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¿CONFIAMOS EN DIOS? – PARTE 4

I. INTRODUCCIÓN

No hay duda que en este tiempo estamos viviendo cosas muy interesantes y no sabemos cuáles serán los resultados al final. Por un lado está la guerra de Rusia, Ucrania, la Unión Europea, EEUU… Y la ayuda en armas y mercenarios de estos países a Ucrania está poniendo las cosas más complicadas.

Y a eso se le suma que Suecia y Finlandia que quieren unirse a la OTAN, rompiendo una vez más el tratado que la OTAN hizo con Rusia cuando esta se desintegró, lo que hace que estos países con su deseo de adherirse compliquen todavía más el conflicto, qué según algunos podría desencadenar en una guerra nuclear, en donde Rusia es el país que no sólo tiene más bombas atómicas sino los misiles hipersónicos más poderosos e indetectables… Eso sin contar que China podría unirse lo cual algunos los tiene temerosos.

Por otro lado parece que ya terminó la pandemia del coronavirus, aunque todavía hay mucha gente que tiene temor e insiste en protegerse de diferentes maneras, y entonces para variar ahora la viruela del mono está comenzando a extenderse, es decir; otro motivo para sentir temor…

Pero bueno mañana precisamente son las elecciones aquí en Colombia y algunos tienen temor de qué ciertos candidatos lleguen al poder… Mientras que otros piensan que si sube uno de los mismos las cosas seguirán empeorando, como viene sucediendo año tras año y eso pone en riesgo el sustento, lo cual también a algunos les atemoriza…

Eso podríamos decir que son circunstancias que producen temores generalizados, sin embargo no son las únicas razones por las cuales los hombres tienen miedo… Pues hay miedos de todas clases; a las cucarachas, a las hormigas, a las serpientes, a la soledad, a los conflictos y peleas familiares, a no poder obtener el sustento en la medida en que se desea, a las deudas, y en nuestro país a los atracos que son el pan de cada día… Y en Estados Unidos en este año ha habido 40 tiroteos por mes es decir uno o dos tiroteos por día, en el último hace un par de días con 19 niños muertos… pero no nos quedamos tan atrás aquí ocurren masacres además de la muerte de muchos líderes sindicales… Es decir las razones humanas para tener miedo abundan.

Y aunque parezca increíble también aún hay quienes tienen miedo de no ser reconocidos, valorados, estimados, mientras que hay otros que tienen miedo de ser conocidos como realmente son.

La pregunta podría ser: ¿Quién no ha experimentado miedo o temor a lo largo de su vida? Y la respuesta sin lugar a dudas, es que absolutamente todos los hombres hemos sido en algún tiempo esclavos del temor o miedo.

La primera referencia que nos muestra la escritura acerca del miedo, es cuando Dios busca al hombre después de qué éste le ha desobedecido. Dice así:

Génesis 3:9–10 Mas Jehová Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás tú? 10Y él respondió: Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo; y me escondí.

recibiría veo la respuesta de Adán, me parece extraño que mencione que la razón de su miedo sea la desnudez, cuando a lo que debería haber temido es al castigo que recibiría producto de haber dejado de confiar en Dios, de desobedecerle y de traicionarlo. Por qué el Señor con claridad les advirtió:

Génesis 2:17 mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.

Y ciertamente morirás incluye en primer lugar la muerte espiritual, la cual convierte al hombre el hijo del diablo, el cual lo esclaviza para que viva alejado de Dios. Luego viene como consecuencia la muerte física que si cuando esta sucede seguimos muertos espiritualmente entonces recibimos la muerte eterna, que si fuera algo que los hombres lográramos siquiera imaginar en su dimensión real, el temor, el horror qué los hombres experimentarían sería tan grande que sin duda alguna se arrepentirían y buscarían a Dios de todo corazón.

Pero Adán lejos de entender lo que había hecho y sus graves consecuencias sólo menciona la desnudez como la razón de su temor. Y creo que al igual que él hay muchos que tienen mucho temor de que los vean desnudos, aún ocurre dentro de los matrimonios, pero esto no era lo que sucedía antes de que el hombre se alejara de Dios, pues la escritura nos cuenta algo diferente.

Génesis 2:24–25 Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne. 25Y estaban ambos desnudos, Adán y su mujer, y no se avergonzaban.

Sin embargo el temor de Adán y Eva a su desnudez era real, y con esto podemos entender que hay muchas cosas que Dios nos ha dado para nuestro beneficio, para nuestro deleite, que producto de alejarse de Dios se han convertido en fuente de temor y miedo en la mayoría de los hombres.

Por ejemplo el matrimonio es la más grande bendición después de conocer a Dios pero muchos tienen miedo a casarse. Los hijos son otra enorme bendición y muchos tienen miedo a tener hijos es más han decidido no hacerlo. Igualmente hay quienes tienen mucho miedo a trabajar, a hacer empresa, a practicar ciertos deportes, y a muchas cosas que son de bendición…

Bajo el viejo pacto Dios advirtió al pueblo de Israel que si insistían en desobedecer a Dios, el miedo terminaría siendo la experiencia común en sus vidas… Les dijo:

Deuteronomio 28:66–67 y tendrás tu vida como algo que pende delante de ti, y estarás temeroso de noche y de día, y no tendrás seguridad de tu vida. 67Por la mañana dirás: ¡Quién diera que fuese la tarde! y a la tarde dirás: ¡Quién diera que fuese la mañana! por el miedo de tu corazón con que estarás amedrentado, y por lo que verán tus ojos.

Gran parte de ese miedo como termina el texto es; “por lo que verán tus ojos”, pues la maldad ha venido aumentando de tal manera que cualquier cosa nos podría pasar. Esta semana he estado viendo una serie que habla de un expresidente de colombia, y las cosas que se narran, las masacres, los niños descuartizados, la cantidad de testigos asesinados… Son tan terribles las cosas que pasan y sobre todo da miedo que esa clase de gente viva con total impunidad.

Sin embargo quiero insistir que al igual que Adán y Eva la gente siente muchísimos temores a muchas cosas, pero no a la muerte eterna, que como en mencioné es lo más terrible y espantoso que pueda suceder a un hombre, para lo cual jamás tendrá solución.

Pero la buena noticia es que si todos esos temores son producto del pecado del hombre, es apenas razonable pensar que la salvación ofrecida por el Señor Jesucristo da solución a todo eso. Y eso es lo que podemos leer en el siguiente pasaje:

Hebreos 2:14–15 Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo, 15y librar a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre.

Me parece increíble el respeto de Dios aún para sus más poderosos enemigos, y con esto me refiero a que Dios no simplemente usó su poder para deshacer lo que estaba mal hecho, sino que como el hombre fue vencido por Satanás, Dios se hace hombre para en esta condición vencer a Satanás.

El como hombre 100% pero lleno del Espíritu de Dios, por la confianza en el pacto hecho con su Padre y la obediencia hasta la muerte, venció el imperio de la muerte el cual es gobernado por Satanás, y a través del cual ha esclavizado y esclaviza a los seres humanos, para que sin acercarse a Dios traten de eliminar todos esos temores que los esclavizan.

Y la evidencia de esa esclavitud no sólo está en todos los temores que los hombres sienten respecto de las cosas de esta vida, sino en la ausencia de temor respecto de la condenación eterna. Es decir los hombres se preocupan, se trasnochan, pierden el cabello, se enferman y pelean con sus semejantes por causa de esos temores… Pero de algo inminente que se cierne sobre ellos si no se arrepienten que es la condenación eterna, no les produce ningún temor.

El temor a todas esas cosas que no debemos temer es producto de nuestra ignorancia y la falta de confianza en Dios, pero no temer a la condenación eterna también es producto de la ignorancia y la falta de confianza en Dios.

En cierto época entendiendo esto, tomé la decisión de qué al despertarme lo primero que le iba decir al Señor era: “Gracias porque no voy a ir para el infierno” por qué esta frase implicaba que estaba muy agradecido por la salvación recibida.

Pero no sólo los hombres no sienten temor a la condenación, al juicio de Dios, sino que es tal el engaño en sus corazones que sienten temor de acercarse a Dios. Y quienes tienen alguna clase de poder ese temor los ha llevado a agredir a quienes dan el mensaje de Dios… Comenzando con Jesús.

Marcos 11:18 Y lo oyeron los escribas y los principales sacerdotes, y buscaban cómo matarle; porque le tenían miedo, por cuanto todo el pueblo estaba admirado de su doctrina.

Al final lograron matarlo, y esto mismo que hicieron con Jesús Jesús profetizó que harían con aquellos que con fidelidad anunciaron su mensaje lo cual está ocurriendo en ciertos países aunque todavía en Colombia vivimos en un paraíso respecto de esto.

Lo absurdo de todo esto porque el pecado es lo más absurdo que los hombres podemos hacer es que la escritura dice:

Romanos 5:8–9 Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. 9Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira.

A veces me he encontrado con personas que creen que no son dignas de acercarse a Dios o que creen que no son dignas de venir a la iglesia, lo cual es un engaño muy grande porque la verdad es que no hay ni uno solo que no sea pecador, por lo tanto absolutamente todos somos indignos, pero a pesar de eso Dios en su amor ha provisto la oportunidad de salvación para que todos puedan acercarse a él.

Lo cual quiere decir que el temor que siente la gente de acercarse a Dios es completamente infundado, porque es lo que Dios desea, porque es por amor que los invita, porque ha provisto perdón y salvación para todo aquel que crea en él.

No hay duda que el pecado cometido es de una magnitud inimaginable, de una maldad difícil de comprender pero en lugar de recibir inmediatamente el castigo de la muerte física y la muerte eterna, lo que Dios ha hecho es proveer la oportunidad para que el hombre se arrepienta y obtenga salvación…

Pero el tiempo no es ilimitado, pues al llegar la muerte física el tiempo se agota y el que no se haya arrepentido habrá desperdiciado la oportunidad de salvación, y por lo tanto será condenado eternamente…. Y algo que hace que esta decisión debe ser tomada con urgencia es que nadie sabe cuánto tiempo le queda de vida.

El problema para nosotros los cristianos es que después de haber sido recibidos por el Señor… A veces todavía experimentamos esos temores que ya no deberíamos experimentar, pues su palabra dice:

Romanos 8:15 Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre!

No debemos sentir temor, si lo sentimos es que o no hemos recibido el Espíritu de Dios o no hemos dejado que el Espíritu de Dios cambie nuestra manera de pensar, y seguimos con los viejos hábitos enseñados por Satanás…

De lo que debemos tener certeza es qué es hemos sido adoptados por un Padre no sólo amoroso sino poderoso, sabio, omnipresente, omnisciente, es decir tiene cualidades de sobra para respaldar su amor por nosotros y por lo tanto cuidarnos hasta la eternidad.

Es por esto que los que ya nos hemos arrepentido, los que hemos depositado nuestra fe en Jesús, los que hemos evidenciado nuestra fe a través de la obediencia… No debemos sentir ninguna clase de temor. (Esto no incluye los temores producidos por el instinto de conservación precisamente para que conservemos nuestra vida)

Por eso la escritura nos enseña que si sentimos temores, es porque algo anda mal en nuestra relación con Dios. El apóstol advierte:

1 Juan 4:18 En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor.

El perfecto amor, por supuesto refiriéndose al amor de Dios por el hombre, cuando el hombre lo entiende erradica por completo el temor.

Si miramos el contexto de este versículo veremos que enseña que Jesucristo nos ha sido dado para salvación, y que todo aquel que permanece en él puede tener la absoluta confianza de que en el día del juicio que Dios hará, saldrá aprobado.

1 Juan 4:17 En esto se ha perfeccionado el amor en nosotros, para que tengamos confianza en el día del juicio; pues como él es, así somos nosotros en este mundo.

La pregunta que nos debemos hacer para evaluar nuestra confianza en Dios es: ¿Estamos absolutamente seguros que al morir, gracias al perdón y la misericordia de Dios seremos llevados a su presencia y que según lo que hayamos hecho también seremos premiados por Dios? Y la respuesta tiene que ser un convincente sí, estoy seguro.

Pero ojo no es un si porque Dios perdona a todo el mundo, o porque somos muy buenos, sino porque hemos decidido confiar en él, y lo hemos demostrado con nuestro deseo genuino de hacer su voluntad… Y aunque fallamos muchas veces, insistimos en hacer las cosas como él dice, para que esa confianza y obediencia transforme nuestra vida, y esa misma confianza es la que nos lleva a tener certeza en su promesa de salvación. Además la escritura dice:

Filipenses 2:12–13 Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor, 13porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad.

Ocuparse en la salvación con temor y temblor, no tiene que ver con el perdón de Dios, la justificación o la entrada al cielo, sino con la transformación de nuestra alma para tener el carácter de Jesucristo, y este texto y dice que es el Espíritu de Dios en nuestra vida el que produce ese deseo, y además nos da el poder para hacerlo realidad.

Por eso vuelvo y pregunto: ¿Está absolutamente seguro de que al morir será premiado por Dios? La respuesta tiene que ser un convincente sí. Estoy seguro.

Pero si alguien tiene temor de que al momento de su muerte sea juzgado y condenado por Dios, o si alguien tiene temor de que en esta vida Dios no le dará las cosas necesarias para vivir, es porque esta persona no ha comprendido a cabalidad el amor de Dios.

Y puede ser porque o no ha recibido el Espíritu de Dios, por lo tanto todavía tiene oportunidad de arrepentirse… O porque sus continuas desobediencia han apagado el Espíritu de Dios, y por eso todavía es esclavo no sólo del temor sino del pecado. Y el temor que sentimos es el castigo que recibimos por no confiar en el amor de Dios.

Y ciertamente hay algunos que aun siendo cristianos viven de temor en temor, de miedo en miedo, sin darse siquiera cuenta que están siendo castigados por no confiar en el amor de Dios. Y lo peor de todo es que se acostumbran a vivir esclavos de esos miedos, eso sí pidiéndole a Dios de manera continua, pero no para que al aumentar su fe no sientan temor, sino para que arregle todas las situaciones que le producen temor, y eso al final lo que logra es alargar el problema del temor y el castigo…

Por ejemplo si tenemos temor de la provisión, una oración sin sabiduría es pedirle a Dios mucho dinero. Pero eso no asegura que quitará el temor porque teniendo mucho dinero igual puede pensar que en cualquier momento lo puede perder, y seguirá igual de asustado, O más porque tiene más para perder.

Por eso la oración correcta es que nos permita confiar lo suficiente en él, para que independiente de la situaciónes confiemos en su provisión.

Es importante que tengamos claro que; el poder del miedo en los cristianos está basado en una gran ignorancia y en una falta de sensatez y de lógica abrumadora… Y es tal la esclavitud que produce que logra que los cristianos tengan miedo de hacer la voluntad de Dios.

Por ejemplo: Imaginen ustedes una persona que ha vivido sin temor de Dios toda su vida, lo cual es una locura, porque como atreverse a ignorar a Dios. Y que además de eso a cometido una cantidad de cosas verdaderamente malas por las cuales Dios no lo ha castigado, y un día se arrepiente y decide vivir de acuerdo a la voluntad de Dios. La pregunta es: ¿Será lógico, será sensato, será correcto que esta persona sienta miedo de Dios, que es igual a decir de hacer la voluntad de Dios?

Es decir antes andaba en contra de Dios y no sentía temor, pero ahora que decide andar con Dios siente temor o le da miedo de las consecuencias; ¿Será esto lo correcto? No sólo no es correcto, no es sensato, no tiene lógica… Es un comportamiento absurdo. Pero ocurre.

Verdad que eso no tienen ningún sentido, es decir no parece haber una explicación lógica que haga que la gente piense de esa manera, pues siendo Dios amor, teniendo todo del conocimiento, teniendo todo el poder, siendo además misericordioso y paciente, y muchas otras cosas más, todas buenas para nosotros, no es lógico que una persona sienta miedo de andar con él. Pero ocurre.

Para entender este asunto debemos volver a mencionar el asunto del conocimiento de Dios y de la confianza que en él debemos tener. ¿Por qué?

Porque si analizamos bien buscando una razón que nos permita entender por qué hay miedo de hacer la voluntad de Dios, la conclusión a la que llegamos es; que pensamos que Dios no nos ama, o que no nos ha perdonado, o que nos quiere castigar o destruir, y por eso, contrario a creer en la promesa del amor que elimina el temor, nos resulta lógico que nos dé miedo porque pensamos que al final seremos castigados y destruidos.

Pero pregunto: ¿Son acaso esos los pensamientos que vienen a su mente cuando usted decide no hacerle caso a Dios? Es decir usted piensa: “No hago caso a Dios porque me va a ir mal”

Por supuesto que si una persona no desea hacer la voluntad de Dios, y siente temor, es apenas lógico que sienta temor de no hacer caso a Dios. Pero lo que no es comprensible, es que alguien que tengan la oportunidad de hacer la voluntad de Dios, le de miedo hacerla, lo cual es igual a tenerle miedo a Dios.… Pero ocurre.

Y entonces la pregunta es: ¿Pero acaso ese es el comportamiento de Dios con el que desea hacer su voluntad?… ¿En verdad creemos que Dios está decidido a tratar mal al que hace su voluntad?

Y si no creemos que ese sea el comportamiento de Dios, entonces creo que hay que revisar nuestra fe, porque no es sensato creer que Dios es bueno y al mismo tiempo desobedecerle como si lo que mandara fuera malo…

Sin embargo; como de todo hay en esta vida, es posible que alguno piense que Dios si es bueno, pero desafortunadamente es muy bruto, es tan bruto que las normas y los objetivos que Dios tiene son tan torcidos, que no benefician al hombre, y por eso los hombres con algo de inteligencia se niegan a hacer la voluntad de Dios porque no quieren ser destruidos. ¿Habrá gente que piense así de Dios?

Por supuesto que si, sin embargo la gente no lo dice con claridad, pero cuando la gente critica aún de manera vehemente los mandamientos de Dios, está diciendo que los mandamientos son malos, es decir o son dados por un Dios malo y perverso, o son dados por un Dios bien bruto, y por esto el apóstol les aclara el carácter de los mandamientos, diciendo:

1 Juan 5:3 Pues este es el amor a Dios, que guardemos sus mandamientos; y sus mandamientos no son gravosos.

La palabra gravosos viene de gravamen es decir de los impuestos que se cobraban en algún negocio, y lo que dice el pasaje es que los mandamientos de Dios no nos quita nada, no es el objetivo, más bien todo lo contrario.

Cuando uno ha entendido el amor de Dios le parece absurdo que alguien piense que sus mandamientos son para destruirnos. Pero imagino que cuando alguien no ha comprendido el amor de Dios, seguramente le parecerá increíble que nosotros creamos que hay amor de Dios en sus mandamientos, y que por esa razón los guardemos.

Sin embargo si recordamos que nuestro corazón nos engaña, debemos tener claro que a pesar de qué pensemos que Dios es amor, cada vez que no deseamos hacer su voluntad en realidad estamos negando la realidad del amor de Dios.

Porque cuando no deseamos hacer la voluntad de Dios no hay duda que de manera consciente o inconsciente, estamos pensando que Dios tiene malas intenciones lo cual implica que también es malo.

Sí a usted le dan a probar algo y apenas se mete el bocado en la boca usted lo escupe… ¿Qué cree que su acción le comunique a quien preparó la comida?

Y si no seguimos las instrucciones que Dios nos han dado para vivir la vida: ¿Qué es lo que le estamos comunicando a Dios?

Creo que es innegable que si lo pensamos un momento, la respuesta que tendríamos que dar es: Que no confiamos lo suficiente en él como para hacerle caso… Y eso llena nuestra vida de temores.

Y cuando no confiamos lo suficiente en él para seguir sus instrucciones; ¿En quién estamos confiando verdaderamente? Para para que no suene tan grave el asunto digamos que en nosotros mismos.

¿Y porque preferimos confiar en nosotros mismos y no en Dios todopoderoso? Creo que es imposible que encontremos una buena respuesta a esto.… Es decir; si no creemos que él sea malo y que no tiene malas intenciones con sus mandamientos, entonces tendremos que decir que él es muy bruto, y aunque quiere lo mejor para nosotros no tiene ni idea de lo que nos está ordenando, por eso es que no debemos hacerle caso.

Bueno lo cierto es que la escritura nos muestra que algunos para no decirle a Dios que es malo o es bruto, lo que le han dicho es; que es ciego… Que no ve lo que los hombres hacen, pero eso es igual que decir que Dios no tiene la capacidad de cumplir con lo que ha prometido. Por lo tanto es un mentiroso.

Pero cuando uno pregunta a la gente por qué no le obedece a Dios, creo que muy pocos dicen que creen que es malo, o que es bruto, o ciego y mentiroso… Y entre nosotros los cristianos, dudo que alguno de nosotros diga que es porque piensa que él es malo, y también dudo que alguno responda que no le obedece a Dios porque considera que él es muy bruto, incompetente y mentiroso… es decir no pensamos en esas cosas.

Pero si no pensamos eso De Dios, aunque algo de eso estamos comunicando al desobedecerle, la pregunta es: ¿Qué es entonces lo que estamos pensando? Y la respuesta es: Que no pensamos…Sino que en determinado momento simplemente hacemos lo que nos gusta hacer, sin pensar si le agrada o no a Dios.

Pero si ese es nuestro comportamiento, si simplemente actuamos de acuerdo a lo que queremos sin pensar en Dios, entonces creo que estamos en grave situación, porque la escritura habla de esta clase de personas que toma esta clase de decisiones de esta manera:

Judas 17 al 19 Pero vosotros, amados, tened memoria de las palabras que antes fueron dichas por los apóstoles de nuestro Señor Jesucristo; 18los que os decían: En el postrer tiempo habrá burladores, que andarán según sus malvados deseos. 19Estos son los que causan divisiones; los sensuales, que no tienen al Espíritu.

Pero nosotros sí tenemos el Espíritu por lo tanto debemos tener claro que no podemos vivir de acuerdo a lo que deseamos, sino de acuerdo a la voluntad de Dios.

El problema es que como no tenemos buena imagen de Dios, cómo no estamos convencidos del amor de Dios eso hace que los mandatos, que los desafíos de Dios, los veamos como una completa locura y por eso no los obedecemos. Por ejemplo:

Lucas 14:25 al 26 «Si alguno de ustedes quiere ser mi discípulo, tendrá que amarme más que a su padre o a su madre, más que a su esposa o a sus hijos, y más que a sus hermanos o a sus hermanas….

Sí alguno no ha entendido lo que allí dice, déjeme aclararle que en esencia lo que Jesús pide, es que si nos toca escoger entre nuestra madre, o padre, o hermanos, debemos ser capaces de escoger a Jesús.

Si preguntamos a los incrédulos cómo les parece esta condición que Jesús coloca para ser su discípulo, no hay duda que la considerarán una mala condición.

Aún si preguntamos a muchos creyentes como les parece esta condición muchos no estarán dispuestos a cumplirla, pues preferirán a su familia antes que a Jesús. De hecho hay muchos que comienzan su cristianismo pero ante la oposición de sus familias deciden no continuar.

Igualmente hay muchos que comienzan su cristianismo, pero cuando consiguen un novio o una novia a la cual no le agrada el cristianismo o la iglesia, esa es razón suficiente para no continuar.

Y eso en otras palabras quiere decir, que les parece una pésima condición la que Jesús ha colocado para seguirle y ser su discípulo, y por eso no están dispuestos a obedecer.

Sin embargo es muy común ver a los hombres abandonar a sus familias por razones mucho menos importantes que seguir a Dios.

Y entonces yo pregunto: ¿Por qué abandonar a la familia por seguir a Jesús es malo pero abandonarla por otras razones no es malo?

Es más; para que algunos dejen a su familia no necesitan un gran ofrecimiento, porque es tan poco lo que aman a su familia que algunos serían capaces de dejarla gratis. (Tengamos en cuenta que por ejemplo un padre que no cumple con las responsabilidades que tiene con su familia en realidad aunque no esté lejos la está dejando.)

Igualmente no es difícil encontrar jóvenes que sólo están esperando la oportunidad de poder dejar a su familia, porque están aburridos de vivir con ella… Pero si se trata dejarla por causa del Señor eso si no suena bien. ¿Por qué?

Hay muchos hombres y mujeres que han dejado a su cónyuge gratis, pues no han tenido que ofrecerles nada, es más algunos han estado dispuestos a pagar a su cónyuge para que éste se vaya. Pero abandonar al cónyuge por el Señor, eso si no suena bien. ¿Por qué?

Hay otros con un poco más de amor por su familia pero sin embargo por el ofrecimiento de un buen trabajo han dejado a su familia; otros han dejado a su familia para casarse y cuando me refiero a dejar estoy hablando de no volverse a comunicar con ella, porque decidieron casarse con una persona a la que no le agradaba su familia.

Y me imagino que cuando se trata de salvar la vida, hay muchos que con facilidad dejarían a su familia, algunos al ser perseguidos por meterse negocios ilícitos por salvar su vida dejan su familia, y también todo lo que sea necesario con tal de salvarse.

Lo contradictorio insisto; es que si es Dios quien hace la petición resulta absurda, pero sí debemos dejar a la familia por algún interés personal, entonces se vuelve una buena decisión. ¿Qué evidencia eso? Nuevamente una tremenda falta de confianza en Dios que produce rechazo y aún miedo a hacer su voluntad.

Pero el asunto no para allí, la exigencia fácil es dejar a la familia, pero Jesús continúa diciendo:

Lucas 14:26… Ustedes no pueden seguirme, a menos que me amen más que a su propia vida.

Esta condición sí es algo de un calibre totalmente diferente. Una cosa es dejar cualquier cosa por amor a nosotros mismos, lo cual resulta relativamente fácil, pero otra cosa es dejarnos a nosotros mismos por seguirlo a él.

Es decir; para abandonar a la familia por provecho personal sólo se requiere un poco de egoísmo, pero ese egoísmo no nos sirve para abandonarnos a nosotros mismos por seguir el Señor… A no ser que tengamos una idea realmente espectacular de Dios y de lo que nos ofrece. Es decir; me abandono a mí mismo porque voy a recibir muchísimo, muchísimo más.

Ahora: ¿Hasta qué punto debemos abandonarnos a nosotros mismos? Jesús continúa:

Lucas 14:27 Si ustedes no están dispuestos a morir en una cruz y a hacer lo que yo les diga, no pueden ser mis discípulos.

Pues solamente hasta la muerte. Y sí a alguien le parecía que la exigencia de dejar a su familia era muy fuerte, qué pensará de entregar su propia vida por seguirlo a él. Debe parecerle una completa locura.

Sin embargo en lugar de quedarnos pensando sólo en la exigencia deberíamos hacernos la siguiente pregunta: ¿Qué tendrían que ofrecerle a usted para que estuviera dispuesto a entregar su vida?

Y si no estamos locos, para que estemos dispuestos a entregar nuestra vida, es necesario que nos ofrezcan algo mejor, algo más valioso, algo más importante que la vida misma.

Porque quien esté dispuesto a entregar su vida por nada o por algo poco valioso está verdaderamente grave. Por eso la pregunta debe ser:

¿Qué es lo que Dios ofrece que es más valioso que la vida misma, que nos debe llevar a tomar la decisión de entregarle nuestra vida? Volvamos a la escritura:

Mateo 10:37 al 39 El que ama a padre o madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a hijo o hija más que a mí, no es digno de mí; 38y el que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí. 39El que halla su vida, la perderá; y el que pierde su vida por causa de mí, la hallará.

¿Qué es lo que Dios nos ofrece? Una nueva vida. Y si pensamos: ¿Yo ya tengo una vida? Entonces necesitamos comprender que esa nueva vida, es una vida de una dimensión y unas características infinitamente superiores a la vida que estamos viviendo actualmente. Además; por buena que sea nuestra vida, de todos modos vamos a morir, mientras que esta nueva vida es eterna.

Y entonces nuevamente la pregunta es: ¿Cómo está nuestra fe en Dios respecto del ofrecimiento de esa nueva vida? Es decir; recibimos ese ofrecimiento con mucho gozo o con incredulidad…

Si el ofrecimiento de Dios fuera parecido al que hizo a Salomón, es decir ser la persona más rica del planeta… ¿Cómo recibirías ese ofrecimiento? ¿Con mucha alegría? Sin embargo la escritura dice que todo el dinero del mundo no sería suficiente para comprar la salvación, es decir la vida eterna.

Eso quiere decir que la vida eterna es mucho más valiosa que todas las riquezas del mundo… ¿Pero creemos en ese ofrecimiento y en el valor que tiene? La escritura nos cuenta la reacción de algunos cuando Jesús ofreció esa nueva vida. Dice así:

Juan 8:51 al 52 De cierto, de cierto os digo, que el que guarda mi palabra, nunca verá muerte. 52Entonces los judíos le dijeron: Ahora conocemos que tienes demonio. Abraham murió, y los profetas; y tú dices: El que guarda mi palabra, nunca sufrirá muerte.

No entendieron ni creyeron muchas cosas que Jesús dijo… Como por ejemplo que su reino no era de este mundo, que si el grano de trigo no muere queda solo y no da fruto, que hay que perder la vida por causa de Jesús para encontrar la vida eterna, y muchas otras promesas, y por eso concluyeron que Jesús era un endemoniado que estaba ofreciendo cosas absurdas…. ¿Pero a nosotros qué nos parece el ofrecimiento de esa vida eterna?

Póngase a pensar todo lo que la gente hace para tratar de alargar su vida, aunque sea unos pocos años. Hacen ejercicios, se disciplinan en la comida, hacen investigaciones científicas para tratar de no envejecer, reemplazo de órganos, la fuente de la vida eterna es el profundo anhelo del hombre, pero de todos modos a todos nos llega el momento de la muerte.

Pero eso que la gente busca por todos los medios posibles y que no podrán conseguir, es lo que Jesús le ofrece a aquellos que crean en su palabra. Que nunca verán muerte. Además…

Para que puedas valorarlo más déjame contarte lo que pasará con aquellos que no reciban esa nueva vida ofrecida por Jesús; dice la escritura:

Apocalipsis 20:9 al 10 Y subieron sobre la anchura de la tierra, y rodearon el campamento de los santos y la ciudad amada; y de Dios descendió fuego del cielo, y los consumió. 10Y el diablo que los engañaba fue lanzado en el lago de fuego y azufre, donde estaban la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos.

Allí estarán todos los que no reciban esa nueva vida, pero los que la reciban gozarán en la presencia de Dios por los siglos de los siglos. La escritura también nos cuenta:

Apocalipsis 21:1 al 4 Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más. 2Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido. 3Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios. 4Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron.

Preguntémonos: ¿Creemos en ese ofrecimiento?… Cuando una persona cree en este ofrecimiento, esta persona debe comenzar a sentir deseos de morirse, pero no como aquel que desesperado de su vida intenta suicidarse, sino como aquel que a pesar de estar viviendo una vida llena de gozo, sabe que allá será muchísimo, muchísimo, muchísimo, mejor.

¿Sentimos ese deseo de morir para ir a su presencia?… Cuando vamos a salir de vacaciones, cuando vamos a comprar una casa o un vehículo, lo cierto es que sentimos deseos de que el tiempo se pase rápido para disfrutar de esas cosas… Entonces cómo es posible o cómo se explica que se nos ofrece una vida espectacular en la eternidad, y nosotros estemos pensando que ojalá no llegue todavía ese momento. Casi que decimos: !No Señor no vengas por mi demórate lo más que puedas!

¿Por qué no sentimos ganas de irnos ya? Por qué no estamos creyendo en Dios como debiéramos. Porque lo correcto es que pensemos de esto como el apóstol Pablo, el cual escribió:

Filipenses 1:21 al 24 Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia. 22Mas si el vivir en la carne resulta para mí en beneficio de la obra, no sé entonces qué escoger. 23Porque de ambas cosas estoy puesto en estrecho, teniendo deseo de partir y estar con Cristo, lo cual es muchísimo mejor; 24pero quedar en la carne es más necesario por causa de vosotros.

Si seguimos el ejemplo del apóstol Pablo entonces una buena justificación para quedarnos, es la necesidad que los discípulos tienen de nosotros, de ser edificados, de ser motivados, exhortados, cuidados, en fin de ayudarles con su crecimiento espiritual para que sus galardones sean todavía más grandes…

El problema es que algunos que se quieren quedar mucho tiempo no tienen discípulos, y aún a su familia que son los primeros discípulos, no los están discípulando… Y entonces porque se quieren quedar. ¿Será por su falta de confianza en Dios que los lleva a pensar que el ofrecimiento no es bueno y por eso quieren vivir aquí hasta los 120 años o si es posible más.

Pero cuántos de nosotros podíamos orar de manera sincera y siendo verdad al decir: “Señor no me lleves todavía que mis discípulos me necesitan”… Esa sería una buena oración si es verdad. Sin embargo hay muchos que lejos de ser bendición para sus discípulos, no lo son porque no los tienen, y además son mal testimonio para otros, y quieren vivir por siempre… Y no hay duda que eso muestra que no confían en Dios.

¿Cuántos de nosotros quisiéramos estar ya en la Jerusalén celestial? Y sí Dios te dijera que esta noche cuando estés durmiendo el vendrá por ti; ¿A qué horas te acostarías? ¿O es tál nuestra falta de confianza que no dormiríamos?

Quiero que entiendan que no hago esta clase de preguntas para que se sientan mal. Lo hago para que evaluemos y entendamos que todavía nos falta aprender a confiar mucho pero mucho más en Dios…

Y entiendo eso, veamos que todas esas circunstancias difíciles que a veces Dios nos hace vivir día a día, algunas de las cuales han sido resueltas, otras no, pero todas tienen como propósito que aprendamos a confiar más y más en Dios, hasta que todas estas promesas de la vida eterna produzcan verdadera alegría en nuestra vida.

Y cuando eso ocurra, no hay duda que nuestra obediencia será muchísimo mejor, y por lo tanto el proceso de la salvación de nuestra alma, el cambio de nuestro carácter también se acercará más al propósito de ser como Cristo Jesús… queridos hermanos no hay mayor ofrecimiento que este. La vida eterna.

Agradezcamos a Dios por esta salvación eterna, y si no la tienes o no tienes certeza de haberla recibido, clámale a Dios para que te la de, o para que a través de tu obediencia puedas tener la certeza, y de esa manera eliminar de tu vida toda clase de temores, y así poder vivir haciendo la voluntad de Dios, disfrutando de su amor y atesorando buen fundamento para la vida eterna en su presencia.

Continuamos la próxima semana… Oremos.

¿Sabías qué?

La iglesia es una entidad sin ánimo de lucro, por esta razón para funcionar dependemos primeramente de Dios, y de las ofrendas, donaciones o contribuciones que sus miembros, amigos o simpatizantes quieran hacer, lo cual, si Dios lo coloca en tu corazón puedes hacer a través de las siguientes opciones.

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