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PROPÓSITOS PARA UN NUEVO AÑO – PARTE 2

Estuvimos hablando la semana pasada, que si queremos comenzar bien el nuevo año, planeándolo de manera adecuada, lo primero que debemos hacer es ponernos en paz con todos, incluidos nosotros mismos, pero para poder hacer esto es indispensable e irremplazable que primero nos pongamos en paz con Dios.

Y como todos somos pecadores no hay duda que debemos comenzar pidiéndole perdón, por nuestros pecados de acción y de omisión… Y uno de esos pecados que es indispensable confesar pero que mucha gente no lo hace, es el pedirle perdón por todas aquellas cosas que sucedieron y que no las vimos como bendición, pues no hay duda que todo lo que nos ha sucedido fue diseñado por Dios sólo para bendecirnos.

Ojo con esto. El no haber podido agradecer de corazón por las cosas sucedidas, quiere decir que entonces debemos pedir perdón a Dios, porque dudamos de sus promesas, de su sabiduría, de su soberanía, de su amor… Y sólo pidiendo perdón de corazón podemos comenzar a recuperar la confianza que necesitamos, para disfrutar de la buena vida que Dios ha planeado para cada uno de nosotros.

Las personas que están resentidas por las cosas que les han sucedido, tienen un bloqueo espiritual muy fuerte que les impide confiar en Dios… Así no lo culpen a él por las cosas sucedidas. Por esto es necesario reconocer nuestra incredulidad, y reconociendo su soberanía tomar la decisión de creer y agradecer por todo lo sucedido.

Si hacemos estas cosas bien la consecuencia normal de estar en paz con Dios es que también vamos a poder estar en paz con los hombres, pidiéndoles perdón o perdonándoles.

Aunque también es posible que algunas situaciones con ciertas personas no se puedan remediar, pero lo importante es que no sea por causa de nosotros, de nuestra mala actitud, sino porque aquella persona o no conoce o no quiere hacer la voluntad de Dios. Y como no siempre es posible están en paz con todos la escritura dice:

Romanos 12:17–18 No paguéis a nadie mal por mal; procurad lo bueno delante de todos los hombres. 18Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres.

En otras palabras debemos hacer lo que esté a nuestro alcance para ponernos en paz con todos, y si eso no es posible porque los demás habiendo dejado que su corazón se envenene, no quieren perdonar o no reconocer sus pecados e insisten en hacernos daño, aún así no debemos dejar que sentimientos negativos se alojen en nuestro corazón dañándolo, porque eso nos haría la vida mucho más difícil. Y si consideramos realmente injusto lo que están haciendo contra nosotros, el apóstol continúa diciendo:

Romanos 12:19 No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor.

Por causa de esta promesa podemos descansar confiadamente en que Dios hará justicia, el nos defenderá, y por esta razón el pasaje continúa diciendo que a los enemigos debemos tratarlos bien… Que Dios se encargará de ellos.

Cuando entendemos y creemos que Dios hará justicia, eso evitará que nuestro corazón se pervierta y terminemos aborreciendo a los que nos ofenden. Además; si eso ocurre, si aborrecemos a los que nos ofenden, entonces eso sería una señal de qué en realidad no conocemos a Dios como debiéramos conocerlo.

Por qué quien conoce verdaderamente a Dios sabe que ha sido perdonado de toda su maldad, de todas sus acciones pasadas presentes y futuras, y por esto quien ha recibido este gran perdón no puede dejar de perdonar a los demás.

Y si no lo hacemos, si no perdonamos de todo corazón a los demás, el Señor dice que estamos actuando como mentirosos al decir que le conocemos o que le amamos. Dice así:

1 Juan 4:20 Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso. Pues el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto?

Como es más fácil amar a aquellos a quienes vemos, aquellos con los cuales nos relacionamos, que amar a Dios, aunque no debería ser así porque Dios es perfecto y los hombres no. No amar a los demás es una evidencia de que no estamos amando a Dios. Y si creemos que si lo amamos, entonces nos estamos engañando y estamos mintiendo.

Y más adelante en esta misma carta el apóstol insiste en que si no amamos a los demás no es posible que estemos amando a Dios, y lo hace al insistir que debemos amar a los hermanos en la fe. dice así:

1 Juan 5:1 Si creemos que Jesús es el Cristo, somos hijos de Dios. Ahora bien, no es posible amar al padre sin amar también al que es hijo del mismo padre…

Creo que no hay duda que si pensamos que estamos amando a Dios pero no a ciertos hermanos en la fe, nos estamos engañando, y no hay duda, porque Dios dice que no es posible que alguien lo ame a él y al mismo tiempo no ame a los hijos de él, por lo tanto no amar a un hermano en la fe es evidencia de no amar a Dios.

Y si recordamos la promesa de qué todas las cosas ayudan a bien, la condición de la promesa es para los que aman a Dios… Lo cual querría decir que cuando no amamos a Dios las cosas que suceden no nos ayudan a bien.

Y por supuesto ese amor que se nos pide tener por los demás, no se refiere sólo al sentimiento o a la afinidad que podamos tener, sino al trato que le damos. Y por eso es que la escritura continúa diciendo:

1 Juan 5:2–3  Y conocemos que estamos amando a los hijos de Dios, cuando de veras amamos a Dios cumpliendo sus mandamientos, 3 puesto que amar a Dios consiste en cumplir sus mandamientos…

Así es, que mucho ojo con los hermanos en la fe…. Y además otro asunto que hemos mencionado hasta la saciedad, es que si nosotros no perdonamos a los hombres sus ofensas, tampoco Dios lo hará con nosotros, y eso no hay duda que también nos perjudica gravemente.

Si entendiéramos de corazón que al no perdonar y no amar a los demás, el daño nos lo hacemos a nosotros… No daríamos largas a ese asunto.

Así es de que espero que se hayan puesto en paz primeramente con Dios y luego con los hombres… Y si no lo han hecho por favor no dejen de hacerlo.

Ya teniendo una conciencia tranquila, debemos planear lo que vamos hacer en este nuevo año teniendo en cuenta, la diferencia entre lo que en el mundo llaman bueno, y lo que a los ojos de Dios es realmente bueno. La escritura nos advierte acerca de esto cuando dice:

Isaías 5:20 ¡Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz; que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo! 21¡Ay de los sabios en sus propios ojos, y de los que son prudentes delante de sí mismos!

Ese ¡Ay, con el cual comienza el texto, está hablando de malas consecuencias, de sufrimiento, de pérdida de bendición, para aquel que creyendo en los conceptos del bien y del mal que el mundo enseña, vive de acuerdo a ellos, ignorando el verdadero concepto del bien y del mal que Dios nos enseña. Al ignorar esto por supuesto que terminan planeando y viviendo su vida fuera de la voluntad de Dios.

Y el daño es más grave, cuando siendo confrontados con la verdad de Dios, se creen tan sabios y tan prudentes que no aceptan ningún tipo de corrección. E insisten con sus malos caminos, malos a los ojos de Dios, aunque aprobados y felicitados por los hombres.

Es por eso que al planear nuestro año, la pregunta no debe ser si tenemos buenas intenciones o buenos propósitos, si no si lo qué vamos a hacer es realmente bueno a los ojos de Dios.

Una regla muy sencilla, y muy clara que nos ayuda a evaluar nuestros planes, es que si para realizarlos hay que caer en algún pecado, entonces eso es una señal inequívoca de que estamos planeando mal nuestra vida.

Porque el concepto de Dios del bien y del mal, es muy sencillo: Bueno es hacer la voluntad de Dios, malo es no hacerla.

Si creemos de corazón en esto que nos enseña el Señor a través de su palabra, será de muchísima ayuda, y nos permitirá desechar muchos de los “buenos planes del mundo”, si para lograrlos hay que inevitablemente faltar con Dios.

Un ejemplo sencillo es el de aquel hombre que tiene por esposa según él una mala mujer, y conoce a la mujer de sus sueños… Que además es muy espiritual, es hacendosa, tiene haciendas, etc. Aunque a él y a muchos les puede parecer que ese cambio sería muy bueno. No hay duda que es algo terrible a los ojos de Dios. La escritura dice:

Malaquías 2:16 Porque Jehová Dios de Israel ha dicho que él aborrece el repudio, y al que cubre de iniquidad su vestido, dijo Jehová de los ejércitos. Guardaos, pues, en vuestro espíritu, y no seáis desleales.

A otro le parece que negociar con droga es bueno, porque al fin y a al cabo si él no lo hace alguien lo hará.
Otros dicen que el amor mientras sea puro es válido y por eso es válido que los hombres se casen con los hombres o las mujeres con las mujeres.
Otros dicen que no nacemos hombres ni mujeres, sino que es algo que decidimos según el gusto que vayamos adquiriendo…
Otros creen que las relaciones sexuales son siempre buenas no importa con quién, y por eso ahora están buscando legalizar, que los padres o los adultos puedan tener relaciones sexuales con los niños, porque según ellos, no hay nada mejor que una persona adulta con experiencia le enseñe al niño a tener relaciones sexuales.

Y por supuesto los hombres presentan una cantidad de argumentos para justificar este tipo de comportamientos, pero el asunto para nosotros gracias a Dios es muy sencillo… Hacer la voluntad de Dios es lo correcto, no hacerla siempre esta mal… Y no hay duda que la escritura bien interpretada nos ayuda a saber lo que es, y lo que no es la voluntad de Dios.

Sin embargo no todo aquello que la escritura nos permite hacer o no nos prohíbe, quiere decir que sea lo mejor para nosotros.

Por eso para no caer en el engaño, no sólo hay que preguntarnos qué es permitido por Dios que hagamos… Sino que dentro de lo permitido, es importante que nos preguntemos qué es lo mejor. Por ejemplo:

Bueno puede ser darle limosna a una persona que necesita, pero es mejor si es posible, enseñarle a trabajar y darle un trabajo.
Bueno puede ser darle un calmante para el dolor a alguien, pero es mejor sanarlo.
Bueno puede ser casarse con cierta mujer, pero es muchísimo mejor casarse con la que Dios te diga.

En la escritura podemos encontrar algunas de estas verdades que es importante tener en cuenta para planear nuestra vida. Por ejemplo:

Proverbios 15:17 Mejor es la comida de legumbres donde hay amor, que de buey engordado donde hay odio.

Si ponemos atención a lo que es mejor, entonces entenderemos que es mejor casarse con un pobre, que sea espiritual y dirija su vida de acuerdo a la voluntad de Dios, que casarse con un rico que puede dar muchas comodidades pero que no haga la voluntad de Dios.

Proverbios 21:9 Mejor es vivir en un rincón del terrado que con mujer rencillosa en casa espaciosa.

Es mejor vivir en un cuarto con una buena mujer, que en una mansión con una mujer que por todo pelee. El siguiente lo confirma:

Proverbios 21:19 Mejor es morar en tierra desierta que con la mujer rencillosa e iracunda.

Y si nos preguntamos: Que preferimos… ¿Un rico mentiroso o un pobre honesto? La escritura responde:

Proverbios 19:22 Pero mejor es el pobre que el mentiroso.

Salmos 37:16 Mejor es lo poco del justo, que las riquezas de muchos pecadores.

Igualmente que preferimos como amigo: ¿Un joven pobre y sabio o un viejo poderoso necio y terco?

Eclesiastés 4:13 Mejor es el muchacho pobre y sabio, que el rey viejo y necio que no admite consejos;

Igualmente si nos preguntamos ¿Qué nos gusta más, que nos echen flores o que nos digan la verdad? La escritura nos dice que es mejor…

Proverbios 27:5 Mejor es reprensión manifiesta que amor oculto.

Así hay muchas cosas que evaluar…

Proverbios 16:19 Mejor es humillar el espíritu con los humildes que repartir despojos con los soberbios.

Proverbios 16:16 Mejor es adquirir sabiduría que oro preciado; Y adquirir inteligencia vale más que la plata.

Proverbios 8:11 Porque mejor es la sabiduría que las piedras preciosas; Y todo cuanto se puede desear, no es de compararse con ella.

Salmos 118:8-9 Mejor es confiar en Jehová que confiar en el hombre. 9Mejor es confiar en Jehová que confiar en príncipes.

Salmos 119:72 Mejor me es la ley de tu boca que millares de oro y plata.

Salmos 63:3 Porque mejor es tu misericordia que la vida; Mis labios te alabarán.

Salmos 84:10 Porque mejor es un día en tus atrios que mil fuera de ellos. Escogería antes estar a la puerta de la casa de mi Dios, Que habitar en las moradas de maldad.

Y en el Nuevo Testamento encontramos dos supremamente importantes:

Mateo 5:29 Por tanto, si tu ojo derecho te es ocasión de caer, sácalo, y échalo de ti; pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno.

No debemos obstinarnos en no dejar algún pecado, porque eso dañaría por completo nuestra vida espiritual…

1 Pedro 3:17 Porque mejor es que padezcáis haciendo el bien, si la voluntad de Dios así lo quiere, que haciendo el mal.

Es mejor tener problemas por hacer lo correcto… Que no hacerlo, para vivir con tranquilidad.

Como dije hace un momento, hay cosas buenas, pero hay cosas que son muchísimo mejores y esas son las que debemos buscar.

Sin embargo la mayoría de la gente cuando piensa en las cosas buenas, está pensando en cosas materiales, o en metas que tienen que ver con sus estudios, su trabajo, su situación civil, hijos, etc. Y poco piensan en las cualidades que ellos en su carácter deben tener, mas aún que como hijos de Dios deben alcanzar.

Por supuesto el cristiano no debe olvidarse de ese tipo de objetivos, (los materiales) pues en esta tierra todavía vivimos, y la buena administración de los recursos materiales es una responsabilidad delante de Dios.

Por eso frente a todos estos objetivos lo que debemos hacer es la voluntad de Dios. Allí debemos aplicar:

Salmos 37:23 Por Jehová son ordenados los pasos del hombre, y él aprueba su camino.

Lo correcto es que sea Dios mismo quién nos guíe a planear, y él nos ponga en ese camino.

Pero no sólo hay una equivocada preeminencia en planear las cosas materiales, es muy común el olvido que ya mencione en el tema de la semana pasada, y es el olvidar evaluar nuestro carácter, y las metas que queremos alcanzar con nuestro carácter, metas que tienen íntima relación con el conocimiento de Dios.

Por eso si en nuestra agenda está el mejorar nuestro carácter entonces hay cosas que no podemos dejar de hacer para poder lograr el objetivo, como por ejemplo:

1. En este año debo mejorar la forma en que me comunico con Dios, es decir más que hablar y decir lo que pensamos debemos poner más atención a lo que él nos habla a través de su palabra y sus promesas.

2. En este año precisamente por decidir confiar en sus promesas debo aprender a superar con mucha más rapidez y más ánimo, aquellos eventos que me suceden que no me gustan o no entiendo. Debo recuperar rápidamente el gozo y la paz perdida.

3. En este año la manifestación del amor de Dios a través de mi vida tienen que ser más real, igualmente su paciencia, su benignidad, su generosidad, su perdón, etc.

4. En este año no sólo voy a seguir obedeciendo a Dios en todo aspecto, sino que además debo aprender a descansar con una mayor profundidad respecto de mi presente y mi futuro.

5. En este año debo aprender a ser mas tierno pero firme, al corregir a las personas que Dios ha colocado bajo mi autoridad.

Estos son el tipo de objetivos que realmente debemos tener de acuerdo a nuestra situación. Y por supuesto son muchísimo más importantes que todos los objetivos materiales que podamos tener.

Pero para que todo no termine sólo en buenas intenciones, es importante que junto con estas metas que tienen que ver con nuestro carácter, también debemos planear cómo utilizar adecuadamente los recursos que Dios nos ha dado para alcanzar esas metas.

Y entonces los objetivos podrían ser:

1. El año pasado me perdí más de la mitad de las reuniones de la iglesia, lo cual quiere decir que fueron muchas las enseñanzas que me perdí, por esto este año planeo asistir como mínimo al 80% de las reuniones.

2. El año pasado teniendo oportunidad de ser pastoreado no lo aproveche, este año voy a aprovechar la dirección que Dios a través de sus siervos me quiere dar.

3. El año pasado no acepte que nadie se metiera en mi vida, este año quiero aprovechar y aprender a recibir la corrección que me hagan, sin molestarme, y agradeciendo de todo corazón a aquel que me corrige.

4. El año pasado escasamente leí las escrituras, pero este año mi dedicación a escudriñar las escrituras tiene que ser mucho más seria, de tal manera que pueda tener el conocimiento y la mansedumbre para poder explicar a otros porque creo en Dios.

En todas estas cosas que he mencionado, el ejemplo perfecto de todas ellas es el Señor Jesús.

CINCO ASPECTOS IMPORTANTÍSIMOS

Haciendo un resumen hasta este momento, ya está claro que los aspectos materiales son poco importantes, sin embargo deben ser planeados con la dirección de Dios, y ejecutados en su perfecta voluntad si así Dios lo quiere. (Casa, carro, trabajó, estudio, negocios, matrimonio, hijos, etc.)

También está claro que debemos planear lo que debe pasar con nuestro carácter, para que éste se asemeje cada vez más al carácter de su Hijo Jesús. (Eso tiene íntima relación con una manifestación más abundante del fruto del Espíritu Santo)

Y por supuesto para lograr esos objetivos debemos planear aprovechar bien las herramientas que Dios nos ha dado, la iglesia y sus actividades, su palabra, y los hermanos en la fe.

Todo esto tiene íntima relación con la buena administración de nuestro tiempo. Porque Dios siempre nos da el tiempo suficiente para hacer su voluntad, cuando no la hacemos, no es porque no nos alcance si no porque estamos administrando mal el tiempo.

Teniendo en cuenta todo esto, quiero que por ultimo pasemos a revisar cinco aspectos que son supremamente importantes, porque con base en ellos Dios premiara nuestra vida en su presencia.

Son aspectos que tienen que ver con la entrega de galardones y coronas que representan la autoridad que nos será dada en la eternidad. Por lo tanto son aspectos que no pueden ser olvidados en nuestros planes, no solamente de este año sino de toda nuestra vida. Estos aspectos importantes que voy a mencionar no necesariamente en orden de importancia, son:

A. DOMINAR EL VIEJO HOMBRE.

1 Corintios 9:24 al 25 ¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis. 25Todo aquel que lucha, de todo se abstiene; ellos, a la verdad, para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible.

El apóstol Pablo toma el ejemplo del atleta, y creo que la mayoría sabemos qué los atletas si quieren alcanzar éxito deben abstenerse de muchas cosas que podríamos catalogar como buenas, pero que no contribuyen en su exigente preparación física.

¿Será un delito que un atleta coma mal, o que trasnoche, o que no haga ejercicio? No. Pero si esa es su forma de vida no obtendrá el éxito. Además si el atleta no llega de primero ya no es lo mismo, si un atleta dice que llegó de quinto o de octavo…

De la misma forma los cristianos tenemos derecho a hacer muchas cosas, pero:¿ Cuantas de esas cosas nos ayudan o nos hacen mas lentos, para hacer la voluntad de Dios?

A usted le fascina el deporte, le fascina viajar, le fascina ver películas, le gusta dormir tarde o acostarse temprano, y cuando está cansado no hace nada, etc. ¿Pero cuántas veces por hacer esas cosas a las que tenemos derecho, no hacemos cosas mejores?

Ahora, usted las puede seguir haciendo, y puede seguir dedicándole a su vida cristiana el poco tiempo que le dedica, porque está ocupado haciendo cosas que no son malas, o porque está cansado… Pero no va a recibir el mismo premio que aquel que se abstiene de hacer esas cosas, por hacer cosas mejores. Por eso el apóstol continúa diciendo:

1 Corintios 9:26 al 27 Así que, yo de esta manera corro, no como a la ventura; de esta manera peleo, no como quien golpea el aire, 27sino que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre, no sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado.


B. RESISTIENDO LAS PRUEBAS.

Santiago 1:12 Bienaventurado el hombre que soporta la tentación, porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida que Dios ha prometido a los que lo aman.

En el punto anterior estuvimos hablando de cosas que no son pecado pero que ocupan nuestro tiempo de tal manera que es poco lo que podemos hacer en la voluntad de Dios. En este punto ya no se trata de cosas que no son pecado, sino de cosas que sí son pecado y que por supuesto debemos resistir.

Cuando pienso en la corona de la vida, pienso en toda esa enorme capacidad que Dios nos ha dado para disfrutar de una vida maravillosa, completamente libres del pecado. Esto implica por supuesto una férrea confianza en Dios, que es en realidad lo que está siendo probado para que crezca en cada prueba.

Pues una prueba siempre coloca mínimo dos alternativas; ¿Hago la voluntad de Dios en medio de esta circunstancia, o no hago la voluntad de Dios para salir libre de esta situación?

Estoy en una situación complicada, pero a través de una pequeña mentira puedo salir de ella… ¿Que voy a hacer?

Estoy en una situación económica apretada pero a través de un pequeño engaño puedo mejorar la situación… ¿Qué voy a hacer?

Hay algo que deseo de todo corazón pero para obtenerlo tengo que infringir un principio espiritual… ¿Qué voy a hacer?

Las pruebas siempre tienen la tendencia de llevarnos a infringir algún principio espiritual, sin embargo existe la promesa de parte de Dios de que jamás seremos probados más allá de nuestra capacidad. Esto quiere decir que siempre podemos salir victoriosos en las pruebas. Y aquel que lo haga será premiado con la corona de la vida.


C. GANANDO ALMAS.

1 Tesalonicenses 2:19 al 20 pues ¿cuál es nuestra esperanza, gozo o corona de que me gloríe? ¿No lo sois vosotros, delante de nuestro Señor Jesucristo, en su venida? 20Vosotros sois nuestra gloria y gozo.

Otro de los premios, esperanza, gozo o corona dice el apóstol, es para los ganadores de almas. En otra parte también dice:

Filipenses 4:1 Así que, hermanos míos amados y deseados, gozo y corona mía, estad así firmes en el Señor, amados.

Ciertamente existe aquel que tiene el don de Evangelista, pero eso no es una disculpa para aquellos que no lo tenemos. Todos de una manera u otra debemos compartir nuestra fe en el Señor con los demás. Es un acto de amor y misericordia para ellos, y es una manifestación de cuánto apreciamos la salvación que hemos recibido de parte de Dios.

No se trata de pararse en un estadio, ni de pararse en la esquina de la cuadra a no ser que Dios se lo ordene, se trata de hacer cosas que permitan que otros reciban el mensaje de salvación, grupos de oración, invitar a las reuniones, compartir de Cristo, orar por el crecimiento de la iglesia, etc.

Es posible que algunos al pensar en este objetivo tengan que comenzar por mejorar drásticamente su vida cristiana y su conocimiento de la escritura, para dar buen testimonio. Otros a lo mejor ya tiene un buen testimonio y saben lo suficiente pero no lo están compartiendo.

D. APACENTANDO LA GREY DE DIOS.

Pero no sólo hay corona para que el que gana almas, también para aquellos que las cuidan. Dice la escritura:

1 Pedro 5:4 Y cuando aparezca el Príncipe de los pastores, vosotros recibiréis la corona incorruptible de gloria.

Es triste y es muy común que muchos cuando tienen la posición que deben usar para cuidar a los discípulos, comienzan a usarlos, y se cumple en ellos las palabras tan duras que dicen:

2 Pedro 2:2 al 3 Y muchos seguirán sus disoluciones, por causa de los cuales el camino de la verdad será blasfemado, 3y por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas. Sobre los tales ya de largo tiempo la condenación no se tarda, y su perdición no se duerme.

Pero así como estos no escaparán de la condenación, aquellos que con sinceridad y con sabiduría cuiden de aquellos que el Señor ha ganado, serán premiados con la corona incorruptible de gloria.

A algunos les parece muy difícil pastorear a otros, pero la realidad es que el pastoreo no es sino el reflejo de lo que es nuestra relación con Dios. Es decir si hemos aprendido a ser buenos cristianos tendremos la capacidad de enseñar a otros también a serlo.

A más de uno, más de una vez, les he dicho que yo les doy exactamente los mismos consejos que les doy a mi esposa y a mis hijos.

Pues para pastorear a otros no se trata de obtener cierto conocimiento para que ellos lo apliquen mientras nosotros no. Eso es no sólo muy grave sino muy feo.

Eso quiere decir que si su vida espiritual progresa, entonces usted progresará en la capacidad de enseñarle a otros que saben menos que usted.

E. AMANDO SU VENIDA.

Estas cuatro cosas que he mencionado, dominar el viejo hombre, resistir las pruebas, ganar almas y pastorearlas, son todas cosas que producen mucho crecimiento espiritual, mucho gozo y fortaleza en nuestra vida.

Allí a veces lo difícil es romper esa actitud de no hacer nada y comenzar a hacer, porque le creemos al Señor, y en la medida en que las hagamos las disfrutaremos, y en la medida en que las disfrutemos, desearemos hacerlas más, y se convertirán en un círculo que nos permitirá vivir una vida realmente espectacular.

La última cosa que voy a mencionar que posiblemente es la más importante, es la corona de justicia que recibiremos todos los que amemos la venida del Señor.

2 Timoteo 4:8 Por lo demás, me está reservada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no solo a mí, sino también a todos los que aman su venida.

Pero ojo, no es aquel que está tan aburrido de la vida que desea que el Señor venga y acabe con su aburrimiento. Tampoco es aquel que está tan resentido que quiere que el juicio de Dios extermine a todos los incrédulos.

No. En realidad se trata de aquel que camina con el Señor porque le cree, que hace su voluntad y se goza en ella, pero que está tan enamorado del Señor que quisiera estar ya con él.

Que por otro lado también se duele del dolor de la gente, se duele de la injusticia, y sabe que con la venida del Señor todo esto terminará. Pero también sabe que su venida dará fin a la oportunidad de salvación de muchos, y por eso insiste en colaborar con la obra de Dios.

A este respecto el apóstol Pablo escribió:

Filipenses 1:21 al 26 Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia. 22Mas si el vivir en la carne resulta para mí en beneficio de la obra, no sé entonces qué escoger. 23Porque de ambas cosas estoy puesto en estrecho, teniendo deseo de partir y estar con Cristo, lo cual es muchísimo mejor; 24pero quedar en la carne es más necesario por causa de vosotros. 25Y confiado en esto, sé que quedaré, que aún permaneceré con todos vosotros, para vuestro provecho y gozo de la fe, 26para que abunde vuestra gloria de mí en Cristo Jesús por mi presencia otra vez entre vosotros.

¿Sabías qué?

La iglesia es una entidad sin ánimo de lucro, por esta razón para funcionar dependemos primeramente de Dios, y de las ofrendas, donaciones o contribuciones que sus miembros, amigos o simpatizantes quieran hacer, lo cual, si Dios lo coloca en tu corazón puedes hacer a través de las siguientes opciones.

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