor beneficiara ese plan maravilloso que Dios tiene para nosotros.  Es decir; lo que los hombres sueñan con poder controlar, que sabemos que jamás lo lograrán, es lo que Dios asegura que hará, para que la imagen de Jesucristo sea formada en cada uno de nosotros.  Sí lo pensamos bien esta es otra promesa maravillosa, y cualquier ser humano estaría inmensamente feliz, pues le esta asegurando las condiciones y situaciones necesarias para poder vivir una vida espectacular, y tal vez lo más importante, a prueba de fracaso.  Piense en lo increíble que resulta poder descansar sabiendo que Dios tiene absoluto control, y que sin importar lo que nosotros hagamos, de todos modos Dios hará que las cosas que sucedan siempre puedan bendecir nuestra vida.  Para lograr esto podrá usar a los hombres, a los ángeles o aun a los demonios, pero siempre el resultado será el mismo, situaciones programadas para bendecir nuestra vida, llevándonos a crecer en conocimiento y fe, hasta alcanzar la estatura de nuestro Señor Jesucristo.

Efesios   4:13     hasta   que   todos   lleguemos   a   la   unidad   de   la   fe   y   del   conocimiento   del   Hijo   de   Dios,   a   un   varón   perfecto,   a   la    medida   de   la   estatura   de   la   plenitud   de   Cristo 

Ahora; yo sé que esta promesa es muy conocida, y muy recitada por la mayoría de los cristianos, sin embargo tengo razones para pensar que es una de las promesas que la mayoría no logra entender, y cuando la entienden no la logran creer, por lo tanto no la están disfrutando.  Y por esta razón encontramos cristianos que se quejan por las cosas que les suceden, y muchos de los que han logrado dejar de quejarse, y han aprendido a darle gracias a Dios por cada situación, no lo hacen con verdadero agradecimiento, mostrando así la incredulidad respecto de esta promesa.  Pregúntese: ¿Está usted plenamente convencido de que absolutamente todas las cosas que le suceden, traen siempre bendición a su vida, por lo cual siempre las asume con gran alegría?  Si usted está convencido de la veracidad de esta promesa, entonces usted nunca dirá: “tengo un problema” o “tan de malas” o “qué desgracia la mía” ni nada similar. Sino que siempre estará alabando a Dios y agradeciéndole de todo corazón por cada cosa que suceda.   Si no es así, cuando un cristiano habla mal de lo que le sucede o se queja, éste cristiano si tiene un problema, pero el problema no es lo que le sucede, el problema no son las circunstancias a su alrededor, el problema no es lo que las personas le están haciendo o dejando de hacer, el problema, el único problema es que éste cristiano no le cree a Dios.  Es decir éste cristiano, si es cristiano es un cristiano que ha decidido no creerle a Dios, no cree en la promesa de Dios, no cree en el poder de Dios, no cree en el amor de Dios, y por supuesto no creer a Dios, ese si es un problema bastante serio.

5. ¿Por qué la incredulidad?  Creo que la razón por la cual muchos cristianos que tratan de confiar en esta promesa no logran hacerlo, es porque su confianza en Dios está llena de ignorancia respecto de lo que Dios quiere hacer con ellos, es decir son cristianos que insisten en sus objetivos, ignorando el objetivo que Dios tiene para sus vidas.  Y como tienen objetivos diferentes de los de Dios, cuando Dios ordena las cosas a su alrededor para cumplir su objetivo, el objetivo del hombre se ve frustrado, y en lugar de cambiar sus objetivos, el hombre de manera religiosa y sin verdadero agradecimiento, le da gracias a Dios, (por semejante desgracia) sin entender que dar gracias de esa manera es igual a quejarse.  Sin embargo la promesa es muy clara pues dice que, “a los que aman a Dios” y no hay duda que los que aman a Dios son aquellos que guardan sus mandamientos, pero que los guardan con el verdadero propósito que Dios tiene para ellos, que en la promesa está expresado, “a los que conforme a su propósito son llamados”   Si un cristiano guarda los mandamientos de Dios pero está esperando que como resultado su vida sea bendecida al estilo del viejo pacto, (prosperidad material) ese cristiano se va a estrellar cuando vea que los resultados no son precisamente los que está esperando.   Por esto el Señor Jesús advirtió, cómo lo vimos cuando hablamos de la seguridad de salvación, que una de las consecuencias de seguirlo podría ser enfrentar situaciones verdaderamente difíciles y aún la muerte, y dice que nos advirtió acerca de eso para que cuando suceda nos acordemos que el nos lo había dicho, y así nuestra fe aumente.

Y tal vez por eso es que la promesa aclara cuando habla de que todas las cosas ayudan al propósito para el cual fuimos llamados, que el verdadero propósito es, “para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo”  Los que creen que el propósito es ser prosperados al estilo de la gente del mundo, no pueden entender cómo las cosas que suceden les ayudan a bien y se confunden, perdiendo poco a poco su confianza en Dios, pues piensan que no está cumpliendo con su promesa.   Pero cuando sabremos cuál es el verdadero propósito para nuestra vida, entonces es muchísimo más fácil entender el porqué de las situaciones, y de cómo ellas nos ayudan a que el carácter de Cristo sea formado en nosotros, también ayudará a que la confianza en Dios sea cada vez mayor al ver el cumplimiento de su promesa

6. No hay que creer en la promesa para que se cumpla  Si miramos bien la promesa podemos notar que, para el cumplimiento de esta promesa no se requiere confianza en la promesa. Es decir la promesa no dice:   “Si usted cree que las cosas le van a salir bien entonces le van a salir bien” o “Si usted repite como loro que las cosas le van a salir bien entonces le saldrán bien” o “Si usted es positivo entonces las cosas le van a salir bien” No. Todo eso es absolutamente falso.  Algunos se han creído ese cuento y entonces le ponen toda la fe del mundo para que las cosas le salgan bien pero de acuerdo a sus propios objetivos, en lugar de tomar toda esa fe que tienen y depositarla en la promesa de Dios, y en lo bueno de los objetivos que Dios tiene para ellos.   ¿Por qué no lo hacen? Porque no han logrado entender o creer en el buen objetivo de Dios, o porque entendiéndolo no les parece que el objetivo ni la promesa sean buenas, y si alguien piensa que la promesa y el objetivo de Dios no son buenos, como mencione antes, ése sí es un problema, sin embargo, lo increíble de esta promesa es que…  Si usted no tiene fe en que todas las cosas le ayudan a bien, de todos modos las cosas sucederán de tal manera, que puedan traer bendición a su vida.  Es como si alguien le dijera a usted: “te voy a regalar un auto” es decir, no le están diciendo que: “Si crees que te voy a regalar un auto, te regalo un auto” No. El auto te lo regalan así no creas, pero si habiéndotelo regalado no crees que sea tuyo, pues no lo disfrutas aunque ya sea, y siga siendo tuyo.  Creo que muchos cristianos podemos dar testimonio de que esta promesa se cumple así no la creamos, pues muchos hemos recibido ciertas circunstancias de mala manera pensando que no son buenas para nuestra vida, y al pasar el tiempo Dios nos muestra de cuanta bendición fue que esas cosas sucedieran de esa manera. (No me refiero a resultados materiales sino al crecimiento de nuestra vida espiritual)  Y entonces hemos tenido que decir: “Señor perdóname no te creí…” y por no creerle vivimos afanados quién sabe cuánto tiempo, hasta que luego Dios nos permite ver como él ve.  Pero otras veces ha sucedido que Dios hace cosas que rechazamos y a través de la desobediencia nos perdemos la bendición, y al pasar el tiempo sólo queda lamentarnos por no haberle creído que esa circunstancia realmente nos favorecía.

7. Pero si hay que creer para poder disfrutarla  Con esto quiero que entendamos que aunque no hay que creer en la promesa para que la promesa se cumpla, sí debemos creer en la promesa para poder disfrutarla.  Y nuevamente como en el ejemplo del auto, si usted no cree que es suyo no lo va a disfrutar, sí cree que es suyo, podrá comenzar a disfrutarlo.  Si usted no cree en esta promesa no podrá aprovechar todas las circunstancias que Dios provee para crecer espiritualmente, y en lugar de crecer entonces su carácter se deformará más producto de la mala imagen que tendrá de Dios, que lo llevará como a la gente del mundo a usar cualquier método para lograr sus objetivos.  Pero sí cree en esta promesa, entonces podrá aprovechar todo lo que Dios está haciendo a su alrededor para crecer espiritualmente.

8. Cambiando el concepto del bien y del mal   Una de las primeras cosas que deben suceder para que usted pueda entender el cumplimiento de esta promesa, es que su concepto de lo bueno y de lo malo, del bien y del mal debe cambiar por completo, y entendiendo este concepto divino del bien y del mal debe decidirse a creer esa verdad. Es decir, “Decídase a creerle a Dios”  Pero mucho cuidado, no confunda esto con pensamiento positivo, esto no es pensamiento positivo esto es un pensamiento verdadero, pues es lo que Dios ha prometido.   Algunos que creen que la prosperidad material ha sido prometida por Dios para este tiempo, creen que pensar en ser ricos es un pensamiento verdadero, pero ya vimos que están completamente equivocados. Dios no ha prometido eso por lo tanto su pensamiento no es verdadero, sino sólo positivo, y aunque algunas veces les funcione de todos modos no están obteniendo bendición, porque la vida cristiana no se trata de vivir nuestros objetivos con la ayuda de Dios, sino de creer y alcanzar lo que Dios nos ha prometido que es maravilloso.

9. La lección más importante  Si decidimos creerle a Dios que todas las cosas que suceden son de bendición, lo primero que debe suceder es que le podemos dar gracias a Dios sintiéndonos verdaderamente agradecidos. Creo no equivocarme al decir que esa es siempre la primera lección a aprender, especialmente frente a aquellas circunstancias que hemos estado acostumbrados a verlas como difíciles y malas.  Dios permitió muchas cosas difíciles en la vida de Job sin darle ninguna a explicación. Este hombre aceptó todo lo sucedido como algo que venía de Dios, aceptó su soberanía, pero, las cosas que le sucedieron le parecía que no eran buenas, llegó a pensar que Dios no lo amaba, que era injusto y aun malvado, por lo cual alterco con Dios por largo tiempo, hasta que comprendiendo la grandeza de Dios entendió lo grande de su ignorancia y se dispuso a ser enseñado por Dios.  Siempre la primera lección ante una situación difícil es aprender a confiar en que Dios está haciendo lo perfecto, y cuando lo logremos vamos a sentir verdadero agradecimiento. Y si no aprendemos esta lección, es posible que Dios siga permitiendo cosas en las que no seremos capaces de entender sus propósitos, para enseñarnos a tomar la decisión de creerle a Dios pase lo que pase.

10. ¿Qué hacer con lo que Dios hace?  Después de poder darle gracias a Dios por cualquier situación, con verdadero agradecimiento, debo revisar esas situaciones provistas por Dios para descubrir que es lo que Dios nos quiere enseñar.  En cierta ocasión enseñando esto en un congreso de varones, uno de ellos que recién se había convertido me decía: “Lo que usted está diciendo me parece espantoso, porque usted está enseñando que debemos aceptar todas las cosas que sucedan y el resultado de esto será que las cosas cada vez seguirán poniéndose peor en el mundo.” (No hacemos nada contra la guerrilla, el robo, el secuestro, etc.)  En otras palabras lo que él preguntaba era lo siguiente: Si mi mujer se porta cada vez peor; ¿yo debo estar tranquilo porque eso ayuda bien o debo hacer algo? Y si mi hijo se está portando supremamente mal; ¿Debo dar gloria a Dios porque eso me ayuda bien o debo hacer algo? Y si en los negocios me está yendo supremamente mal; ¿Le doy gracias a Dios por qué eso ayuda a bien o hago algo?  Y la respuesta a su pregunta es; claro que hay muchas cosas que debemos hacer ante las circunstancias que Dios permite a nuestro alrededor, y ante las oraciones que Dios contesta como él quiere.  La primera de ellas ya la vimos, es que debemos de todo corazón, es decir de una manera genuina debemos  darle gracias a Dios por esa situación, aunque no entendamos con claridad cuál es la bendición que Dios nos está dando a través de este trato.   Y si usted no logra darle gracias a Dios de todo corazón entonces devuélvase un pasito en su realidad y dígale: “Señor perdóname porque no creo en tu promesa, por favor ayudarme a creer.”   Debe orar cuantas veces sea necesario hasta creer en la promesa de Dios, y cuando lo logre, entonces, comience a revisar a la luz de la palabra de Dios lo que está haciendo respecto de este asunto, para descubrir o para confirmar su buen o su mal proceder.  Y entonces si su mujer se está portando supremamente mal. Dele gracias a Dios, pero revise como la está tratando usted; ¿La está amando, le está teniendo paciencia, la está edificando en el Señor, se está dejando controlar por ella?  Además de eso debe preguntarse: ¿Cómo esta situación le afecta a usted, cómo afecta su orgullo o vanidad, su obstinación, y su deseo de hacer su voluntad?  Y luego de revisar que siente, y como se está portando usted, debe corregir aquello que está haciendo mal e insistir en aquello que está haciendo bien.  Y cuando ya haya corregido he insistido en esas cosas que están bien, el siguiente paso es que usted debe preguntarse: ¿para quién lo está haciendo? ¿Para ella? ¿Para usted? ¿Por apariencia? ¿Por ganancia deshonesta?   Y si descubre que no lo está haciendo por y para el Señor, entonces debe corregir esa mala actitud, lo cual se logrará nuevamente en oración.

Y cuando ya tenga la certeza de que lo está haciendo para el Señor, deje pasar el tiempo y espere, es posible que la situación mejore, y Dios le enseñe otras cosas más, es posible que la situación no mejore o empeore y Dios le enseñe otras cosas, pero sobre todo no olvide que lo más importante de todo esto es, que su confianza en Dios está siendo probada y aprobada por Dios. La escritura dice:

1   Pedro   1:6   al   7     En   lo   cual   vosotros   os   alegráis,   aunque   ahora   por   un   poco   de   tiempo,   si   es   necesario,   tengáis   que   ser    afligidos   en   diversas   pruebas,   7para   que   sometida   a   prueba   vuestra   fe,   mucho   más   preciosa   que   el   oro,   el   cual   aunque    perecedero   se   prueba   con   fuego,   sea   hallada   en   alabanza,   gloria   y   honra   cuando   sea   manifestado   Jesucristo,

¿Por qué la confianza en el amor de Dios es mucho más preciosa que el oro? Porque esa fe en el amor de Dios nos permite recibir de buena manera todas las cosas que Dios tiene para nosotros. Por lo tanto que nuestra fe sea probada y aprobada por Dios es la mayor riqueza que podamos poseer.  Ahora; este mismo proceso que he descrito cuando su mujer no camina bien, es el mismo que debe seguir cuando su hijo no camina bien, o cuando el negocio no funciona bien, cuando cualquier cosa no funciona bien, incluido usted.  Debemos revisar todos los asuntos a la luz de la palabra de Dios para cambiar pensamientos, actitudes, objetivos y acciones que son lo que Dios quiere que cambiemos.  Es decir no se trata simplemente decir gloria a Dios todo está de cabeza, sino de hacer todo lo que la palabra de Dios nos indica que debemos hacer, y es de esta manera que nuestra vida va siendo transformada.

11. Dos aclaraciones   Hay personas tan necias que es necesario hacer la siguiente aclaración.  Algunos cristianos hacen cosas indebidas, y a través de ellas logran tener ciertas cosas. Y luego cuando tienen problemas con esas cosas que han obtenido, pretenden hacer válida esta promesa y entonces dicen:  “Si Dios nos permitió llegar hasta aquí es porque nos va a bendecir” “si Dios nos permitió tener este negocio es porque nos va a bendecir” “si Dios me permitió casarme con ella es porque me va a bendecir”   Y no logran entender que las cosas que han obtenido las ha obtenido fuera de la voluntad de Dios, sin embargo en su obstinación y en su deseo de que las cosas salgan como ellos quieren, tratan de aplicar la promesa, y lo irónico es que ciertamente la promesa se cumplirá, pero no como ellos piensan, sino como Dios sabe que lo necesitan. (Que posiblemente sea haciéndolos fracasar en aquello que hacen sin contar con el consentimiento de Dios)   También he podido encontrar que algunos por su falta de conocimiento de Dios, de las promesas del Nuevo Pacto y muchas otras cosas más, han comenzado a clasificar las situaciones de dos maneras dependiendo la procedencia. ¿A qué me estoy refiriendo?   A que cuando llegan ciertas circunstancias que no le gustan o les parecen malas, dicen que esa circunstancia la mandó el diablo y de esta manera justifican el rechazo que sienten hacia lo que les sucede.

Ahora, es cierto que hay ciertas circunstancias que deben molestarnos, como por ejemplo ver como un rico explota a los pobres, o como un hombre maltrata a una mujer o al contrario, o la impunidad en los gobernantes y en los delincuentes, y tenemos que reconocer que esas actitudes no son actitudes de Dios.  Sin embargo Dios es soberano y la promesa se cumple aún por encima de estas situaciones, y con esto quiero decir, que Dios también usa al diablo para bendecir nuestra vida, Dios usa los que no son hijos de Dios para bendecir nuestra vida, Dios usa la maldad de otros para bendecirnos a nosotros. Por ejemplo José dijo:

Génesis   50:20     Vosotros   pensasteis   mal   contra   mí,   mas   Dios   lo   encaminó   a   bien,   para   hacer   lo   que   vemos   hoy,   para    mantener   en   vida   a   mucho   pueblo.   

Pero quienes quieren disculparse por sus malas decisiones diciendo que Dios en su soberania lo permitió, o quienes culpan al diablo de las cosas que les suceden que les parecen malas haciendo invalida la soberanía de Dios, por lo general son personas que están completamente desenfocadas del plan de Dios para sus vidas, y por lo mismo son personas que no logran entender cuál es la bendición que Dios quiere darles a través de las diferentes circunstancias que les permite o les obliga a vivir.  Y si esta es la actitud de algún auténtico creyente, no solo se sentirá continuamente atropellado por las circunstancias (Dios) sino que, si permanece en esa mala actitud, lo más seguro es que será disciplinado por Dios para corregir su incredulidad.  Pero si usted realmente desea hacer la voluntad de Dios, y tiene en cuenta que el propósito de Dios es transformar su alma para que usted llegue a la estatura de Jesucristo, le aseguro que en cada circunstancia usted encontrará no una, sino varias lecciones necesarias para su vida espiritual, para que el plan de Dios se realice en usted.  ¿Y qué debe hacer ante esas circunstancias provistas por Dios cualquiera que sean? Lo que debe hacer es la voluntad de Dios que por supuesto dependerá de que circunstancia es la que Dios ha provisto, mas la dirección del Espíritu Santo que le guiará a hacer lo que Dios desea.  Esta promesa, no hay duda, es de lo más espectacular, pero sólo si usted decide hacer la voluntad de Dios. ¿Desea usted hacer la voluntad de Dios?

Romanos   8:28   al   32   Y   sabemos   que   a   los   que   aman   a   Dios,   todas   las   cosas   les   ayudan   a   bien,   esto   es,   a   los   que   conforme    a   su   propósito   son   llamados.   29Porque   a   los   que   antes   conoció,   también   los   predestinó   para   que   fuesen   hechos   conformes    a   la   imagen   de   su   Hijo,   para   que   él   sea   el   primogénito   entre   muchos   hermanos.   30Y   a   los   que   predestinó,   a   éstos   también    llamó;   y   a   los   que   llamó,   a   éstos   también   justificó;   y   a   los   que   justificó,   a   éstos   también   glorificó.   31¿Qué,   pues,   diremos   a    esto?   Si   Dios   es   por   nosotros,   ¿quién   contra   nosotros?   32El   que   no   escatimó   ni   a   su   propio   Hijo,   sino   que   lo   entregó   por    todos   nosotros,   ¿cómo   no   nos   dará   también   con   él   todas   las   cosas?   

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