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FE DEBIL O POCA – PARTE 5

I. INTRODUCCIÓN

La fe muerta, es la enorme fe que tienen muchos hombres, en que Dios con su poder hará las cosas como ellos quieren que sean hechas. Pero desafortunadamente para ellos, esta fe no cumple los requisitos para que Dios otorgue la salvación, porque los de la fe muerta en realidad no han podido reconocer a Jesús como su Señor y como su Salvador, sino sólo como el Dios bombero.

Porque cuando alguien reconoce de manera auténtica a Jesús como su Señor, lejos de pedir que las cosas sean hechas como el quiere, deseara más bien que las cosas sean hechas como Dios quiere, porque él es el Señor y porque los planes que tiene para nosotros, son muchísimo mejor qué lo que nosotros podemos imaginar. Por esto su palabra dice:

Isaías 55.8–9 Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. 9Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos.

Y parte de lo que hace que esta promesa sea espectacular, es que estas palabras son dichas después de decirle al impío, al pecador que deje su camino de maldad que Dios será amplio en perdonar.

Es decir es un plan maravilloso que no viene por merecimiento, sino sólo como consecuencia de reconocer la verdad, y la verdad es que somos pecadores, por eso es que es indispensable que también reconozcamos a Jesús como nuestro salvador.

Cuando lo hacemos estamos reconociendo que hacemos las cosas mal y por esta misma razón tampoco insistiremos en nuestros planes, sino que también al igual que aquel que lo reconoce como su Señor, deseara que la voluntad de Dios se haga en su vida.

Es decir hay una doble razón que indica que una verdadera conversión, nos lleva a desear que la voluntad de Dios se cumpla en nuestra vida.

Ya vimos también que un problema similar pero agravado, lo tienen los de la fe fingida, que como explicamos se refiere a un cristianismo fingido, pues ellos para poder decir que están viviendo de acuerdo a la voluntad de Dios, han pervertido la palabra de Dios, para que lo que ellos desean hacer parezca la voluntad de Dios, y poder así calmar su conciencia y poder seguir llamandose cristianos.

Estos dos clases de creyentes tiene una fe dividida, pues aunque confían en el poder de Dios, no confían en la voluntad de Dios, y por eso les decía la semana pasada, que en estos casos el hombre necesita ser quebrantado para que deje de confiar en sí mismo y pueda confiar en Dios.

Un texto creo que muy conocido por lo mucho que lo usan los cristianos, que habla de esto mismo es el siguiente:

Jeremías 17.5 Así ha dicho Jehová: Maldito el varón que confía en el hombre, y pone carne por su brazo, y su corazón se aparta de Jehová.

Y lo que en realidad este texto está diciendo, es que toda esa autoconfianza que los hombres quieren obtener o quieren inculcar en las personas que dicen amar, cuando el resultado es no depender de Dios, hace que los hombres vivan en maldición.

Este principio es algo que resulta muy fuerte y muy absurdo para aquellos que no confían en Dios, sin embargo las evidencias de vivir bajo maldición las podemos ver en el mundo que nos rodea, donde la maldad de los hombres que se gobiernan así mismos se hace cada vez más evidente.

En los gobiernos democráticos podemos ver qué manera continua que aun los presidentes son acusados de diferentes delitos. Pero no sólo la clase política está muy corrompida, la policía el ejército, y los entes encargados de vigilar que las cosas sean hechas de manera correcta, también están siendo acusados de corrupción y de maldad.

Estos mismos males pero aumentados los podemos encontrar en los gobiernos comunistas, aunque ellos se presentan como los liberadores de la opresión de los ricos. Pero cuando llegan al poder han demostrado ser muchísimo más malos y han esclavizado a los pueblos haciéndolos sufrir muchísimo más que en los gobiernos democráticos.

Un ejemplo actual y real es china, donde todos los grupos religiosos están siendo perseguidos, asesinados, y dónde sacan los órganos de las personas sin usar anestesia, para que los órganos salgan más saludables y lograr así mejor precio al venderlos…

Por supuesto; no podemos negar que también hay grupos de buenas personas, personas que luchan contra todo este tipo de maldad, para tratar de que el mundo sea un mejor lugar para vivir. Sin embargo, lo que la gran mayoría no entiende, es que a pesar de toda la maldad que hay en el mundo ese no es verdaderamente el problema.

Puede sonar contradictorio, pero la verdad es que el problema no es toda la injusticia, o el daño que esta está causando, pues todo eso tiene solución. El problema realmente es algo muchísimo, muchísimo más serio, muchísimo más grave, y de una magnitud inimaginable para los hombres.

Y una de las razones por las cuales el problema es muchísimo, muchísimo más grave, es que los seres humanos se ríen del verdadero problema.

Es decir; como estará de mal el hombre que se gobierna así mismo ignorando a Dios, que cuando se le explica cuál es el verdadero problema, el se ríe, se burla y le parece ridículo que digamos que ese es el problema. Y esta respuesta que menosprecia por completo la verdad, hace imposible que se pueda solucionar.

¿De qué estoy hablando o cuál es el verdadero problema? El Señor Jesús lo dijo de la siguiente manera:

Mateo 10:28 Y no temáis a los que matan el cuerpo, mas el alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno.

Estas palabras fueron dichas después de que Jesús les contó a los discípulos de toda la persecución que iban a sufrir. Persecución que sufrieron al inicio del cristianismo y persecución que sufrirán en la gran tribulación.

Pero a pesar de lo terrible que será eso, el Señor Jesús nos está diciendo que cualquier cosa que nos puedan hacer mientras estemos aquí en la tierra, no es verdaderamente el problema, por eso no debemos temer, ni siquiera si nos van a matar, que es considerado uno de los actos más malvados o de mayor injusticia.

Pero a lo que sí debemos tener muchísimo miedo, es que por ceder o evitar la persecución, podemos terminar en el infierno.

Esto es igual a decir que no debemos tener miedo de los hombres, pero si debemos tener muchísimo miedo de que por no confiar en el Señor, terminemos en el infierno.

Porque aunque no hay muchos pasajes que hablen o nos describan el infierno, lo que tenemos es más que suficientemente y muy aterrador, como por ejemplo:

Apocalipsis 14.10–11 él también beberá del vino de la ira de Dios, que ha sido vaciado puro en el cáliz de su ira; y será atormentado con fuego y azufre delante de los santos ángeles y del Cordero; 11y el humo de su tormento sube por los siglos de los siglos…

La descripción me parece muy insistente, al decir que el vino de la ira de Dios que ha sido vaciado puro, es lo que tendrá que beber aquel que se pierda y que además será atormentado con fuego y azufre por los siglos de los siglos…

¿Y quiénes son los que van experimentar esta condenación eterna? Si nos devolvemos un par de versículos podemos leer:

Apocalipsis 14.9–10 Y el tercer ángel los siguió, diciendo a gran voz: Si alguno adora a la bestia y a su imagen, y recibe la marca en su frente o en su mano, 10él también beberá del vino de la ira de Dios…..

Pues serán todos aquellos que confíen en un sistema de gobierno que se va a levantar en el mundo, donde uno de los énfasis será negar toda divinidad; negar el cristianismo. De tal manera que sólo quede la confianza en los hombres y en sus gobernantes.

Y nuevamente al final del verso 11 repite:

Apocalipsis 14.11 Y no tienen reposo de día ni de noche los que adoran a la bestia y a su imagen, ni nadie que reciba la marca de su nombre.

Nuevamente menciona condenación eterna, sin reposo, para todo aquel que confié en ese gobernante y reciba la marca de su nombre. Y si vamos un capítulo atrás en el libro Apocalipsis, podemos ver la razón por la cual la gente recibirá la marca de la bestia…

Apocalipsis 13.16–18 Y hacía que a todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, se les pusiese una marca en la mano derecha, o en la frente; 17y que ninguno pudiese comprar ni vender, sino el que tuviese la marca o el nombre de la bestia, o el número de su nombre. 18Aquí hay sabiduría. El que tiene entendimiento, cuente el número de la bestia, pues es número de hombre. Y su número es seiscientos sesenta y seis.

Los hombres que en esa época reciban la marca de la bestia, lo harán para poder vivir en este mundo sin la persecución del gobierno. Y para hacer esto por supuesto que debemos creer en las buenas intenciones del gobierno.

Es por esto que los cristianos no podemos perder de vista, una realidad espantosa que también es ignorada en el mundo. La escritura dice:

1 Juan 5.19 Sabemos que somos de Dios y que el mundo entero está bajo el poder del maligno.

Y como el mundo entero está bajo el poder del maligno, por esta razón, el maligno a través de las personas que tienen poder, está preparando a la humanidad para que cuando llegue el momento, los hombres reciban la marca de la bestia, con la esperanza de una mejor vida aquí en la tierra.

Yo estoy convencido que esta plandemia es parte de la preparación para ese momento. Porque veo como con mucha facilidad los hombres están siendo obligados, a hacer muchas cosas que no son lógicas ni sensatas, que no tienen razón de ser.

Y donde el resultado final será colocarse una vacuna, aunque los laboratorios que las fabrican no responden por las malas consecuencias, y los gobiernos que obligan a las personas a vacunarse tampoco responden por ninguna mala consecuencia…

Y sin embargo han logrado a través de los noticieros aterrorizar tanto a la gente, y no perdamos de vista que el miedo es la herramienta más poderosa que usa Satanás, y por esto llenos de miedo la gran mayoría de la gente se está vacunando o quiere vacunarse… Porque confían en sus gobernantes.

Pero aclaro que no estoy diciendo que el que se vacune se condena. No, de lo que estoy hablando es del miedo, que hace que los hombres sean capaces de renunciar a todos sus derechos, para según ellos buscar vivir mejor y no ser perseguidos. Y si vemos nuevamente el verso 18.

Apocalipsis 13.18 Aquí hay sabiduría. El que tiene entendimiento, cuente el número de la bestia, pues es número de hombre. Y su número es seiscientos sesenta y seis.

El famoso 666. Los números en la escritura tienen cierto significado, por ejemplo el número ocho significa un nuevo comienzo. El octavo día de la semana en realidad es el primero de la siguiente semana; un nuevo comienzo. Ocho personas sobrevivieron al diluvio para un nuevo comienzo de la humanidad. David era el octavo hijo de Isaí, David era un nuevo reinado para reemplazar aquel rey en el que el pueblo confió.

El número seis representa al hombre. El número tres representa a Dios, y cuando colocamos tres veces el número del hombre, 666, el mensaje es que el hombre se está haciendo asimismo dios.

Y creyéndose Dios va a pedir que todo el mundo confíe en él, y quienes confíen en el, y en el gobierno que establecerá, se perderán eternamente.

Cuando la confianza del hombre en sí mismo o en otros hombres le lleva a ignorar a Dios, el resultado será la condenación eterna.

La pregunta es: ¿Tenemos la suficiente confianza en Dios para no temer a nada, ni siquiera a la muerte, y siendo libres de todo temor poder hacer la voluntad de Dios?

Y otra pregunta muy importante es: ¿Tenemos la suficiente sabiduría para saber, cuándo no hacer caso, a lo que el gobierno o a lo que alguna autoridad nos pide, por estar en contra de la voluntad de Dios?

Porque recordemos que hacer caso a la autoridad en contra de la voluntad de Dios, por supuesto que es pecado, qué muestra que confiamos más en los hombres que en nuestro buen Dios.

Cuando lo correcto es, como escribe el apóstol Pedro, qué nuestra confianza en Dios y la sabiduría que proviene de El, nos permita disfrutar de lo que ya nos ha dado y del futuro que nos espera. Y por eso podemos leer que el apóstol escribe:

1 Pedro 1:3 al 4 Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos, 4para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros…

Aunque indudablemente es muchísimo mejor vivir la vida contando con el amor, el respaldo y la dirección de Dios… De todos modos el premio gordo, la verdadera bendición vendrá después de la muerte, cuando ocurra la resurrección o el rapto, de cuál tengo la esperanza de estar vivo cuando ocurra.

Y esta esperanza en la eternidad, esperanza que es real gracias a su misericordia que nos hizo renacer… Es precisamente de lo cual se burlan de nosotros los que no creen en Jesús.

Sin embargo; es esta esperanza la verdadera motivación para mantenernos firmes en los momentos difíciles, en las pruebas y las tentaciones. Pero la clave para todo esto, continúa diciendo el pasaje:

1 Pedro 1:5 que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero.

Gracias a la fe es que estamos siendo guardados por el poder de Dios para llegar a ese momento, pero, continúa diciendo el pasaje:

1 Pedro 1:6-7 En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas, 7para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo,

Sí es necesario como dice el pasaje, nuestra fe debe ser probada. Y aunque no nos guste mucho, es mejor soportar el dolor del tratamiento médico, a que la enfermedad con el tiempo nos mate , haciéndonos sufrir muchísimo más.

Probar la fe como se prueba el oro, implica someterla al fuego para poder separar todas las impurezas y que quede sólo el oro.

Eso quiere decir que nuestra confianza en Dios está contaminada con diferentes clases de fe, y las pruebas son para eliminar esas clases de fe que no sirven, y dejar solo la fe verdadera que agrada a Dios.

Hay que sacar de nuestra vida la fe muerta, qué es la que usamos en ciertos momentos cuando vemos a Dios como Dios bombero. Hay que sacar de nuestra vida la fe fingida, qué es la que nos lleva a ignorar claros principios de Dios por hacer nuestra voluntad. Y hay que sacar también otra clase de fe que tampoco sirve, que es la fe débil de la cual habla la carta a los romanos. Dice así:
Esta fe, la fe débil, solamente se menciona en la carta a los Romanos donde encontramos que dice:

Romanos 14:1 al 3 Recibid al débil en la fe, pero no para contender sobre opiniones. 2Uno cree que se ha de comer de todo; otro, que es débil, solo come legumbres. 3El que come de todo no menosprecie al que no come, y el que no come no juzgue al que come, porque Dios lo ha recibido.

El problema que se presentaba en aquella época, especialmente con los judíos, era que ellos insistían en alimentarse de acuerdo a lo mandado en la escritura bajo el viejo pacto, Y no sólo insistían en la comida sino en la celebración de las fiestas que ordenaba el viejo pacto.

Pero llega Jesús, y bajo el Nuevo Pacto todas esas cosas cambian, y entonces los judíos convertidos comienzan a notar que los gentiles que se convertían, comían de todo, y no celebraban las fiestas que ellos todavía seguían celebrando.

Y entonces a éstos judíos les parecía que estos cristianos no estaban haciendo la voluntad de Dios, y a los gentiles también le parecía que los judíos no estaban haciendo la voluntad de Dios por continuar guardando el viejo pacto.

Y entonces para los gentiles que disfrutaban de todo y menospreciaban a los judíos, por su obstinación en seguir aplicando cosas que habían quedado atrás, el apóstol les dice que no los menosprecien.

Y a los judíos que veían a los gentiles comer de todo, y que por eso pensaban que su Dios no los había recibido, el apóstol les dice, que esos, que comen de todo y que no celebran las fiestas del viejo pacto, Dios si los ha recibido.

En la carta a los Colosenses el apóstol insiste en este tema:

Colosenses 2:16,18 Por tanto, nadie os critique en asuntos de comida o de bebida, o en cuanto a días de fiesta, luna nueva o sábados…. Versículo 18 Que nadie os prive de vuestro premio haciendo alarde de humildad y de dar culto a los ángeles…

Podemos definir que el débil en la fe, es el que no entendiendo la doctrina del Nuevo Pacto, o no creyéndola, precisamente por la debilidad de su fe, insiste en abstenerse de cosas que podría disfrutar, que no son pecado, pero que por su débil conciencia él cree que lo son.

Aplicado esto a nuestro tiempo podemos decir que un débil en la fe, es aquel que ve a un cristiano que hace una fiesta en su casa para celebrar los quince años de su hija, y el débil en la fe ve esta acción como algo no santo, porque piensa que el baile no es de Dios, o que escuchar música del mundo tampoco lo es, o que tomar champaña tampoco.

Por eso podemos encontrar que muchos débiles en la fe celebran la Santa Cena con jugo de uva y no con vino, y otras muchas cosas más, como la forma de vestir, el cabello, etc.

Pero por amor al débil en la fe, la recomendación para nosotros (los que no somos débiles) es que mientras él débil en la fe crece en el conocimiento de Dios y cambia, nosotros debemos tener mucho cuidado para no ser piedras de tropiezo para ellos. Por esto el apóstol escribe:

Romanos 14:20 al 21. No destruyas la obra de Dios por causa de la comida. Todas las cosas a la verdad son limpias; pero lo malo es comer algo que haga tropezar a otros. 21Mejor es no comer carne ni beber vino ni hacer nada que ofenda, debilite o haga tropezar a tu hermano.

Notemos que el texto dice que todas las cosas a la verdad son limpias. Y por eso la única razón para no disfrutar de aquellas cosas es cuidar la vida espiritual del débil en la fe.

Por otro lado también debemos tener claro, que el débil en la fe, al no disfrutar de lo que Dios le da para disfrutar, al dejar de comer ciertos alimentos, o al imponerse duras disciplinas, no está haciendo algo que Dios prohíba.

El problema sí es, que al hacer estas cosas se crea más bueno que los demás, porque piensa que en sus duras disciplinas hay un crecimiento espiritual. Sin embargo la escritura respecto de esto dice:

Colosenses 2.20–23 Pues si habéis muerto con Cristo en cuanto a los rudimentos del mundo, ¿por qué, como si vivieseis en el mundo, os sometéis a preceptos 21tales como: No manejes, ni gustes, ni aun toques 22(en conformidad a mandamientos y doctrinas de hombres), cosas que todas se destruyen con el uso? 23Tales cosas tienen a la verdad cierta reputación de sabiduría en culto voluntario, en humildad y en duro trato del cuerpo; pero no tienen valor alguno contra los apetitos de la carne.

La escritura nos enseña que este tipo de comportamiento no tiene valor espiritual, y por eso no ayuda contra los apetitos de la carne.

Y tal vez por eso, porque se convierte en un aguantarme las ganas de hacer algo que me gustaría hacer, es que los débiles en la fe tratan de que otros cumplan sus normas. Y aún he escuchado a algunos que dicen sentir envidia de lo que otros disfrutan y ellos no.

Ahora cuando el apóstol nos piden que tengamos cuidado con nuestro comportamiento para no hacer tropezar a los débiles es la fe, lo que en realidad nos está diciendo, es que el débil en la fe tiene el grave problema que colocar los ojos en los hombres y no en Dios.

Y el resultado de esta debilidad en la fe, es que hace que ellos hagan o dejen de hacer la voluntad de Dios, dependiendo de si otros cristianos la hacen o no la hacen.

Si otros no estudian con juicio las escrituras, él tampoco lo hace; si otros no tienen grupo de oración o discípulos, el tampoco; si otros no son fieles con los diezmos, el tampoco; sí otros no edifican a su esposa y familia, el tampoco…

Esto por supuesto es una forma de vivir muy necia. Siempre he dicho que es como si alguien tiene la oportunidad de estudiar en la universidad, y al ver que sus compañeros son vagos, él actúa de la misma manera.

Mientras que lo correcto es que cada uno haga lo que ha entendido que Dios le pide que haga, así otros hagan o dejen de hacer.

Por otro lado; sí está rodeado de gente espiritual, de gente madura, seguramente se motivara a hacer lo mismo que ellos hacen, cosa que parece buena pero que en realidad no lo es tanto.

Porque el asunto con Dios no es solamente si estamos haciendo o no lo correcto. El asunto es que cualquier cosa que hagamos tenemos que hacerlo para el Señor, o no tendrá verdadero valor.

Sí usted es fiel con sus finanzas porque otro es fiel… No es igual a que si usted es fiel por su amor al Señor. Y por esto en este mismo pasaje el apóstol enseña:

Romanos 14:5 al 6 Uno hace diferencia entre día y día; otro juzga iguales todos los días. Cada uno esté plenamente convencido en su propia mente. 6El que hace caso del día, lo hace para el Señor; y el que no hace caso del día, para el Señor no lo hace. El que come, para el Señor come, porque da gracias a Dios; y el que no come, para el Señor no come, y da gracias a Dios.

Y si en estas cosas en que Dios ha dado libertad, por su poca importancia, de todos modos hay que hacerlas como para el Señor. ¿Qué diremos de las cosas que Dios sí ha mandado hacer?

Pues que es importantísimo hacerlas, y dejar de hacerlas o hacerlas simplemente porque otros las hacen, está muy mal y es pecado. La escritura confirma esto que acabo de decir cuando dice:

Colosenses 3:23-24 Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres; 24sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís.

Más aún, muchas veces he visto a los cristianos hacer una cantidad de cosas no para el Señor sino para los hombres, y cuando hacen así, esto no trae buenos resultados espirituales, pues hacer para los hombres implica que estoy confiando y esperando recibir de los hombres y no de Dios.

Y entonces he visto que Dios se encarga de que esos hombres para los cuales usted hace, no le agradezcan, o peor aún, le paguen mal… Y cuando usted se queda sin recompensa, entonces es cuando tiene la opción de aprender, que las cosas no se deben hacer para los hombres, sino para Dios, el cual siempre paga de la manera adecuada. Los hombres no.

Y por esto el apóstol Pablo, nos dice que si estamos viviendo para agradar a los hombres entonces en realidad no estamos sirviendo a Dios. Dice así:

Gálatas 1:10 Pues, ¿busco ahora el favor de los hombres, o el de Dios? ¿O trato de agradar a los hombres? Pues si todavía agradara a los hombres, no sería siervo de Cristo.

Y en ese caso en particular, el apóstol se estaba refiriendo a que ellos estaban torciendo la doctrina por agradar a los hombres. Como quien dice un revuelto de fe débil que depende de los hombres, y de fe muerta o fingida.

Lo correcto en todo esto es, que los cristianos aprendamos a seguir al Señor poniendo los ojos en el Señor.

Ya leímos el versículo que dice que hagamos todas las cosas de corazón como para el Señor, es decir para Dios todo poderoso, con una conciencia clara de que al Señor de Señores es al que servimos.

Y en otras ocasiones debemos poner los ojos en el ejemplo de Jesús, pues la escritura dice:

Hebreos 12:2 puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.

¿Y que debemos hacer si los cristianos fallan? En primer lugar recordar las palabras del apóstol Pablo cuando dice:

Romanos 3.3-4. ¿Pues qué, si algunos de ellos han sido incrédulos? Su incredulidad, ¿habrá hecho nula la fidelidad de Dios? 4¡De ninguna manera! Antes bien, sea Dios veraz y todo hombre mentiroso

Pero en lugar de hacer caso a esto, lo que muchos creyentes viven es un ascensor espiritual, pues como su vida espiritual depende de lo que otros hagan, aveces estarán muy motivados por un buen testimonio, pero otras veces estarán en el piso porque descubrieron los pecados de algún creyente.

Recuerdo haber estado en una organización cristiana que cuando se descubrieron los pecados del líder, algunos siervos de Dios llegaron a decir que había perdido su confianza en Dios, y dejaron de servirle, lo cuál es una muestra clara de que su confianza no estaba en Dios sino en aquellos líderes, lo cual es evidencia de su debilidad en la fe.

¿Qué otras cosas distinguen al débil en la fe? Pues como su fe depende de los hombres y no de Dios, estará muy atento a lo que los hombres hacen, y eso hará que se vuelvan personas que juzgan continuamente a los demás. Y por supuesto no con un buen juicio, por eso el apóstol escribió:

Romanos 14:4 ¿Tú quién eres, que juzgas al criado ajeno? Para su propio Señor está en pie, o cae; pero estará firme, porque poderoso es el Señor para hacerlo estar firme.

También allí debemos incluir a aquellos que cuando la embarran, siempre tienen como justificación a su embarrada, que el otro la embarro primero.

¿Y porque le pegó? Porque él me pegó primero. ¿Y porque fue grosero? Porque él fue grosero primero. Eso es ser débil en la fe, eso es no vivir para Dios, eso es vivir dependiendo de los hombres… Y eso implica una maldición, que es en realidad no disfrutar de la bendición de Dios.

Pero hay otro mal en el que caen los débiles en la fe, y es que como ellos creen que están haciendo lo correcto, buscan que los demás vivan de acuerdo con su conciencia, y no de acuerdo a la conciencia que ellos tienen delante de Dios.

Por esto el apóstol les escribe, y ya lo leímos:

Romanos 14:6 El que distingue un día de otro, lo hace para el Señor; y el que no distingue el día, para el Señor no lo hace. El que come, para el Señor come, porque da gracias a Dios; y el que no come, para el Señor no come, y también da gracias a Dios.

Y nuevamente insisto, que hay que tener claro que cuando el apóstol dice que hay que recibir y no contender sobre opiniones, se refiere asuntos en los cuales hay libertad, y cada uno de acuerdo a su conciencia debe actuar. Es decir no se refiere a cosas claramente definidas en las escrituras.

No se está diciendo en ningún momento, que si él en su conciencia no le parece malo matar, pues que tranquilo, o que si no le parece malo mentir, puede hacerlo. O cualquier otra cosa que está claramente definida en la escritura.

Porque cuando una persona insiste en hacer cosas que están prohibidas en la escritura, esta persona no tiene fe débil, tiene es una fe fingida y está buscando vivir un cristianismo falso, lo cual ya es considerado como vimos en la escritura un acto de blasfemia que debe ser reprendido

RECOMENDACIONES

Haciendo un resumen podemos hacer las siguientes recomendaciones:

1. VIVA PARA DIOS.

Romanos 14:7 al 8. Ninguno de nosotros vive para sí y ninguno muere para sí. 8Si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. Así pues, sea que vivamos o que muramos, del Señor somos.

La idea es que llegue el momento en que si nosotros estamos haciendo la voluntad de Dios, no nos importe que lo que diga la gente. Que no nos importe si nos juzgan mal, que no nos importe si no nos creen, o si nos critican y nos hacen a un lado… Porque lo único importante para nosotros es que estemos haciendo la voluntad de Dios.

2. A DIÓS HAY QUE DAR CUENTA NO A LOS DEMÁS….

Romanos 14:12 De manera que cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí…

3. NO HAGA TROPEZAR A SU HERMANO

Romanos 14:13 Así que, ya no nos juzguemos más los unos a los otros, sino más bien decidid no poner tropiezo u ocasión de caer al hermano.

Según lo que hemos visto estas semanas en este estudio de la fe, vemos que los hombres se acercan a Dios con diferentes clases de fe, que no les sirve para que puedan recibir la verdadera bendición de Dios.

La fe verdadera que nos permite recibir la bendición de Dios, es aquella que como dije al comienzo, nos lleva a reconocer a Jesús como nuestro Señor… Como el dueño de nuestras vidas, como aquel que nos ama y tiene un plan maravilloso para nosotros, y por eso nos disponemos a hacer su voluntad en todo momento.

Sin embargo debemos entender que está fe, aunque sea real y aunque esté puesta en el Señor, es una fe muy pequeña comparada con la confianza que debemos tener en Dios y ademas esta contaminada por las otras clases de fe que no sirven.

Por eso también como ya vimos, si es necesario nuestra fe tiene que ser probada. No sólo para sacar de nuestra vida la fe muerta, la fe fingida y la fe débil, sino para que nuestra auténtica fe que es poca, vaya creciendo cada día más.

Los discípulos de Jesús en cierta ocasión reconocieron su poca fe, por eso le pidieron al Señor que aumentará su fe, para poder hacer así la voluntad de Dios.

Si miramos los versículos y el contexto donde se menciona la poca fe, vamos a ver que tiene que ver con el sustento que necesitamos, la protección de Dios, y el poder para actuar en su voluntad. Por ejemplo: Sustento

Mateo 6:30 Y si a la hierba del campo, que hoy es y mañana se quema en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más por vosotros, hombres de poca fe?

El temor a no tener las cosas necesarias lleva a muchos a ser esclavos del mundo, perdiéndose la oportunidad de hacer la voluntad de Dios. Protección:

Mateo 8:26 Él les dijo: -¿Por qué teméis, hombres de poca fe? Entonces, levantándose, reprendió a los vientos y al mar, y sobrevino una gran calma.

El miedo es otro de los enemigos que nos puede paralizar. Poder:

Mateo 14:31 Al momento Jesús, extendiendo la mano, lo sostuvo y le dijo: -¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?

No confiar en el poder y respaldo de Dios también pueden impedirnos hacer la voluntad de Dios.

Este problema de la poca fe, realmente creo que es menos grave que el de la fe muerta, el de la fe fingida, y el de la fe débil, ya que estas son deformaciones de la fe o aberraciones de la fe, mientras que la poca fe es sencillamente eso, poca fe.

No me mal interpreten, de todos modos es pecado tener poca fe, porque resulta igualmente ofensiva a Dios…. Pero en esta poca fe no hay que hacer las correcciones que en los otros males, sino simplemente hacerla crecer.

¿Qué que hay que hacer cuando notamos que nuestra poca fe nos lleva a preocuparnos por el sustento, o cuando sentimos miedo por las situaciones que nos rodean o cuando no confiamos en el poder de Dios para actuar haciendo su voluntad?

Lo primero que tenemos que hacer es; pedir perdón a Dios por nuestra poca fe. Su palabra dice:

1 Juan 1:9 Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad.

Dios nos ha dado una provisión para el pecado pero ésta no puede ser aprovechada si no reconocemos y confesamos nuestros pecados…. Por eso por terrible que sea la situación siempre la solución comienza con la confesión del pecado.

La promesa es doble…. Perdonarnos…. Y limpiarnos, lo cual implica normalmente el tratamiento necesario para cambiar. En este caso esa mala actitud del corazón que hace que nuestra fe no sea la que Dios desea.

Lo segundo que debemos hacer es prepararnos para ser tratados por Dios.

1. Esto es algo que debe comenzar en oración….

Pidiéndole a Dios que esas situaciones en donde hemos fallado…. Se conviertan en situaciones donde creyendo al Señor hagamos su voluntad….

Ese es el normal ejercicio de la fe sin el cual es imposible crecer.

2. Pero también debemos recordar sus promesas, porque ellas son la clave para esperar y depender de Dios.

Pero por supuesto me estoy refiriendo a las promesas que si son para nosotros, no las que están vencidas, ni las que son para otros, ni para otros tiempos. Sino las que nos corresponden del nuevo pacto

Y entonces vamos a encontrar promesas que hablan de su amor, de su paciencia, y su misericordia, pero también de que nuestra vida será tratada para hacernos crecer. Una de las promesas que considero supremamente importante es:

1 Corintios 10:12 No os ha sobrevenido ninguna prueba que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser probados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la prueba la salida, para que podáis soportarla.

Y la considero muy importante porque esta promesa dice que nunca hay disculpa para pecar, porque Dios no se está excediendo en la forma que nos está tratando, si no que de acuerdo a lo que conoce de nosotros, nos da el tratamiento perfecto que necesitamos para ser bendecidos.

OREMOS

¿Qué clase de fe hay en nosotros?

Fe muerta que aún que nos ha permitido alcanzar muchos objetivos sin embargo no estamos genuinamente dispuestos a hacer toda la voluntad de Dios. (sólo lo que nos parece aceptable).

Fe fingida… a causa de estar protegiendo nuestros intereses y nuestros deseos… A causa de estar buscando en la Biblia respaldo para lo que queremos hacer…. A causa de no ser verdaderamente íntegros y dedicados en el estudio de la palabra…. Nos es fácil creer lo que cualquiera diga porque nos gusta….

Fe débil…. Una fe basada en el cristianismo de otros… Donde los testimonios de otros me motivan pero sus anti-testimonios matan nuestro cristianismo… Donde más importante es lo que otros hacen que lo que Dios dice en su palabra…

Fe poca… Una fe que no ha insistido en creerle a Dios… Que aunque tiene claridad acerca de lo que Dios desea en su vida… La transformación de su carácter para poder ser usado como un hijo de Dios que salva otros… En verdad esos objetivos no le apasionan… Y dejamos que los afanes de esta vida nos roben tiempo talentos y energía… porque aunque sabemos que es lo correcto, no estamos muy convencido del Señor y sus propósitos.

Evalúe con honestidad delante de Dios… Dele gracias si está enfocado… Pida perdón si está equivocado, y dispóngase a ser tratado por Dios, es decir dispóngase a ser bendecido por Dios…. Amén.

¿Sabías qué?

La iglesia es una entidad sin ánimo de lucro, por esta razón para funcionar dependemos primeramente de Dios, y de las ofrendas, donaciones o contribuciones que sus miembros, amigos o simpatizantes quieran hacer, lo cual, si Dios lo coloca en tu corazón puedes hacer a través de las siguientes opciones.

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