EQUIPADO PARA LA BATALLA – Temas básicos – Parte 3

Al haber creído en Jesucristo como nuestro Señor y Salvador Dios ha producido en nosotros el Nacimiento Espiritual, hemos sido hechos Nuevas Criaturas y ahora estamos en Comunión con Dios y con nuestros hermanos en la fe...

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 INTRODUCCIÓN.

Al haber creído en Jesucristo como nuestro Señor y Salvador Dios ha producido en nosotros el Nacimiento Espiritual, hemos sido hechos Nuevas Creaturas y ahora estamos en Comunión con Dios y con nuestros hermanos en la fe.

Son muchos los beneficios que hemos recibido que debemos entender y creer cada vez mejor para poder disfrutar la bendición de poder vivir haciendo la voluntad de Dios. Al hacer su voluntad, como vimos en el tema anterior, nuestra alma será sanada y además obtendremos coronas y galardones que nos servirán para seguir sirviendo a Dios en el milenio y luego por toda la eternidad.

Sin embargo el mundo sigue estando presente y nuestra alma todavía está enferma, y estas dos realidades pueden producir en nosotros el engaño de no querer vivir haciendo la voluntad de Dios, para buscar satisfacer nuestros deseos de acuerdo a esos viejos sueños y valores del mundo.

Pero como ya hemos comenzado una nueva vida, el apóstol Pablo en su carta a los Romanos nos exhorta a continuar y nos dice:

Romanos 6:19 Hablo como humano, por vuestra humana debilidad; que así como para iniquidad presentasteis vuestros miembros para servir a la inmundicia y a la iniquidad, así ahora para santificación presentad vuestros miembros para servir a la justicia.

Identificándose con nosotros el apóstol Pablo explica que por nuestra humana debilidad, servimos (pasado) a la inmundicia y a la iniquidad. Estos términos pueden parecernos fuertes si nos medimos con la justicia relativa que el mundo acepta, que muestra a los hombres como buenos. Pero si aceptamos la justa medida de Dios tendremos que reconocer que somos inmensamente pecadores, pues la vida en la carne de todo ser humano por bueno que haya sido, al no conocer a Dios no tenía otra opción sino que vivir para la injusticia.

Pero ahora como Hijos De Dios nos exhorta a que, “así como” vivimos para la injusticia…“así ahora” lo hagamos para servir a la justicia. Con la misma intensidad, con la misma dedicación, con las mismas ganas, con todo lo que esté a nuestro alcance debemos buscar vivir la nueva vida que Dios nos ofrece.

Luego nos muestra la diferencia entre el pasado que vivimos y el presente que podemos vivir:

Romanos 6:20 al 23 Porque cuando erais esclavos del pecado, erais libres acerca de la justicia. 21¿Pero qué fruto teníais de aquellas cosas de las cuales ahora os avergonzáis? Porque el fin de ellas es muerte. 22Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna. 23Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.

Sin Cristo, esclavos del pecado, éramos libres de la justicia. Eso quiere decir que era tal nuestra incapacidad de hacer el bien (de acuerdo los parámetros de Dios) que no teníamos la responsabilidad de vivir con justicia. Es más, ni siquiera sabíamos que era justicia (de acuerdo los parámetros de Dios) ¿cómo podíamos ser responsables de vivirla?

Luego el apóstol pregunta: ¿cuál fue el fruto de actuar fuera de la voluntad de Dios?

Y la respuesta es que cada uno de nosotros enfermamos nuestra alma de diferente manera, para lo cual otros nos colaboraron así como nosotros lo hicimos con ellos, cosechando como resultado muchas cosas negativas de las cuales sólo seremos verdaderamente conscientes en la medida en que siendo sanados por Dios aprendamos

a vivir esta nueva vida.

Tengamos en cuenta que lo que muchos hombres ahora están viviendo sin tener en cuenta a Dios, aunque ellos crean que es “buena vida” y que tendrán “un buen final” el apóstol dice que el fin de todas aquellas cosas es muerte. Y no se refiere a la muerte física pues para esa hay solución, se refiere a la muerte espiritual o condenación eterna.

Pero ahora libres del pecado hemos sido hechos “siervos de Dios” y tenemos como objetivo la santificación y como fin la vida eterna. Ser Santo es ser apartado para Dios, ser santificado es ser trasformado para vivir de acuerdo a esa realidad. La vida eterna en las escrituras significa varias cosas una de ellas, el conocimiento de Dios.

Juan 17:3 Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado.

Y del conocimiento de Dios, dependerá prácticamente toda nuestra vida y eternidad, pues la vida cristiana se vive colocando fe en Dios. ¿Pero cómo colocar nuestra fe en un Dios que no conocemos? Por esta razón el conocimiento de Dios, de sus propósitos y sus promesas es lo que realmente producirá enormes cambios en nuestra manera de vivir. Pero…

 

¿PODEMOS TODOS LOS CRISTIANOS VIVIR (TODO EL TIEMPO) HACIÉNDO LA VOLUNTAD DE DIOS?

Ya vimos que una de las promesas del Nuevo Pacto a través del cual nos estamos relacionando con Dios, es que Dios se encargara de que nosotros andemos por sus caminos. Eso no sólo quiere decir que Dios ha hecho y hará los cambios necesarios para que le podamos obedecer, también Dios en su soberanía “controlara” todas aquellas cosas que nosotros no podemos controlar, para que estas no nos impidan hacer su voluntad. La promesa a la que me refiero es la siguiente:

1 Corintios 10:13 No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar.

No importa el poco tiempo que lleve una persona en la vida cristiana, la promesa de Dios es que no permitirá en ningún momento una tentación que el cristiano no sea capaz de pasar victorioso.

Podemos entonces afirmar que Dios conociendo nuestra realidad espiritual, no va a permitir una situación que no seamos capaces de resistir, pero sólo será posible salir victoriosos si nos apropiamos y aprovechamos las promesas y herramientas que Dios nos da para poder soportar la tentación y no caer en pecado.

Esta promesa nos asegura que ahora tenemos victoria sobre todos aquellos pecados y debilidades en los que antes de Nacer De Nuevo no había opción de poder derrotar. Igualmente quiere decir que ahora no tenemos disculpa que sea válida para vivir en pecado. Sin embargo, a veces los cristianos no aprovechamos el recurso que Dios nos da y por esa razón el pecado toma ventaja sobre nosotros. Pero la escritura dice:

Hebreos 4:15-16 Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. 16Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.

Por esto contestando la pregunta, podemos decir que, los cristianos si podemos vivir todo el tiempo haciendo la voluntad de Dios.

Son muchas las cosas que Dios ha hecho en nuestra vida a través del Nuevo Nacimiento, vamos a revisar algunas de ellas que de manera especial debemos tener en cuenta para que podamos vivir haciendo su perfecta voluntad.

Estas son: presencia, perdón, poder, propósito y vida eterna. Y tienen las siguientes características:

A. Se reciben por gracia.

No hay que trabajar por ellas, o merecerlas pues se reciben gratuitamente.

B. Son realidad en todo auténtico cristiano.

No hay privilegios, no hay los escogidos especiales, pues son realidad en todo auténtico cristiano. Y aún si no las conocemos, o no creemos que sean realidad… Seguirán siéndolo.

C. Son realidad desde el momento del nacimiento espiritual.

Estas cosas son realidad desde el momento en que creemos en Jesucristo y Nacemos De Nuevo.

D. Estas realidades sólo se disfrutan por fe.

Por eso es tan importante conocerlas y llegar a creerlas, pues sin ellas será imposible vivir la vida cristiana.

 

I. LA PRESENCIA DE DIOS EN NUESTRA VIDA

2 Corintios 4:6 Porque Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo.

El mismo Dios que creó los cielos y la tierra es el que está en nuestro corazón para darnos el conocimiento de Dios. ¿Pero somos conscientes de esta tremenda realidad? ¿Es decir estamos viviendo conscientes de la presencia continua de Dios en nuestra vida?

Trate de imaginarse cómo sería su vida sí el mismo Señor Jesucristo caminara físicamente visible con usted paso a paso durante todo el tiempo… ¿Viviría igual que lo está haciendo ahora? ¿Sentiría temor ante alguna circunstancia? ¿Tendría temor de sus enemigos? ¿Se preocuparía por su sustento? ¿Se enojaría o diría malas palabras?

El hecho de que no lo veamos no quiere decir que no está a nuestro lado en todo momento, por eso necesitamos ser conscientes de la realidad de la presencia de Dios en nuestra vida.

 

A. LA PRESENCIA DE DIOS EN NUESTRA VIDA ES PERMANENTE.

Muchos que aceptan la presencia de Dios en sus vidas, creen que la pierden cada vez que cometen algún pecado. Siendo la presencia de Dios la garantía de nuestra salvación, al pensar que su presencia se pierde con el pecado, llegan a pensar que la salvación también se puede perder.

¿Es permanente la presencia de Dios en nuestra vida o hay algún tipo de pecado que por su gravedad haga que Dios salga de nuestra vida? (¿Algo así como pecado mortal y venial?)

El apóstol Pablo está exhortando a los Corintios pues por ciertas prácticas religiosas estaban teniendo relaciones con prostitutas. Por lo cual les dice:

1 Corintios 6:15- 16 ¿No sabéis que vuestros cuerpos son miembros de Cristo? ¿Quitaré, pues, los miembros de Cristo y los haré miembros de una ramera? De ningún modo. 16¿O no sabéis que el que se une con una ramera, es un cuerpo con ella? Porque dice: Los dos serán una sola carne.

El apóstol muestra la gravedad del pecado al decir que al tener relaciones sexuales es coger los miembros de Cristo que somos nosotros y hacerlos una sola carne con una ramera. Sin embargo a pesar de lo grave del asunto, lejos de decir que la presencia de Jesucristo los ha abandonado, los exhorta para que no cometan semejante pecado ya que “tienen a Cristo en su vida”. Y luego les insiste:

1 Corintios 6:19 ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?

Esto nos confirma con claridad que a pesar de cometer pecados graves, el Espíritu Santo sigue habitando en el creyente. Esta verdad no debe ser ignorada y debe servirnos como motivación para vivir de manera diferente, glorificando a Dios, quien es nuestro dueño.

 

B. LA PRESENCIA DE DIOS EN NUESTRA VIDA ASEGURA QUE SOMOS DE SU PROPIEDAD.

Este mismo pasaje y el versículo que sigue nos enseña que nosotros y nuestra vida no son de nuestra propiedad. (En realidad nunca ha sido nuestra pues antes éramos esclavos de Satanás)

1 Corintios 6:20 Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios.

Debemos tener conciencia clara que administramos algo que no es de nuestra propiedad, por esta razón no podemos hacer lo que nosotros queramos con nuestra vida pues a Dios, quien es nuestro dueño, tendremos que dar cuentas.

Lo correcto es que en todo momento estemos buscando cumplir con los deseos de aquel que ahora es nuestro dueño, no sólo porque él es quien tiene autoridad sobre nuestra vida, sino porque sus deseos para nosotros son tan buenos que no pueden ser superados por ningún plan personal.

Mateo 25:21 Y su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.

 

C. LA PRESENCIA DE DIOS EN NUESTRA VIDA ASEGURA NUESTRA PROTECCIÓN

Desde las escrituras del Antiguo Testamento se habla de la protección de Dios para su pueblo. Hay muchas promesas al respecto, por ejemplo:

Deuteronomio 28:7-8 Jehová derrotará a tus enemigos que se levantaren contra ti; por un camino saldrán contra ti, y por siete caminos huirán de delante de ti. 8Jehová te enviará su bendición sobre tus graneros, y sobre todo aquello en que pusieres tu mano; y te bendecirá en la tierra que Jehová tu Dios te da

Esta hermosa promesa de protección fue hecha para el pueblo de Israel bajo el Viejo Pacto. Sin embargo, bajo el Nuevo Pacto la protección que tenemos de Dios es muy superior a la ofrecida a su pueblo Israel. Pues dice la escritura:

1 Juan 5:18 Sabemos que todo aquel que ha nacido de Dios, no practica el pecado, pues Aquel que fue engendrado por Dios le guarda, y el maligno no le toca.

No se trata entonces de una protección material sino de algo mucho más valioso, impedir que Satanás toque la vida del cristiano obligándolo a pecar.

La protección ofrecida en el Nuevo Pacto no sólo es mucho más valiosa, también es mucho más segura, es decir el cumplimiento de la promesa de protección del viejo pacto dependía de la obediencia del hombre, mientras que la promesa de protección de nuestra vida espiritual es incondicional, por lo tanto se cumplirá en todo auténtico hijo de Dios.

Cuando no se ha comprendido el verdadero valor de la vida espiritual, esta promesa de protección espiritual no es apreciada como debiera serlo. (Muchos cristianos las ignoran mientras se aferran a promesas del viejo pacto que no son para ellos) sin embargo, la protección de la vida espiritual es de tal importancia que Jesús dijo:

Mateo 10:28 Y no temáis a los que matan el cuerpo, mas el alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno.

Esto nos confirma que si hay algo realmente grave en nuestra vida es el pecado, el cual puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno. Sin embargo, aunque podamos perder la vida en cualquier momento por hacer la voluntad de Dios.

Hebreos 12:4 Porque aún no habéis resistido hasta la sangre, combatiendo contra el pecado;

Esto no quiere decir que estamos a merced de cualquiera que quiera hacernos daño en cuanto a lo

físico o a las cosas materiales, pues Jesús continúo diciendo:

Mateo 10:29-31 ¿No se venden dos pajarillos por un cuarto? Con todo, ni uno de ellos cae a tierra sin vuestro Padre. 30Pues aun vuestros cabellos están todos contados. 31Así que, no temáis; más valéis vosotros quemuchos pajarillos.

Al decir esto está afirmando que cualquier cosa que ocurra en nuestra vida, no depende del poder de nuestros enemigos o amigos sino de la soberanía de Dios. Quien para bendecir nuestra vida espiritual solo permitirá que suceda lo que nos convenga. Gracias

a estas promesas podemos leer que el apóstol Pablo nos asegura, que cualquier cosa que suceda a nuestro alrededor tiene como objetivo que el maravilloso propósito de Dios se cumpla en nosotros.

Romanos 8:28  Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.

Pero para entender y disfrutar de esta especial protección hay que cumplir con el requisito de querer hacer de corazón la voluntad de Dios. Sin ese no es nuestro deseo, lo que Dios permita a nuestro alrededor será recibido como algo malo para nuestra vida y propósitos personales.

 

D. LA PRESENCIA DE DIOS EN NUESTRA VIDA ASEGURA LA DIRECCIÓN DEL ESPÍRITU SANTO.

Otra de las características que confirma que un creyente es un verdadero hijo de Dios, es que vive su vida dirigido por Dios.

Romanos 8:14 Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios.

Para hacer posible esta realidad, la presencia del Espíritu Santo en nuestra vida asegura que

recibiremos de manera permanente el conocimiento de la verdad acerca de todas las cosas.

1 Juan 2:26-27 Os he escrito esto sobre los que os engañan. Pero la unción que vosotros recibisteis de él permanece en vosotros, y no tenéis necesidad de que nadie os enseñe; así como la unción misma os enseña todas las cosas, y es verdadera, y no es mentira, según ella os ha enseñado, permaneced en él.

Esta dirección es indispensable aun para librarnos del error de aquellos, que malinterpretan las escrituras para enseñar cómo voluntad de Dios lo que no es su voluntad. En la medida en que el cristiano crezca en el conocimiento de Dios y su palabra, se hará más fácil para él, percibir y entender la dirección del Espíritu Santo en su vida.

Hebreos 5:14 pero el alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para los que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal.

Pero si el cristiano no obedece en aquellas cosas que Dios le está enseñando, ocurrirá lo contrario.

Hebreos 5:12 Porque debiendo ser ya maestros, después de tanto tiempo, tenéis necesidad de que se os vuelva a enseñar cuáles son los primeros rudimentos de las palabras de Dios; y habéis llegado a ser tales que tenéis necesidad de leche, y no de alimento sólido.

Como resultado de la desobediencia, la comprensión de la palabra de Dios será cada vez más difícil, igualmente pasara con la capacidad de discernir la voz del Espíritu Santo en su vida, hasta llegar a ser prácticamente imposible reconocerla. Esta incapacidad producida por la desobediencia lo llevara a ser una víctima fácil de las malas doctrinas, pero no por la falta de la dirección y protección de Dios, sino por la necedad de no obedecerle en aquellas cosas que ya Dios ha dado claridad en su vida.

 

E. LA PRESENCIA DE DIOS DEBE CAMBIAR NUESTRA ACTITUD AL VIVIR LA VIDA.

La escritura nos habla de dos clases de hijos sobre la tierra:

1 Juan 3:10 En esto se manifiestan los hijos de Dios, y los hijos del diablo:

Al manifestar que hay dos clases de hijos sobre la tierra, se hace evidente que hay dos clases de paternidad. Esta realidad ignorada era la que hacía que antes de conocer a Dios fuéramos esclavos del mundo (en realidad de Satanás) y viviéramos con objetivos equivocados, llenos de temor y de falsas esperanzas.

Al recibir el Espíritu de Dios en nuestra vida, nuestra paternidad ha sido cambiada. Al respecto la escritura nos enseña:

Romanos 8:15. Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre!

En otra versión dice:

Porque el Espíritu que Dios les ha dado no los esclaviza ni les hace tener miedo. Por el contrario, el Espíritu nos convierte en hijos de Dios y nos permite decirle a Dios: «¡Papá!»

La certeza de tener a Dios como Padre debe cambiar por completo nuestra actitud ante la vida, sabiendo que tenemos un Padre no solamente todopoderoso, omnisciente u omnipresente, sino en especial un Padre que nos ama. Esta paternidad y certeza de su amor cambia nuestros objetivos y nuestra esperanza llega a ser muy diferente de la que teníamos antes de conocerle. Por eso dice la escritura:

Romanos 5:5. y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado.

Ya no debemos sentirnos como quienes luchan contra el mundo para obtener las cosas que necesitamos, pues sabemos que nuestro Padre que nos ama nos dará absolutamente todo lo que realmente necesitemos para vivir la vida. Además tenemos el testimonio de que:

Romanos 8:32. El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?

Entender esta verdad y creerla nos hace completamente libres de la esclavitud que el mundo produce en quienes no conocen a Dios. Entender y creer que esta verdad nos permite tener una actitud diferente que nos permite dedicarnos a asuntos más importantes, como dijo Jesús:

Mateo 6:33-34. Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.34Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal. vida.

Para hacer posible la Salvación, el Nuevo Nacimiento, la Comunión con Dios y muchas otras cosas más, era necesario ponernos en paz con Dios respecto de la deuda que nuestros pecados habían originado. Pero como ésa era una deuda que ninguno de nosotros podía pagar, Dios se encargó de ponernos en paz con Él, al perdonarnos absolutamente todos nuestros pecados. Sin embargo:

A. EL PERDÓN DE DIOS TUVO UN COSTO.
Aunque el perdón de Dios es total y completamente gratis para nosotros, debemos saber que conseguirlo tuvo un altísimo costo; la muerte de Jesucristo en la cruz.

Isaías 53:5 Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.

Juan el bautista posiblemente recordando esta profecía al ver a Jesús dijo:

Juan 1:29 El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.

Y efectivamente así como en la antigüedad eran sacrificados los corderos para cubrir el pecado del pueblo, Jesucristo fue crucificado para quitar el pecado del mundo. Este sacrificio que satisface la justicia de Dios le permite a Dios, perdonar nuestros pecados.

2 Corintios 5:21 Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.

Su sacrificio en la cruz es tan completo que no hay nada que se pueda añadir. Y hace que nosotros seamos vistos como justos ante los ojos de Dios. Con una justificación que además no se puede perder por que dice:

Hebreos 10:14 porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados.

Por eso al recibir el perdón de Dios estamos recibiendo una total y nueva oportunidad para comenzar una nueva vida.

 

B. ESTE PERDÓN ES RECIBIDO AL MOMENTO DEL NACIMIENTO ESPIRITUAL.

Jesucristo muere por los pecados del mundo, lo cual quiere decir que hay una provisión o solución de Dios para el pecador. Pero esto no quiere decir que todo el mundo ha sido perdonado, pues para hacer efectivo este perdón es necesario creer en Jesucristo como Señor y Salvador.
De esta verdad dan testimonio todos los profetas, como dice la escritura:

Hechos de los Apóstoles 10:43 De éste dan testimonio todos los profetas, que todos los que en él creyeren, recibirán perdón de pecados por su nombre.

 

II. EL PERDÓN

Sabemos por otros pasajes de la escritura que la fe a la que se refiere es aquella que produce el Nacimiento Espiritual. (No toda clase de fe produce el nacimiento espiritual, ni la salvación) Todos los que creen en Jesucristo reciben el perdón de pecados. Los que no creen en Jesucristo están desperdiciando la oportunidad de recibir este perdón y si llegan a morir sin recibirlo tendrán que pagar por sus pecados, lo cual implica la condenación eterna.  Por esto mismo, por la gravedad de este asunto es que Dios está dando tiempo. La escritura dice respecto de la venida del Día del Señor que da fin a esta oportunidad:

2 Pedro 3:9-10 El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento. Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche…

 

C. EL PERDÓN RECIBIDO ES TOTAL

Esto quiere decir que incluye todos los pecados, pasados, presentes y aun aquellos que cometeremos en el futuro. A algunos esta clase de perdón puede parecerles un ofrecimiento para animar a los hombres a cometer pecados ignorando la gravedad de ellos. Esto ciertamente pueden entender y hacer los que no son hijos de Dios, pero el auténtico hijo de Dios no hará eso, pues como ya vimos el Espíritu de Dios que lo habita no le permite practicar el pecado.

Además, la realidad es que cuando Jesucristo murió por nuestros pecados, nosotros no los habíamos cometido por la sencilla razón de que no habíamos nacido. Esto quiere decir que Jesucristo murió por los pecados que íbamos a cometer… y en los que vivieron antes de Jesús, por los que ya habían cometido.

Hebreos 10: 17-18 añade: «Y nunca más me acordaré de sus pecados y transgresiones», pues donde hay remisión de estos, no hay más ofrenda por el pecado.

Es tan completo este perdón que Dios, dice su palabra, se olvida de los pecados y de las transgresiones que hemos cometido, pues de otra manera no podíamos haber sido aceptados y salvados. Dios se olvida porque los pecados ya fueron pagados por Cristo en la cruz.

Por esta razón es equivocado pensar que somos castigados por Dios (eso piensan algunos) cuando hacemos algo malo. Si eso fuera cierto, si Dios nos castigara por nuestros pecados, lo justo sería enviarnos al infierno, y es evidente que eso no ha sucedido. Además si Dios nos castigara con el objetivo de cobrarnos nuestros pecados sería injusto no solo con nosotros, también con su hijo quien murió para pagar por ellos.

Igualmente es equivocado pensar que la mala vida que vivimos (si eso es lo que está sucediendo) es un castigo de Dios por los pecados cometidos en el pasado. Pensar de esa manera también es negar el perdón que hemos recibido. Y nos impide entender la razón de los tratos de Dios llevándonos a sufrir innecesariamente. (Más adelante se aclara este asunto)

 

D. PERDÓN PARA HACER POSIBLE LAS RELACIONES.

El perdón que hemos recibido de parte de Dios nos permite relacionarnos con Él para que Él pueda bendecirnos…

Hebreos 10:19-22 Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne, 21y teniendo un gran sacerdote sobre la casa de Dios,acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura.

La razón por la cual podemos acercarnos confiadamente a Dios no es nuestro comportamiento, sino su sacrificio en la cruz. Por esta razón aun cuando hayamos pecado podemos acercarnos a Dios precisamente para que nos ayude a tener victoria sobre el pecado.

Ese mismo perdón de Dios es el que nos permite relacionarnos con los demás, en especial con los hermanos en la fe.

Colosenses 3:13 soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros.

La falta de perdón para los demás daña nuestra relación con ellos. Pero más grave que eso, es que daña nuestra relación con Dios, enferma más nuestra alma, y entre más enferma esté, más dificultad habrá para disfrutar la nueva vida y la bendición de Dios para nosotros.

Por eso como dice la escritura, debemos estar dispuestos a perdonar de la misma manera en que hemos sido perdonados por Dios. En el mundo, no perdonar a otro es en cierto modo una herramienta para agredir y/o defenderse de los demás. En el reino de Dios la herramienta para agredir y/o defenderse del pecado es el perdón. El Señor Jesús nos enseñó:

Mateo 18:21- 22 Entonces se le acercó Pedro y le dijo: Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete? Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete.

Lucas 17:3- 4 Mirad por vosotros mismos. Si tu hermano pecare contra ti, repréndele; y si se arrepintiere, perdónale. Y si siete veces al día pecare contra ti, y siete veces al día volviere a ti, diciendo: Me arrepiento; perdónale.

El número siete en la escritura es el número de la perfección por lo cual debemos entender que no debe haber límites respecto del perdón cuando la persona se arrepiente. Si no se arrepiente de todos modos debemos perdonar delante de Dios toda ofensa, pero si la persona no se arrepiente lo más seguro es que la relación no mejorará hasta que la persona reconozca y pida perdón, restituyendo si es posible.

Cuando otorgamos el perdón sin que la persona haya reconocido su pecado, aunque a veces este acto de misericordia puede favorecer la relación y la persona que ha pecado, también es posible que esta persona no entendiendo la misericordia peque mucho mas al ver que no es confrontado ni reprendido. (Esto puede dar inicio a las relaciones donde hay un maltratador y una víctima.)

 

E. EL PERDÓN NO ES UNA LICENCIA PARA PECAR.
Cuando en la escritura se nos enseña acerca del perdón de Dios, la intención en ningún momento es darnos libertad para pecar. Todo lo contrario, darnos libertad para no pecar:

1 Juan 2:1- 2 Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo. 2Y él es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo.

Cuando Dios nos perdona quita la barrera de su justicia que impedía que nos pudiésemos relacionar con él. Cuando aceptamos el perdón, la justicia de Dios ya no es una barrera que impida nuestro acercamiento. Además al ser perdonados también es quitada la barrera que los hombres colocamos cuando sentimos que estamos en deuda con él.

¿Cómo se siente una persona que le debe a usted algo, cuando usted se acerca a ella? Algunos de ellos responden aun con agresión por causa de la culpa que hay en su corazón. (Si usted menciona algo que tiene que ver con el dinero delante de alguien que le debe dinero lo más seguro es que lo tomara como una indirecta muy directa. Y si no tiene con qué pagar se alejara de usted.)

Cuando el hombre cree estar condenado por Dios sin ningún remedio, no ve ninguna razón para dejar de pecar. (Si inevitablemente me van a castigar por llegar a las tres de la mañana que me castiguen por llegar a las cuatro. Ese es el argumento.)

También Satanás puede usar esa culpa para desanimar al hijo de Dios, haciéndole creer que porque ha pecado no tiene capacidad para vivir haciendo la voluntad de Dios, o que ya no hay más oportunidad de parte de Dios. Algo así como Dios te perdona pero no tanto.

Esta culpa resultado de no aceptar el perdón de Dios, daña nuestra relación con EL y con los demás, mientras que el perdón de Dios quita la culpa y permite restaurar la relación.

Ya mencione que puede ocurrir que algunos hombres malinterpreten la misericordia de Dios como un permiso para pecar, como si las cosas no fueran tan graves o malas o como si Dios no diera importancia a este asunto. Pero si algún creyente no toma la decisión, con la ayuda de Dios de dejar de practicar el pecado, lo que en realidad está evidenciando que es que no es un verdadero hijo de Dios, no ha Nacido de Nuevo y por supuesto no ha sido perdonado ni uno de sus pecados. Va rumbo al infierno.

1 Juan 3:8-9 El que practica el pecado es del diablo; porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo. Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios.

 

F. EL PERDÓN DE DIOS NO EXCLUYE SU TRATAMIENTO DE AMOR.

No necesitamos dejar de pecar para ser perdonados por Dios porque ya fuimos perdonados, tampoco para ser aceptados pues también ya lo fuimos.

Debemos dejar de pecar porque desagrada y ofende a Dios y porque el pecado destruye nuestra vida y los planes de Dios para ella. Dios nos ayuda en este proceso de varias maneras, una de esas, son las difíciles situaciones que permite en nuestra vida, que algunos como dije antes malinterpretan como un cobro por los pecados pasados, en lugar de entender que vienen con el propósito de cambiar nuestras malas actitudes presentes, esas actitudes son las que producen los pecados que nos impiden disfrutar del amor de Dios.

El verdadero amor tiene un costo que muchos no están dispuestos a pagar. El verdadero amor incluye el compromiso ineludible de hacer todo lo posible para el beneficio de la persona amada. Siendo el pecado lo que más daña la vida de una persona, el verdadero amor tiene dentro de sus objetivos el propósito de erradicar el pecado de la vida de aquel que ama.

No pagar el costo de amar tiene relación con una actitud egoísta que evita comprometerse en la tarea de ayudar al otro, o que busca el camino fácil en esa relación y entonces para evitar conflictos termina malcriando, o no corrigiendo el pecado. La escritura a este respecto dice:

Proverbios 27:6 Fieles son las heridas del que ama; Pero importunos los besos del que aborrece.

Por esta razón el amor de Dios para nosotros incluye la disciplina con el propósito de corregir el pecado.

Hebreos 12:6 porque el Señor al que ama, disciplina, y azota a todo el que recibe por hijo».

Ya mencione que es equivocado pensar que las situaciones difíciles vienen porque Dios nos está cobrando nuestros pecados pasados. Lo correcto ante estas situaciones difíciles es entender que Dios está corrigiendo nuestras malas actitudes presentes que nos impiden recibir la bendición de Dios.

Si reconocemos nuestro pecado (malas actitudes, escala de valores inadecuada, ignorancia, desobediencia, etc.) y la necesidad de ser corregidos por Dios, esto hará mucho más fácil recibir y entender las disciplinas que tienen como objetivo bendecirnos. La escritura dice:

1 Juan 1:8-9 Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros. 9Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.

Es importante tener en cuenta que este proceso es doloroso. Por evitar el dolor fue que caímos en muchos pecados que luego deformaron nuestra alma, la sanidad vendrá como consecuencia de aceptar el dolor que produce obedecer a Dios. El dolor no viene como consecuencia de que los mandatos de Dios hagan daño, el dolor viene como consecuencia de estar acostumbrados al mal. El profeta entendiendo aquel doloroso trato de Dios para traer sanidad a su vida expresó:

Jeremías 10:19 ¡Ay de mí, por mi quebrantamiento! mi llaga es muy dolorosa. Pero dije: Ciertamente enfermedad mía es esta, y debo sufrirla.

Si hemos sido indisciplinados cuesta trabajo aprender disciplina, si hemos sido desordenados cuesta trabajo aprender a ser ordenado, si hemos sido rebeldes cuesta trabajo aprender a ser obedientes, si tenemos ídolos cuesta trabajo dejarlos, y todo esto produce dolor, por supuesto un dolor muy inferior a lo que sufriríamos si el pecado no fuera corregido en nuestra vida.

Hebreos 12:11 Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que por medio de ella han sido ejercitados.

 

G. EL PERDÓN LO DISFRUTAMOS TANTO COMO LO DAMOS.

La forma en que perdonamos a los demás muestra la forma en que hemos aprendido a recibir el perdón de Dios. (La parábola de los dos deudores. Mateo 18: 23 al 35)Esta enseñanza se repite varias veces en la escritura. Cómo queremos ser tratados debemos tratar a otros; seremos medidos con la misma medida que midamos; seremos perdonados al igual que nosotros perdonamos.

Marcos 11:25- 26 Y cuando estéis orando, perdonad, si tenéis algo contra alguno, para que también vuestro Padre que está en los cielos os perdone a vosotros vuestras ofensas. Porque si vosotros no perdonáis, tampoco vuestro Padre que está en los cielos os perdonará vuestras ofensas.

Si todos los que hemos nacido de nuevo ya hemos sido perdonados por Dios, entonces esto quiere decir que todo el que ha nacido de Dios toma la decisión de perdonar a los demás. Y si no toma esta decisión, como no podemos decir que Dios le quitara el perdón que ya le ha otorgado, tendríamos que decir que no es un auténtico hijo de Dios, que no ha sido perdonado y por eso tampoco perdona.

 

III. PODER.

Junto con la presencia de Dios y el perdón de todos nuestros pecados hemos recibido también el poder para hacer su voluntad. Antes de creer en Jesucristo y de que ocurriera en nosotros el Nuevo Nacimiento no teníamos poder para hacer la voluntad de Dios pues:

 

A. HERAMOS ESCLAVOS DEL PODER DE LAS TINIEBLAS.

El apóstol Pablo, que es considerado uno de los hombres más importantes e influyentes en el cristianismo, reconocía que antes de conocer a Dios, su comportamiento (y el de todo ser humano) a pesar de ser una persona muy religiosa, era un comportamiento dirigido por el poder de las tinieblas. Por lo cual escribe:

Efesios 2:2-3 siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia, entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás.

Es importante reconocer que la corriente de este mundo es conforme a los deseos de Satanás, igual ocurre con los deseos de nuestra carne. No reconocer el origen de todo lo que el mundo quiere es ignorar la esclavitud a la que todo ser humano está sujeto. Al ignorar esa esclavitud actuamos de forma natural de acuerdo a los deseos de Satanás, pensando que son nuestros legítimos deseos, y continuando en el engaño de prensar que son normales y por lo tanto buenos.

 

B. FUIMOS TOTALMENTE LIBERADOS DEL PODER DE LAS TINIEBLAS.

Por eso era necesario que Dios nos librara de ese poder engañoso que nos mantenía practicando el pecado sin siquiera entenderlo. La escritura hablando de la obra de Dios en nosotros dice así:

Colosenses 1:13- 14 el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo, en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados. 

 

¿Que son las tinieblas? La palabra tinieblas en la Biblia, denota ignorancia, maldad, malas actitudes, malas acciones, injusticia, etc.  Que son los ingredientes usados para destruir la vida del ser humano.

En muchas culturas, el poder de la maldad se maneja sólo como algo interno, algo que está dentro del hombre, y que plantea una lucha interna entre el bien y el mal.

Es cierto que a pesar de haber sido trasformados en nuevas criaturas, todavía la concupiscencia que está en nosotros al momento de la prueba o tentación ofrece resistencia para no someterse a la voluntad de Dios. Pero además del conflicto interno que puede presentar esta situación también existe Satanás, y muchos otros demonios que tienen como objetivo destruir la vida del hombre y en especial atacar al creyente para quitarle su efectividad de salvar a otros del mundo.

La escritura dice que hemos sido liberados del poder de las tinieblas. Y lo declara como algo completo, que ya fue hecho, no como un proceso de liberación donde Dios poco a poco va sacando el demonio de nuestra vida.

Por esta razón debemos creer que hemos sido completamente liberados del poder de las tinieblas, y además de esa libertad ya obtenida, tenemos también la promesa de ser protegidos por Dios para que el maligno no pueda tocar nuestra vida llevándonos a practicar el pecado.

1 Juan 5:18 Sabemos que todo aquel que ha nacido de Dios no practica el pecado, pues Aquel que fue engendrado por Dios lo guarda y el maligno no lo toca.

Esa libertad obtenida, y la promesa de protección nos dan completa libertad para poder vivir haciendo la voluntad de Dios.   Algunos no teniendo en cuenta la obra realizada y la promesa de protección del Nuevo Pacto, cuando ven a una persona que dice ser cristiana practicando el pecado, dicen que es producto de algún tipo de influencia satánica que algunos llaman “demonizado” por lo cual enseñan que se hace necesaria una “ liberación”

Sin embargo creer que un cristiano tenga un demonio, o que necesite ser liberado de un poder del maligno que lo obligue a pecar, niega las enseñanzas de la escritura. Lo correcto cuando alguien dice ser cristiano y continúa practicando el pecado es hacerlo consciente de su falso cristianismo, que se evidencia precisamente en la práctica del pecado.

Puede haber también algunos cristianos auténticos que tengan serios problemas con el pecado, pero no por causa de la esclavitud de Satanás, sino por falta de renovar su mente y entender que en Cristo Jesús, bajo el Nuevo Pacto, tienen toda la libertad y el poder necesario para vivir haciendo la voluntad de Dios.

 

C. HEMOS RECIBIDO EL PODER DE DIOS PARA ACTUAR.

No sólo hemos sido completamente liberados del poder de las tinieblas, también hemos recibido junto con la libertad, el Espíritu de Dios quien nos da el poder necesario para vivir en la voluntad de Dios. La promesa de Jesús antes de su partida fue:

Hechos de los Apóstoles 1:8 pero recibiréis poder cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta lo último de la tierra.

Producto del cumplimiento de esta promesa encontramos a los apóstoles y discípulos del Señor reconociendo el poder que hay en ellos para vivir haciendo la voluntad de Dios. Por ejemplo:

Filipenses 4:13 Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.
Colosenses 1:29 para lo cual también trabajo, luchando según la potencia de él, la cual actúa poderosamente en mí.

Hebreos 13:21 os haga aptos en toda obra buena para que hagáis su voluntad, haciendo él en vosotros lo que es agradable delante de él por Jesucristo; al cual sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.

 

D. ESE PODER SE DISFRUTA POR FE.

Estar convencidos de no poder hacer algo, logra que no lo hagamos así tengamos la

capacidad o el poder necesario para hacerlo. Sin embargo no se trata de ser positivos, (eso no es cristianismo) sino de ser realistas respecto de lo que Dios nos ha dado. El apóstol después de compartir el evangelio y ver los diferentes resultados que este producía escribió:

Romanos 1:16 No me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación de todo aquel que cree, del judío primeramente y también del griego,

Los judíos pedían pruebas, los griegos explicaciones. El apóstol dice que el evangelio funciona si crees en el. Si ya has nacido de nuevo, tienes al Espíritu de Dios habitando en ti y ese Espíritu te da poder para salvación. Ese poder implica varias cosas por ejemplo:

1. La capacidad para entender las escrituras y como consecuencia a Dios. 2. La capacidad resistir el pecado y pasar de manera victoriosa la tentación. 3. La capacidad de comunicar de manera efectiva el evangelio.
4. La capacidad de hacer discípulos edificados en el Señor.
5. La capacidad de usar los dones espirituales para la obra de Dios.

En otras palabras ese poder se disfruta solamente andando espiritual, y andar espiritual es andar viviendo en la perfecta voluntad de Dios. (Acciones y actitudes)

 

IV. PROPÓSITO

Hemos visto como al comenzar la vida cristiana, Dios entre otras muchas cosas nos ha dado su presencia, su perdón, y su poder. Es apenas razonable entender que Dios no desea que sigamos viviendo de la misma manera en que lo veníamos haciendo, este cambio de vida implica que tiene que haber un cambio en las creencias, valores, y objetivos, como también en la forma de alcanzarlos. Este cambio de vida que hemos llamado un “nuevo propósito” tiene algunas características muy especiales que podemos encontrar en las escrituras, por ejemplo:

A. VIVIR PARA DIOS

2 Corintios 5:15 y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos.

Debe haber un cambio radical respecto de; ¿Para quién vivimos? Antes vivíamos para nosotros mismos y para los propósitos que teníamos, pero ahora debemos vivir para Dios. Definimos la vida de todo hombre que no conoce a Dios como una vida egocéntrica, y el cambio en el cristiano es que su vida debe volverse Cristo céntrica. Donde ya no priman nuestros deseos si no los deseos de Dios.

Y por eso aunque la vida del cristiano es una vida de libertad, teniendo claro un nuevo propósito nos es fácil seleccionar lo que conviene o no a nuestra nueva vida. El apóstol dice:

1 Corintios 10:23-24 Todo me es lícito, pero no todo conviene; todo me es lícito, pero no todo edifica. Ninguno busque su propio bien, sino el del otro.

 

B. CAMBIAR LOS VALORES Y OBJETIVOS

El apóstol Pablo entendiendo que parte del nuevo propósito es conocer a Dios, nos explica que todas las cosas que antes eran importantes para él, ahora no lo son:

Filipenses 3:7-8 Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo. 8Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo,

Es apenas lógico entender que si antes vivíamos de acuerdo a los valores y objetivos de un mundo gobernado por Satanás, al haber sido salvados todo eso debe cambiar. Nuestros objetivos tienen que ser completamente diferentes. Más aún, el cambio de objetivos se convierte en una evidencia de la veracidad del nuevo nacimiento, por eso el apóstol cuestiona a los cristianos diciéndoles:

Colosenses 3:1-4 Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria.

 

C. LLEGAR A SER COMO JESUCRISTO

Uno de esos principales objetivos, como ya mencioné es conocer a Dios y ese conocimiento de Dios transformará nuestro ser para llegar como dice la escritura a conformarnos a la imagen de su hijo Jesús. Para lograr este nuevo propósito tenemos la promesa de Dios, de que todo lo que él permita a nuestro alrededor nos ayudará en el cumplimiento de este objetivo.

Romanos 8:28-29 Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados. Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos.

Lograr este objetivo además de la inmensa riqueza que implica tener un carácter como el de Jesús, traerá también otros beneficios, premios, coronas, galardones que nos serán útiles ahora y en la resurrección. Por todo esto parte de nuestro nuevo propósito es poder decir como el apóstol:

2 Timoteo 4:7 – 8 He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida.

 

V. LA VIDA ETERNA

Cuando se habla de la vida eterna la mayoría de la gente piensa que se está hablando de una vida eterna en términos de tiempo. Muchos creen que ese es el ofrecimiento de Dios.

Romanos 2:6-7 el cual pagará a cada uno conforme a sus obras:7vida eterna a los que, perseverando en bien hacer, buscan gloria y honra e inmortalidad,

Pero esa no es realmente la descripción que las escrituras hacen de la vida eterna. Por eso lo primero que vamos a aclara es que todo ser humano tiene vida eterna en términos de tiempo. Es por esto que los hombres, aún los no cristianos tienen en lo profundo la creencia de una vida después de la vida. (Algunos pocos lo niegan) Esta creencia ha sido inculcada por Dios en todo ser humano. Dice la escritura:

Eclesiastés 3:11 Todo lo hizo hermoso en su tiempo; y ha puesto eternidad en el corazón de ellos, sin que alcance el hombre a entender la obra que ha hecho Dios desde el principio hasta el fin.

Todo ser humano tiene vida eterna en términos de tiempo, y dependiendo de si cree o no en Jesucristo unos recibirán la vida eterna y otros confusión perpetua o castigo eterno.

Daniel 12:2 Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión perpetua.

 

El Señor Jesús hablando del juicio final terminó diciendo:

Mateo 25:46 E irán éstos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna.

Por lo cual podemos decir que la vida eterna es el regalo o el premio de Dios para aquel que cree en Jesucristo y ha nacido de nuevo.

Juan 3:36. El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él.

Pero de acuerdo a las escrituras la vida eterna es más que un premio, la escritura nos hace varias descripciones de lo que la vida eterna es por ejemplo:

 

A. La vida eterna es Jesucristo (Dios)

1 Juan 1:2 (porque la vida fue manifestada, y la hemos visto, y testificamos, y os anunciamos la vida eterna, la cual estaba con el padre, y se nos manifestó);

B. La vida eterna es el conocimiento de Jesucristo

Juan 17:3 y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado.

C. La vida eterna es la herramienta

Timoteo 6:19 atesorando para sí buen fundamento para lo por venir, que echen mano de la vida eterna. D. La vida eterna es la cosecha

Gálatas 6:8 porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el espíritu, del espíritu segará vida eterna.

E. La vida eterna es la evidencia

1 Juan 3:15 todo aquel que aborrece a su hermano es homicida; y sabéis que ningún homicida tiene vida eterna permaneciendo en él.

F. La vida eterna es la palabra de Dios y sus mandamientos

Juan 6:68 le respondió simón Pedro: señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna.

Juan 12:50 y sé que su mandamiento es vida eterna. Así pues, lo que yo hablo, lo hablo como el padre me lo ha dicho.

G. La vida eterna es la promesa

Mateo 19:29 y cualquiera que haya dejado casas, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras, por mi nombre, recibirá cien veces más, y heredará la vida eterna.

1 Juan 2:25 y esta es la promesa que él nos hizo, la vida eterna. H. La vida eterna es la esperanza

Tito 1:2 en la esperanza de la vida eterna, la cual dios, que no miente, prometió desde antes del principio de los siglos,

I. La vida eterna es el premio

Romanos 2:5-8 pero por tu dureza y por tu corazón no arrepentido, atesoras para ti mismo ira para el día de la ira y de la revelación del justo juicio de dios, 6el cual pagará a cada uno conforme a sus obras: vida eterna a los que, perseverando en bien hacer, buscan gloria y honra e inmortalidad, pero ira y enojo a los que son contenciosos y no obedecen a la verdad, sino que obedecen a la injusticia;

J. La vida eterna es el regalo

Romanos 6:23 porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús señor nuestro.

K. La vida eterna es el fin

Romanos 6:22 más ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna.

Como podemos ver según todas estas descripciones de la vida eterna, la vida eterna no es sólo para el futuro, la vida eterna es una realidad presente en cada auténtico hijo de Dios, si la cual sería imposible vivir la vida cristiana.

 

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