EL NUEVO PACTO – ABRAHAM Y EL NUEVO PACTO – PARTE 2

Eso quiere decir que después de dar Dios al hombre la promesa de salvación, para poder cumplirla era necesario que Dios escogiera un pueblo, (la mujer que habla el apocalipsis) de la cual vendría la mujer (la virgen María) de la cual vendría el Salvador, el Señor Jesucristo. Y sabemos por las escrituras que la elección de esta primera mujer, el pueblo de Israel, comienza con Abraham ...

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EL NUEVO PACTO 

 

  III. ABRAHAM Y EL NUEVO PACTO

 Eso quiere decir que después de dar Dios al hombre la promesa de salvación, para poder cumplirla era necesario que Dios escogiera un pueblo, (la mujer que habla el apocalipsis) de la cual vendría la mujer (la virgen María) de la cual vendría el Salvador, el Señor Jesucristo. Y sabemos por las escrituras que la elección de esta primera mujer, el pueblo de Israel, comienza con Abraham.  Ciertamente conocemos personajes más antiguos que Abraham, y podemos decir que toda la humanidad incluido el pueblo de Israel, son descendencia de estos hombres, por ejemplo todos, absolutamente todos descendemos de Noé, (aún de Adán) sin embargo, en las escrituras, en el evangelio de Mateo el Espíritu Santo al comunicarnos la genealogía de Jesucristo, el personaje más antiguo nombrado allí es Abraham.

Mateo   1:1 -2     Libro   de   la   genealogía   de   Jesucristo,   hijo   de   David,   hijo   de   Abraham.   2Abraham   engendró   a    Isaac,   Isaac   a   Jacob,   y   Jacob   a   Judá   y   a   sus   hermanos….

También por las escrituras sabemos que el pueblo de Israel remonta su origen sólo hasta Abraham, a quien consideran como su padre, y como el primero del pueblo con el cual Dios se relacionó, como nos lo confirma el discurso de Esteban ante los sacerdotes cuando dice:

Hechos   de   los   Apóstoles   7:2     Y   él   dijo:   Varones   hermanos   y   padres,   oíd:   El   Dios   de   la   gloria   apareció   a   nuestro    padre   Abraham,   estando   en   Mesopotamia….,     Y partiendo de allí Esteban hace un condensado resumen de la historia del pueblo de Israel mencionando que Moisés profetizó acerca de la venida de Jesús… 

Hechos   de   los   Apóstoles   7:37     Este   Moisés   es   el   que   dijo   a   los   hijos   de   Israel:   Profeta   os   levantará   el   Señor    vuestro   Dios   de   entre   vuestros   hermanos,   como   a   mí;   a   él   oiréis.

Esta profecía se refiere al Señor Jesús, y fue dada después de la experiencia en el monte, donde el pueblo de manera osada quiso hablar directamente con Dios, y cuando Dios comenzó a aparecer salieron aterrorizados y le pidieron a Moisés que por favor siguiera siendo el intermediario entre Dios y ellos, y entonces Moisés profetiza acerca de la venida del Señor Jesús a quien todos deberían oír.   Y la promesa de la venida de Jesús es en realidad la promesa (del Nuevo Pacto) que encontramos en el génesis de una simiente que dará victoria sobre Satanás, y esto lo hace Jesús a través del sacrificio en la cruz que es parte del Nuevo Pacto.   Pero Esteban en este discurso también menciona algo acerca de la actitud de esta mujer que me parece importante que consideremos:

Hechos   de   los   Apóstoles   7:51   al   55     ¡Duros   de   cerviz,   e   incircuncisos   de   corazón   y   de   oídos!   Vosotros   resistís    siempre   al   Espíritu   Santo;    como   vuestros   padres,   así   también   vosotros.    52¿A   cuál   de   los   profetas   no    persiguieron   vuestros   padres?   Y   mataron   a   los   que   anunciaron   de   antemano   la   venida   del   Justo,   de   quien    vosotros   ahora   habéis   sido   entregadores   y   matadores;   53vosotros   que   recibisteis   la   ley   por   disposición   de    ángeles,   y   no   la   guardasteis.   54Oyendo   estas   cosas,   se   enfurecían   en   sus   corazones,   y   crujían   los   dientes   contra    él.

El pueblo de Israel siempre persiguió y mato a los profetas que hablaban del Nuevo Pacto, es decir de la venida de Jesús, y cuando Jesús llegó, lo crucificaron.   Es como si el pueblo de Israel no rechazara la ley, pero sí una relación con el dador de la ley, tal vez porque es más fácil tener una mala relación con la ley (de incredulidad) aparentando estar bien, mientras que es imposible aparentar una buena relación con Dios, y por eso cuando llegó Jesús, Dios hecho hombre, lo crucificaron.  De manera similar muchos creyentes quieren tener relación con las promesas de la ley que les permiten cumplir sus objetivos personales, pero no quieren tener una relación basada sólo en el Nuevo Pacto con su creador, por eso su cristianismo es una mezcla de ambos pactos lo cual resulta en un cristianismo tibio. (Yo hago la diferencia en estos estudios entre creyente y nacido de nuevo)  Cuando veo esta historia hay dos cosas muy fuertes y completamente opuestas: La primera no en importancia, que quiero mencionar, es la increíble maldad del hombre que insiste en rechazar a Dios y su ofrecimiento de salvación. (El Nuevo Pacto)   Y lo que parece inaudito es que esta maldad producto de la incredulidad, se hace evidente aun en el pueblo escogido por Dios para traer al Salvador. (Los judíos rechazaron a Jesús)  Y si nos preguntamos: ¿Por qué a pesar de la oposición del pueblo elegido, el plan de salvación triunfó?   En primer lugar porque Dios es soberano y absolutamente nadie puede oponerse a lo que Dios ha planeado. Y en segundo lugar porque aunque la gran mayoría no confía en Dios, de todos modos Dios se ha procurado a través de todos los tiempos hombres a los que enseña a creer en él, los forma y terminan siendo fieles instrumentos que se dejan usar por Él en su plan de salvación. La escritura dice:

Romanos   9:27   al   28     También   Isaías   clama   tocante   a   Israel:   Si   fuere   el   número   de   los   hijos   de   Israel   como   la    arena   del   mar,   tan   sólo   el   remanente   será   salvo;   28porque   el   Señor   ejecutará   su   sentencia   sobre   la   tierra   en    justicia   y   con   prontitud.

Esta misma realidad se ve en la iglesia en el día de hoy, pues la iglesia encargada de promover el plan de salvación, es la que en su gran mayoría está siendo usada por Satanás para que la gente no se salve.  Me refiero a esa iglesia que no cree en el Nuevo Pacto aunque digan que creen en él, me refiero a una iglesia altiva que cree que va a conquistar y cambiar el mundo, cuando lo que está anunciado es su destrucción para luego ser renovado, me refiero a una iglesia que ama al mundo por eso sus doctrinas enseñan cómo conquistarlo, me refiero a una iglesia que le tiene miedo a los faltantes y por eso no le importa pecar de muchas formas, aún torciendo la doctrina para conseguir más, y a una iglesia que con esa mala doctrina justifica todo lo que está haciendo mal.   En el mensaje del libro de apocalipsis a las iglesias: ¿Cuántas están bien?… Y el mensaje a la última iglesia es:

Apocalipsis   3:15   al   18     Yo   conozco   tus   obras,   que   ni   eres   frío   ni   caliente.   ¡Ojalá   fueses   frío   o   caliente!   16Pero   por    cuanto   eres   tibio,   y   no   frío   ni   caliente,   te   vomitaré   de   mi   boca.   17Porque   tú   dices:   Yo   soy   rico,   y   me   he    enriquecido,   y   de   ninguna   cosa   tengo   necesidad;   y   no   sabes   que   tú   eres   un   desventurado,   miserable,   pobre,   ciego   y   desnudo.   18Por   tanto,   yo   te   aconsejo   que   de   mí   compres   oro   refinado   en   fuego,   para   que   seas    rico,   y   vestiduras   blancas   para   vestirte,   y   que   no   se   descubra   la   vergüenza   de   tu   desnudez;   y   unge   tus    ojos   con   colirio,   para   que   veas.  

Pero al igual que en el pueblo de Israel, Dios siempre ha encontrado a los pocos, muy pocos que de verdad le creen, y predican una sana doctrina ajustada a lo que predicaron el Señor Jesús y sus apóstoles.  Y la segunda cosa que me impresiona al ver la oposición del mundo hacia su propia salvación, es la increíble misericordia de Dios, expresada en insistir e insistir para dar oportunidad de salvación al hombre.

Salmos   103:8   al   11     Misericordioso   y   clemente   es   Jehová;   Lento   para   la   ira,   y   grande   en   misericordia.   9No    contenderá   para   siempre,   Ni   para   siempre   guardará   el   enojo.   10   No   ha   hecho   con   nosotros   conforme   a   nuestras    iniquidades,   Ni   nos   ha   pagado   conforme   a   nuestros   pecados.   11   Porque   como   la   altura   de   los   cielos   sobre   la    tierra,   Engrandeció   su   misericordia   sobre   los   que   le   temen. 

Esta misma misericordia expresada en otras palabras dice:

Romanos   5:8     Mas   Dios   muestra   su   amor   para   con   nosotros,   en   que   siendo   aún   pecadores,   Cristo   murió   por    nosotros.  

 

A. EL PADRE DE LA FE   

A la pregunta: ¿Por qué Abraham es mencionado como el origen del pueblo de Israel? Es decir; ¿por qué no mencionar a Jacob, con sus doce hijos que dieron origen a las doce tribus, o a otros personajes que también fueron muy importantes?  No podemos decir que es porque a Abraham fue el primero que se relaciono con Dios, porque otros hombres antes de él también se relacionaron con Dios. Pero aunque otros hombres se relacionaron con Dios, Dios ha querido que Abraham sea mencionado como el primero, porque es él, con quien Dios “pacto”,  haciéndole la promesa de salvación, que es en realidad la promesa de salvación del Nuevo Pacto.   Sé que esto puede sonar raro para algunos que creen que el Nuevo Pacto sólo se menciona con los profetas como jeremías o Ezequiel, pero la realidad mirando las escrituras, el Nuevo Pacto comienza con una declaración hecha a Satanás, donde se habla de que la simiente de una mujer, simiente que sabemos que es Cristo, dará un golpe mortal a Satanás.   Pero volviendo con Abraham, es con él con quien esta declaración de la salvación que vendra, se convierte en un pacto hecho entre Dios y Abrahán.   Sin embargo es necesario anotar, y esto me parece muy hermoso pues es muestra de la misericordia de parte de Dios, que no fue que Abraham oyó la voz de Dios y le creyó de inmediato y Dios hizo un pacto con él.   No. Al revisar la historia de Abraham podemos notar que él fue llamado, pero inicialmente no hizo caso al llamado, sino que fue su padre quien lo llevó en la dirección en que Dios lo había llamado.

Génesis   11:31   al   32     Y   tomó   Taré   a   Abram   su   hijo,   y   a   Lot   hijo   de   Harán,   hijo   de   su   hijo,   y   a   Sarai   su    nuera,   mujer   de   Abram   su   hijo,   y   salió   con   ellos   de   Ur   de   los   caldeos,   para   ir   a   la   tierra   de   Canaán;   y    vinieron   hasta   Harán,   y   se   quedaron   allí.   32Y   fueron   los   días   de   Taré   doscientos   cinco   años;   y   murió   Taré   en    Harán.

No menciona que fue Abran quien salió y lo acompañaron los demás, fue iniciativa de su padre. Y cuando su Padre se quedó a vivir en Harán, también Abraham se quedó allí hasta que su padre murió.

Luego de esto la escritura nos recuerda la promesa hecha a Abraham:

Génesis   12:1   al   3     Pero   Jehová   había   dicho   a   Abram:   Vete   de   tu   tierra   y   de   tu   parentela,   y   de   la   casa   de   tu    padre,   a   la   tierra   que   te   mostraré.   2Y   haré   de   ti   una   nación   grande,   y   te   bendeciré,   y   engrandeceré   tu   nombre,   y    serás   bendición.   3Bendeciré   a   los   que   te   bendijeren,   y   a   los   que   te   maldijeren   maldeciré;   y   serán   benditas   en   ti    todas   las   familias   de   la   tierra. 

El “pero” se refiere a que Abraham no estaba cumpliendo, no va hacia la tierra prometida y tampoco ha dejado a su parentela. Sin embargo gracias a la muerte de su padre toma rumbo hacia la tierra prometida.  Pero quiero que miremos que lo básico de la promesa incluye una descendencia, (una gran nación, que es la mujer que nombra el libro de apocalipsis y que Dios se procura, de la cual vendría el Salvador) y que a través de esta descendencia serian benditas todas las familias de la tierra. (Allí estamos incluidos nosotros)  El cumplimiento de esta promesa la vemos en el Señor Jesús el cual dijo:

Marcos   14:22   al   24     Y   mientras   comían,   Jesús   tomó   pan   y   bendijo,   y   lo   partió   y   les   dio,   diciendo:   Tomad,   esto   es    mi   cuerpo.   23Y   tomando   la   copa,   y   habiendo   dado   gracias,   les   dio;   y   bebieron   de   ella   todos.   24Y   les   dijo:   Esto   es    mi   sangre   del   nuevo   pacto,   que   por   muchos   es   derramada.  

El Señor Jesús derrama su sangre, entre otras cosas como requisito para confirmar el cumplimiento del Nuevo Pacto, con el cual se da oportunidad de salvación para todos, entre todas las naciones de la tierra.  Sin embargo aunque Dios había dado su promesa a Abraham, tuvo que repetirla en varias ocasiones, la siguiente vez que lo hizo fue cuando por fin Abraham llegó a la tierra prometida, aunque seguía en compañía de Lot.

Génesis   12:7     Y   apareció   Jehová   a   Abram,   y   le   dijo:   A   tu   descendencia   daré   esta   tierra.   Y   edificó   allí   un   altar   a    Jehová,   quien   le   había   aparecido.  O sea que Dios insiste en que le dará una descendencia, que será la que poseerá esa tierra. Eso quiere decir Abraham debía programarse para morar en esa tierra; pero pasa el tiempo y…  

Génesis   12:10     Hubo   entonces   hambre   en   la   tierra,   y   descendió   Abram   a   Egipto   para   morar   allá;   porque   era    grande   el   hambre   en   la   tierra.  Cuando hubo escasez Abraham abandona la tierra para ir “a morar a Egipto” lo cual muestra nuevamente que no está creyendo en la promesa de la tierra y la descendencia…

 

Es decir si Dios me promete una tierra y una descendencia que va a habitar esa tierra: ¿Será que Dios incluirá el sustento para poder vivir en aquella tierra?                                                                                                          Sin embargo Abran no creyó en el sustento y por eso salió corriendo a  Egipto. Y si comparamos la promesa a Abrahán con la siguiente:

Lucas   12.29–31   Vosotros,   pues,   no   os   preocupéis   por   lo   que   habéis   de   comer,   ni   por   lo   que   habéis   de   beber,   ni    estéis   en   ansiosa   inquietud.   30Porque   todas   estas   cosas   buscan   las   gentes   del   mundo;   pero   vuestro   Padre   sabe    que   tenéis   necesidad   de   estas   cosas.   31Mas   buscad   el   reino   de   Dios,   y   todas   estas   cosas   os   serán   añadidas.  

La pregunta es: ¿Cuántas veces los cristianos cuando tienen problemas respecto de su sustento en lugar de confiar en la promesa de Dios, salen corriendo a “Egipto” es decir comienzan a cometer aquellos pecados que antes cometían para obtener su sustento?  Cuando Abraham va a Egipto miente respecto de su mujer, (adopta comportamiento mundano para conseguir la provisión) a faraón le gusta la mujer de Abran y lo favorece por causa de ella, dándole ovejas, vacas, asnos, siervos y siervas, asnas y camellos etc. Pero Dios interviene hiriendo a faraón y a su familia con grandes plagas y el resultado es que el creyente es regañado por el incrédulo y obligado volver a la tierra prometida:

Génesis   12:19   al   20   Por   qué   dijiste:   Es   mi   hermana,   poniéndome   en   ocasión   de   tomarla   para   mí   por   mujer?    Ahora,   pues,   he   aquí   tu   mujer;   tómala,   y   vete.   20Entonces   Faraón   dio   orden   a   su   gente   acerca   de   Abram;   y   le    acompañaron,   y   a   su   mujer,   con   todo   lo   que   tenía.  Y en todo esto Lot con él, (es decir sigue desconfiando en lo bueno de la voluntad de Dios y en lo poderoso de su respaldo qué que nos da el poder para obedecer) pero para llevarlo a obedecer, Dios provee una situación de conflicto económico entre ellos, de tal manera que para evitar problemas al fin Abram se separa de Lot.

Y cuando lo hace, Dios insiste con su promesa:

Génesis   13:14   al   15     Y   Jehová   dijo   a   Abram,   después   que   Lot   se   apartó   de   él:   Alza   ahora   tus   ojos,   y   mira   desde    el   lugar   donde   estás   hacia   el   norte   y   el   sur,   y   al   oriente   y   al   occidente.   15Porque   toda   la   tierra   que   ves,   la   daré   a    ti   y   a   tu   descendencia   para   siempre.  Dios vuelve y le dice a Abraham que le dará una descendencia, y que esa tierra será para que habiten para siempre.  

Luego hay un evento donde Lot es secuestrado y Abram se va rescatarlo. Luego del rescate tiene un encuentro con Melquisedec quien lo bendice, Abram diezma, rechaza una oferta del rey de Sodoma, y dice la escritura:

Génesis   15:1   Después   de   estas   cosas   vino   la   palabra   de   Jehová   a   Abram   en   visión,   diciendo:   No   temas,   Abram;    yo   soy   tu   escudo,   y   tu   galardón   será   sobremanera   grande.  Sin embargo cuando Dios le dice que él será su protector y que además recibirá un gran galardón…

Génesis   15:2   al   3    Y   respondió   Abram:   Señor   Jehová,   ¿qué   me   darás,   siendo   así   que   ando   sin   hijo,   y   el    mayordomo   de   mi   casa   es   ese   damasceno   Eliezer?   3Dijo   también   Abram:   Mira   que   no   me   has   dado   prole,   y   he    aquí   que   será   mi   heredero   un   esclavo   nacido   en   mi   casa.

Lo que Abraham manifiesta es que no cree en la promesa de Dios de darle un descendiente, lo cual parece hacer que Abraham no le dé importancia a la promesa de protección, ni a la de la entrega de la tierra para siempre.     Es decir a Abraham insiste en no creer, aunque la escritura registra que Dios ya se le había presentado al menos tres veces a decirle, que le daría descendencia.  Si Dios se nos presentara tres veces a prometernos lo mismo: ¿Lo creeríamos?… Y entonces Dios tal vez por cuarta vez (según lo registrado) le dice a Abraham:

Génesis   15:4   al   6     Luego   vino   a   él   palabra   de   Jehová,   diciendo:   No   te   heredará   éste,   sino   un   hijo   tuyo   será   el    que   te   heredará.   5Y   lo   llevó   fuera,   y   le   dijo:   Mira   ahora   los   cielos,   y   cuenta   las   estrellas,   si   las   puedes   contar.   Y   le    dijo:   Así   será   tu   descendencia.   6Y   creyó   a   Jehová,   y   le   fue   contado   por   justicia.

 

Esta es la primera vez que habiendo recibido (nuevamente) la promesa de Dios de un heredero, la escritura registra que Abraham le creyó a Dios.  Es decir aunque el llamado de Dios y las promesas para este hombre fueron hechas tiempo atrás, vemos que Abraham obedece a medias, pero las escrituras no registran que su obediencia sea por causa de su fe en Dios, sino porque las circunstancias.  Lo que las escrituras nos muestran es que Dios usando su soberanía lo fue presionando y el terminó viendo que lo mejor era hacerle caso a Dios, pero cuando esta vez Dios le insiste con el ofrecimiento de un heredero, si nos dice la escritura por primera vez, que Abraham le creyó a Dios la promesa de un descendiente, y aclara que por haber creído, esa fe le fue contada por JUSTICIA.  Si revisamos en las escrituras la vida de Abraham desde este momento hacia atrás, no vemos que el asunto de la justificación fuera una preocupación de Abraham, a él realmente le preocupaba su descendencia y por supuesto la tierra donde su descendencia habitaría, sin embargo cuando creyó en la promesa de la simiente, Dios le hace el regalo de la justificación que es algo que nadie jamás podría conseguir por sus propios medios.  El apóstol Pablo nos confirma este hecho aclarando que la justificación no viene por las obras sino por la fe:

Romanos   4:3   al   5     Porque   ¿qué   dice   la   Escritura?   Creyó   Abraham   a   Dios,   y   le   fue   contado   por   justicia.   4Pero   al    que   obra,   no   se   le   cuenta   el   salario   como   gracia,   sino   como   deuda;   5mas   al   que   no   obra,   sino   cree   en   aquel   que    justifica   al   impío,   su   fe   le   es   contada   por   justicia  

La explicación que el apóstol da, es que Abraham creyó en aquel que justifica al impío, y por haber creído fue justificado delante de Dios, y ser justificado en realidad quiere decir que en ese momento Abraham recibió el perdón y la salvación, sólo por haber creído en lo que Dios le había prometido.

 

B. EL PACTO CON ABRAHAM

Después de recibir la justificación por fe Abraham le pregunta al Señor:

Génesis   15:8   al   9   Y   él   respondió:   Señor   Jehová,   ¿en   qué   conoceré   que   la   he   de   heredar?   9Y   le   dijo:   Tráeme   una    becerra   de   tres   años,   y   una   cabra   de   tres   años,   y   un   carnero   de   tres   años,   una   tórtola   también,   y   un    palomino…. 

 

Notemos que aunque no hay absolutamente nada más valioso para el ser humano que ser perdonado por Dios lo cual asegura su salvación eterna… La noticia de haber sido perdonado por Dios no parece un asunto importante, tanto que en lugar de insistir en si ha sido perdonado, él lo que quiere saber es si realmente le va a dar un hijo.  A la mayoría de los cristianos les pasa lo mismo, lo primero que reciben de parte Dios es la salvación, y es lo que menos les interesa pues están obsesionados con las cosas de esta tierra, al igual que lo estaba Abraham  Ante la pregunta de Abraham, para asegurar su cumplimiento, Dios le da instrucciones para hacer un pacto entre ellos dos, y cuando está todo preparado Abraham se duerme, el Señor le anuncia parte del destino de su descendencia y dice la escritura:

Génesis   15:17     Y   sucedió   que   puesto   el   sol,   y   ya   oscurecido,   se   veía   un   horno   humeando,   y   una   antorcha   de    fuego   que   pasaba   por   entre   los   animales   divididos.  

Cuando se celebraba un pacto, las personas que pactaban pasaban cada una en medio de los animales partidos, comprometiéndose a cumplir el pacto bajo la condición de que si no cumplían, debían morir como esos animales en medio de los cuales habían pasado.  Sin embargo en este pacto con Abraham, sólo Dios pasó en medio de los animales, dando a entender, que el cumplimiento del pacto dependía solamente de Dios y no de Abraham.  Este punto es muy importante tenerlo claro, pues como veremos más adelante el Nuevo Pacto funciona de la misma manera, es decir después de haber creído en Jesucristo y habiendo recibido del el nuevo nacimiento, es Dios quien se hace responsable de que vivamos una auténtica vida cristiana.  Podemos decir que ambos pactos se inician con la condición de creer (aunque también vemos que Dios trato, y trata la vida de los hombres para llevarlos a creer) pero después de recibir la justificación por la fe, el pacto se convierte en incondicional para Abraham y también para nosotros bajo el Nuevo Pacto.

En la carta a los Gálatas, el apóstol Pablo nos sigue mostrando la íntima relación que hay entre el pacto con Abraham y el Nuevo Pacto, y lo hace aclarando quién es en realidad la simiente que recibió las promesas:  Gálatas   3:16     Ahora   bien,   a   Abraham   fueron   hechas   las   promesas,   y   a   su   simiente.  

No   dice:   Y   a   las   simientes,    como   si   hablase   de   muchos,   sino   como   de   uno:   Y   a   tu   simiente,   la   cual   es   Cristo.  En este texto dice que las promesas fueron hechas a Abraham y a Jesucristo, y excluye de las promesas a la descendencia de Abraham, es decir al pueblo de Israel.   Eso para muchos puede sonar como una locura decir que las promesas no fueron hechos para el pueblo de Israel, Y más grave les debe parecer cuando los cristianos tienen la tendencia de volverse como los israelitas llegando cumplir sus leyes…  Sin embargo cuando miramos el contexto del pasaje a los Gálatas notamos que el apóstol Pablo está hablando de dos promesas en particular:  La justificación por fe y de la promesa del Espíritu.

Por esto podemos decir que aunque hay una descendencia en la carne de Abraham que disfrutará de la tierra prometida, y luego del milenio y de muchas cosas más, y aunque ésta descendencia saldrá de los lomos de su hijo Isaac, hay que tener en cuenta que el hijo prometido (Isaac) representa a Cristo, y que la justificación por fe y la promesa del Espíritu son solo para la simiente de Cristo. Es decir para todos aquellos, judíos o gentiles que acepten a Jesús como su  Señor y su Salvador.  ¿Qué son estas promesas?  La justificación por fe.

Gálatas   3:6   al   9       Así   Abraham   creyó   a   Dios,   y   le   fue   contado   por   justicia.   7Sabed,   por   tanto,   que   los   que   son   de    fe,   éstos   son   hijos   de   Abraham.   8Y   la   Escritura,   previendo   que   Dios   había   de   justificar   por   la   fe   a   los   gentiles,    dio   de   antemano   la   buena   nueva   a   Abraham,   diciendo:   En   ti   serán   benditas   todas   las   naciones.   9De   modo   que    los   de   la   fe   son   bendecidos   con   el   creyente   Abraham. 

A través de todos los tiempos todos aquellos que han creído en aquel que justifica al impío se han salvado, aun antes de la muerte y resurrección de Jesucristo. Es decir unos se han salvado poniendo la mira en lo que iba a pasar en el calvario, y otros nos salvamos poniendo la mira en lo que ya pasó en el calvario, porque siempre la salvación ha sido por fe.  La promesa del Espíritu.

Gálatas   3:13   al   14     Cristo   nos   redimió   de   la   maldición   de   la   ley,   hecho   por   nosotros   maldición   (porque   está    escrito:   Maldito   todo   el   que   es   colgado   en   un   madero),   14para   que   en   Cristo   Jesús   la   bendición   de   Abraham    alcanzase   a   los   gentiles,   a   fin   de   que   por   la   fe   recibiésemos   la   promesa   del   Espíritu.  

La promesa del Espíritu la recibimos al tiempo con la justificación por fe, y esta promesa habla de la presencia de Dios por su Espíritu en nuestra vida.  Si al no confiar en Dios por confiar en Satanás el hombre se convirtió en hijo del diablo, y esa paternidad lo enfermo y lo controló durante toda su vida, la presencia del Espíritu de Dios en una persona que ha sido salva, trasforma la vida de esta persona permitiéndole vivir haciendo la voluntad de Dios. (Más adelante ampliaremos todos los beneficios de la promesa del Espíritu)  Es muy importante que entiendan, que no hay dos promesas más grandes y valiosas en la escritura que estas dos, es decir; ser perdonado por Dios para poder ser habitados por Dios en el Espíritu, y llegar a ser esos hijos de Dios que la creación anhela ver, es la bendición más grande que un hombre sobre la tierra pueda recibir.  Eso quiere decir que hay promesas de las cuales participamos todos; promesas para Abraham y sólo para Abrahán; promesas para la descendencia de Abraham en la carne, el pueblo de Israel y promesas para la simiente o descendencia de Cristo, que es la iglesia.  A esto podemos añadir que el apóstol Pablo interpretando la seriedad y el alcance de este pacto, y sabiendo que el Nuevo Pacto es una continuación del pacto hecho con Abraham dice:

Gálatas   3:17   Esto,   pues,   digo:   El   pacto   previamente   ratificado   por   Dios   para   con   Cristo,   la   ley   que   vino    cuatrocientos   treinta   años   después,   no   lo   abroga,   para   invalidar   la   promesa.

 

Podemos ver dos cosas supremamente importantes en este texto, la primera es que el apóstol interpreta que el pacto hecho con Abraham y su simiente, es en realidad un pacto hecho por Dios con Cristo. Es decir Dios Padre le hizo promesas a Jesucristo (el Nuevo Pacto) que se cumplirán en nosotros, por lo tanto podemos tener la absoluta certeza que Dios ciertamente cumplirá.  Y la segunda es que el apóstol aclara en este texto que (el pacto de) la ley que vino 430 años después, no afecta el cumplimiento de este pacto hecho con Abraham, o mejor dicho con Cristo. Eso quiere decir que haber recibido la ley y obedecerla o desobedecerla, no afecta el cumplimiento de las promesas que Dios nos ha dado a través del pacto hecho con Abraham.  Es decir del cumplimiento o la desobediencia a la ley no afecta en nada las promesas dadas a Abraham, ni tampoco afecta las promesas del Nuevo Pacto.

 

C. EL VIEJO PACTO 

La ley que menciona el apóstol es la ley de Moisés, y se refiere a las leyes dadas después de la salida de Egipto. Estas leyes han sido entendidas por todos como un pacto condicional, que quiere decir que la respuesta de Dios hacia el hombre dependerá de si cumple o no con la ley.  Mientras que el cumplimiento del pacto con Abraham y el cumplimiento del Nuevo Pacto con nosotros dependen exclusivamente de Dios.  Este mismo concepto de la ley, de que hay que cumplir para que Dios le bendiga se extiende también hacia la justificación, es decir; la enseñanza es que sólo será salvo el que cumpla con la ley de Dios, pero ante este planteamiento, que en realidad enseña que el hombre es bueno y por lo tanto tiene la capacidad de salvarse cumpliendo la ley, el apóstol enseña:

Gálatas   3:10   al   12     Porque   todos   los   que   dependen   de   las   obras   de   la   ley   están   bajo   maldición,   pues   escrito    está:   Maldito   todo   aquel   que   no   permaneciere   en   todas   las   cosas   escritas   en   el   libro   de   la   ley,   para   hacerlas.   11Y    que   por   la   ley   ninguno   se   justifica   para   con   Dios,   es   evidente,   porque:   El   justo   por   la   fe   vivirá;   12y   la   ley   no   es   de    fe,   sino   que   dice:   El   que   hiciere   estas   cosas   vivirá   por   ellas.

 

Quiere decir que el solo intento de salvarse cumpliendo la ley, deja a la persona bajo la maldición de Dios, porque para salvarse a través del cumplimiento de la ley, hay que cumplir con absolutamente toda la ley, todo el tiempo, sin ninguna falla. Confirma esto en otro pasaje la escritura:

Santiago   2:10     Porque   cualquiera   que   guardare    toda   la   ley,   pero   ofendiere   en   un   punto,   se   hace   culpable   de    todos. 

Hay dos cosas básicas que cuando los hombres las niegan, eso los lleva a la condenación, una es no reconocer lo pecadores que son, y la otra, no entender que Dios sólo acepta perfección absoluta en el cumplimiento de la ley, para otorgar la salvación.  Pero precisamente por la incapacidad del hombre para salvarse es que Dios nos da la oportunidad como a Abraham, de ser salvados por la fe, el en la promesa de una simiente, nosotros en lo que esa simiente espiritual vino a hacer, es decir en la obra de Jesucristo. La escritura dice:

Romanos   10:8   al   9     Esta   es   la   palabra   de   fe   que   predicamos:   9que   si   confesares   con   tu   boca   que   Jesús    es   el   Señor,   y   creyeres   en   tu   corazón   que   Dios   le   levantó   de   los   muertos,   serás   salvo.  

La pregunta podría ser: ¿Si el pacto de la ley no sirve para ser salvos, entonces para qué sirve la ley?    Esa misma pregunta la responde el apóstol Pablo diciendo:

Gálatas   3:19   al   22     Entonces,   ¿para   qué   sirve   la    ley?   Fue   dada   después,   para   poner   de   manifiesto   la    desobediencia   de   los   hombres,   hasta   que   viniera   esa   “descendencia”   a   quien   se   le   había   hecho   la   promesa.   La    ley   fue   proclamada   por   medio   de   ángeles,   y   Moisés   sirvió   de   intermediario.   20Pero   no   hay   necesidad   de    intermediario   cuando   se   trata   de   una   sola   persona,   y   Dios   es   uno   solo.   21¿Acaso   esto   quiere   decir   que   la   ley    está   en   contra   de   las   promesas   de   Dios?   ¡Claro   que   no!   Porque   si   la   ley   pudiera   dar   vida,   entonces   la   justicia    realmente   se   obtendría   en   virtud   de   la   ley.   22Pero,   según   lo   que   dice   la   Escritura,   todos   son   prisioneros   del    pecado,   para   que   quienes   creen   en   Jesucristo   puedan   recibir   lo   que   Dios   ha   prometido.    

Como ya mencione, no reconocer nuestros pecados impide que aprovechemos la salvación ofrecida por Dios, por esta razón Dios dio la ley no sólo para que el hombre pudiera ser consciente de sus pecados, sino de su esclavitud al pecado, es decir de su incapacidad para cambiar.  Eso quiere decir que la ley fue dada no precisamente para que el hombre la cumpliera, sino para que en su intento de cumplirla el hombre pudiera reconocer su pecado, y al reconocer su pecado y su incapacidad para dejar de pecar, entonces el hombre, si quiere en realidad dejar de pecar, reconocerá que necesita un Salvador. Por eso el apóstol dice:

Gálatas   3:24   De   manera   que   la   ley   ha   sido   nuestro   ayo,   para   llevarnos   a   Cristo,   a   fin   de   que   fuésemos    justificados   por   la   fe.

Pero luego de creer en Jesucristo y Nacer De Nuevo, ya no estamos bajo la ley, ya no la necesitamos por haber cumplido con su propósito:

Gálatas   3:25   al   26,   29     Pero   venida   la   fe,   ya   no   estamos   bajo   ayo,   26pues   todos   sois   hijos   de   Dios   por   la   fe   en    Cristo   Jesús….   29Y   si   vosotros   sois   de   Cristo,   ciertamente   linaje   de  Abraham   sois,   y   herederos   según   la   promesa. 

 

IV. BAJO EL NUEVO PACTO ES POR GRACIA NO POR LEY

Es importante entender que el concepto de; “si cumplo la ley, Dios me trata bien” o “si me porto bien, Dios me trata bien” teniendo la idea de que, ser tratado bien se refiere a los asuntos materiales de esta vida, es uno de los asuntos más importantes que el Nuevo Pacto ha cambiado porque el nuevo pacto es un pacto espiritual.  Piénselo bien; quien insiste en que portándose bien va a recibir la bendición de Dios, no está reconociendo su incapacidad de portarse bien. Y si una persona insiste en que cumpliendo con la ley de Dios obtendrán su bendición, entonces además de lo que ya dije, está diciendo que el sacrificio de Jesucristo en la cruz no sirve para nada. (Porque él no necesita de Cristo para cambiar)  Y entonces la pregunta es: ¿Qué merecerá aquel que desprecia lo más importante que Dios ha hecho para él?   Por eso el apóstol escribe:

Gálatas   5:4     De   Cristo   os   desligasteis,   los   que   por   la   ley   os   justificáis;   de   la   gracia   habéis   caído.  

Pero contrario a la ley lo que enseña el Nuevo Pacto, y lo veremos en detalle más adelante al revisar las promesas, es que cuando creemos en Jesucristo y somos involucrados en el Nuevo Pacto, después de nacer de nuevo, no importa lo que hagamos, Dios no nos dejara practicar el pecado, y aun si pecamos Dios siempre responderá con amor, y eso quiere decir que siempre nos dará lo que nosotros necesitemos. (Ojo no lo que creemos necesitar sino lo que realmente necesitamos para cumplir su plan de salvación, no nuestro plan personal)   Si usted se porta bien Dios le dará lo que usted necesita, si usted se porta mal Dios, le dará lo que usted necesita.

 

A. EL OBJETIVO ES LA ETERNIDAD 

Lo otro que tiene que ser cambiado por completo bajo el Nuevo Pacto, es el concepto del bien y del mal  respecto de esta vida, y para hacerlo, es necesario colocar toda nuestra esperanza en la eternidad.

1   Pedro   1:13     Por   tanto,   ceñid   los   lomos   de   vuestro   entendimiento,   sed   sobrios,   y   esperad   por   completo   en   la    gracia   que   se   os   traerá   cuando   Jesucristo   sea   manifestado; 

Cuando se espera por completo en la eternidad entonces se entiende que el propósito de Dios en esta vida, con absolutamente todo lo que nos ocurre, es formarnos para llevarnos a ser santos.

 

Continua….

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